domingo, 10 de julio de 2016

Mareas: El mar que va y viene

Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo fue publicado en la revista AcuSub, en su número 157 www.acusub.com

Mi primer contacto con el mar fue muy tarde, con siete años. Fuimos a Cantabria, a la Playa de Soto de la Marina. Recuerdo unas olas impresionantes, y unas preciosas charquitas de agua caldeada por el sol donde nos bañábamos los niños. Pero lo que más recuerdo fue que al cabo de unas horas de disfrutar de una mañana ventosa de mar, jugando en la arena,  tuvimos que irnos de la playa porque el mar subía y lo inundaba todo: la playa desparecía. Esta fue mi primera experiencia mágica con el fenómeno de las mareas. Nuestro país tiene muchos kilómetros de costa, muchos de ellos sin marea, y por ello el fenómeno de las mareas no es tan conocido para todos, especialmente los que somos y vivimos en el interior.

Playa del Soto de la Marina
Cantabria
Ya en el colegio, te explican bien el fenómeno, y acabas por entenderlo. Si no vives al borde del mar, pues es un fenómeno más, que ves cuando estás de vacaciones, pero si vives al borde del mar, en zonas donde hay mucha carrera de marea, como en el Cantábrico, pues te das cuenta de que toda la vida está condicionada por el fenómeno: para empezar, en determinadas zonas rocosas donde desaparecen las playas en marea alta, como no consideres cómo está la marea cuando planees tu visita a la playa, pues puedes llevarte un chasco importante: puede que no haya playa que disfrutar cuando llegues.

Miramos el nivel del mar: y sube y baja una y otra vez: es la mareaAl nivel máximo de oscilación, la marea alta, se le conoce también como pleamar, y al nivel mínimo, la marea baja, como bajamar. Y a la diferencia entre el nivel máximo y el mínimo se le denomina carrera de marea.

Parece un ciclo regular, pero, ¿baja y sube lo mismo cada día? A lo largo de un mes uno puede darse cuenta de que no es así: hay veces en que el nivel del mar baja mucho y otras no tanto. Por lo tanto, simplemente con mirar al mar nos damos cuenta de que no es un ciclo regular, hay algo más.

Marea astronómica

Probablemente a todos nos hayan explicado que el fenómeno de las mareas se produce por la influencia de la gravedad de la Luna, y eso es parcialmente verdad. Imagina la Tierra rodeada de una capa fina de agua y la Luna en su órbita alrededor de la Tierra. Se produce una modificación del espesor de la capa de agua, un abultamiento, alineado con el eje Tierra-Luna.

También hay un abultamiento en el lado opuesto de la Tierra alineado con la luna. La Tierra da una vuelta a sí misma cada 24 horas, por lo que cada 24 horas cada punto de la Tierra pasa por este abultamiento dos veces, una en el lado de la Luna, y otra en el lado opuesto. Y esto es lo que da lugar a dos mareas altas que se producen a lo largo del día.
Fuente: Universidad de Indiana
Pero eso no es todo. La Luna no es el único cuerpo que provoca ascensos y descensos del nivel del mar. Por ejemplo el Sol, que también provoca fuerza gravitatoria sobre la Luna. Pero el Sol está mucho más lejos de la Tierra que la Luna, pero también es mucho más grande, por lo que también influye. Esto se traduce en que la fuerza gravitacional sobre el agua del mar es del orden de la mitad que la de la Luna. Como la Tierra gira alrededor del Sol cada año y la Luna alrededor de la Tierra una vez al mes, la combinación de estos dos efectos, provocando ambos abultamientos en la capa de agua, es lo que nos da la variación anual de las mareas. A todo este fenómeno de ascenso y descenso del nivel del mar producido por los movimientos gravitacionales del sistema tierra-luna-sol se le denomina marea astronómica.


Mareas vivas y mareas muertas

Cuando el abombamiento producido por el Sol y el de la Luna se alinean, se provocan las mareas altas más grandes, es lo que se denomina marea viva (spring tide). Alrededor de 7 días después, el abombamiento causado por la fuerza gravitacional de la Luna y el del Sol forman 90º. Prácticamente se anulan ambos efectos, por lo que se obtiene la marea alta más baja, la marea muerta (neap tide).





En otros 7 días se vuelven a alinear, por lo que de nuevo se obtiene la marea viva, y en otros 7 días de nuevo la marea muerta. Y así sucesivamente.



