jueves, 20 de febrero de 2025

EL OLEAJE MARINO

 Texto: Mónica Alonso Ruiz

A todos nos gusta observar las olas del mar. Nos obnubilan con su vaivén constante de espuma blanca que acaricia la orilla y nos desasosiegan cuando golpean violentamente los acantilados. Cada ola es algo maravilloso. Mirar la superficie marina es observar una danza líquida que refleja la luz del sol y la luna, creando destellos de magia que atrapa nuestra mente y nos hipnotiza.

Las olas nos apasionan. Fuente: Wikipedia. Autor: Alvesgaspar CC.

Ya en la antigüedad, las civilizaciones costeras consideraban el oleaje marino como una fuente de fascinación y misterio. Los antiguos marineros y pescadores observaban las olas no solo como un fenómeno natural, sino también como una expresión de la voluntad de los dioses y de los espíritus del mar. En muchas culturas, el mar y sus olas eran considerados sagrados y se les atribuían poderes sobrenaturales.

En la mitología griega, por ejemplo, Poseidón, el dios del mar, tenía la capacidad de controlar las olas y las tormentas, y por ello los navegantes le ofrecían sacrificios y oraciones para pedir que sus viajes fueran seguros. De la misma forma, en la mitología nórdica, el dios Aegir y su esposa Ran eran los que controlaban las olas y las profundidades marinas, y se pensaba que podían provocar naufragios si no se les aplacaba con ofrendas.

El dios Poseidón. Fuente: Wikimedia CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=280806

A lo largo de la Historia, el estudio del oleaje ha ido evolucionado, partiendo de la pura observación, desarrollándose según avanza la ciencia y la tecnología. Hoy en día, la oceanografía y la meteorología nos permiten comprender mejor los procesos complejos que generan el oleaje y predecir su comportamiento con mayor precisión, diseñando las infraestructuras costeras, los diques y las playas para que sean capaces de soportar su acción.

La gran ola de Kanagawa. Esta imagen es muy conocida. Es una famosa estampa japonesa del pintor Katsushika Hokusai publicada entre 1830 y 1833. Fuente Wikipedia. Imagen de dominio público

Nos encanta disfrutar de las olas, especialmente en la zona de rompientes. A pesar de la posible peligrosidad de esas zonas, los surfistas las utilizan como campo de deporte y diversión. También los bañistas disfrutan de su divertida actividad soportando a veces sus golpes y bamboleo.

Y, sin embargo, todos los años escuchamos que en determinados lugares los efectos del océano embravecido han provocado daños en la costa. Como si de vez en cuando el mar nos dijera que es un elemento natural indomable y que los pobres humanos estamos aún muy lejos de conocer bien su comportamiento y de prever los efectos de su ira.

Fuente: Puertos del Estado

El fenómeno de formación y propagación del oleaje

Los movimientos más importantes del mar, las olas, son ondulaciones de la superficie marina que se desplazan y llegan a la costa, donde se disipan y se rompen.

El viento genera el oleaje, aunque los terremotos y los movimientos de las mareas también pueden producirlo. Cuando no hay viento la superficie del agua es plana como un espejo, pero cuando lo hay las masas de aire junto a la superficie marina se mueven, se produce una fricción y una presión que ondula la superficie, como consecuencia del intercambio de energía que se produce entre el medio aéreo y el acuático.

Cuando la energía que transmite el viento es suficiente, la ola deja de ser una perturbación local y esta ondulación (el oleaje) progresa y se propaga en todas direcciones por la superficie marina, desde la zona en la que se generaron hacia otras zonas en las que puede no haber viento.

De esta manera se producen dos “movimientos”, un movimiento de ondulación de la superficie del agua, haciendo que las partículas de agua se muevan siguiendo trayectorias circulares, y uno de traslación del fenómeno (la onda se propaga).

En la propagación del oleaje no se desplazan las partículas de agua, salvo que se produzca otro fenómeno diferente al oleaje, como por ejemplo que exista una corriente superficial que traslade las partículas de agua por la superficie.

Parámetros matemáticos del oleaje. Fuente: Conceptos de Ciencias de la Tierra. Grados 6-8. Olas generadas por el viento. Dana Desonie, Ph D.

