jueves, 25 de abril de 2019

CULTIVANDO JARDINES DE CORAL



Texto: Mónica Alonso Ruiz
Fotos: Turtle Dive Center
Esta entrevista se publicó en la Revista AcuSub num 190 http://acusub.com/?p=3161

Todos los que hemos buceado alguna vez en un arrecife de coral apreciamos lo valioso que es este ecosistema. El arrecife es un jardín dentro del océano, lleno de colores y  formas exóticas que maravillan a todo aquel que se sumerge en sus aguas. Pero además proporciona refugio a miles de criaturas, que viven, o bien que acuden allí para alimentarse. Es una fuente de biodiversidad marina, y de ahí su gran valor ecológico. Entre sus valores añadidos está también proteger las costas contra los temporales, las inundaciones y la erosión de las playas. Si has buceado varias veces en él o has visitado diferentes zonas del mundo donde hay corales habrás observado el inmenso deterioro que están sufriendo en algunas zonas, especialmente debido a la acción humana.

Hoy tenemos la suerte de contar con la joven bióloga madrileña Loreto Vila, que vive en Las Terrenas, República Dominicana, y que disfruta del arrecife de coral todos los días, mientras trabaja como Dive Master en Turtle Dive Center, junto con su pareja John Allibert, gerente del centro. Ambos son unos apasionados del mar y se han dado cuenta de que trabajar en el arrecife de coral conlleva también un compromiso con el mismo. Promover la conservación de este maravilloso ecosistema el algo prioritario en su trabajo, y por ello están inmersos en un precioso proyecto de cultivo de corales.  Loreto lleva tan solo un año en la zona, trabajando a la vez como bióloga marina y como Dive Master, y se ha involucrado mucho en la conservación local. Es una apasionada del mar, practica la fotografía submarina y tiene experiencia previa en conservación, dado que ha trabajado con tortugas en Costa Rica y en Bahamas. 

Loreto Vila es bióloga y Dive Master

Conocí brevemente a Loreto en una charla sobre el océano profundo, hace algunos años, y desde entonces hemos permanecido en contacto por las redes sociales. Recientemente me han llamado la atención una serie de posts suyos en los que nos hablaba del cultivo de corales, y de los trabajos que están realizando allí. Así que no he podido resistir la tentación de pedirle que nos hable de este interesante proyecto.
Las Terrenas se sitúa en la zona Nororiental de República Dominicana

Loreto, ¿qué es el cultivo de corales y para qué sirve?
En primer lugar, sirve para restaurar ciertas especies de coral que se encuentran en peligro en una zona determinada, mediante la inserción de fragmentos de coral en unas estructuras adecuadas, que permiten su crecimiento para con ellas formar arrecife en zonas donde no lo hay. En nuestro caso, cultivamos Acropora cervicornis, también llamada cuerno de ciervo, catalogada como especie en estado crítico según la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Es una especie que responde muy bien a la reproducción por fragmentación y presenta muy buenas tasas de crecimiento en viveros de todo el mundo.
Acorpora cervicornis o cuerno de ciervo, especie en estado crítico según la UICN, es la especie que se cultiva en Las Terrenas

Además, nuestro vivero fomenta la diversidad genética coralina, ya que los corales provienen de diferentes zonas del país (Punta Cana, Carenero y Samaná). Cuando estos corales crezcan lo suficiente se reproducirán de forma sexual y mezclarán su material genético entre ellos.  Al aumentar la diversidad genética aumenta la resistencia de los corales al estrés, y en consecuencia, su supervivencia.
El arrecife así creado también sirve como soporte para otras especies, aumentado la biodiversidad local y creando vida donde no la había. Un año después de la implantación de las primeras estructuras (en una zona de arena) hemos observado un aumento en la cantidad de peces en la zona y la presencia de especies nuevas, como pequeños calamares o cangrejos de diferentes especies.






La vida marina se va asentando en el vivero de coral

Por último, nuestro proyecto tiene un componente lúdico único en el mundo. Nuestras estructuras tienen formas de animales marinos (estrella de mar, cola de ballena, manta raya, manatí, etc.), con la idea de llamar más la atención, y pueden ser observadas tanto en snorkeling como en buceo con botella. Y al estar implantadas muy cerca de nuestros sitios de buceo habituales podemos enseñárselas a nuestros clientes para que conozcan de cerca un proyecto concreto de conservación marina. ¡Muchos de ellos se apuntan a ayudarnos con la limpieza y mantenimiento del vivero!



Las estructuras del vivero de coral tienen forma de animales marinos, para que se puedan disfrutar por los buceadores

¿En qué consiste el proyecto?

La primera parte del trabajo, y la que más tiempo lleva, es la del mantenimiento del vivero de corales. Salimos una vez a la semana, junto con varios voluntarios, para limpiar las algas que se desarrollan sobre las estructuras y que, si no las limpiásemos, asfixiarían a los corales.

La segunda parte es la implicación de la comunidad local y la educación ambiental. En este aspecto, nuestros voluntarios dominicanos más asiduos (Jordi, Betania, Sandy y Orlando) han organizado una serie de charlas educativas en escuelas, parroquias y varios eventos locales (como el festival de Marisco Ripiao).


Los voluntarios son una parte esencial en el proyecto

En el futuro queremos que el proyecto sea autosostenible con un flujo constante de voluntarios y una seguridad económica por medio de patrocinadores y donaciones.
Mientras tanto ofrecemos a nuestros clientes del centro de buceo dos inmersiones gratis en el vivero de coral, a cambio de ayuda en la limpieza. Es lo que llamamos ECODIVE, y está teniendo mucho éxito entre ellos.



