Texto: Mónica Alonso Ruiz
Colaborador: Tomás Piqueres
Fotos: Bowiebranchia (salvo las
indicadas con fuente)
nota: este texto es meramente un divertimento biológico y el
objeto del mismo es simplemente aprender cosas curiosas de la biología de los
opistobranquios. No pretendemos banalizar la naturaleza, simplemente nos
basamos en su inestimable riqueza y capacidad de sorprendernos para aprender de
forma divertida.
Hoy vamos a jugar al juego del disimulo y de la apariencia equívoca, y para ello tenemos unos moluscos gasterópodos (como los caracoles), las babosas marinas que nos van a enseñar muchos cosas de biología marina. El nombre de babosa ya nos recuerda a algún ser arrastrado y con poco glamour: nada más lejos de la realidad cuando se trata de babosas marinas. Creo que desde hoy cuando os sumerjáis en las aguas y descubráis uno de estos animales recordaréis el juego de hoy y los veréis con otros ojos.
La Madre Naturaleza nos muestra
sus bellezas de una manera sorpresiva y espectacular. El buceo con escafandra
autónoma nos ha permitido disfrutar de la biodiversidad marina, y también de la
parte de la belleza sumergida que nos era ajena antes de que el hombre pudiera
bucear. Y resulta que la belleza sumergida es quizá más impresionante que la
belleza emergida, por el variadísimo catálogo de colores y formas que nos
encontramos bajo el agua. Y cuando hacemos alusión al mundo del color y de las
formas del mundo subacuático siempre nos acordamos de los camaleones del mar,
los opistobranquios, con sus variadísimas formas y colores: es como si el mar
hubiera querido sembrar sus fondos de coloridos tesoros para el disfrute de los
humanos curiosos. En el mar nada es lo que parece, todos los organismos juegan
a algo: mientras que algunos se muestran ostentosos, con su riqueza colorida,
otros juegan al disimulo. Si no hubiera dicho que estaba hablando del mundo
marino podríais pensar que estoy hablando de las celebrities, o del arte o de
la televisión, donde en la actualidad nada es lo que parece.
Ya hemos escrito sobre los
opistobranquios y podéis leer aquí
algunas cosas sobre su biología y biodiversidad, pero ahora solo vamos a
centrarnos en algunos aspectos, como su forma y coloración y su sexo. Comenzamos:
una de las características de estos moluscos, y que los diferencia
significativamente de los moluscos tradicionales, es la ausencia más o menos
total de concha protectora, y cuando la tienen, es interna y está recubierta de
tejido. Perder la concha defensora
presenta inconvenientes: en principio son más vulnerables, y sin embargo
estos maravillosos seres han convertido nudismo en un arte, o lo que es lo
mismo, presentan su piel desnuda pero decorada de manera artística y colorida,
con el objetivo último de no ser depredados. Y este arte que tienen, les
permite una segunda función, la de ser las estrellas de los fotógrafos marinos.
Quizá no es una función muy biológica, pero sí curiosa y entretenida.
Y es que estas estrellas de la
fotografía subacuática son muy ciertamente ambiguas: colores llamativos,
sorprendentes, o bien mimetismo y camuflaje: o me exhibo o me escondo…o soy lo
que soy o aparento ser otra cosa.
El camuflaje es la primera de las técnicas que utiliza un ser desnudo
para no ser depredado. Hacerse invisible adoptando la forma y el color de los
que te rodea es una táctica muy frecuente en la naturaleza, y se denomina
coloración críptica. Los opistobranquios comen de todo, desde algas, esponjas a
anémonas, corales blandos, ascidias, etc. Las especies suelen ser muy
selectivas en cuanto a su alimentación e incluso pueden alimentarse solo de una
sola especie. Muchos nudibranquios se alimentan de esponjas o briozoos, a veces
de coloridos llamativos, y como viven literalmente encima de su alimento, pues
adquieren los pigmentos del mismo, resultando un aspecto exterior muy similar,
también llamativo. Algunos se alimentan de algas verdes (como Elysia viridis, que recoge los
cloroplastos que incluso utiliza con funciones fotosintéticas para obtener una
fuente de alimento alternativa) y así pasa a tener el mismo color verde del
alga.
fuente: Jim Anderson
Otra forma radicalmente diferente
de defensa es la coloración de
advertencia, llamada aposemática,
con colores muy llamativos, que indican al posible depredador que el animal es
venenoso. Se llegó a pensar que estos colores tenían alguna función de llamar
la atención con objetivo reproductivo, pero no es el caso, dado que los
opistobranquios no pueden ver los colores: sus sensores situados en los
rinóforos son detectores químicos o de presión y no ojos. Y en esta forma hay
dos variantes, los opistobranquios que no son tóxicos y que intentan engañar a
los depredadores adoptando los colores de una especie venenosa, en lo que se
denomina mimetismo batesiano, y los
que lo son realmente y esto ocurre cuando especies tóxicas que tienen colores
diferentes evolucionan hacia el mismo color, para facilitar al depredador la
identificación de la presa tóxica, en lo que se denomina mimetismo mulleriano.
