Este artículo se publicó en la Revista Acusub en su número 161
www.acusub.net
Volver a bucear
en Filipinas es, de nuevo, un placer. He disfrutado mucho en la búsqueda de
nuevas o ya conocidas "critters" o bichitos extraños, que con ayuda
de mis conocimientos de biología marina, y mi nueva super linterna me ha sido
más sencillo poder localizarlos, unas veces practicando el "muck
diving", y otras simplemente rebuscando en el arrecife de coral. Os voy a
mostrar a continuación algunas de las criaturas más llamativas y extravagantes,
para que las disfrutéis como yo lo he hecho con ellas.
Luis Abad y Mónica Alonso
Foto: Mónica Sagrera |
La sepia flamboyante o extravagante (Metasepia pfefferi)
Un animalito
curioso, del que, vista su extraña apariencia, nadie diría que es una sepia. No es especialmente grande, alcanzando un
máximo de 8 cm, pero en cuanto la ves te llama la atención, por sus
protuberancias en su manto y sus colores llamativos, rojizos e iridiscentes y
cambiantes continuamente.
Foto: Luis Abad |
Los cambios de
color de su piel los consigue gracias a tres tipos de estructuras de su piel,
denominadas cromatóforos, leucóforos y iridóforos, que le permiten reflejar una
gran variedad de colores y cambiar las texturas de su piel. Su conducta
cambiando los colores es una señal de su toxicidad: estos patrones de
coloración de aviso, son muy frecuentes en el arrecife de coral, donde muchos
de los organismos que viven en él o son venenosos, o juegan a parecerlo.
La coloración
habitual es marrón oscura, y con un tono rosáceo brillante en la parte
delantera de sus tentáculos, en forma de pala y muy diferentes a los de las
sepias que vemos habitualmente. Cuando se la perturba, y los buceadores parece
que lo hacemos, y mucho, cambia su coloración muy rápidamente, hacie el negro,
marrón oscuro, blanco, con manchas amarillas en el borde el manto, brazos y
ojos.
Es un animal muy
tóxico, tanto como el pulpo de aros azules. Su carne es la que es tóxica y
puede ser que su mordedura y tinta posean esta toxina. Se sabe aún muy poco
sobre la misma.
No es una gran
nadadora, por lo que es habitual encontrarla por el fondo, “caminando” con sus
extraños tentáculos. Son fundamentalmente diurnos, y como el resto de
cefalópodos (sepias, calamares, pulpos…) son animales muy inteligentes, siendo
capaces de aprender y recordar conductas.
Foto: Luis Abad |
Algunos animalitos pequeños y de colores llamativos parecen nudibranquios pero no lo son. Suelen ser gusanos planos o planarias. Pertenecen a la clase de los turbelarios, que es la única clase de los gusanos del filo Platelmintos que presentan vida libre, pues el resto son parásitos.
Foto: Luis Abad |
Por su nombre (planarias) podemos deducir cuál es la característica que los
distingue de los nudibranquios: son muy planos, tienen un espesor uniforme y
muy pequeño.
Y además, no tienen rinóforos (los cuernecitos de los nudis), ni branquias
(aunque no todos los nudis las tienen en forma de penacho) y respiran por difusión
a través de su tegumento (su tejido externo).
Foto: Luis Abad |
Foto: Luis Abad |
Son
carnívoros o necrófagos, comen crustáceos pequeños, gusanos e insectos, y
también materia muerta. Su sistema digestivo no tiene ano y poseen una faringe
musculosa utilizada a la vez para la ingestión y la evacuación de los
alimentos, y los desechos de su metabolismo los expulsan por su tegumento o
tejido exterior.
Arañas marinas
¿Sabes lo que es una araña marina? Pues son unos bichitos que realmente
parecen arañas, con cuerpo pequeño y patas delgadas y relativamente grandes,
pero no son cangrejos (crustáceos). Los crustáceos (langostas, camarones,
cangrejos…) tienen siempre 5 pares de patas, mientras que las arañas marinas
tienen, como las terrestres (aunque es solo la apariencia la que las relaciona
con ellas), 4 pares de patas.
Foto: Luis Abad |
Son artrópodos, filo en el que se incluyen los insectos, los arácnidos y
los crustáceos, entre otros, y se incluyen dentro de una clase denominada
picnogónidos. Como ya hemos dicho, tienen 8 patas y son de tamaño muy pequeño,
hasta 2,5 cm. Las especies abisales (de las grandes profundidades marinas)
tienen tamaños mucho mayores, pudiendo llegar a medir hasta 50 cm.