El buceo en las estructuras del vivero de coral es una experiencia bonita y atractiva, a la vez que acerca el proyecto a los buceadores

El proyecto del cultivo de corales lo realizáis en el marco de Las Terrenas Coral Reef Initiative. ¿En qué consiste esta iniciativa?
Las Terrenas Coral Reef Initiative es una asociación local que busca concienciar a la población local sobre la importancia y fragilidad de los arrecifes de coral, así como crear y mantener el vivero de coral de Las Terrenas.
Está formada por voluntarios dominicanos e internacionales y por nuestro centro de buceo Turtle Dive Center. Contamos con el apoyo científico y financiero de la organización FUNDEMAR (Fundación Dominicana de Estudios Marinos), que es una organización líder en la conservación de corales del país. Actualmente buscamos implicar al máximo los pescadores y la población local en general, así como otros centros de buceo de la zona.



Las Terrenas Coral Reef Initiative es una asociación local en la que participa Turtle Dive Center, creada para el desarrollo del proyecto de cultivo de coral

FUNDEMAR tiene una red de viveros de coral en hoteles y centros de buceo de todo el país, que lleva desarrollando desde 2011. Uno de los éxitos del programa se registró el 5 de septiembre de 2015,  donde se observó y registró por primera vez en la República Dominicana el evento de desove masivo del coral Acropora cervicornis en el vivero de FUNDEMAR. El proceso involucró la colecta de gametos, la fertilización asistida y cría de embriones, larvas y reclutas. Los pólipos de coral reproducidos se encuentran actualmente en dicho vivero de FUNDEMAR.

FUNDEMAR proporciona asistencia y asesoría técnica de sus investigadores a todas las iniciativas que están desarrollándose, como la nuestra. Está en contacto con varias organizaciones en el Caribe y nos asesora en cuanto a métodos de implantación en el arrecife o técnicas de mantenimiento.

Además, por medio de las redes sociales, podemos seguir en directo los trabajos de diversas organizaciones en el mundo y compartir nuestros resultados.

¿Por qué os animasteis a iniciar esa actividad? ¿Con qué objetivo? ¿Lo estáis enfocando a la restauración de una zona concreta?

La actividad se inició en agosto de 2017, cuando el anterior propietario de Turtle Dive Center, junto con la Organización FUNDEMAR, decidieron implantar las primeras estructuras y los primeros corales, tras observar que las colonias naturales de Acropora cervicornis en Las Terrenas estaban muy diezmadas. Nosotros retomamos la gestión del centro de buceo en noviembre 2017 y con ello, el cuidado del vivero de corales. Así, a finales de ese mes, con la ayuda de FUNDEMAR, duplicamos el número de estructuras, de 5 a 10, aumentando así el número de corales de 172 a 370.


Cartel divulgativo de Las Terrenas Coral Reef Initiative
El objetivo es permitir a los fragmentos de coral crecer hasta un tamaño adecuado para poder implantarlos directamente en el arrecife de Las Terrenas, concretamente en las Islas de las Ballenas y poder así, restaurar la barrera de arrecife natural de la zona. 

Los arrecifes de las Islas de las Ballenas son el objetivo del cultivo de coral, contribuyendo a su restauración.
Las estructuras tienen la función de ser zona de crecimiento de corales. Se disponen fragmentos de unos 10 cm colgando del armazón metálico mediante hilo de nylon. El hecho de colgarlos de la estructura en vez de fijarlos a la misma sirve para que se muevan un poco con las corrientes y tengan un mayor aporte de plancton. En un primer momento se colgaban de cuerdas, pero nos dimos cuenta de que el crecimiento de algas en las mismas era muy grande, lo que nos obligaba a trabajar mucho para retirarlas y evitar que asfixiaran el coral. Investigando lo que hacían en otros viveros de coral, observamos que en algunos sitios usaban hilo de nylon. Lo probamos, con la supervisión de FUNDEMAR, y observamos que el crecimiento de algas era mucho menor.



En el vivero los corales cuelgan de unas estructuras metálicas. Inicialmente con cuerdas y actualmente con hilos de nylon, que reduce mucho la colonización por algas.

Cuando los corales crezcan lo suficiente se quitarán de las estructuras y se implantarán en el arrecife. Pero no todos, algunos trozos se fragmentaran en trozos más pequeños y se atarán de nuevo a las estructuras para que sigan creciendo y dando lugar a nuevos fragmentos de gran tamaño.

¿En qué se basa el cultivo de corales? ¿Cuáles son los factores que influyen?

Los corales se reproducen de varias formas, por un lado por reproducción sexual, cuando los pólipos emiten sus gametos masculinos y femeninos en el agua de forma sincronizada en determinadas épocas del año. Los huevos se desarrollan en forma de larvas, denominadas plánulas, que viven en la columna de agua por un tiempo. Posteriormente se depositan en el fondo y se forma una nueva colonia.

Por otro lado también se reproducen de forma asexual mediante la fragmentación, donde pedazos de coral se desprenden y crecen en un sitio diferente al del coral original. Nosotros aprovechamos este tipo de reproducción en lo que se denomina fragmentación artificial. La fragmentación natural ocurre cuando las ramas de una colonia se rompen y se dispersan tras una tormenta y crean una nueva colonia en otra zona. Copiamos este mecanismo, al romper fragmentos de colonias donantes e implantarlos en nuestro vivero. Al tener varias colonias donantes se aumenta la diversidad genética de nuestra colonia, a la hora de reproducirse de manera sexual.


