Texto: Mónica Alonso Ruiz
El año pasado los
conservacionistas rusos decidieron investigar la realidad de las capturas de
mamíferos marinos en su país. Sabían que, en el Mar de Ojotsk, lejos de la
civilización, lejos de todo, se capturaban orcas y belugas. Se sabía que se aprovechaba
la migración estacional de las orcas a lo largo de su costa en verano para
capturarlas. Nadie lo había visto, dado que es un lugar bastante inaccesible. Sin
embargo, esta actividad no es del todo ilegal, pues a pesar de la indignación
popular, al parecer, el Servicio Federal de Supervisión de Recursos Naturales
ruso había dado permisos para ciertas capturas en la zona en 2018,
específicamente 13 orcas por año, para ser utilizadas en actividades
educativas.
Tras la emisión de estos permisos,
unos cuantos voluntarios de varias organizaciones de ese país, dentro de un
grupo llamado “Ocean Friends” se equiparon con dos embarcaciones y se
presentaron en la zona. Los cazadores de orcas no recibieron muy amigablemente
a los activistas, usando armas de fuego contra sus drones y saqueando su
campamento.
A pesar de las dificultades,
recogieron un montón de información. Filmaron las sangrientas capturas e
incluso casi pudieron impedir algunas de ellas, pero los cazadores tenían
mejores medios. Capturar una orca joven o un grupo de belugas jóvenes, para
utilizarlas en un delfinario, exige un cruento trabajo de caza de la manada y
descarte de aquellos ejemplares no deseados por ser ya adultos.
La sociedad rusa y el mundo
desconocían hasta la fecha lo que estaba ocurriendo allí. El proceso de captura
no se controla en absoluto: no se
hace fotoidentificación, ni biopsias para obtención de ADN. Si durante la
captura se mata a alguna orca no hay consecuencias, si una orca muere, se
deshacen del cuerpo y se captura otra.
El mar de Ojotsk, donde capturan las orcas y belugas
Querían mostrar al mundo que la
captura de un animal para un delfinario requiere la muerte violenta de muchos
otros. Dado que para que un delfín, una orca o una beluga se pueda adaptar a la
cautividad es preciso que sea una cría o muy joven, los cazadores suelen atacar
a toda una manada, para separar a sus crías. Como son animales sociales, todo el
grupo reacciona al ataque, defendiendo a sus pequeños. Por ello la mayoría de
las veces es preciso masacrar a muchos de los componentes de la manada. De los
ejemplares capturados posteriormente se hace una selección, en la cual se
descartan algunos, a los que también dan muerte o son abandonados a su suerte.
Como los cetáceos en cautividad duran poco porque mueren muy prematuramente, es
preciso reponerlos, y de ahí el constante negocio de la captura sigue diezmando
manadas enteras. Puedes ver todo esto en este vídeo.
Los voluntarios volvieron de la
expedición con mucha información valiosa para mostrar al mundo y a las
autoridades. Pudieron filmar a 12 orcas y 90 belugas en una “base de
adaptación” en Srednyaya Bay, Nakhodka, que los cazadores tenían como punto de concentración
de animales para su posterior venta, principalmente a los delfinarios chinos,
cuyo número no para de crecer año a año. Se cree que por una orca pueden
recibir un precio entre 1 y 6 millones de euros.
La Bahía de Srednyaya, cerca de la ciudad de Nakhodka, donde se sitúa la
“base de adaptación” que las empresas tienen como punto de concentración para
posterior venta de las orcas y belugas a delfinarios chinos.
Sus imágenes dieron la vuelta al
mundo en noviembre de 2018. Los animales estaban hacinados en pequeñas
piscinas, las belugas al aire libre y las orcas en espacios cubiertos. En otro vídeo
se puede ver como una grúa eleva una orca y la pone en un tanque, en las
labores de preparación para su transporte a un destino desconocido para los
activistas. Se cree que los cetáceos iban a ser vendidos a los delfinarios
chinos. Los periódicos rusos informaron de que las cuatro empresas que operaban
en la zona (Oceanarium DV, Afalina, White Whale/Bely Kit y Sochi Dolphinarium)
habían exportado 15 orcas y 200 belugas a China en los últimos 5 años. Estas
empresas alegaban que tenían permiso para capturar a estos animales.
Las instalaciones de la Bahía de Srednyaya donde se mantienen cautivas
las orcas y las belugas. Es la denominada “cárcel de ballenas”. Las piscinas
cubiertas se reservan a las orcas, de mayor valor en el mercado, y las que
están al aire libre son para las belugas. En esta instalación se han encontrado
12 orcas y 90 belugas.