Son depredadores que usan su probóscide para picar a animales a lis
que sorben sus jugos, como hacen las arañas. También son saprófagos, es decir,
que se alimentan de residuos. Se alimentan de animales bentónicos (del fondo) como
las anémonas de mar.
Pues ya sabes, a fijarse toca....y si ves una araña.....pues no es un
arácnido ni un cangrejo, es un picnogónido o araña de mar, como el de la foto.
(1 cm)
Foto: Luis Abad |
Para distinguir el sexo de los caballitos no hay más que fijarse en su vientre, y en la mayoría de los casos acertaremos.
Si tiene abultada la parte superior, es hembra, y si tiene la inferior es macho.
Son las hembras las que generan ovocitos en su vientre y los pasan al vientre de los machos, los cuales fecundan los huevos y los portan en una bolsa exterior de su vientre hasta que los huevos eclosionan y al salir los pequeños caballitos parece que el macho está dando a luz.
Son las hembras las que generan ovocitos en su vientre y los pasan al vientre de los machos, los cuales fecundan los huevos y los portan en una bolsa exterior de su vientre hasta que los huevos eclosionan y al salir los pequeños caballitos parece que el macho está dando a luz.
El maestro del camuflaje
Aquí tenemos a
este pez singular Rhinopias frondosa, un escorpénido especialista en mimetismo. Toda una inmersión
buscándolo en medio de un montón de basura proveniente de un poblado cercano y
al final lo encontramos. No es fácil de encontrar, dado que aunque pude tener
gran tamaño, hasta 23 cm, su coloración y los numerosos apéndices de su piel le
permiten camuflarse muy bien.
Foto: Luis Abad |
Fijaos en la mancha blanca bajo el ojo, que distrae la atención y en el
primer vistazo el ojo queda oculto.
Sin duda una maniobra de distracción que hace que un depredador no centre
su atención en las zonas vitales.
Como todos los escorpénidos, es un cazador nocturno, que utiliza la técnica
de emboscada: mimetismo más inmovilidad prologada, con gran velocidad de
apertura de su boca para literalmente engullir a su presa.
No posee valor comercial, pero es muy requerido y se abonan importantes sumas
de dinero para exhibirlo en acuarios. Los Rhinopias son conocidos por mudar su
piel para librarse de las algas, parásitos y organismos incrustantes que se suelen
situar en su piel.
Foto: Diveivanov.com |
He podido encontrar una foto en la web en la que se le ve bostezando, una
conducta curiosa que realizan los peces que cazan al acecho y que pasan mucho
tiempo inmóviles.
Quizá hagan esto para desentumecer los músculos.
Quizá hagan esto para desentumecer los músculos.
Como el resto de escorpénidos, los Rhinopias son altamente venenosos,
especialmente las espinas de sus aletas dorsales, que pueden causar intenso
dolor y fuertes reacciones alérgicas si la es pina atraviesa nuestra piel.
Un animalito singular como este bien vale una inmersión.
¿Conoces el pez mandarín?
Sin duda es uno de los pececillos más llamativos del arrecife de coral, con su colorido llamativo. Se le llama mandarín por la similitud de su librea (el colorido de su piel) con las túnicas de los oficiales imperiales chinos.
Foto: Luis Abad |
Pertenecen a la familia de los Callionymidae o dragoncillos (aunque su apariencia a mí me parece muy distinta). Tienen pequeño tamaño (aprox 6 cm) y son terriblemente inquietos. Tiene ojos grandes para poder cazar en condiciones de poca luz.
Por el día se les ve en solitario y por la noche es cuando aparecen en parejas.
El apareamiento de estos pececillos es sin duda uno de los espectáculos que atrae más a buceadores y fotógrafos. El macho y la hembra se elevan juntos hasta 1 metro por encima del arrecife, el macho expulsa su esperma y la hembra suelta una nube de huevos.
Mientras tanto numerosos buceadores y fotógrafos utilizan el momento para activar sus flashes e inmortalizar la escena.Parece que, aunque no nos permiten usar luces que no sean rojas en los momentos previos al apareamiento, pues justo en el momento de la fertilización los flashes se activan sin parar y la pareja de peces se convierte en estrella de la noche.
Desconozco si los flashazos afectan a los protagonistas o no. Hay mucho que reflexionar sobre este tipo de comportamiento de nosotros los buceadores, que a veces convertimos la naturaleza en una especie de circo.
Mientras tanto, disfrutemos de las imágenes que Luis Abad pudo tomar de los mandarines en los instantes mágicos de su reproducción.
Foto: Luis Abad |
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