Los amantes de la fotografía macro y los buceadores a los que
nos gusta la búsqueda de animales raros somos grandes admiradores de los peces
rana. Estos maestros del camuflaje pasan tan desapercibidos que cuando uno observa
una esponja, y de repente ve que hay un ojo que te mira, te das cuenta de que
ahí hay un pez rana.
Posiblemente este sea un pez rana pintado (Antennarius pictus) que puede llegar hasta un tamaño de 13 cm y tener múltiples colores, en general del color de la esponja a la que se asocia y con motitas poco pronunciadas. Este ejemplar está desplazándose hacia adelante, “caminando” con sus aletas. La foto se hizo en Dumaguete, isla de Negros, en Filipinas.
Los peces rana pertenecen a la familia de las antenáridos,
que deben su nombre al apéndice que tienen delante de la boca y que agitan como
señuelo para atraer a sus presas. Por
ello en algunos lugares los llaman peces “pescador”, pues usan el señuelo como
una caña de pescar, y en algunas zonas de América del Sur se les llama peces
“zanahoria”, como referencia a las zanahorias que se colgaban de un palo
delante de un caballo o burro para hacerles caminar. También se les conoce como
peces esponja (por su mimetismo con las esponjas en las que vive), o pez sapo
(por la forma de la boca), aunque los verdaderos peces sapo pertenecen a otra
familia.
Suelen ser peces pequeños, con aspecto de globo deforme
hinchado, con la boca dirigida hacia arriba, y tienen tres espinas dorsales
extendidas en su cabeza, la primera de las cuales es el señuelo, que se compone
del sedal (illicum) y del señuelo propiamente dicho (esca). La segunda y
tercera dorsal están engrosadas, formando dos apéndices carnosos sobre la
cabeza, seguidos de una aleta blanda.
Otro presunto ejemplar de pez rana pintado, con una coloración grisácea. Este ejemplar está al acecho y con un grado de mimetismo con la esponja situada detrás de él, muy logrado. La foto se hizo en Dumaguete, isla de Negros, en Filipinas.
El tamaño no suele ser muy grande, desde los 3 cm hasta los
30-35 cm. Existen 44 especies, y se distinguen por la longitud del sedal y la
forma del señuelo, más que por el color y textura, ya que éstas son
terriblemente cambiantes en la mayoría de las especies.
Viven en aguas tropicales y subtropicales del Atlántico y
Pacífico, así como en el Indico y el Mar Rojo, en las que la temperatura no sea
inferior a 20º C, por lo que se pueden encontrar en las Islas Canarias (Antennarius nummifer). No es posible
encontrarlos en el Mediterráneo.
Habitan cerca de esponjas, ascidias, algas y objetos
abandonados (es frecuente verlos en los pecios). Son, en general bentónicos, es
decir, se asocian al fondo, a profundidades entre 15 y 100 m, salvo el
denominado “arlequín de los sargazos” (Histrio
histrio), que tiene una vida pelágica, y tiene aletas pectorales prensiles
y con ellas se agarra a las masas flotantes de algas de los Sargazos.
Pez rana peludo (Antennarius hispidus). Presenta filamentos en su piel de “camuflaje” para confundirse con el fondo arenoso con algas. La foto se hizo en Dumaguete, isla de Negros, en Filipinas.
Carecen de vejiga natatoria y nadan con gran torpeza. Sus
aletas pectorales y pélvicas se han modificado, siendo más aptas para andar que
para nadar, teniendo aspecto de patas palmeadas (por eso se les llama ranas).
Las aletas ventrales están muy adelantadas y poseen una articulación semejante
a un codo, lo que les permite apoyarse mejor en el fondo.
Permanecen largos periodos de tiempo inmóviles y generalmente
se desplazan, rara vez, “caminando” sobre sus aletas. En casos de emergencia
engullen gran cantidad de agua que expulsan de golpe por los opérculos
branquiales, consiguiendo una especie de “propulsión a chorro”, permitiéndoles
despegarse del fondo y avanzar por el agua.
Posiblemente sea también un pez rana pintado, esta vez en un color amarillo chillón que destaca sobre el fondo arenoso oscuro, y con filamentos cortos en su piel. También puede ser un juvenil de pez rana peludo. ¿Qué estaría haciendo aquí, sin hacer uso del camuflaje? Lo encontramos en una inmersión de muck diving o buceo en el fango en Dumaguete, isla de Negros, en Filipinas.
Tienen dos formas de “caminar” por el fondo. La primera forma
de desplazarse es moviendo alternativamente sus aletas pectorales hacia
adelante, sin utilizar las pélvicas. La segunda forma es una especie de
“galope”, moviendo simultáneamente sus aletas pectorales hacia adelante.
Como son animales lentos y no tienen espinas venenosas, su
estrategia de supervivencia consiste en pasar desapercibidos. Para ello
utilizan la inmovilidad, imitan el color del ser vivo junto al que se camuflan
(homocromía) así como su forma y textura (homotipia). Por ello adoptan
coloraciones llamativas, blanco, amarillo, rojo, verde o negro, o con manchas
de diferentes colores. Además, a su piel mucosa sin escamas se adhieren todo
tipo de algas o microorganismos que imitan los sedimentos. Su camuflaje es tan
perfecto que algunas veces se han visto nudibranquios sobre un pez rana sin
reconocerlo.
Pez rana payaso (Antennarius maculatus). No parece un pez, más bien un nudibranquio venenoso. La foto se hizo en Dumaguete, isla de Negros, en Filipinas.