Pero aún hay más, y explicado de una manera simplificada, sin entrar en detalles sobre ángulos entre los planos de las órbitas de la Tierra y de la Luna, hay dos momentos del año en los que el sol está más cerca de la Tierra, los equinoccios, y por ello el efecto anterior de mareas vivas y muertas experimenta dos máximos anuales. Son las denominadas mareas equinocciales que se producen en primavera y otoño.




El ciclo se complica

Ahora vamos a considerar que la Tierra no está totalmente cubierta de agua, existen los continentes. Por ello los abombamientos de la capa de agua no se alinean exactamente con la Luna y el Sol: se deforman y se ven afectados por la presencia de los continentes.

Otra cuestión interesante sobre las mareas es que no solo varían por la afección del Sol: el eje de la Tierra respecto al plano del Ecuador va cambiando su ángulo ligeramente, y el eje de la Luna también. Es lo que se llama declinación, y ello afecta también cíclicamente al ciclo teórico de las mareas, a lo largo de la semana, el mes, el año y en periodos más largos.

El fenómeno de las mareas es impresionante, y se produce en todo el mundo de manera diferente. En algunos lugares del mundo hay dos mareas al día, pero en otros solo hay un ciclo.

Las mareas meteorológicas


Cuando se producen cambios bruscos de presión atmosférica o grandes vientos de temporal, el nivel del mar también sufre un incremento en su nivel. Este fenómeno es de suma importancia en costas sin mareas astronómicas apreciables, como es el caso de nuestro Mare Nostrum. El ascenso, o descenso, del nivel del mar puede llegar a ser de 25 cm si el agente que lo genera es el viento, y hasta 20 cm si es consecuencia de variaciones barométricas o de presión.

Los efectos de las mareas astronómicas y los de las meteorológicas se suman, o restan, provocando variaciones locales y temporales a todo el ciclo.

Las grandes mareas en el mundo


La Bahía de Fundy, en Canada, es famosa por tener las carreras de marea más grandes del mundo, con medias de 17 metros en algunos puntos y un máximo registrado en 1869 de 21,6 metros. El fenómeno se explica porque el período del oleaje para ir de un extremo a otro de la bahía es de 12,4 horas, lo mismo que una marea, de modo que ambas causas entran en resonancia y amplían su efecto. Además, la bahía se estrecha gradualmente de modo que la masa de agua gana altura para compensar la disminución de anchura.

Hay una leyenda micmac, el pueblo indígena local, que dice que las mareas de su bahía están causadas por una ballena gigante que agita el agua. Con o sin leyendas, el fenómeno de las mareas en esta zona es impresionante, y se han construido instalaciones de energía maremotriz, que consiste en el aprovechamiento de la variación de altura del nivel del mar.

En Francia también hay lugares de grandes mareas, todos conocemos el Mont Sant Michelle, y en la zona de La Rance, la carrera de marea es de 8,2 m de media, y también se ha instalado una planta de energía maremotriz. Hay más lugares de grandes mareas en el mundo, fundamentalmente en zonas de bahías y estrechamientos, y en casi todos ellos se han instalado, o se prevén, plantas de generación eléctrica.



Los efectos de las mareas en los seres vivos

Lo que es realmente interesante es como algunas especies de animales han adaptado su ritmo o estilo de vida a las variaciones de la marea. Algunos animales modifican su época de reproducción y de alimentación a los ciclos de las mareas y hay animales que se han adaptado a aprovechar la desprotección de otros durante la marea baja. No digamos ya cómo les afecta a los animales que viven en la zona intermareal, como los bivalvos que viven enterrados.

Las mareas son una fuente de energía para los organismos que viven en la franja intermareal: el vaivén diario de las masas de agua aporta grandes cantidades de alimento, y un gran movimiento tanto de nutrientes como de sedimento, que son aprovechados por seres vivos. Por ello, estos seres tienen que vivir entre las duras condiciones de la marea baja y las ventajosas de la marea alta. Con la marea alta llegan los nutrientes, las algas microscópicas y el zooplancton, como recurso alimenticio. En la marea baja llegan los embates de las olas, las altas temperaturas, la desecación y la prolongada exposición a los rayos del sol.


El equilibrio entre las ventajas e inconvenientes de vivir en la zona intermareal no debe ser tan imposible, dado que es precisamente en la zona intermareal donde se acumulan grandes masas de seres vivos, a pesar de las dificultades de la vida allí.