Fuente: S.E.A. Aquarium

Las condiciones del agua en la zona son favorables para el cultivo de los corales, con buena luz por las aguas claras, la temperatura idónea y la presencia de plancton. Las estructuras están implantadas en la zona sur de las Islas de las Ballenas, para que estén protegidas en caso de tormentas.

En esta zona hay buena presencia de corales cerebro, gorgonias y esponjas, pero sin Acropora cervicornis, especie más sensible y propensa al blanqueamiento.

¿De dónde se recolecta el coral donante u original? ¿Afecta a la salud del arrecife dicha recolección?

El coral donante se obtiene a través de la red de FUNDEMAR y proviene de diversos viveros de otras zonas del país (Samaná y Punta Cana principalmente). Al provenir de viveros, se evita dañar una colonia natural al recolectarlos.

Veo que el proyecto tiene muy en cuenta la colaboración ciudadana. ¿Tenéis el apoyo de la población local?

Sí, tenemos voluntarios dominicanos y franceses residentes en Las Terrenas. Igualmente los pescadores aprueban el proyecto y han dejado de pescar en la zona (sobre todo gracias a la  mediación de Petán, nuestro capitán y antiguo  pescador, gran entusiasta del proyecto y muy respetado por la comunidad de pescadores de la zona).

¿Cómo se implantan los corales cultivados en el nuevo arrecife? ¿Qué características tiene que tener la zona candidata para el implante?

Fijamos el coral en el arrecife cuando tiene un tamaño adecuado, en el entorno de 100 cm (la suma de todas sus ramas). Como “pegamento” utilizamos la resina epoxy, que tiene un gran poder de adherencia y una gran resistencia a lo largo del tiempo. Cada trozo de coral se pega al arrecife por 3 puntos de anclaje y con las ramas hacia arriba.

La zona candidata tiene que tener factores favorables al desarrollo del coral, en cuanto a calidad del agua, profundidad, protección frente a fuertes tormentas, etc. En concreto, nosotros los implantamos en el arrecife que se encuentra a 4 metros de distancia del vivero, para que las condiciones sean lo más similares posibles y asegurar un buen crecimiento de los mismos.

¿Habéis podido ya analizar los primeros resultados? ¿Habéis implantado nuevos corales en el arrecife?

El crecimiento del coral es el mejor indicador de la salud del mismo. Es difícil estimar la longitud de un coral, cuando se trata de corales con morfologías irregulares, y por ello utilizamos diversos indicadores de crecimiento: por ejemplo, la extensión lineal total, es decir, la suma total de la longitud de todas las ramas de cada coral. Es un indicador que usamos a menudo pero no es el único.

También podemos usar el número de puntas apicales, es decir, el número de puntas de cada coral. El coral crece a partir de los ápices (que es donde se genera una nueva rama) y, por lo tanto, la abundancia de estas puntas proporciona un indicador de la productividad de la colonia, dado que algunos corales aumentan de tamaño pero no crean nuevos ápices.

Hemos observado un buen crecimiento de los corales en las estructuras, sobretodo en la estrella de mar y en la cola de la ballena. En las fotos podéis ver la  comparativa de crecimiento de dos trozos de coral en concreto, para ilustrar el crecimiento a lo largo de los meses.

Tenemos diferentes genotipos de coral y su crecimiento es desigual en las diferentes estructuras, habiendo algunas en las cuales crecen menos. En el futuro trabajaremos sobre todo con los genotipos de mayor crecimiento observado, reproduciéndolos por fragmentación.


En la foto de la izquierda, tomada en mayo se pueden contar 26 ápices, mientras que la foto de la derecha, realizada en septiembre, tiene 43 ápices. Es decir, 1.7 veces más puntas en tan solo 4 meses


Comparativa del estado de crecimiento de varios fragmentos de coral procedentes del vivero

Se hizo un estudio previo al proyecto a mediados de 2017. Y se realizará un nuevo estudio a finales de este año para comparar el estado de los arrecifes.

A mediados de marzo se realizó un primer implante en el arrecife de 58 fragmentos de coral y a mediados de octubre un segundo implante de 52 fragmentos. Como el proyecto está aún en una fase muy temprana y los corales crecen muy despacio, aún no tenemos corales de un tamaño adecuado para implantar en el arrecife, provenientes de nuestras estructuras. Por ello FUNDEMAR nos ha proporcionado corales de mayor tamaño, que son los que hemos implantado.


 
Corales recién implantados en el arrecife, fijados al sustrato con resina epoxi

Gracias, Loreto, por habernos contado vuestro interesante proyecto. Buceo y conservación, unir ambos campos es apasionante. Conservar las zonas en las que buceamos y a la vez ayudar a restaurar este ecosistema tan productivo y tan frágil debería ser una obligación de todos, y vosotros lo estáis haciendo realidad. Seguiremos vuestros progresos y os deseamos mucho éxito con vuestra iniciativa.


domingo, 21 de abril de 2019

La mente y el buceo: Bucear con ansiedad

Este artículo se publicó en la Revista Acusub número 191
Texto: Mónica Alonso Ruiz

Nuestro estilo de vida actual ajetreado, con más y más exigencias, tanto laborales como del día a día, conduce a que casi todas las personas estemos expuestas a sufrir estrés alguna vez durante períodos más o menos largos. Algunos de nosotros vivimos incluso en un estado de estrés permanente. Llevamos como podemos este tipo de vida, y nos damos cuenta de que la forma de sobrellevarlo es diferente en cada uno de nosotros: algunos solventan estas situaciones de manera sencilla, pero muchos de nosotros sufrimos de vez en cuando situaciones angustiosas.

