domingo, 21 de diciembre de 2025

El coloso de los mares: la ballena azul, el animal más grande del planeta

 Texto: Mónica Alonso Ruiz

¿Sabías que la ballena azul es el animal más grande que existe en la Tierra?

¿Sabías que puede alcanzar hasta 27 metros de longitud y pesar hasta 170 toneladas? Aunque lo más habitual es que no supere los 23 metros y que no pese más de 140 kg en la edad adulta.

Todo en ella es realmente impresionante, ¿sabías que puede tener una lengua tan pesada como un elefante (casi 3 toneladas) y un corazón del tamaño de un automóvil? 

¡Es increíble que un animal tan grande viva en nuestros océanos!

Este coloso de los mares, la ballena azul, Balaenoptera musculus, el rorcual más grande que existe, es el rey de los océanos.

Cartel con características de la ballena azul. Fuente: Fundación Biodiversidad

Características de la ballena azul. Fuente: Comisión Ballenera Internacional. Ficha. (traducción propia)

Hasta mediados de 2023 los científicos estaban convencidos de que la ballena azul era el animal más grande que jamás había habitado en nuestro planeta. Fue entonces cuando en una investigación arqueológica de Perú se encontraron los huesos de la ballena Perucetus colossus, una nueva especie que podría ser la más grande que se ha registrado, con un peso estimado entre 85 y 340 toneladas. Según esto, la ballena azul pasaría a ser tan solo el animal vivo más grande de la Tierra. Sin embargo, los restos encontrados de esta nueva especie hasta la fecha son muy pocos por lo que todavía es muy pronto para destronar a la ballena azul como el animal más grande de la historia.

El nombre de ballena azul viene del color azul pálido de su piel visto desde la superficie cuando se sumerge, aunque en realidad tiene un tono gris azulado.

A pesar de su enorme tamaño, se alimenta casi exclusivamente de krill, unos camarones pequeños, llamados eufasiácidos. En el hemisferio sur se alimenta de Euphausia superba, un crustáceo planctónico muy abundante, llamado krill antártico, mientras que en el hemisferio norte se alimenta de Thysanoessa inermis y Meganyctiphanes norvegica.

En ciertas épocas del año, una ballena azul adulta puede comer más de 3,5 toneladas de krill al día. Cada vez que abre su enorme boca engulle grandes cantidades de agua que filtra en sus barbas y como todos los rorcuales, para poder hacerlo, tiene pliegues en la parte inferior de ella, que le permiten expandirla como si fuera una bolsa gigante.

 

Los pliegues de la parte inferior de la boca de la ballena azul. Foto: Hiroya Minakuchi. Fuente: National Geographic

Una ballena azul abre su enorme boca para alimentarse de plancton en la costa de California. Autor: Matthew Savoca Fuente: SINC

Este coloso marino puede vivir entre 80 y 90 años, una edad parecida a la de los humanos. Alcanza la madurez sexual cuando tiene una edad de alrededor de 10 años, y se cree que las hembras tienen una gestación de 10 a 12 meses, con crías cada 2 o 3 años, que al nacer miden 8 metros y pesan cerca de 3 toneladas.

Soplo y secuencia de inmersión de la ballena azul. Fuente: Comisión Ballenera Internacional

El corazón más grande del reino animal

Todo en ellas es enorme y su corazón es gigantesco, tan grande como un coche pequeño. Este puede alcanzar 1,5 metros de altura, pesar más de 200 kg y sus arterias tienen un diámetro tan grande que casi cabe una persona dentro.

En 2017 se hizo una exposición mostrando un corazón de una ballena azul. Existen réplicas de este órgano a tamaño natural en diversos museos. Fuente: Smithsonian Magazine. Cortesía del Royal Ontario Museum

El corazón de la ballena azul tiene una frecuencia cardíaca mucho más baja que la humana. Cuando se sumerge, su corazón entra en “bradicardia” (brady significa lento en griego y kardia significa corazón) latiendo entre 2 y 10 veces por minuto, cuando en la superficie lo hace entre 25 y 37 veces. Como todos los cetáceos, utiliza esta habilidad de modificar su ritmo cardíaco que reduce al máximo en las inmersiones profundas, con el objetivo de conservar oxígeno y mantener sus órganos vitales funcionando.

Los investigadores creen que la ballena azul ahorra energía cuando está sumergida gracias a que su aorta es “de contracción lenta”, lo que permite que la sangre fluya entre latidos. Aún queda mucho por investigar sobre cómo funciona esto, pero lo que se sabe hasta ahora es fascinante.