Pueden cambiar de color con el tiempo. Generalmente suelen
tener la apariencia más clara, pero el cambio hacia colores más fuertes puede
durar desde unos pocos días hasta varias semanas. Se desconoce qué desencadena
el cambio de color en estos animales.
Esta estrategia para evitar ser vistos, y confundir a los
depredadores, también les sirve para acechar a sus presas, tratando de atraerlas
con el señuelo. El movimiento y la apariencia del señuelo son distintos según
la presa en la que estén especializados, así puede tener aspecto de gusano,
gamba o pez pequeño. Algunos peces rana, como el verrugoso, que se alimenta de
noche, utiliza bacterias bioluminiscentes, que se instalan en su cebo y hacen
que éste brille en la oscuridad.
Pez rana gigante (Antennarius commersoni), que puede llegar a medir hasta 30 cm. Podemos ver los rasgos de su cara con su boca orientada hacia arriba, aunque, como casi siempre que hay un buceador cerca, tiene el señuelo recogido, como casi siempre que hay cerca un buceador. Pueden apreciarse sus aletas modificadas para caminar, y su textura muy parecida a una esponja. La foto se hizo en Maldivas.
Algunas veces las presas dañan o arrancan parcial o
totalmente el señuelo, que es capaz de regenerarse, periodo en el cual en pez
rana no se alimenta.
Este pez rana de color rosa ayuda a su camuflaje con añadidos vegetales. En puerto Galera, Isla de Mindoro, Filipinas.
Una vez atraída la presa el movimiento de engullida es
extraordinariamente rápido, especialmente si se compara con el movimiento
normal de este tipo de peces. La presa atraída por el cebo es sorprendida por
un movimiento rapidísimo producido al expandir su boca hasta 12 veces su tamaño
normal, succionando un enorme volumen de agua que arrastra a la
presa a una velocidad imperceptible para el ojo humano.
En este video se puede ver la capacidad que tienen para
expandir su boca: http://www.youtube.com/watch?v=FRJ0KFbw2L0
Filmaciones reproducidas a cámara lenta han mostrado que el
pez rana succiona a su presa en tan solo 6 milisegundos. Este tiempo es menor
del que lleva a un músculo contraerse.
Este ejemplar parece un pez rana verrugoso (Antennarius maculatus), cuyas verrugas quedan disimuladas por el reflejo del flash en su piel blanca. También se ayuda para el camuflaje de añadidos vegetales en su piel y es difícil localizar la posición de su ojo. Es un pez pequeño, que solo llega a alcanzar 9 o 10 cm. La foto se hizo en Puerto Galera, Isla de Mindoro, Filipinas.
Son capaces de engullir animales más grandes que ellos
mismos, incluso otros peces rana. La capacidad de expandir enormemente su boca
la utilizan como estrategia defensiva, apoyándose en sus aletas pectorales y
levantando la cabeza con la boca expandida. Esto les hace parecer más grandes
de lo que son.
Se ha observado a peces rana comer peces león, por lo que se
cree que su poderoso veneno no les afecta.
Otra foto del pez rana de color de rosa cuya textura de la piel imita la textura de una esponja. Se puede apreciar la “articulación del codo” de la aleta modificada para caminar. En Puerto Galera, Isla de Mindoro, Filipinas.
La estrategia reproductiva de este animal solitario no está
del todo investigada. Se ha podido observar en acuarios. Muchas especies
utilizan la técnica de esparcir los huevos por parte de la hembra y luego los
machos acechantes los fertilizan. La hembra genera sus huevos y su abdomen
empieza a crecer. Puede generar hasta 180000 huevos de una vez. El macho suele
acercarse a la hembra un par de días antes de la puesta. Se desconoce si el
momento de la puesta está determinado por algún factor externo, como la fase de
la luna, o si el macho es atraído por la hembra por algún olor u otro tipo de
señal por parte de la hembra. En las parejas observadas a veces la diferencia
de tamaño entre los dos géneros es muy importante, siendo la hembra mayor que
el macho. Tras la fertilización de los huevos el macho suele huir, para evitar
ser depredado por la hembra.
Aquí tenemos otra foto del pez rana verrugoso, y en este caso se ven bien las verrugas de la piel. En Puerto Galera, Isla de Mindoro, Filipinas.
La puesta de huevos suele agregarse en una especie de masa
gelatinosa que flota en el agua y que puede alcanzar longitudes de hasta 1 m en
el pez rana de los sargazos. En otras especies la puesta de huevos se adhiere
al suelo o a las rocas.
Este es un juvenil de pez rana, de apenas 2 cm de longitud. Posiblemente sea un pez rana pintado. En Puerto Galera, Isla de Mindoro, Filipinas.
Existen ejemplares en acuarios, y son animales muy preciados,
pero no son fáciles de mantener en cautividad. Además es preciso criarlos
aislados, pues se comen cualquier animal vecino que tenga hasta dos veces su
tamaño. Pueden adoptar coloraciones poco llamativas si el tanque del acuario no
acoge esponjas o algas de colores brillantes. Como no es posible distinguir los
sexos sin diseccionarlos, es muy difícil que se reproduzcan en cautividad.
Pez rana pintado, de color blanco y con camuflaje añadido. En su frente se ve el cebo recogido. En Puerto Galera, Isla de Mindoro, Filipinas.
Algunos vídeos interesantes:
fotos: Mónica Alonso y Luis Abad
Este artículo se publicó en la revista Acusub en Agosto de 2013