El estrés se puede definir como el estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal, que suele provocar trastornos físicos y mentales. En biología es el conjunto de alteraciones que se producen en el organismo como respuesta física ante determinados estímulos repetidos, como el frío, el miedo, la alegría, etc. La ansiedad, palabra que proviene del latín “anxietas”, y que expresa la emoción que sentimos de angustia o aflicción, representando la respuesta de anticipación involuntaria del organismo frente a estímulos percibidos por el individuo como amenazantes o peligrosos. En resumen, representa el estado de alerta que advierte de un peligro inminente.  Cuando el estímulo no es externo y son nuestros pensamientos los que anticipan nuestras reacciones, incluso sin producirse ningún estímulo exterior se produce un desajuste entre el estímulo que demanda una acción por nuestra parte y la percepción de la capacidad propia para hacer frente a esa situación. La angustia gobierna nuestros actos y anticipamos los problemas incluso cuando no los hay.

Sin duda la práctica de deporte es una forma de mejorar nuestra respuesta ante el estrés, y podemos pensar que la práctica del buceo, como actividad muy satisfactoria y placentera, pueda ayudarnos en este aspecto. Pero hay que tener cuidado, porque requiere de unas capacidades físicas y mentales que nos permitan resolver cualquier contingencia en un medio que no es el nuestro, y en algunos casos puede ser incluso fuente de ansiedad. Es verdad que irnos un fin de semana de buceo o a un viaje de buceo tras una temporada de agobiante trabajo, puede ayudarnos a desconectar y a afrontar mejor las semanas siguientes llenas de nuevos retos. Y sin embargo, si nuestro caso es el de ansiedad patológica, esté o no diagnosticada, podemos encontrarnos con que un placentero buceo se convierte en una pesadilla porque nuestro consumo es más elevado de lo normal, porque no nos encontramos cómodos, o mucho peor, porque reaccionamos de manera descontrolada a la menor eventualidad poniendo en peligro nuestra vida y la de los que nos acompañan.

Bucear puede ser una gran fuente de sosiego y de experiencias positivas
Foto: Luis Abad
  
En el caso del estrés cotidiano, tanto en nuestro trabajo como en nuestra vida, nuestra respuesta puede ser positiva, lo que puede traducirse en  una mayor intensidad en nuestras tareas, y en resolver los problemas con creatividad y con éxito. Esto significa que una pequeña tensión normalmente ayuda a realizar las tareas (y evita que nos aplatanemos, o seamos descuidados). Por otro lado, cuando el individuo reacciona incorrectamente o de manera desproporcionada ante los estímulos exteriores, o incluso a la ausencia de ellos, se desencadena un proceso de deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico. Es cuando nos sentimos que estamos de los nervios y sobreactuamos o actuamos de manera brusca al menor estímulo o contratiempo.

La vida cotidiana está llena de problemas, a veces insoportables, que nos afectan en algunos casos de manera patológica.
Fuente: rawpixel.com

Si la situación de ansiedad, o mala respuesta por nuestra parte al estrés, es continua durante meses, los médicos hablan de más de seis, o cuando sus consecuencias son inhabilitantes para nuestra vida diaria, se habla ya de patología.

Los trastornos de ansiedad son mucho más frecuentes de lo que habitualmente creemos, puesto que en realidad nuestra sociedad está bastante enferma por causa de nuestro modo de vida. Se calcula que más de un 20 % de las personas sufrirá una crisis de ansiedad a lo largo de su vida, y en nuestro país los casos de ansiedad han aumentado en los últimos años paralelamente a los casos de depresión, con la que la ansiedad está muy relacionada. Es la enfermedad psiquiátrica más frecuente, alcanzándose porcentajes superiores al 5 % entre la población adulta, siendo las mujeres las más propensas a padecerla. El perfil de personalidad más sensible a esta enfermedad es el de una persona muy perfeccionista y muy responsable por lo que algunos de nosotros somos más propensos a sufrirla.

Entonces, ¿cómo saber si padecemos este mal? Lo primero es conocer sus síntomas, tanto mentales como físicos: la ansiedad duele. Si manifiestas varios de estos síntomas de forma habitual: palpitaciones, sensación de ahogo, respiración poco profunda y rápida, náuseas, tensión muscular, calambres, cansancio crónico, inquietud, hiperactividad, problemas de sueño, angustia, impaciencia, irritación, etc, debes preocuparte y acudir a un profesional. El problema muchas veces es que interiorizamos estos síntomas como algo habitual, no dándoles la debida importancia. Un profesional nos podrá decir si, efectivamente se deben a esta patología o a otros factores, o si están combinados con síntomas depresivos, lo cual es muy frecuente. Es habitual también que cuando comienzas a conocer la enfermedad empieces a darte cuenta de más síntomas de la misma y que no asociabas con ella antes de ser diagnosticada.

Desgraciadamente hay muchas personas que no son conscientes de lo que les ocurre y no consultan a un especialista, y por tanto no reciben tratamiento. El enfermo se convierte en una persona tan preocupada y angustiada por los problemas, reales o no, que no escucha en su interior, y no es capaz de darse cuenta del sufrimiento. Y es de destacar que el primer paso del tratamiento es aceptar que uno tiene esta enfermedad, seguido de una voluntad de liberarse de ella y por lo tanto empezar a mejorar.


