domingo, 1 de junio de 2025

Avistamiento de ballenas jorobadas en Islandia

 Texto: Mónica Alonso Ruiz

Recientemente he visitado Islandia, un país en el que se puede disfrutar de la naturaleza, paseando por parajes impresionantes llenos de un verde que cubre los tonos oscuros y negros de las montañas y la lava volcánica. He podido observar el norte del Océano Atlántico, casi a las puertas del Ártico. Allí, en las agitadas aguas norteñas se pueden ver focas y ballenas.

Y he tenido la oportunidad de avistar ballenas jorobadas.

El año pasado pude verlas en el Océano Índico, en Madagascar. Para mí aquella fue la primera vez, y ahora tras un periodo de tiempo muy corto he tenido de nuevo la suerte de disfrutar de su presencia y de asombrarme con su grandiosidad.

Islandia, lugar idóneo para avistamiento de ballenas

Se considera a Islandia como una de las mejores zonas de avistamiento de ballenas del mundo, especialmente porque tiene muchos fiordos donde los animales pueden observarse en mejores condiciones que en el mar abierto. Se pueden ver ballenas jorobadas, pero también ballena azul, otros rorcuales, orcas, calderones, marsopas, cachalotes y algunos delfines.

Para realizar la actividad de avistamiento, nos desplazamos a Hauganes, un pueblo pesquero al norte del país, que tiene tan solo 130 habitantes, aunque cada vez es más turístico y conocido precisamente por las actividades de avistamiento de cetáceos. Tiene un pequeño puerto tradicional de pescadores y está cerca de la ciudad de Akureyri, que es relativamente conocida por ser la cuarta ciudad más importante de Islandia.

Vista aérea de Hauganes, en el fiordo de Eyjafjordur, en el norte de Islandia. Fuente: Google

La actividad se realiza en el fiordo de Eyjafjordur (el fiordo de la isla), el más largo de Islandia, que tiene 60 kilómetros de longitud, hasta 15 kilómetros de anchura, y entre 150 y 200 metros de profundidad máxima.

El avistamiento de ballenas jorobadas no solo se realiza desde Hauganes, sino también se pueden hacer tours desde Akureyri y Húsavik, ciudad más conocida por esta actividad, y que por ello es considerada la capital del “whale watching” en Islandia.

Fuente: Wikipedia

La empresa de avistamientos con la que fuimos es la más antigua del país, y lleva ofreciendo estos servicios desde 1993. Utiliza barcos de madera de roble de 15-17 metros, antiguos pesqueros de los años 70, que utilizan un dispositivo de reducción de ruido de los motores para mitigar el impacto sonoro a los cetáceos y otros animales marinos.

La empresa de avistamiento que utilizamos. Fuente: https://whales.is/

Cartel de la empresa de avistamiento. Foto: Mónica Alonso

Antes de embarcar nos dieron un mono impermeable y calentito para ponernos encima de la ropa, el cual parece formar parte de la indumentaria de las empresas de avistamientos islandesas.

El acceso a los barcos de avistamiento desde el muelle, ataviados con el mono impermeable. Foto: Javier Larrinaga

No sé si alguna vez se les ha caído alguien al mar y así han podido probar lo que dicen de que el traje flota, pero la verdad es que el mono es agradable y sencillo de llevar. Yo siempre había hecho otros avistamientos de cetáceos con un bañador y una licra para no quemarme, pero las condiciones del verano del atlántico norte requieren mayor abrigo, y seguramente en condiciones de mucho más frío es muy necesario llevarlo.

En la proa del barco de avistamiento. Foto: Javier Larrinaga

Disfrutamos de una temperatura de 10 a 12 grados y con ligero viento del sur, unas condiciones bastante agradables para el avistamiento. Además, hubo suerte y las aguas en el fiordo estaban poco movidas, y así evitamos el mareo. También fue suerte que las ballenas que pudimos ver nadasen en las aguas del fiordo a pocos minutos del embarcadero, lo que nos evitó salir a las aguas movidas de mar abierto.

El avistamiento de ballenas está garantizado en esta época del año, pero en nuestro caso además fuimos afortunados porque vimos muchas ballenas jorobadas, si bien eran ejemplares sueltos, que aparentemente no formaban grupos. Al final de la actividad, los guías del barco dijeron que habíamos visto seis ejemplares, algunos varias veces, durante las tres horas que duró la actividad. La verdad es que fue un no parar desde el principio, pues se veían soplos por doquier y siempre había un ejemplar cercano.

