Texto: Mónica Alonso Ruiz
El pasado 27 de marzo en el
Parlamento Europeo (Comité de Pesca) se celebró una Audiencia Pública en la que
se debatieron los detalles de la Iniciativa Ciudadana Europea “Stop Finning –
Stop the Trade”, que pide a la Comisión Europea medidas legales para acabar con
el comercio de aletas de tiburones y rayas en Europa (incluyendo la
importación, exportación y tránsito de aletas sueltas no adheridas al cuerpo
del animal).
La Iniciativa había sido
oficialmente presentada a la Comisión Europea en enero, tras la consecución de
1,1 millones de firmas de apoyo de los ciudadanos europeos y este acto forma
parte del proceso de su tramitación en las instituciones europeas.
Por parte de la Iniciativa tomaron
la palabra Nils Kluger (portavoz), Alex Cornellisen (Sea Shepherd), Sylvia
Earle, Stefanie Brendl (Shark Allies) y Bradley Soule (Consultor de pesca).
Al inicio de la presentación,
tuvimos el honor de escuchar a Sylvia Earle, un referente en el mundo de la
investigación, de la conservación del océano y Premio Príncipe de Asturias de
la Concordia 2018. Dijo unas palabras que introdujeron a los asistentes al
mundo de los tiburones. Estos asombrosos animales son vitales en la
conservación de los ecosistemas de los océanos y Sylvia ha sido testigo, a lo
largo de su larga vida estudiando el océano, del descenso de sus poblaciones. Las
instituciones europeas tienen ahora una oportunidad para actuar en favor de ellos.
Los ponentes de la Iniciativa hicieron
hincapié en que el finning está prohibido en la UE y que desde 2013 es
obligatorio desembarcar los tiburones con las aletas adheridas al cuerpo. Se resaltó
que una vez desembarcados los ejemplares de las especies cuya pesca está
permitida, las aletas se pueden desprender del cuerpo y se inicia así el
comercio de aletas de tiburón con destino a Asia, que se utilizan en la
preparación de sopa.
Se destacó que en todo el mundo
los tiburones se capturan fundamentalmente por sus aletas, lo que provoca una
delicada situación de conservación por sobrepesca de sus especies. Esa es una
de las razones por la que se pretende acabar con el comercio de aletas en
Europa en su camino a Asia, especialmente cuando el comercio de aletas sueltas
legales da pie a su mezcla con aletas ilegales.
Se presentaron algunas
conclusiones de los últimos informes sobre las aletas de tiburón que llegan a Hong
Kong, Singapur y Taiwan, destacando que una gran parte de ellas proviene de
Europa, y que se han detectado discrepancias entre los volúmenes declarados de
exportaciones desde la UE y los de las importaciones en destino, lo que da
indicios de que existe una parte de ese comercio desconocida o no controlada. Se
subrayó lo complicado que es actualmente realizar un control aduanero sobre las
aletas sueltas, por la dificultad de identificación de su procedencia.
También se explicó que la
Iniciativa se integra perfectamente en los objetivos de cumplimiento del
Convenio CITES, que recientemente aumentó la protección de más de 60 especies
de tiburones, añadiendo restricciones a su comercio. Además, se ayudaría a la consecución de los
objetivos incluidos en el European Green Deal (Pacto Verde Europeo) de
recuperar la biodiversidad.
El representante de Europêche, órgano
de representación de los pescadores de la Unión Europea, explicó que la captura
de tiburones de forma sostenible es posible, y que es una fuente de recursos de
alimentación de la población mundial, remarcando que el finning está totalmente
prohibido en Europa y en muchos lugares del mundo, y que en Europa existen
sistemas de identificación y de trazabilidad de los productos de tiburón
comerciados.
Además, defendió que la UE
captura tiburones mediante su flota palangrera de superficie, fundamentalmente
tintorera, especie que, según Europêche, goza de buena salud. Destacó que no se
capturan tiburones solo por sus aletas sino por la venta de su carne y que con
las medidas que propone la Iniciativa se estaría prohibiendo en Europa una
actividad legal y sostenible, con serias consecuencias sobre la industria
pesquera europea, cuya actividad se desplazaría hacia Asia, donde los controles
son mucho menores.
Tomaron también la palabra
eurodiputados de los comités organizadores y otros eurodiputados asistentes.
Todos ellos alabaron el logro de los organizadores de la iniciativa de
conseguir el apoyo de más de un millón de ciudadanos europeos.
Algunos de ellos se alinearon
claramente con las proposiciones de la Iniciativa, indicando que el escenario
idílico descrito por Euopêche es difícilmente creíble, y otros,
fundamentalmente españoles, defendieron que la flota europea cumple
escrupulosamente la legislación europea para combatir el finning. Algunos indicaron
que la prohibición del comercio de aletas sueltas de todas las especies de tiburón,
estén o no amenazadas, podría penalizar a los pescadores europeos, que podrían quedar
en desventaja frente a flotas de otros países donde no se apliquen estas
medidas.
Los ponentes de la iniciativa puntualizaron
que en ningún caso se trata de penalizar al sector pesquero europeo, sino que se
proponen medidas complementarias a la regulación existente (la europea y CITES).
Europa debería liderar el camino de mejorar la conservación de los tiburones,
siguiendo el ejemplo de Canadá, Reino Unido y Estados Unidos, donde ya se
aplican estas medidas.
Peter Schmidt, presidente del
Área de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Comité Económico y Social
Europeo (EESC) hizo un emotivo alegato en favor de que Europa lidere la toma de
medidas de conservación de los tiburones, mencionando su experiencia como
buceador durante cuarenta años, durante los cuales ha sido testigo del evidente
descenso de las poblaciones de tiburones.
Una vez que miembros de la
Comisión Europea y de los comités del Parlamento felicitaron a los portavoces
de la Iniciativa por la consecución de un gran apoyo ciudadano y por su
presentación de manera muy consistente y sólida, se dio fin al acto de
Audiencia. El próximo 11 de julio la Comisión Europea deberá resolver sobre los
pasos a seguir en la tramitación.
El debate fue animado y ordenado.
A partir de lo que pudimos ver y escuchar, constatamos que la Iniciativa despierta
una cantidad importante de reacciones de apoyo favorables y que las tesis en su
contra no deberían ser un verdadero obstáculo para seguir adelante con la
tramitación.
Tenemos grandes esperanzas de que
la Comisión Europea proponga al Parlamento Europeo la modificación de la
legislación europea y que finalmente se ponga fin al comercio de aletas de
tiburón en Europa. Crucemos los dedos.
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