Ser conscientes de que sufrimos ansiedad es el primer paso para superarla. Y tendremos una visión más clara de la vida, lo que nos permitirá disfrutar más de ella.
Foto: Luis Abad

Otro factor que no ayuda a que la población afectada sea consciente y decida tratarse es la percepción del paciente de que la ansiedad no está considerada socialmente como una enfermedad propiamente dicha. Esto es muy grave puesto que si esta dolencia no se trata,  puede desembocar, si la situación es muy prolongada, en patologías serias, causadas fundamentalmente por el incremento de generación de determinadas hormonas. Uno de los efectos más significativos es la debilitación del sistema inmunológico, lo que origina continuos resfriados, gripes, alergias, etc. Además, entre otras consecuencias, se pueden producir trastornos cardíacos y circulatorios, que pueden desembocar en anginas de pecho y ataques al corazón. Por lo tanto, es preciso destacar que puede llegar a ser grave, con consecuencias serias para la salud a largo plazo.

La buena noticia es que esta enfermedad tiene tratamiento y se pueden reducir los síntomas muchísimo, permitiéndonos volver a afrontar los problemas de la vida con otra perspectiva menos perjudicial. Requiere tratamiento psicológico y psiquiátrico durante un largo período de tiempo, combinando psicoterapia y medicación cuando es necesaria. Como medicamentos los psiquiatras utilizan  combinaciones de ansiolíticos y antidepresivos, que permiten, en primer lugar, controlar los niveles anormales de sustancias en el cuerpo, ayudándonos a mitigar los efectos negativos de la enfermedad, y en segundo lugar apoyar al necesario trabajo psicológico. La psicoterapia suele incluir procesos de autoanálisis, técnicas de relajación y control de la respiración, permitiéndonos modificar las capacidades de afrontamiento de la realidad. Otras técnicas, como el yoga, pueden contribuir a que nos sintamos más tranquilos y relajados, ayudando en gran medida a la recuperación. Por propia experiencia os puedo asegurar que funciona y permite afrontar la vida de una manera mentalmente más sana.

El tratamiento de la ansiedad conduce a tener un planteamiento vital más adecuado para resolver los problemas cotidianos.
Fuente: rawpixel.com

Una vez que ya tenemos controlada la enfermedad podemos volver a tener una vida normal. Es llamativo que cuando llevamos mucho tiempo sufriendo sus síntomas, “llevar una vida normal” a muchos de nosotros nos ha parecido algo maravilloso, y nos ha permitido disfrutar mucho más del día a día y de todo lo que hacemos, incluido el buceo.

El buceo es un deporte de alto contenido en emociones y disfrute, y vamos a ser más conscientes de ello si nuestro estado antes de practicarlo es bueno. Incluso puede parecer compatible y beneficioso para contribuir a nuestra mejoría, cuando estamos en proceso de recuperación, cuando se trata de un buceo tranquilo y sin dificultad. En cualquier caso, no debemos olvidar que para practicarlo con seguridad se necesita de una cierta pericia y autocontrol, que no tenemos si sufrimos altos niveles de ansiedad. Recordemos que incluso para una persona sana, bajo ciertas condiciones del mar o personales, el buceo puede ser fuente de estrés.
 

El buceo en algunas ocasiones se compone de situaciones más o menos difíciles para las que debemos estar en buenas condiciones físicas y mentales
Foto: Luis Abad

La pregunta es, ¿se puede o no se puede bucear con síntomas de ansiedad? La respuesta es muy diferente en cada caso y en muchos de ellos uno mismo no tiene la capacidad para juzgarlo. Lo sensato es no bucear cuando uno tiene síntomas, pero cuando éstos son leves y no requieren de ayuda médica es posible la práctica de este deporte siempre que se acompañe con ejercicios de relajación previos y que los síntomas no se presenten durante las horas anteriores a la inmersión, previa indicación de que podemos practicarlo por parte de nuestro psicólogo o psiquiatra.

Fuente: rawpixel.com

Incluso en el caso que comentábamos de unas vacaciones de buceo tras un período intenso de trabajo, debemos tratar de relajarnos al máximo antes de comenzar las inmersiones, bajar de revoluciones, meditar, practicar ejercicios de yoga, o lo que sepamos hacer para evitar así pasar un mal rato por una mala gestión de las emociones bajo el agua. Recordemos que tener una mala experiencia de buceo siempre es difícil de superar, y nos puede llevar a arruinar nuestras vacaciones de buceo al no poder disfrutarlas a tope.

En el caso de ansiedad grave y especialmente cuando el enfermo no es consciente de su enfermedad y no recibe tratamiento, se pueden ocasionar situaciones muy peligrosas debajo del agua por lo que se considera una contraindicación absoluta para la práctica del buceo. No debemos llegar nunca tan lejos. Por ello es tan importante cambiar la percepción que tiene la sociedad de esta dolencia, y reconocer que pedir ayuda cuando nos sentimos mal puede evitar situaciones de grave peligro. Los buceadores debemos ser conscientes de nuestro estado físico y mental y evitar bucear si no estamos en buenas condiciones.  



Tener la mente despejada cuando vamos a bucear es fundamental para no cometer errores.
Foto: Luis Abad

Tratar esta enfermedad es largo y nos puede ocurrir que queramos bucear durante el tratamiento. En ese caso tenemos que tener en cuenta que cualquier medicación que actúe sobre el sistema nervioso, como es el caso de antidepresivos o tranquilizantes, es capaz de interferir y alterar el metabolismo del organismo, así como posiblemente influir o potenciar negativamente los efectos del nitrógeno sobre el cuerpo. Y la decisión no la debemos tomar nosotros: debe ser el psiquiatra, valorando la medicación que recibe el enfermo en las fases finales del tratamiento, el que decide si permite la práctica de esta actividad.