La ballena jorobada

La ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), también se llama yubarta o jibarte. Mide entre 11 y 19 metros, puede pesar entre 20 y 40 toneladas, y puede llegar a vivir hasta 50 años. Es un rorcual, un misticeto (cetáceo con barbas, sin dientes), que tiene grandes pliegues gulares en su mandíbula inferior, lo que le permite abrir sus enormes fauces para desplegar su boca y engullir grandes masas de agua llenas de pescado. Se las distingue muy bien del resto de rorcuales, por sus largas aletas pectorales (de color blanco en este caso y hasta 2 metros de longitud) y por su cabeza nudosa. 

Características de la ballena jorobada. Fuente: International Whaling Commission. 

Son las ballenas más llamativas, posiblemente las más conocidas y además son de las que más cantan, aunque a las aguas frías de Islandia van en verano para alimentarse, y no es habitual oírlas cantar, porque lo hacen los machos en época de celo y allí no van a aparearse.

Soplo y perfil en superficie. Fuente: International Whaling Commission.

Migraciones

El año pasado en Madagascar pude avistar ballenas jorobadas de otra población diferente a las de Islandia. Allí aprovechan las aguas cálidas para aparearse tras su migración desde las aguas frías del Océano Antártico, donde se alimentan.

Sin embargo, esta población que vimos en Islandia se desplaza a aguas más cálidas en el Caribe, recorriendo miles de kilómetros, para aparearse y dar a luz, pasando un tiempo sin alimentarse. Tras pasar el invierno en el Caribe, migran para pasar el verano en el Atlántico Norte y Ártico, desde abril hasta septiembre. Se alimentan de krill, arenques, anchoas y peces pequeños abundantes en estas aguas.

Esta migración dura un mes y la suelen hacer cada año. Lo curioso es que los científicos saben que algunos ejemplares de esta población no migran, se quedan cerca de Islandia.

Patrones de migración de las ballenas jorobadas en el Atlántico Norte. Las líneas discontinuas no representan las rutas migratorias, que son desconocidas. En azul las zonas de alimentación de verano y en rosa las zonas de invierno. Las zonas de alimentación se sitúan en el Golfo de Maine, zonas de Newfoundland y Labrador, Canadá (incluso Golfo de San Lorenzo), Groenlandia, Islandia y Noruega. Las zonas de invierno (reproducción y crianza) incluyen las Indias Occidentales y las islas de Cabo Verde. Fuente: Occurence patterns and social behaviors of humpback whales wintering off Puerto Rico, USA. Mithriel Mackay 2015

Lo que se puede ver en Islandia

En Islandia es fácil ver diferentes especies de cetáceos, pero las que más fácilmente se ven son las ballenas jorobadas, que parece que son menos esquivas y más abundantes. Además, es la especie que realiza las acrobacias más llamativas en forma de grandes saltos sacando gran parte de su cuerpo fuera del agua. Sin embargo, en el fiordo lo normal no es verlas saltar, pues habitualmente se las ve salir a superficie a respirar y luego al sumergirse exhibiendo su enorme cola, lo cual es maravilloso.

Algunas de las especies de ballena presentes en Islandia. Fuente: https://whaleswatchingiceland.is/

Toda esta secuencia de salir a respirar y sumergirse permite la foto identificación, analizando las manchas blancas y la forma de las aletas, características de cada ejemplar. Por eso la guía del barco, que, al parecer conoce muy bien a estos ejemplares, pudo conocer a los individuos que avistamos.

Las manchas y la forma de la cola son elementos distintivos que permiten identificar al individuo. Fuente: Whale Watching Hauganes

Estado de conservación de la especie

Los islandeses dicen que quedan como máximo 60.000 ejemplares de esta especie en el mundo. Y, sin embargo, la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza indica que son 80.000 y que su población está creciendo. Es cierto que esta especie está en un buen momento, pero aún se desconoce la población previa a la captura industrial de ballenas desde el siglo XIX, que seguramente sería muchísimo mayor.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza califica el estado de conservación de esta especie como de baja preocupación, lo cual puede parecer sorprendente, atendiendo a la masacre de ballenas del pasado.

El estado de conservación y la distribución de la ballena jorobada según la IUCN. Fuente: IUCN Red List

Pero esta calificación puede ser engañosa y responde a la forma de establecer el nivel de amenaza, que se evalúa partiendo de los ejemplares que existen en la actualidad comparados con los que existían hace un determinado número de años tomado como año de referencia.