¿Especies protegidas?
Conocer la legalidad de la
captura de cetáceos es realmente complicado y responde, como ocurre siempre en
el caso de recursos marinos, a convenios internacionales que firman los países
y que acatan o no en función de si les interesa.
La realidad es que la Comisión
Ballenera Internacional propuso la prohibición de la caza de orcas hasta que se
realizaran investigaciones sobre el estado de la especie como consecuencia de
que en 1979-1980 en la Unión Soviética se capturaron más de 900 ejemplares. A
partir de ahí Noruega y la Unión soviética suspendieron sus capturas y Japón lo
hizo en 1990.
La Comisión Ballenera
Internacional (CBI) regula las capturas de las “ballenas grandes” y define 13
especies de misticetos (ballenas con barbas) a proteger, con prohibiciones
vinculantes para sus miembros. El resto de cetáceos, entre los que se incluyen
las ballenas más pequeñas y los odontocetos (cetáceos con dientes), no tienen
reglas de captura en el ámbito de la Comisión, aunque su comité científico
discute temas de conservación de este numeroso grupo. Es por ello que las
prohibiciones que la CBI establezca no son vinculantes para los países
miembros, por lo que existe un enorme vacío legal en el ámbito internacional
para estas especies fuera de las “ballenas grandes” (grandes ballenas)
La Convención CITES protege todos
los odontocetos (cetáceos con dientes), grupo al que pertenecen las belugas,
orcas y todo tipo de delfines. La protección consiste en la inclusión en el
apéndice II, donde figuran las especies que podrían estar en peligro de
extinción a menos que se controle estrictamente su comercio. Para exportar
especímenes es preciso un permiso de exportación, cuando se cumplen
determinadas condiciones. Como podemos ver, esta protección no consiste en la
prohibición de captura, sino de comercio.
Actuación del gobierno ruso
El vídeo de las piscinas con las
orcas y belugas cautivas llamó la atención de la población rusa y de todo el mundo.
A partir de ahí cientos de personas enviaron cartas y cientos de miles de
personas firmaron peticiones para solicitar que se dejaran de capturar estos
animales y su liberación inmediata.
El Fiscal General ruso inició una
investigación. Al parecer, los permisos de caza emitidos vulneraban la ley rusa
sobre pesca y preservación de los recursos biológicos acuáticos. Según dicha
ley sólo los delfinarios establecidos en Rusia podrían obtener dichos permisos
de captura, para animales a utilizar en sus instalaciones, prohibiéndose la
venta y exportación de los mismos. A partir de ahí, se realizó una
investigación criminal con cargos de captura ilegal de recursos biológicos
contra las empresas que capturaban estos animales. Mientras la investigación
siga en curso los animales debían permanecer bajo la custodia de dichas
empresas.
Campaña “Free Russian Whales” (Liberar las “ballenas” rusas)
A partir de ahí, en enero de
2019, los conservacionistas rusos se organizaron y comenzaron la campaña Free
Russian Whales, para hacer presión para que el gobierno ruso libere a las orcas
y belugas (mal llamadas ballenas, pues no lo son).
“Free Russian Whales” es la campaña que grupos de conservacionistas rusos
llevan a cabo para dar a conocer al mundo la situación de las orcas y belugas
cautivas en Srednyaya
Los argumentos para su
liberación, avalados por expertos y biólogos internacionales, son los siguientes:
- Las orcas y belugas llevan muy poco tiempo cautivas, por lo que aún son capaces de adaptarse a la libertad, dado que han sufrido muy poco tiempo el condicionamiento conductual de la cautividad. O lo que es lo mismo: aún recuerdan cómo se vive en libertad. Hay experiencia de delfines jóvenes que fueron liberados tras un corto periodo de cautividad y han sobrevivido libres.
- Los animales son jóvenes, pero no son crías, por lo que previsiblemente serían capaces de readaptarse a la libertad, incluso en grupos que no sean de su propia familia.
- A lo largo de este tiempo han desaparecido una orca y tres belugas. Sus captores dicen que la orca fue liberada por conducta agresiva y que las belugas han escapado. Se presume que aún con la prohibición del gobierno ruso, los captores puedan haberlas vendido ilegalmente.