Cuando el fondo está muy lejos de la superficie, la propagación horizontal por la superficie del agua puede ser muy grande y es posible detectar olas muy lejos de donde se generaron, incluso a miles de kilómetros.

Movimiento circular de las partículas de agua, Fuente: Marmar.net

En profundidad, una vez que nos alejamos de la superficie el efecto del oleaje se va disipando y este movimiento circular de las partículas se va aplanando, deformándose su trayectoria circular, pasando a ser elíptica, hasta que a cierta profundidad en que la trayectoria es totalmente plana, obteniéndose así un vaivén totalmente horizontal.

La rotura del oleaje en la costa

Cuando se propaga la ola por la superficie marina, al llegar a la costa, por la presencia del fondo cercano a la superficie, las olas sufren un cambio brusco de forma y se produce una disipación rápida de la energía que se está desplazando. La ola rompe, las partículas de agua se desplazan y golpean la superficie del fondo.

La rotura del oleaje. Fuente: Marmar.net

La rotura del oleaje. Fuente: bluewatermiles.com (modificación propia)

Los parámetros matemáticos del oleaje

El movimiento ondulatorio de las olas marinas utiliza una formulación matemática relativamente sencilla que lo define, similar a la utilizada para definir otro tipo de ondas, como las ondas de radio, las ondas lumínicas, etc. La forma geométrica de las olas se describe matemáticamente mediante varios parámetros, como son la cresta y el valle de la ondulación, la altura de ola, definida como diferencia de altura entre cresta y valle, la longitud de onda, que es la distancia entre dos crestas o dos valles consecutivos, y el periodo, que es la cantidad de tiempo en el paso de dos crestas (o dos valles consecutivos).

Las olas del mar pueden tener hasta 10/15 metros de altura, aunque las más comunes son mucho más pequeñas, con alturas de 0.5 a 2 metros.

Las zonas de viento y de oleaje

Se llama “fetch” a la superficie marina donde sopla el viento y donde se forma el oleaje. En función del tipo de viento que sopla en esa superficie, y fundamentalmente de la longitud en la que el viento sopla en la dirección principal, se produce un tipo de oleaje u otro. Por eso, el oleaje tendrá mayor o menor altura de ola en función de la intensidad del viento, o mayor o menor longitud de onda, o en función del espaciamiento de las rachas de viento.

El fetch es algo muy importante a la hora de diseñar una obra marítima (por ejemplo, el dique de un puerto). Para poder predecir el oleaje que deberá sufrir, es necesario saber la superficie, la fuerza, dirección y duración del viento en los “fetch” que pueden generar oleaje que pueda llegar a esta obra que se proyecta.

Geométricamente la forma de las olas en la zona donde se generan por la presencia del viento es diferente a la de las olas producidas por la propagación del oleaje fuera de la zona de formación.

En la zona de actuación del viento, llamada “mar de sea” o “mar de viento” las olas son picudas y caóticas, no hay una verdadera ondulación. Seguro que lo has visto alguna vez, cuando se ve un mar agitado, con una serie de crestas picudas. Si algunos sois seguidores de las regatas a vela os habréis dado cuenta de que las olas en los campos de regatas son siempre picudas, porque estamos en una zona de fetch o de formación de oleaje.

Sin embargo, las olas, según se alejan de su zona de generación, se van “ondulando”, los picos se suavizan, el movimiento se va ordenando hacia las ondas clásicas del modelo matemático y se forman “trenes de ondas” en la zona que se denomina “mar de Swell” o “mar de fondo”.

Ello ocurre cuando vemos un mar agitado, y ni una brizna de viento: eso es porque en un lugar más o menos alejado de donde estamos observando hubo un determinado viento que provocó un oleaje hace unas horas y ahora llega hasta nosotros. Se agitó el mar (mar de viento), y el oleaje generado se propagó hasta nuestro punto de observación (mar de swell), donde ahora no hace viento.

O, dicho de otro modo: el estado del mar que observamos en un determinado momento no tiene relación con el viento que observamos en ese momento y en ese lugar, sino con el que hubo en la zona de generación de oleaje.

Un ejemplo lo tenemos en Canarias, donde se registran “swells” generados por borrascas del Atlántico Sur a más de 7.000 km de distancia.