En algunos casos muchas de las
presas de las que se alimentan son tóxicas, y pueden utilizar los metabolitos
tóxicos de sus presas para defenderse. Es el caso de los nudibranquios que se
alimentan de cnidarios (pólipos, hidrozoos, anémonas) y que al comer sus
células urticantes (los cnidocitos) sin sufrir daño alguno, los transfieren a las
cerata (los pelillos que tienen los aeólidos) usándolos como mecanismo propio
de defensa. Otros, menos tóxicos, adquieren sustancias tóxicas de las esponjas
que comen y las acumulan en el manto, y otros incluso son capaces de segregar
sustancias por la presencia de glándulas tóxicas en su manto, incluso algunas
especies son capaces de segregar ácido sulfúrico. La presencia de color de
advertencia en estos casos está bien justificada.
Hay otro aspecto de los
opistobranquios muy interesante, casi tanto como el color, y es su sexo: todos
son hermafroditas simultáneos, lo que quiere decir que poseen órganos sexuales
masculinos y femeninos a la vez, y la cópula suele ser recíproca, ambos
individuos dan y reciben esperma. En esto también son sorprendentes, ni un sexo
ni otro: los dos a la vez.
El color llamativo y la dualidad
del sexo de estos animales son características que los hacen ser singulares,
unas perfectas estrellas de la fotografía submarina. Y esto ¿a qué nos
recuerda? Pues a otra estrella transgresora: el mítico David Bowie, que cultivó
una imagen deliberadamente ambigua en lo sexual, y que nos mostraba apariencias
estridentes y llamativas, dignas de cualquier nudibranquio. Disfrutemos con la
comparación, sin duda curiosa por lo lejanos que son los entes comparados, y
hagámoslo mediante algunos ejemplos de apariencia similar entre el camaleón
Bowie y los opistobranquios, que nuestros amigos de bowiebranchia se han entretenido en
recopilar. Espero que los disfrutéis, y sirva esta broma como homenaje a este
gran rey creativo que nos ha dejado un legado tan rico en todos los aspectos,
tanto musical como visual.
FLAVELLINA AFFINIS, EL GLAMOUR EN FORMA DE NUDIBRANQUIO
Este nudibranquio aeólido tan
común en el Mediterráneo siempre me ha parecido que tenía mucho glamour, por
aquello de su melena de ceratas extendidas a merced de los movimientos del
agua: al verla siempre me he imaginado la boa de una vedette. Y bingo: David
Bowie nos muestra un look de lo más adecuado a mi visión surrealista de la
flavellina.
Es el típico nudibranquio dórido,
carnívoro que se alimenta de esponjas y otros nudibranquios. Se puede encontrar
en el Pacífico occidental. Difícil de distinguir de C. lochi, C. boucheti y C.
dianae. Dentro de la misma especie hay variaciones de color, desde el azul
oscuro al blanco casi transparente.
Fuente: hsbnoticias.com
Este nudibranquio policérido tan
curioso, recibe varios nombres comunes, incluso el de Pikachu, por el parecido
con el personaje de pokemon. A mí siempre me ha parecido un conejito, por sus
apéndices tan largos. Y enredando en el personaje de Pikachu resulta que me he
enterado de que es un conejito y su nombre proviene de la unión de las palabras
en japonés pika, que es el nombre de un lagomorfo (el orden al que pertenecen
conejos y liebres) de origen en Norteamérica y Asia, los ochotónidos o de
pikapika, la onomatopeya japonesa que describe las chispas eléctricas, y chuchu
que es la onomatopeya japonesa para el sonido de los ratones.
A pesar de su reciente celebridad
por el parecido con el personaje de comic, y también con uno de los looks de
Bowie, es un animal poco conocido.
Este opistobranquio sacoglosso
del Pacífico y del Índico no es un nudibranquio. Los sacoglosso también se
denominan chupadores de savia, dado que se alimentan de algas, de las que
extraen su savia.