Una activista recoge firmas para liberar a las orcas y belugas en la feria de buceo rusa que tuvo lugar en enero en Moscú |
El tiempo juega en su contra
Mientras se toman decisiones, las
condiciones físicas de los animales cautivos se deterioran debido al
hacinamiento y al crudo invierno. La instalación de Srednyaya Bay no está
prevista para que los animales pasen allí tanto tiempo. La investigación del gobierno
ruso paralizó su traslado a los delfinarios de destino, pero tampoco ha
permitido su liberación inmediata.
En enero de 2019 expertos del
Servicio de Costas ruso, veterinarios y biólogos, informaron sobre la “prisión
de ballenas”. Las instalaciones están cubiertas con hielo en las piscinas y las
belugas casi no pueden moverse. Los cuidadores tienen que romper el hielo
continuamente. Las belugas se adaptan mejor y por ello están en los tanques a
la intemperie. Evolucionaron eliminando su aleta dorsal precisamente para poder
estar en zonas de hielo, y tienen más grasa corporal. En libertad pueden
desplazarse a zonas con menos hielo para poder nadar, cosa que aquí no pueden
hacer. Las orcas lo llevan peor, y eso que están en tanques cubiertos, dado que
ellas suelen migrar a zonas menos frías en esta época del año.
Las piscinas de la “prisión de ballenas” cubiertas de hielo
La presencia de hielo en las piscinas no reduce aún más la movilidad de
los animales
En febrero de 2019 Jean Michelle
Cousteau escribió a Vladimir Putin para pedir la libertad de las orcas y
belugas, y se ofreció a asesorarles. Otros famosos, como Pamela Anderson y
Leonardo di Caprio también escribieron a Putin y promocionan la petición de
liberación que hay en change.org, que casi alcanza un millón de firmas. El 23
de febrero el gobierno ruso anunció la liberación de los animales. Esta gran
noticia recorre todas las televisiones del mundo.
La campaña internacional de Leonardo di Caprio a favor de la liberación
de las orcas y belugas ha llamado la atención de todo el mundo y el Gobierno
Ruso ha notificado que pretende liberarlas.
A fecha de hoy, no nos consta que
las orcas y belugas cautivas se hayan liberado y su situación empeora. Los
expertos han vuelto a la “cárcel de ballenas” y han observado que las lesiones
que tienen en la piel debidas a su captura han empeorado, que tienen nuevas
lesiones debido al hacinamiento, y que los hongos, presumiblemente, han hecho
acto de presencia…(Ver actualización al final del artículo)
Las orcas cautivas presentan lesiones en su piel, que han empeorado desde
el cautiverio
El Gobernador de la Provincia invitó a Jean Michelle Cousteau para asesorarles. Tiene que tomar una
decisión que no es fácil. Mientras tanto los activistas rusos hablan de que el
Gobierno pretende llevar a los animales a los delfinarios rusos. Esta opción no
es bien recibida por ellos, que ven que, una vez más cuando un gobierno no sabe
qué hacer cuando tiene un cetáceo que liberar, suele llevarlo a una instalación
de este tipo, donde acaba su vida actuando y dando dinero a la industria de la
cautividad. (Ver actualización al final del artículo)
Se han producido manifestaciones en pro de la liberación de las orcas y
belugas en Moscú
El gobierno ruso, tras una
reunión celebrada el 12 de marzo, anunció que los animales serían trasladados a
una bahía diferente, cerca de Vladivostok. En dicha reunión se creó una
comisión para determinar la suerte de los animales. Los conservacionistas están
preocupados porque el coordinador de dicha comisión es el responsable de los
permisos de captura que se dieron a las empresas, y que luego fueron declarados
ilegales. Acusan a dicha comisión de no querer acoger ningún grupo de expertos
internacionales.
Este mismo mes de marzo una serie
de celebridades de todo el mundo le han pedido a Vladimir Putin la liberación
de estos animales. Encabezan la carta la reina Noor de Jordania, Jane Goodall,
Richard Branson, Edward Norton y muchos otros. Sin duda el esfuerzo de Free
Russian Whales está siendo enorme para aumentar la presión sobre los
responsables de liberar a estos animales.
La experta en cetáceos Tatiana
Denisenko, docente de la Universidad Estatal de Moscú, experta en medicina veterinaria
y biotecnología, ha declarado a la prensa que la liberación de estos animales
es posible. Ha evaluado las posibilidades que tienen de aprender a vivir en la
naturaleza e incluso la posibilidad de que encuentren a su familia, como muy
altas. Su rehabilitación podría durar uno o dos meses, antes de liberarlos,
dado el poco tiempo que han pasado en cautividad, tras un control sanitario y
de cura de sus heridas. Se le ha planteado la posibilidad, ya anunciada, de que
se les lleve a otra bahía cercana para su rehabilitación, pero ella lo
descarta, dado que un traslado y manipulación mediante tanques podría afectar
mucho a su salud.