Este artículo no pretende ser un manual médico ni psicológico sino una mera reflexión personal sobre el tema, teniendo en cuenta mi experiencia diaria en la lucha contra la ansiedad, y lo aprendido gracias al  apoyo de los profesionales que me han tratado esta dolencia tan frecuente.

Agradecimientos: Mercedes Rodriguez Herviás (Psicóloga) 

miércoles, 3 de abril de 2019

La vida errante del plancton




Este artículo se publicó parcialmente en la revista Escápate, en su número 28 
http://www.cluboceanides.org/escapate.html
También se publicó completo en la revista Espacio Profundo 
http://www.espacioprofundo.com.mx/revistadigital/171/10/
Texto: Mónica Alonso Ruiz

Seguramente todos hemos oído hablar del plancton como una sopa de seres microscópicos que viven en el mar, y de la que se alimentan algunos animales marinos filtradores, como las ballenas, las mantas o el tiburón ballena. Pero, ¿sabías que esta sopa es como la poción mágica y es la mayor fuente de vida del planeta?

Aproximadamente hace tres mil quinientos millones de años aparecieron en el océano los primeros seres microscópicos unicelulares capaces de utilizar la luz del sol y el agua y fijar el carbono en su cuerpo mediante la fotosíntesis. Fue la primera explosión de vida que derivó en los primeros seres marinos, que posteriormente evolucionaron y colonizaron tierra firme. Mientras tanto, los organismos que constituyen el plancton o la sopa de la vida, siguieron viviendo en el océano constituyendo la base de la cadena alimenticia oceánica.

En realidad el término plancton es algo muy complejo, pues incluye a un extenso grupo de organismos tanto de agua marina como de agua dulce, que son, en general muy pequeños y que son arrastrados por las mareas y corrientes. Algunos son visibles a simple vista y otros requieren de un microscopio para ser vistos.

La palabra plancton proviene del griego planktós, que significa errante y por ello cualquier ser viviente que es arrastrado por las corrientes marinas se clasifica como plancton, incluyendo algas microscópicas, krill o larvas de pescado. Algunos organismos planctónicos permanecen a la deriva durante toda su vida, pero otros, como los moluscos o los peces, son solo planctónicos durante la fase inicial de sus vidas en forma de embriones o larvas. En estos últimos, su reproducción se produce de manera externa, expulsando al agua los gametos de ambos sexos, que se combinan formando huevos en una enorme cantidad. Estos huevos tienen pocas probabilidades de sobrevivir, dado que la mayoría constituyen el alimento para otros organismos del plancton, pero algunos sobreviven y se convierten en larvas. Cuando adquieren un cierto tamaño se asientan en el fondo o nadan libres en función de la especie.

Las cadenas alimentarias de los organismos que viven en el plancton son complejas. Fuente: Vistaalmar.es
El hecho de que sean organismos que se desplazan a merced de las corrientes no significa que no tengan movimiento propio. De hecho, si observamos al microscopio una porción de agua marina con plancton podremos observar numerosos seres marinos diminutos que se mueven de un lado para otro. Las medusas son sin duda los animales más llamativos y grandes del plancton y también son capaces de un cierto desplazamiento. Con el movimiento de su umbrela, pueden realizar desplazamientos cortos, pero los recorridos más largos los realizan por efecto de las corrientes marinas y del viento. Por ello en determinadas épocas viven lejos del litoral y en otra se acercan más a la costa.

Fitoplancton y zooplancton

Existen muchas formas de clasificar las criaturas que componen el plancton. La más habitual es clasificarlo en fitoplancton y zooplancton.

El fitoplancton está compuesto fundamentalmente por microalgas, que obtienen energía del sol mediante la fotosíntesis y absorben dióxido de carbono y producen oxígeno, renovando de manera constante el aire que respiramos. Se calcula que el 50 % del oxígeno que respiramos proviene del fitoplancton. Además, es el primer eslabón en la cadena alimenticia de los sistemas acuáticos. Está compuesto, además de microalgas, por otros organismos, como diatomeas, clorofitas, cianobacterias y dinoflagelados. Algunas de las algas pueden no ser tan pequeñas, como es el caso de los sargazos, que pueden vivir libres en el océano, sin sujeción al fondo, y que también forman parte del fitoplancton.


Las algas microscópicas son las componentes del fitoplancton. Foto: Cristina Eisman 

El zooplancton o plancton animal está constituido por seres que se alimentan de materia orgánica ya elaborada, y suponen el siguiente escalón en la cadena alimentaria, por encima del fitoplancton. Un ejemplo de zooplancton son las medusas y los ctenóforos, pero también las larvas y los parásitos.

El plancton vegetal está, en general, siempre cerca de la superficie, dado que requiere de luz solar para realizar la fotosíntesis. A veces forman enormes masas que pueden verse a simple vista, dado que la clorofila que poseen es un pigmento verde.


Existen multitud de organismos animales que componen el zooplancton. Foto: Cristina Eisman

Sin embargo el zooplancton puede realizar migraciones verticales diarias en la columna de agua, lo que constituye la mayor migración del mundo animal. Algunas especies de copépodos, un tipo de crustáceos de pocos milímetros de tamaño, que viven entre los 200 y 400 metros de profundidad, durante la caída del sol suben a la superficie para alimentarse de las microalgas planctónicas. Una vez que se alimentan vuelven a los fondos oceánicos y el proceso se repite cada día. La ventaja de vivir a tanta profundidad es que la falta de luz los hace invisibles a los depredadores, aumentando su tasa de supervivencia.