Una especie cosmopolita que viaja en contacto con otros ejemplares

Las ballenas azules viven en todos los océanos del mundo y actualmente se conocen cuatro subespecies diferentes: la que vive en el Atlántico Norte y el Pacífico Norte (B. musculus musculus), otra en el Océano Antártico (B. m. intermedia), otra en el norte del Océano Índico (B. m. indica), y la más pequeña, llamada ballena azul pigmea (B. m. brevicauda), que vive en el Océano Índico y el Pacífico Sur. Además, se cree que podría existir otra subespecie cerca de las costas de Chile, aunque todavía no se ha confirmado oficialmente.

Al igual que otros rorcuales como las ballenas jorobadas, las ballenas azules migran a lo largo de los océanos para alimentarse y reproducirse, llegando a recorrer hasta 6500 km. Estas nadadoras ágiles recorren el océano a más de cuatro nudos de velocidad, aunque pueden alcanzar más de 17 nudos.

Cada subespecie tiene su área de residencia, con patrones migratorios distintos. Suelen vivir en solitario o en pareja, y muy rara vez se las puede ver en pequeños grupos. En general, en verano se alimentan en aguas polares, donde abunda el alimento y, en invierno, migran hacia el ecuador donde se aparean y dan a luz a sus crías.

Diagrama

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Patrones migratorios de la ballena azul. Fuente: dreamstime.com

Sin embargo, los científicos piensan que las rutas migratorias de las ballenas azules podrían estar cambiando más de lo que se creía. Antes se pensaba que siempre se movían entre zonas frías y cálidas según la estación del año, pero quizá ahora podría no ser siempre así. El cambio climático está afectando a la temperatura del mar y a la cantidad de alimento disponible, y eso puede hacer que las ballenas cambien la forma en que viajan.

Recientemente se ha observado nuevamente la presencia de ballenas azules en las costas gallegas. Actualmente, no se sabe si esto implica que su población ha crecido, y por eso se ven más, o bien que los cambios en las corrientes marinas que han resultado en un aumento de krill en la zona hacen que les sea más atractiva que otras. 

Las ballenas azules utilizan de manera muy eficaz sus vocalizaciones. Emiten distintos pulsos, gruñidos y gemidos de baja frecuencia (graves), y se cree que, en condiciones óptimas sin ruido marino generado por el hombre, pueden comunicarse a más de 1500 kilómetros de distancia. Es más, los científicos están convencidos de que, también utilizan estos sonidos, junto a su excelente oído, para orientarse en su navegación por el océano.

Híbridos

Las ballenas azules pueden cruzarse con los rorcuales comunes (Balaenoptera physalus). El primer caso registrado fue el de una hembra de 20 metros, encontrada en el Pacífico Norte y que tenía características de ambas especies. En 1984, se capturó una ballena en el noroeste de España que resultó ser descendiente de una madre ballena azul y un padre rorcual común.

En los últimos años se han documentado dos híbridos vivos en el Golfo de San Lorenzo (Canadá) y en las Azores (Portugal). En Islandia, las pruebas de ADN que realizaron a una ballena azul cazada en 2018 indicaron que era hija de un macho rorcual común y una hembra ballena azul. Sin embargo, algunos resultados aún deben ser verificados. 

En 2024, un estudio genético de ballenas azules del Atlántico Norte reveló que un 3.5% de su genoma proviene de rorcuales comunes, con una transferencia genética solamente desde los machos de rorcuales comunes hacia las hembras de ballena azul. Ello hace pensar que el comportamiento de cortejo de los machos de rorcual común hacia hembras de ballena azul no es tan raro. Al parecer, aunque los rorcuales comunes son más pequeños, tienen velocidades similares a las ballenas azules, lo que les permite a los machos competir en la persecución de cortejo.  

Las caídas de las ballenas

Las ballenas azules, a pesar de su gran tamaño, se enfrentan al ataque de las orcas, que las atacan en grupo. Se observó una vez una cacería en la que participaron una docena de orcas. Tras la caza, las orcas se centraron en la cabeza del gigante para comerse la lengua.  

Las crías son especialmente vulnerables, por lo que sus madres las protegen durante el primer año de vida amamantándolas y enseñándolas a sobrevivir, pues son precisamente estas el principal objetivo de las orcas cuando las atacan.

Si la ballena muere en aguas poco profundas, los carroñeros la consumen rápidamente. Pero puede ocurrir que su cuerpo se hunda en las grandes profundidades del océano, convirtiéndose en alimento y refugio para muchas criaturas que viven sin luz.

Este fenómeno, llamado "caída de ballena", crea pequeños ecosistemas submarinos que pueden durar décadas. Este proceso se comenzó a estudiar en los años 70, gracias a la exploración robótica del fondo marino. Desde entonces, se han observado caídas de ballenas tanto naturales como experimentales, cuando se ha hundido un cadáver de ballena a propósito, para estudiar el proceso.