Seguramente el número de ejemplares del año de referencia era bajo y aún durante el periodo en el que se practicaba la caza de este animal. Por eso, a partir de ese año, claramente el número de ejemplares ha ido creciendo debido a la moratoria de su caza en los años 80 (que sigue aún), y es cierto que la especie se ha recuperado de esos niveles poblacionales tan bajos. Las medidas de moratoria de caza funcionaron sin duda y la especie se recupera de manera ostensible, pero posiblemente aún se está lejos de las poblaciones de ballenas anteriores a su caza industrial en el s XIX.

Ballenas capturadas desde 1986, cuando comenzó la moratoria mundial de la CBI (Comisión Ballenera Internacional). Fuente: Phys.org con datos obtenidos de la CBI (IWC siglas en inglés)

La buena noticia es que cada vez que se revisa el estado de conservación de esta especie, éste mejora: desde 2008 el estado de la especie es de baja preocupación, pero en 1986 (cuando se iniciaron las moratorias) la especie se catalogó como amenazada.

Islandia es un lugar muy especial para ver las jorobadas porque se cree que tiene la mayor población del mundo, unas 15.000.

Ver sumergirse a estos animales es una delicia para la vista. Fuente: Whale Watching Hauganes

Código de conducta de avistamiento

La actividad de avistamiento de la que disfrutamos me pareció muy correcta y responsable, siguiendo con un código de conducta muy claro y parecido a lo indicado en la legislación española. Seguramente las normas serán similares a las nuestras, existiendo una zona de precaución de 50 metros alrededor del animal, y una de acercamiento de 300 m. Los barcos no se acercan más y en ningún caso lo hacen de frente evitando cortar la trayectoria del animal y sin perseguirlo, aunque no parece obligatorio parar el motor.

Siempre se acepta que un animal se pueda acercar al barco espontáneamente, algo habitual con los delfines. En nuestro caso las ballenas no se acercaron mucho al barco, pero al parecer hay algunas ballenas que se acostumbran a los barcos y se acercan muchísimo.

El código de conducta del avistamiento responsable. Fuente: Whale Watching Hauganes

Lo que me llama la atención es que, de hace unos años para acá, en cualquier sitio donde se practica el avistamiento de cetáceos las embarcaciones se acercan menos de lo que lo hacían antes, siendo más respetuosos.

Esta es una actividad muy recomendable para hacer en Islandia, y que complementa al turismo de naturaleza y aventura que se practica allí. Cada vez que voy a un sitio, si estoy cerca del mar, procuro hacer este tipo de actividades, que son maravillosas.

La incongruencia islandesa en relación con las ballenas

Sin embargo, no todo es tan positivo en lo que se refiere a la relación de Islandia con sus ballenas. Por un lado, parece que se protege a las ballenas, que con las actividades de avistamiento proporcionan muchos ingresos a las empresas que lo ofrecen y, por otro lado, se sigue autorizando la caza de estos animales, justificada por el consumo de su carne. Esta actividad se viene haciendo desde 1889, que fue el momento en el que se establecieron pueblos noruegos que llevaron la captura y la caza industrial de ballenas a esta zona.

En Islandia las autoridades no son muy claras en su actual postura “conservacionista de ballenas”, porque periódicamente suspenden y autorizan la captura. Bien es cierto que cuando está permitida, establecen unas cuotas anuales de capturas de rorcuales comunes bajo estrictas condiciones y con “medidas para que el animal no sufra”.

Islandia es uno de los pocos países, junto con Noruega y Japón, que, aparte de ciertos lugares en el mundo donde está permitida la caza por pequeñas comunidades indígenas y justificada por cuestiones culturales y de supervivencia de esos pueblos, mantiene la autorización de caza de la ballena para el consumo y comercialización de su carne, si bien en los últimos años esta actividad ha bajado mucho porque Japón, el principal consumidor, cada vez demanda menos.

En Islandia hay una empresa autorizada, llamada Hvalur, que tiene licencia de caza para rorcuales comunes (Balaenoptera physalus), no para la ballena jorobada, que no se captura en el país, y su licencia va expirando y se va renovando año a año por las autoridades. Esta empresa, incluso había anunciado que la temporada 2023 sería la última ya que la demanda de producto por terceros es cada vez más baja.

Situación de la planta de procesamiento de ballenas de la empresa Hvalur. Fuente: Google maps

Un barco de Hvalur, la última empresa ballenera que opera en Islandia remolca rorcuales a puerto tras una cacería en agosto de 2022. Fuente: National Geografic. Fotografía de Arne Feuerhahn

Sin embargo, la autorización para este año (2024) les permite capturar 128 rorcuales comunes entre junio y septiembre, si bien es una cantidad menor que la temporada anterior.