No sabemos cuánto va a durar esta
circunstancia, ni si los animales van a sobrevivir antes de que sean liberados.
Lo que sí sabemos es que de momento sirve para dar un toque de atención a la
sociedad internacional para que se dé cuenta de lo que ocurre con la industria
de la captura de mamíferos para delfinarios. (Ver actualización al final del artículo)
Esta terrible situación se ha
creado como consecuencia de la creciente industria de los delfinarios en China,
y países cercanos, en un mundo donde cada vez más países están prohibiendo la
cautividad de los cetáceos. ¡No vayas a un delfinario! Detrás de la cara
“feliz” de un delfín cautivo haciendo piruetas está una vida de privación de
libertad, de castigos para vencer su resistencia, de lesiones por el
hacinamiento, de enfermedades por estar viviendo en un espacio reducido. Y,
sobre todo, la masacre que se lleva a cabo para su captura.
Detrás del negocio de los delfinarios se esconde otro negocio más
sangriento, el de la captura y tráfico de estos animales
Actualización julio
2019
De forma inesperada, a finales de
junio y comienzos de agosto el Gobierno Ruso ha comenzado a liberar orcas y
belugas, sin consultar a ninguno de los grupos que les estaban asesorando.
Proceso de carga de una de las orcas liberadas
A finales de junio liberaron 2
orcas y 6 belugas. La prensa rusa lo vendió como un gran éxito y circularon
varios vídeos sobre lo felices que eran los animales cuando se liberaron.
Video 2 (Facebook)
Video 3 (Facebook)
Se liberaron en el Mar de Ojostk,
donde fueron capturadas (hicieron caso a los expertos, pero solo en ese aspecto). El traslado
se hizo por carretera y las liberaron inmediatamente, sin proceso de
aclimatación ni de tranquilización tras el estrés del transporte. Los expertos
y activistas rusos están muy preocupados porque el proceso de liberación no se
está llevando en las mejores condiciones.
Los conservacionistas rusos están preocupados por cómo se está llevando
el proceso de liberación, especialmente con el secretismo del Gobierno Ruso
Los animales fueron etiquetados y
se han podido seguir sus movimientos. Al parecer las dos orcas permanecen
juntas, y se mueven por los lugares en los que las orcas salvajes se mueven
habitualmente. Aún no se sabe si se han reunido con algún grupo.
Las orcas liberadas fueron etiquetadas y sus movimientos pueden seguirse
vía satélite
A inicios de julio liberaron tres
orcas, dos de ellas más adultas y otra una cría, con el mismo procedimiento que
el utilizado en la liberación anterior. Del seguimiento por satélite se conoce que
la orca más joven se ha separado del grupo. Y además se la ha podido ver
vagando cerca de la zona de liberación, acercándose a los pescadores y
mendigando comida a los humanos.
En este video
se la puede ver recibiendo un pescado de la mano de un pescador. Es
decepcionante ver como este animal parece que en solitario no va a ser capaz de
sobrevivir en libertad. Así, los detractores de la liberación, la industria del
cautiverio, tiene argumentos para decir que la liberación de cetáceos una vez
capturados es imposible.
La cría de orca que se ha separado del grupo mendiga comida de los
pescadores
Los activistas están muy
preocupados por su salud. Indican que la liberación tenía que haberse realizado
en grupos más grandes, las 10 orcas juntas y las belugas en grupos grandes,
aunque no fuera el grupo entero. Así las más débiles podrían tener el resguardo
del grupo y mejorar su proceso de adaptación. Además, el seguimiento de todos
los animales debería haberse realizado de forma visual, asegurándose de que
todos los individuos eran capaces de alimentarse, en un periodo tras su
liberación.
Jean Michelle Cousteau ha
declarado (vídeo)
que está muy decepcionado con el procedimiento seguido para la liberación de
los animales y pide modificarlo y ampliar la transparencia del proceso, dada la
poca información que se está dando del mismo.
Finalmente, el 24 de julio, el
Gobierno ruso ha anunciado que Greenpeace Rusia participará en la liberación del
siguiente grupo de orcas, que tendrá lugar en agosto.
Esperamos que la cordura se
implante en el proceso de liberación y se sigan los consejos de los expertos en
la materia.