Este es tan llamativo que en la
Barrera de Coral lo consideran un icono, y lo ponen en posters y folletos
turísticos. Sus cerata (los apéndices corporales) son muy diferentes a los
habituales, al ser planos. Produce secreciones de mal sabor para los
depredadores y es capaz de librarse de sus cerata en caso de ser apresados por
un depredador, y así liberarse. A este fenómeno de poder desprenderse de un
miembro se le denomina autotomía.
Si no nos dijeran que es un
opistobranquio diríamos que es una bailaora española, con sus llamativos y
elegantes volantes.
Y aquí tenemos a la verdadera
bailaora española, cuyo color rojo sangre (de ahí su sangriento apellido) y su
“penacho” rizado de branquias, a la vez que su movimiento sugerente al moverse
por la columna de agua, nos recuerda a lo más típico de nuestros tópicos
flamencos.
Como curiosidad, decir que,
además del gran tamaño del animal, es de los pocos opistobranquios que tiene
una cierta capacidad natatoria, dado que el resto hacen honor a su baboso nombre
y se arrastran por el sustrato. Eso sí, con menos baba que los caracoles
terrestres, dado que la fricción es mucho menor en el medio acuático.
NAVANAX INERMIS, LA VORACIDAD ESCONDIDA
Este opistobranquio cefalaspideo
tampoco es un nudibranquio. Este animal es un depredador voraz que se alimenta
de otras babosas de mar y habita en el Océano Pacífico. Utiliza
quimiorreceptores para rastrear los senderos de baba de la presa, y de posibles
compañeros. Es un animal enorme, pudiendo llegar hasta los 22 cm de longitud.
PHYLLODESMIUM ACANTHORHINUM, LA ESTRIDENCIA EN FORMA DE ANIMAL
El nudibranquio elegido para
asimilarlo al look de Ziggy
Stardust no podía ser otro que un estridente aeólido, como este, lleno de
colores eléctricos, salidos de otro planeta.
Es un nudibranquio japonés y
asutraliano, de reciente descubrimiento, por lo que no tiene nombre común
siquiera. Fue elegido en 2015 como una de las especies más interesantes. Se lo
cataloga como un eslabón perdido entre especies de babosas marinas que se
alimentan de hidroideos y las que se alimentan de coral.
CHROMODORIS RETICULATA, EL SEXO MÁS CURIOSO
Quizá este nudibranquio dórido es
de lo más curioso en lo que se refiere al sexo, pues tiene un pene desechable,
es decir, del que se desprende cada vez que copula.
Como todos los nudibranqios, C. reticulata es hermafrodita. Cada
individuo es a la vez macho y hembra. Cuando copulan, ambos individuos se
colocan uno al lado del otro, siempre por el lado derecho y se penetran a la
vez. Desde lejos parece que un solo apéndice los mantiene unidos, pero cuando
se acerca uno más, se puede ver que hay dos penes paralelos. Cada uno llena la
“vagina” del otro en unos diez minutos.
Ayami Sekizawa, de la Universidad
de Osaka observó la cópula y se dio cuenta de algo extraño. Después de la misma
los dos individuos se separan con los penes fuera de sus cuerpos: veinte
minutos después esos apéndices genitales se separaban del cuerpo totalmente.
Esto podría ser el fin ruinoso para la vida sexual de estas babosas, pero al
cabo de un día están dispuestas a copular de nuevo. La explicación es que
tienen un pene muy largo, de unos 3 cm y solo sacan una pequeña porción de 1
cm de largo, que es desechable. Cuando
han agotado sus 3 cm de pene, vuelven a generar uno nuevo, sin que se sepa de
momento cuanto tiempo se tarda en la regeneración total.
ARMINA MAJOR, LA ELEGANCIA DEL GUERRERO
Las arminas son una familia de
nudibranquios que excavan el sustrato en busca de alimento. Casi todas tienen
una librea rayada, que a mí me parece de lo más elegante.
El nombre de armina viene de la
legua germana antigua, donde Armin significaba guerrero. Los animales del
género Armina son muy diferentes del resto, pues poseen el cuerpo aplanado, con
el dorso sin apéndices, lo que parece un escudo, y los rinóforos apenas
sobresalen. A ambos lados, entre el manto y el pie tiene una serie de lamelas
con función respiratoria. Tienen la costumbre de esconderse muy bien, y se
alimentan de cnidarios (pólipos y medusas), especialmente de plumas de mar
(pennatulaceos).