Mar de viento y mar de fondo. Fuente: bluewatermiles.com Autor: StormGeo (modificación propia)

Los tipos de rotura del oleaje

Ya hemos explicado que las olas, al propagarse, acaban llegando a zonas someras, a la costa, y allí, por efecto del rozamiento con el fondo cambian su forma y sus parámetros, se inestabilizan y finalmente rompen. Esto ocurre porque el valle de la ola se retrasa por efecto del fondo y la cresta se adelanta.

Si se considera el fondo marino cerca de la costa en la zona de rompientes como un plano inclinado, la pendiente o inclinación mayor o menor del fondo puede producir diferentes tipos de roturas.

Si la pendiente del fondo es muy suave, como ocurre en una playa, y la ola es muy alta, la ola se derrama por delante y se produce una rotura de descrestamiento (“spilling” en inglés). Cuando la pendiente de la playa es mayor la cresta de la ola se adelanta mucho y se produce un “rulo” o “voluta” que deja aire ocluido dentro de la ola, provocando una gran turbulencia y se denomina “rotura en voluta” (o “pluging” en inglés). Si la pendiente es elevada puede producirse un mero movimiento de vaivén y se produce la “no rotura” (o “surging” en inglés).

Tipos de rotura de olas. Fuente: Hidrodinámica en la zona de rompientes. UNAM

El tipo de rotura no solo depende de la pendiente de la playa, sino también de la altura de ola o de su periodo. Por eso en una misma playa, sin modificar la pendiente se pueden producir diferentes tipos de rotura, unos días rompen las olas de una manera y otros de otra.

Una preciosa ola en voluta: es la famosa ola de Nazaret, lugar idóneo para la práctica del surf. Fuente: Meteored Tiempo.com

En la rotura del oleaje también afecta la rugosidad del suelo: no es lo mismo una playa de piedras, donde el rozamiento y la disipación es mayor, que una playa de arena finísima, con rozamiento y disipación menor.

Los rompeolas

Llevando al extremo el plano inclinado se tiene un plano vertical: y ello ocurre cuando una ola se encuentra con un muro. En ese caso puede suceder que la ola no se disipe, y directamente se refleje, desplazándose en sentido contrario. Y puede ocurrir que la onda incidente y la reflejada lleguen a acoplarse y amplificarse por resonancia.

Este es un fenómeno muy peligroso, porque son las olas las que rompen las estructuras marítimas al conseguir que la ola que incida se amplifique y provocar su rotura.

Por eso en la costa solemos encontrarnos “rompeolas” o estructuras de escollera (grandes bloques de piedra u hormigón de diversas formas y tamaños) que literalmente “rompen” la ola, al disipar su energía por rozamiento. Y por eso los diques de hormigón verticales suelen tener en su base una escollera que rompa la ola y evita que el muro de hormigón la refleje.

No se suelen poner muros verticales frente al oleaje. Se disponen rompeolas con escollera. Fuente: Diccionario náutico

Los elementos de disipación de los diques de escollera de hormigón pueden tener diferentes formas, con objeto de disipar de forma adecuada el oleaje. Fuente: fondear.org

La predicción del oleaje. Las redes de boyas marinas

Sabemos que el oleaje de una zona puede influir en otra muy distinta, por efecto de la propagación, y que un fuerte viento que sople en un sitio puede afectar a un lugar totalmente diferente. Además, el oleaje puede afectar a la estabilidad de una playa o de una obra marítima, como un dique.

Por eso, habitualmente se trata de “predecir” cuando y cómo va a llegar un determinado oleaje a una zona, ya sea para poder practicar surf, o bien para saber qué tipo de ola va a afectar a una zona costera. Mediante la predicción se trata de diseñar obras marítimas, o prever fenómenos costeros (aviso a navegantes).

Para ello se utilizan sistemas de monitorización del oleaje del océano, que también miden parámetros de viento, mediante sistemas de boyas situadas por todo el mundo. Por ejemplo, la red de boyas de aguas profundas miden parámetros de las olas, alturas, velocidad y dirección, pero también otros parámetros como las corrientes, la temperatura, la salinidad, y también datos meteorológicos como el viento, la temperatura del aire y la presión. También existen redes de boyas costeras, que miden el oleaje en determinadas zonas de profundidad menor, donde el oleaje se dice que ya está afectado por el fondo.