Los animales del fondo marino no desaprovechan el cadáver de una ballena. Fuente: Univisión

La caza de la ballena azul

Las ballenas azules, por ser tan grandes, han sido una de las especies más cazadas en el siglo XX. Al principio, eran difíciles de atrapar porque son muy grandes, rápidas y fuertes. Por eso, los primeros barcos balleneros preferían cazar otras especies más fáciles, como los cachalotes o las ballenas francas.

A finales del siglo XIX, los noruegos empezaron a usar barcos a vapor con arpones especiales para cazar ballenas grandes. Pronto comenzaron a cazar ballenas azules en lugares como Islandia, Terranova y en lugares lejanos como el Océano Antártico. En 1925, se inventaron barcos con rampas que facilitaban subir a bordo a estos enormes animales, lo que hizo que la efectividad de la caza mejorara mucho. Entre 1930 y 1931, solo en el antártico se mataron casi 30.000 ballenas azules. Al final de la Segunda Guerra Mundial, la cantidad de ballenas azules había disminuido mucho.

En 1946 se intentó controlar la caza de ballenas poniendo unas reglas, pero no funcionaron bien porque no se diferenciaba entre las distintas especies. Eso permitía cazar igual a las especies más raras que a las más comunes. En los años 60, se prohibió oficialmente la caza de ballenas azules, y en los años 70 también se detuvo la caza ilegal que llevaba haciendo la Unión Soviética desde hacía una década. Para entonces, ya se habían matado unas 330.000 ballenas azules solo en la Antártida, 33.000 en el resto del hemisferio sur, 8.200 en el Pacífico Norte y 7.000 en el Atlántico Norte. El grupo más grande, que vivía en la Antártida, quedó reducido a solo el 0,15 % de su población original.

Desde que se prohibió la caza de ballenas, los científicos no están seguros de si la población de ballenas azules en todo el mundo está creciendo o si se ha mantenido igual. En la Antártida, algunos estudios optimistas dicen que su número ha aumentado un 7,3 % cada año desde que terminó la caza ilegal, aunque todavía hay menos del 1 % de las ballenas que había antes. También se cree que las poblaciones de Islandia y California están creciendo, pero no hay suficientes datos para estar seguros.

En 2002, se estimaba que había entre 5.000 y 12.000 ballenas azules en todo el mundo, aunque con mucha incertidumbre. Otros estudios más recientes calculan que hay entre 10.000 y 25.000, lo que sería solo un 10 % de la cantidad que existía antes de que comenzara la caza comercial.

Estimaciones de las poblaciones de ballenas azules a lo largo del tiempo

A pesar de las prohibiciones, la ballena azul sigue en peligro de extinción. Aunque su caza comercial está prohibida, aún enfrenta muchas amenazas, como choques con barcos, ruido submarino y cambios por el calentamiento global. Tanto las ballenas azules como los rorcuales están en riesgo por la falta de alimento debido al agotamiento del krill y la pesca excesiva.

Proteger a la ballena azul es esencial para mantener el equilibrio de los océanos y conservar esta especie icónica. A pesar de los desafíos a los que se enfrenta, podemos ayudar a su supervivencia, reduciendo el impacto humano y promoviendo la conservación de su hábitat. Cada acción, por pequeña que sea, contribuye a asegurar que futuras generaciones puedan seguir maravillándose con la presencia de este impresionante cetáceo.

Referencias:

https://es.wikipedia.org/wiki/Balaenoptera_musculus

https://es.wikipedia.org/wiki/Perucetus_colossus

https://www.sernapesca.cl/files/importacion/rescateyconservacion/fichasespecies_conservacion/grandes_cetaceos/ballena_azul.pdf

https://es.wikipedia.org/wiki/Euphausiacea

https://www.nature.com/articles/s41467-022-33334-5

https://www.nationalgeographic.es/animales/ballena-azul#:~:text=Las%20ballenas%20azules%2C%20presentes%20en,ecuador%20conforme%20llega%20el%20invierno.

https://wwhandbook.iwc.int/es/species/blue-whale

https://s3-eu-west-1.amazonaws.com/wwhandbook/files/Blue-whale-A4-fact-sheet.pdf

https://www.fisheries.noaa.gov/species/blue-whale#:~:text=Where%20They%20Live-,Blue%20whales%20are%20found%20in%20all%20oceans%20except%20the%20Arctic,might%20not%20migrate%20at%20all.

https://whalescientists.com/blue-whale-heart/

https://www.smithsonianmag.com/travel/painstaking-process-preserving-blue-whales-heart-180964038/

https://es.wikipedia.org/wiki/Ca%C3%ADda_de_ballenas

https://whalescientists.com/the-blue-whale-january-2022/

https://www.iucnredlist.org/es/species/2477/156923585

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