Otras clasificaciones

A veces se utiliza el tamaño como criterio de clasificación, y según este podemos encontrar macroplancton, microplancton y nanoplancton. El macroplancton se puede capturar con una red gruesa y a simple vista uno es capaz de distinguir los diversos individuos que lo componen. En general son organismos de tamaño superior a 1 mm y no suele estar formado por fitoplacton (salvo en el caso de algas flotantes).

El microplancton, al que también se le llama plancton de red, está compuesto por organismos de entre 0.05 y 1 mm, y suele ser una mezcla de fitoplancton y zooplancton. El valor más bajo de su tamaño se fijó con el criterio de la apertura más pequeña de una red muy fina. El nanoplancton es capaz de atravesar cualquier red, por fina que sea y su máximo tamaño es de 0.05 mm. Suele estar formado por organismos del fitoplancton.

Además, existen dos tipos de plancton más pequeños, el bacterioplancton y el virioplancton, compuestos, respectivamente de bacterias y virus, que flotan en el océano a la deriva.

Las redes se utilizan para capturar algunas categorías de plancton. Fuente: Vistaalmar.es

El krill

La composición del plancton es diversa en cada punto del océano, dado que varía en función de la época del año, de la distancia a la costa, de las corrientes, de la hora del día y de la temperatura del agua. A veces, en determinados lugares se concentra una gran cantidad de zooplancton, en lo que se conoce coloquialmente como krill. Esta comunidad tiene envergadura suficiente para permitir  la alimentación de animales enormes como las ballenas o el tiburón ballena.
 Anatomía del krill. Esquema: Uwe Kiis

En realidad el krill propiamente dicho es un grupo de determinados crustáceos (los eufasiáceos), que se encuentra en todos los océanos del mundo y no comprende todo el zooplancton. Se le considera una parte importante en la cadena trófica, pues se alimenta de fitoplancton y por su tamaño es el alimento de especies mucho más grandes. Es llamativo el krill antártico (Euphasia superba), que constituye una enorme proporción de la biomasa del planeta.

Mareas verdes y rojas

Es cierto que es necesario tener una buena población de plancton para asegurar el sustento de los ecosistemas marinos, pero cuando las concentraciones de plancton aumentan súbitamente el ecosistema tiene un problema.

En ocasiones, cuando proliferan mucho las algas verdes del microplancton, se pueden producir mareas verdes. Esto ocurre cuando en el agua del mar hay demasiados nutrientes, debido a vertidos de nitratos procedentes de la actividad humana, especialmente la agricultura. En este caso se produce lo que se denomina eutrofización, el crecimiento desmesurado de algas. Con ello la cadena trófica se altera, crecen también los organismos del zooplancton, que consumen mucho oxígeno; se produce una notable caída del oxígeno disuelto y finalmente toda la vida marina muere.

esquema eutrofización
Esquema explicativo del fenómeno de la eutrofización. Un fenómeno de eutrofización ha sido el causante de la degradación del Mar Menor (Murcia). Fuente: Greenteach.es

Los mares cerrados son muy propicios para que se produzcan fenómenos de eutrofización. En las imágenes de satélite se aprecia este fenómeno. Fuente: i-ambiente.es

A veces se producen mareas rojas, cuando proliferan de manera natural, por cambios en salinidad o temperatura, determinados organismos tóxicos o nocivos, que constituyen aproximadamente el 2% sobre las 5000 especies del fitoplancton. Es el caso de los dinoflagelados del género Alexandrium y Karenia. En este caso estos organismos suelen tener color marrón o rojizo, aunque pueden no tener color, y por ello reciben el nombre de mareas rojas. Muchos de estos organismos son especialmente nocivos para los bivalvos, y pueden incluso serlo para los humanos, provocando graves consecuencias sanitarias, por lo que este tipo de mareas son especialmente preocupantes cuando se dan en zonas de cultivos marinos.

 
En octubre de 2018 en las playas de Florida se detectó una marea roja que obligó a prohibir el baño. Fuente: Miami Herald

La crisis del sargazo en México: la marea marrón

Es muy posible que algunos hayáis visitado las playas de la Península de Yucatán en estos últimos años. Habréis podido observar una capa de alga sargazo que cubría toda la superficie de la costa y que se acumulaba en las playas. Es la llamada marea marrón que tantas molestias están generando a los millones de turistas que visitan la zona.

El sargazo pelágico es una macroalga marina parda del género Sargassum que se ha desplazado desde el Mar de los Sargazos, situado en el medio del Atlántico, entre las costas de Brasil y África occidental, hasta las costas mexicanas. Esta alga forma enormes extensiones vegetales enmarañadas que flotan a la deriva porque tiene unas pequeñas vejigas llenas de aire que le permite flotar. Estas especies evolucionaron a partir de las que crecían adheridas a las rocas, para hacerse pelágicas. 


El alga sargazo forma parte del plancton. Tiene unas vejigas que le permiten flotar libremente en la superficie. Fuente: News.culturacolectiva.com
Este “mar flotante” es un ecosistema que acoge a muchas especies, como el pez dorado, el pez volador, crustáceos y tortugas marinas, y les da cobijo en medio del Océano Atlántico. Que se haya desplazado es un desastre ecológico muy grande. Las aguas cristalinas y las arenas blancas del Caribe son resultado de los bajos niveles de nutrientes de la zona. El sargazo invasor genera cien veces más nutrientes de los que requieren estos ecosistemas, por lo que bacterias y otros microorganismos crecen descontroladamente y afectan a las especies nativas, además de enturbiar las aguas. Los científicos están preocupados porque los efectos pueden ser ya permanentes.