En España tenemos la Red de Boyas de Puertos del estado, aunque existen otras redes por todo el mundo. La red global Argo tiene 20 boyas en aguas españolas.

Como uno se puede imaginar, se trata de predicciones, tratando de analizar una gran variedad de datos cambiantes y de difícil análisis. Es algo parecido a la predicción meteorológica, que, partiendo de la lectura de una serie de parámetros meteorológicos, utilizando modelos matemáticos es capaz de decirnos con cierta precisión qué tiempo va a hacer en un lugar.

Aplicaciones como “windgurú” permiten conocer el estado del viento y del oleaje a navegantes, surfistas o buceadores. Y cada vez son más precisas.

Las olas solitarias

La literatura y el cine han documentado numerosas tormentas marinas y se habla de enormes olas gigantes solitarias. Se considera que una ola es gigante cuando tiene el doble de la altura del mar circundante, ya esté en calma o no. Aunque alguna vez se consideraron un mito, ahora sabemos que existen y pueden aparecer de la nada en medio del océano y son un fenómeno natural intrigante y poderoso.

Su origen es muy misterioso, porque no están relacionadas con el estado del mar ni con el viento presente o pasado, ni tampoco están generadas por terremotos o maremotos, como los tsunamis. A veces, estas murallas de agua emergen de un mar en calma y alcanzan alturas enormes, equivalentes a un edificio de diez pisos. Pueden aparecer sin previo aviso y sorprender incluso a los marineros más experimentados

Pero haberlas “haylas” porque, por ejemplo, en 1958, en Alaska, debido a un deslizamiento de tierra, se registró una ola de más de 30 metros de altura, que causó cinco víctimas. La ola gigante más grande del mundo se midió en el oeste de Escocia en el año 2000, con una altura de 29,1 metros. El buque “Norwegian Dawn” sufrió el golpeo de tres olas gigantes cerca de las costas de Noruega en 2005.

 

La verdad es que el mar y la cara que nos ofrece con sus olas es fascinante. Ya sean olas gigantes destructivas, oleaje y mar enfurecido bajo enormes tormentas, olas perfectas para practicar el surf, o enormes calmas, el océano no deja de ofrecernos situaciones muy diferentes, que afectan a nuestro estado de ánimo y condicionan nuestra vida.  

 

Referencias:

https://es.wikipedia.org/wiki/Ola

https://earthguide.ucsd.edu/earthguide/diagrams/waves/swf/wave_wind.html

https://flexbooks.ck12.org/cbook/ck-12-conceptos-de-ciencias-de-la-tierra-grados-6-8-en-espanol/section/6.22/primary/lesson/olas-generadas-por-el-viento/

http://www.masmar.net/index.php/esl/Apuntes-N%C3%A1uticos/Oceanograf%C3%ADa/Olas.-Formaci%C3%B3n

https://www.estudiasonavegas.com/titulos-nauticos/116-acad-tropico-capricornio/406-definicion-de-fetch

https://sailandtrip.com/mar-de-fondo-el-fetch-y-las-olas/

https://www.barcosnews.es/noticias/31398/la-houle-les-vagues-et-le-fetch

https://www.rtve.es/play/audios/esto-es-ingenieria/palabra-ingeniero-swell-sea-070218/4466531/

https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2099.1/3386/40860-5.pdf

http://www.ptolomeo.unam.mx:8080/xmlui/bitstream/handle/132.248.52.100/503/A5.pdf?sequence=5&isAllowed=y#:~:text=El%20rompimiento%20de%20las%20olas,)%20(ver%20figura%202.4).

https://www.puertos.es/es-es/Paginas/AFondo/Boyas.aspx

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https://www.fundacionaquae.org/wiki/las-olas-gigantes-solitarias-o-vagabundas-un-fenomeno-cada-vez-mas-extrano/

https://www.surferrule.com/olas-solitarias-gigantes/

https://www.tiempo.com/noticias/ciencia/las-fascinantes-olas-de-nazare-portugal-que-las-hace-tan-gigantestes.html

http://www.fondear.org/infonautic/hombre_y_barco/Navegacion/Puertos/Escolleras/Escolleras_Tetrapodos.htm

 

 

 

 

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