Es llamativo que, aunque Islandia sigue perteneciendo a la Comisión Ballenera Internacional (Noruega y Japón ya no pertenecen), desafía la prohibición temporal (moratoria) de la caza comercial de ballenas impuesta por este organismo, formado por 88 países, que está en vigor desde el año 1986.

Sí que es verdad que este país en 2006 comenzó a establecer restricciones, con limitaciones y cuotas para la caza de ballenas. Las normas islandesas obligan a llevar inspectores del gobierno para supervisar las cacerías y a los balleneros a filmarlas en video, para comprobar que la especie capturada es la correcta y determinar si se cumplen las leyes de bienestar animal. Para evitar su agonía, la normativa obliga a que las ballenas mueran rápidamente tras ser capturadas y se debe utilizar un arpón con punta de explosiva dirigido a partes vitales del animal.

Sin embargo, es cierto que estas normas de “humanidad” o de “muerte menos cruel” son difíciles de cumplir. Matar a un animal de casi 40 toneladas en movimiento en un mar agitado mediante un solo golpe de arpón, aunque sea mecánico, requiere de una precisión importante, casi imposible. Se da el caso de que a veces el arpón no alcanza los órganos vitales o la punta explosiva no detona, y la muerte del animal es terrible.

El comercio internacional de carne de ballena (rorcual común)

Cada año, entre 2018 y 2020 Islandia exportó más de un millón de kilos de carne de ballena (rorcual común) a Japón, que es un país que gasta casi 40 millones de dólares al año en subvencionar su propia industria ballenera (varios tipos de rorcuales), a pesar de que, según un informe de 2018, en este país la demanda de carne de ballena ha bajado mucho (de unas 200.000 toneladas consumidas en 1960 a las actuales 4.000 toneladas). Ello conlleva que se capturen/importen más toneladas de carne de ballena que las que se consumen, y el excedente se utiliza para comida para mascotas, según una organización conservacionista japonesa Dolphin & Whale Action Network.

Según Justin Cooke, miembro del grupo de especialistas en cetáceos de la UICN que evaluó a los rorcuales comunes en 2018, el daño que se está haciendo a la población de esta especie en Islandia por esta caza es muy grande, aunque afortunadamente no es lo suficientemente grande para que toda la población de rorcuales comunes del norte del Atlántico se vea afectada de manera considerable. Este investigador declaró que, para esta población global, la caza ya no es la gran amenaza del pasado, pero, sin embargo, las colisiones de los barcos son la nueva amenaza que tienen que afrontar en estos momentos.

El pueblo islandés no apoya la caza de ballenas

Lo bueno es que, además de que en Japón se demande cada vez menos carne de ballena y la actividad decaiga, el 51% de los islandeses no están de acuerdo con su caza y este porcentaje sube año tras año. Además, tan solo el 2% de los islandeses dice comer carne de ballena habitualmente y el 84% nunca la ha probado.

Sin embargo, a pesar de que las actividades turísticas de avistamiento ayudan a mejorar la preocupación del pueblo islandés por las ballenas, y a la larga mejorar su estado de conservación, no solo se capturan rorcuales comunes para la exportación. Existen unas empresas más pequeñas que capturan ballenas “minkie” (otro rorcual más pequeño, con aletas pectorales pequeñas y blancas Balaenoptera acutorostrata), para consumo local, estando prohibida la exportación de su carne.

Lo que me llamó la atención es que principalmente quienes consumen su carne no son gente local, sino que se publicita este producto para consumo de los turistas. Hemos podido observar que te proponen un menú de comida tradicional islandesa y en él se incluye frailecillo y ballena minkie, lo que para mí es deplorable. Por eso, lo que tenemos que hacer los turistas cuando vamos allí es no comer carne de ballena (ni de frailecillo), para no fomentar la caza de estos animales.

Anuncio de un restaurante ofreciendo carne de ballena en un menú turístico que ofrece platos tradicionales islandeses. Fuente: BBC

Esperemos que la aparente sensibilidad creciente del pueblo islandés para conservar las ballenas vaya en aumento y las autoridades se decidan por fin por conservar estas especies tan maravillosas que han sufrido mucho por la desmedida avaricia humana.