De hecho el sargazo ya está afectando gravemente al medioambiente local. Al flotar en las aguas cristalinas donde se encuentran pastos marinos y arrecifes coralinos, bloquea el paso de la luz e impide la fotosíntesis de las especies locales. Esto es muy grave en el caso de los arrecifes de coral, los cuales pueden perder sus zooxantelas, o algas que viven en simbiosis con ellos, y producir la muerte del organismo (blanqueamiento del coral). Además, científicos mexicanos estiman que las altas concentraciones de amonio y sulfuro de hidrógeno resultado de la descomposición del alga, junto con condiciones de poco oxígeno o eutróficas, están matando a las especies nativas.

Los grandes esfuerzos del Gobierno y las autoridades locales y entidades públicas y privadas han reducido mucho el impacto de esta invasión, mediante programas de retirada masiva.



El sargazo invade periódicamente las playas caribeñas mexicanas. Foto: Mónica Alonso


Cuando el plancton escasea el planeta tiene problemas

La distribución del plancton no es uniforme en el planeta, y es en las zonas más frías, por su abundancia, donde las aguas son más productivas. El indicador de la presencia en el agua de fitoplancton, sin el cual no puede existir zooplancton, es la clorofila, compuesto necesario para que se pueda realizar la fotosíntesis. Por eso si observamos el mapa de clorofila de los océanos, que es equivalente a observar el mapa del fitoplancton y por tanto de todo el plancton, podemos ver que las zonas más verdes están en los polos. Esta es la razón por la que los animales planctónicos, como las ballenas, migran hacia los polos para alimentarse y vuelven a las zonas templadas para reproducirse.

Mapa de distribución de clorofila del planeta. Fuente: Globalpossibilities.org

No solo los blooms de algas, el exceso de plancton en algunas zonas del océano, provocan consecuencias negativas. También se producen problemas cuando el plancton escasea. Se sabe que durante los últimos 50 años se está produciendo un descenso a nivel global del fitoplancton de los océanos y se estima que la tasa de reducción es de 1% al año.

Para conocer la importancia planetaria que tienen estos diminutos organismos marinos, y poder valorar las consecuencias de su reducción es preciso entender bien los procesos en los que intervienen.  

El fitoplancton produce aerosoles que generan nubes, las cuales reducen la insolación que recibe el océano. Nuestro planeta no es totalmente azul visto desde el espacio, es un planeta lleno de nubes protectoras, y en realidad los cielos sobre los océanos suelen estar limpios de nubes tan solo un 10 % del tiempo. Si tenemos en cuenta que el océano cubre el 72 % de la superficie del planeta, la reducción en la tasa de plancton del océano significa que se producen menos nubes en una parte muy importante del mismo, y por lo tanto se contribuye al calentamiento global. 


Las nubes producidas por el plancton reflejan aproximadamente el 25 % de la energía del sol. Fuente: Russ George


Las nubes cubren nuestros océanos, y forman parte de nuestro paraguas protector contra la radiación solar que calienta sus aguas. Foto: Russ George


Sin embargo, el fitoplancton no solamente es vital para mantener la temperatura del planeta, otro beneficio que nos proporciona es la absorción de CO2 y la generación de oxígeno, como si fuera un enorme bosque marino. Por ello los científicos están muy preocupados por este descenso de plancton a nivel global. 

Bioluminiscencia nocturna  
                  
Posiblemente muchos buceadores hayan podido observar en inmersiones nocturnas que el plancton produce su propia luz. Ello es debido a organismos diminutos que generan bioluminiscencia, como es el caso de la chispa de mar o Noctiluca scintillians, que a veces se concentra de manera importante en determinadas zonas, generando un verdadero espectáculo luminiscente. En el caso de esta especie, tóxica, su presencia constituye una verdadera marea roja. Otras especies que producen mareas rojas con bioluminiscencia son Ceratium falcatiforme y Lingulodinium polyedra. Estas dos últimas son las responsables de las últimas mareas rojas de San Diego en California.

Julio Verne ya habló de este fenómeno en Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino, y lo llamó “balsa de agua que brilla en la oscuridad”. 

ver video BBC

En México es posible visitar algunas playas en las que se produce este fenómeno, en algunas épocas, cuando sube la temperatura del agua. El lugar más conocido para verlo es la Isla de Holbox, en el Caribe. También es posible verlo en la playa de Xpicob en Campeche, Bucerías en Nayarit, la isla Espíritu Santo en Baja California Sur y las lagunas de Chacahua y Manialtepec en Oaxaca.


Foto: Doug Perrin


Bioluminiscencia de una marea roja en San Diego. Foto: Erik Jpesen/UC San Diego

Fuente: Semarnat
Alimento humano

Aunque ya se investigó el plancton como alimento humano desde los años cuarenta, cuando se planteó como alimento para los tripulantes de los submarinos de la II Guerra Mundial, recientemente se ha empezado a utilizar fitoplancton en la cocina. Se trata de una selección de microorganismos marinos aptos para el consumo humano, denominada ALPHA3 CMPES. Se le ha llegado a llamar “la leche materna de nuestra madre tierra” (yo lo hubiera llamado la leche materna del océano), dado que por sí mismo provee de todo lo necesario para vivir, debido a que su composición nutricional es muy completa.

Existen granjas marinas donde se produce este alimento, a base de unas 200 especies de diatomeas, que proporciona 400 veces más energía que ningún otro vegetal conocido y con alto poder antioxidante. Algunos chefs lo están incorporando ya a sus recetas, aprovechando el alto poder nutritivo y su excelente sabor a mar. En el mercado se puede encontrar como liofilizado en polvo.