DOTO GRENAMYERI, LA RAREZA MÁS ELEGANTE
Fuente: Francesco Ricciardi
Esta preciosidad es un
nudibranquio dendronótido con nombre común nudibranquio dónut o rosquilla, por
sus cerata circulares apilados en grupos de 3 o 4 discos. Y por su rareza no se
conoce mucho más sobre él, o al menos no hemos sabido encontrar nada más que
fotos.
BORNELLA ANGUILA, LA ELEGANCIA EN LA LIBREA Y EN LA NATACIÓN
Este singular nudibranquio, que
puede medir hasta 8 cm de longitud es sin duda singular, no solo por su librea
llamativa, sino por la forma de nadar flexionando lateralmente su cuerpo, que
recuerda a una anguila,
y de ahí su nombre.
Aparte de su extraña natación, no
tan frecuente en los nudibranquios (pero sí en los que describimos en este
artículo), lo que más llama su atención es la expresión (si se puede llamar
así) de su rostro. No sabría describir si es un tipo de dragón chino o un
perrito faldero colorido. Ampliad la foto en la zona del rostro: ¡¡¡¡si parece
que tenga ojos que nos miran!!!!!
Lo que sí es llamativo es la gran
elaboración y profusión de los apéndices de las cerata, a la vez que su diseño
de su librea, un tanto setentera ¿no os parece?
GLAUCUS ATLANTICUS, UN BICHITO MORTAL
Nos encontramos con nuestra estrella azul de las babosas marinas, que es un nudibranquio de lo más extraño, pero también llamativo, porque parece un machón de tinta en una hoja de papel.
Es uno de los pocos nudibranquios
que es pelágico y flota en la superficie de las aguas. Es un animal pequeño, de
máximo 4 cm de longitud, pero depreda otros organismos mucho mayores y muy
venenosos, como la carabela portuguesa (Physalia
physalis) y otras medusas menos tóxicas. Es capaz de alimentarse de la
carabela porque presenta inmunidad ante su veneno. Se alimenta del organismo
entero y parece seleccionar y almacenar las toxinas y nematocistos (los letales
arpones tóxicos) para su propio uso. Como ya hemos comentado al inicio del
artículo para las babosas que ingieren el veneno de otros organismos, el veneno
se almacena en los extremos de las cerata. Ni que decir tiene que tocar a este
animal es tremendamente peligroso.
El nombre del género, Glaucus,
viene de Glauco, un personaje en la mitología griega. Hijo de Poseidón y la
náyade Nais, o quizá de Nereo y Doris, Glauco era ciertamente divino; sin
embargo, el mito lo muestra como un humilde pescador. Un día, después de mascar
unas plantas mágicas, Glauco se metamorfoseó en un hombre sirena, con melena y
barbas color verde alga y una cola enroscada como la de un pez.
Con la ayuda de un saco lleno de
gas en su estómago, este animal flota por la superficie. Debido a la ubicación
de esta bolsa, flota al revés: la superficie dorsal es en realidad su parte
ventral. La verdadera superficie dorsal es de un color gris plateado
completamente. Su coloración (azul hacia arriba y gris hacia abajo)l e sirve de
camuflaje y le ayuda a defenderse de los depredadores por encima y por debajo.
Es ampliamente discutido en el
ámbito científico si esta babosa se mueve por si misma o es arrastrada por la
corriente. Glaucus atlanticus, como
la mayoría de babosas marinas, es hermafrodita conteniendo tanto órganos
sexuales masculinos como femeninos, pero al contrario de los demás
nudibranquios, el apareamiento no transcurre por la parte derecha, sino por la
ventral.
Este opistobranquio cefalaspideo
es, como todos los del suborden, un habitante de los sustratos blandos, donde
vive enterrado. Tienen concha muchas de sus especies, que posee un disco o
escudo cefálico que facilita su enterramiento y por ello no suelen tener
tentáculos ni otras expansiones sensoriales. Este es un depredador de gusanos,
nudibranquios y otros cefalaspídeos.
Yo ya estoy flipando con la belleza de las babosas marinas, que son
capaces de sorprendernos una y otra vez. No son lo que parecen y a la vez
parecen lo que no son, como David Bowie. Me encanta este juego del engaño que
realizan estos animales y el que tanto gustaba a Bowie. Espero que hayáis
disfrutado con el juego de hoy.
Referencias:
http://opistobranquis.info/es/guia/nudibranchia/dexiarchia/euarminida/#gsc.tab=0
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