Los hundimientos de Hvalur, una acción marca de la casa de Sea Shepherd

La empresa Hvalur es la única con licencia para la caza de ballenas en Islandia, y es recordada por un incidente que fue muy conocido en su momento. En noviembre de 1986 activistas de Sea Shepherd hundieron dos de los cuatro los barcos balleneros de la empresa, llamados Hvalur 6 y Hvalur 7, que estaban fondeados en el puerto de Reikiavik, aunque se aseguraron de que no hubiera nadie a bordo. Además, causaron daños en una instalación de procesamiento de ballenas en Hvalfjörður. Aunque estos dos barcos fueron reflotados, no se han reparado ni se han utilizado desde entonces.

Planta de procesamiento de ballenas de Hvalur en el Fiordo Hvalfjórdur. Fuente: https://www.visir.is

Los dos barcos que fueron hundidos fueron reflotados y están varados muy cerca de la planta de procesamiento de ballenas. Fuente: https://www.visir.is

Este incidente fue un intento de sabotaje sobre la industria ballenera islandesa, justo después de que este país esquivara la prohibición internacional de esta práctica con una justificación de realización de investigaciones.

No hubo heridos, pero se produjeron costosos daños materiales (varios millones de dólares) y los autores, Rod Coronado y David Howitt pertenecían a Sea Shepherd. Este suceso fue una de las primeras actuaciones, y una de las más sonadas, de esta organización en contra de la caza de ballenas.

Las reacciones internacionales fueron negativas, y este acto se calificó como vandalismo o terrorismo por parte de Islandia, Greenpeace Internacional y los medios de comunicación islandeses y norteamericanos. Coronado se defendió diciendo que no era más que un acto de sabotaje a una empresa que realizaba actos terroristas y que se habían asegurado de que no hubiera daños personales.

Este fue uno de los sucesos decisivos para que Paul Watson renegara de Greenpeace, organización que él mismo había fundado en los años 70. Poco después de este suceso Watson asumió la total responsabilidad sobre él, indicando que él mismo lo había planeado y supervisado. En 1988 viajó a Islandia para enfrentarse a los cargos legales que la justicia islandesa le imputaba. Como consecuencia de ellos estuvo detenido durante 24 horas, antes de ser deportado del país.

Desde entonces, muchas organizaciones ambientalistas han tomado distancia de las tácticas “agresivas no violentas” que utiliza Sea Shepherd para llamar la atención y sabotear a todo aquel sospechoso de provocar graves daños al medio ambiente.

Referencias:

https://wwhandbook.iwc.int/es/species/humpback-whale

https://seaiceland.is/what/mammals/whales/humpback-whale#:~:text=Humpbacks%20can%20be%20seen%20all,playful%20of%20the%20large%20whales.h

ttps://guidetoiceland.is/nature-info/whale-watching-in-iceland 

https://adventures.is/blog/guide-to-humpback-whales-in-iceland/ 

https://whales.is/about-us/responsible-whale-watching/ 

https://www.dw.com/es/por-qu%C3%A9-islandia-decidi%C3%B3-restablecer-la-caza-de-ballenas/a-66698791 

https://www.abc.es/sociedad/islandia-autoriza-caza-ballenas-temporada-2024-pesar-20240613092343-nt.html 

https://en.wikipedia.org/wiki/Whaling_in_Iceland#:~:text=In%202024%2C%20Iceland%20granted%20a,commercial%20whaling%20in%20recent%20years. 

https://www.nationalgeographic.es/animales/2022/11/se-acabo-la-caza-de-ballenas-en-islandia 

https://www.seafoodsource.com/news/supply-trade/iceland-s-hvalur-will-resume-hunting-whales-with-additional-restrictions

https://whales.is/media-tool-kit/ 

https://whaleswatchingiceland.is/meet-us-dont-eat-us/

https://whaleswatchingiceland.is/

OCCURRENCE PATTERNS AND SOCIAL BEHAVIORS OF HUMPBACK WHALES (Megaptera novaeangliae) WINTERING OFF PUERTO RICO, USA. Mithriel Mackay 2015

https://www.researchgate.net/publication/282252235_OCCURRENCE_PATTERNS_AND_SOCIAL_BEHAVIORS_OF_HUMPBACK_WHALES_Megaptera_novaeangliae_WINTERING_OFF_PUERTO_RICO_USA

https://en.wikipedia.org/wiki/1986_Hvalur_sinkings

Sjötti hvalur vertíðarinnar kominn á land í Hvalfirði - Vísir (visir.is)

https://icelandmag.is/article/only-terrorist-attack-iceland-sinking-whaling-vessels-reykjavik-911-1986

https://youtu.be/uBtWFDOJnsE?si=Hevc72IWN85vT_52

https://www.ifaw.org/international/press-releases/iceland-whale-meat-to-japan