miércoles, 31 de julio de 2019

CAUTIVOS EN RUSIA





Este artículo se publicó en la revista Acusub número 200 www.Acusub.net
Texto: Mónica Alonso Ruiz

El año pasado los conservacionistas rusos decidieron investigar la realidad de las capturas de mamíferos marinos en su país. Sabían que, en el Mar de Ojotsk, lejos de la civilización, lejos de todo, se capturaban orcas y belugas. Se sabía que se aprovechaba la migración estacional de las orcas a lo largo de su costa en verano para capturarlas. Nadie lo había visto, dado que es un lugar bastante inaccesible. Sin embargo, esta actividad no es del todo ilegal, pues a pesar de la indignación popular, al parecer, el Servicio Federal de Supervisión de Recursos Naturales ruso había dado permisos para ciertas capturas en la zona en 2018, específicamente 13 orcas por año, para ser utilizadas en actividades educativas.

Tras la emisión de estos permisos, unos cuantos voluntarios de varias organizaciones de ese país, dentro de un grupo llamado “Ocean Friends” se equiparon con dos embarcaciones y se presentaron en la zona. Los cazadores de orcas no recibieron muy amigablemente a los activistas, usando armas de fuego contra sus drones y saqueando su campamento.

A pesar de las dificultades, recogieron un montón de información. Filmaron las sangrientas capturas e incluso casi pudieron impedir algunas de ellas, pero los cazadores tenían mejores medios. Capturar una orca joven o un grupo de belugas jóvenes, para utilizarlas en un delfinario, exige un cruento trabajo de caza de la manada y descarte de aquellos ejemplares no deseados por ser ya adultos.

La sociedad rusa y el mundo desconocían hasta la fecha lo que estaba ocurriendo allí. El proceso de captura no se controla en absoluto: no se hace fotoidentificación, ni biopsias para obtención de ADN. Si durante la captura se mata a alguna orca no hay consecuencias, si una orca muere, se deshacen del cuerpo y se captura otra.
El mar de Ojotsk, donde capturan las orcas y belugas

Querían mostrar al mundo que la captura de un animal para un delfinario requiere la muerte violenta de muchos otros. Dado que para que un delfín, una orca o una beluga se pueda adaptar a la cautividad es preciso que sea una cría o muy joven, los cazadores suelen atacar a toda una manada, para separar a sus crías. Como son animales sociales, todo el grupo reacciona al ataque, defendiendo a sus pequeños. Por ello la mayoría de las veces es preciso masacrar a muchos de los componentes de la manada. De los ejemplares capturados posteriormente se hace una selección, en la cual se descartan algunos, a los que también dan muerte o son abandonados a su suerte. Como los cetáceos en cautividad duran poco porque mueren muy prematuramente, es preciso reponerlos, y de ahí el constante negocio de la captura sigue diezmando manadas enteras. Puedes ver todo esto en este vídeo.

Los voluntarios volvieron de la expedición con mucha información valiosa para mostrar al mundo y a las autoridades. Pudieron filmar a 12 orcas y 90 belugas en una “base de adaptación” en Srednyaya Bay, Nakhodka, que los cazadores tenían como punto de concentración de animales para su posterior venta, principalmente a los delfinarios chinos, cuyo número no para de crecer año a año. Se cree que por una orca pueden recibir un precio entre 1 y 6 millones de euros.



La Bahía de Srednyaya, cerca de la ciudad de Nakhodka, donde se sitúa la “base de adaptación” que las empresas tienen como punto de concentración para posterior venta de las orcas y belugas a delfinarios chinos.

Sus imágenes dieron la vuelta al mundo en noviembre de 2018. Los animales estaban hacinados en pequeñas piscinas, las belugas al aire libre y las orcas en espacios cubiertos. En otro vídeo se puede ver como una grúa eleva una orca y la pone en un tanque, en las labores de preparación para su transporte a un destino desconocido para los activistas. Se cree que los cetáceos iban a ser vendidos a los delfinarios chinos. Los periódicos rusos informaron de que las cuatro empresas que operaban en la zona (Oceanarium DV, Afalina, White Whale/Bely Kit y Sochi Dolphinarium) habían exportado 15 orcas y 200 belugas a China en los últimos 5 años. Estas empresas alegaban que tenían permiso para capturar a estos animales.


Las instalaciones de la Bahía de Srednyaya donde se mantienen cautivas las orcas y las belugas. Es la denominada “cárcel de ballenas”. Las piscinas cubiertas se reservan a las orcas, de mayor valor en el mercado, y las que están al aire libre son para las belugas. En esta instalación se han encontrado 12 orcas y 90 belugas.

¿Especies protegidas?

Conocer la legalidad de la captura de cetáceos es realmente complicado y responde, como ocurre siempre en el caso de recursos marinos, a convenios internacionales que firman los países y que acatan o no en función de si les interesa.

La realidad es que la Comisión Ballenera Internacional propuso la prohibición de la caza de orcas hasta que se realizaran investigaciones sobre el estado de la especie como consecuencia de que en 1979-1980 en la Unión Soviética se capturaron más de 900 ejemplares. A partir de ahí Noruega y la Unión soviética suspendieron sus capturas y Japón lo hizo en 1990.

La Comisión Ballenera Internacional (CBI) regula las capturas de las “ballenas grandes” y define 13 especies de misticetos (ballenas con barbas) a proteger, con prohibiciones vinculantes para sus miembros. El resto de cetáceos, entre los que se incluyen las ballenas más pequeñas y los odontocetos (cetáceos con dientes), no tienen reglas de captura en el ámbito de la Comisión, aunque su comité científico discute temas de conservación de este numeroso grupo. Es por ello que las prohibiciones que la CBI establezca no son vinculantes para los países miembros, por lo que existe un enorme vacío legal en el ámbito internacional para estas especies fuera de las “ballenas grandes” (grandes ballenas)
La Convención CITES protege todos los odontocetos (cetáceos con dientes), grupo al que pertenecen las belugas, orcas y todo tipo de delfines. La protección consiste en la inclusión en el apéndice II, donde figuran las especies que podrían estar en peligro de extinción a menos que se controle estrictamente su comercio. Para exportar especímenes es preciso un permiso de exportación, cuando se cumplen determinadas condiciones. Como podemos ver, esta protección no consiste en la prohibición de captura, sino de comercio.

Actuación del gobierno ruso

El vídeo de las piscinas con las orcas y belugas cautivas llamó la atención de la población rusa y de todo el mundo. A partir de ahí cientos de personas enviaron cartas y cientos de miles de personas firmaron peticiones para solicitar que se dejaran de capturar estos animales y su liberación inmediata.
El Fiscal General ruso inició una investigación. Al parecer, los permisos de caza emitidos vulneraban la ley rusa sobre pesca y preservación de los recursos biológicos acuáticos. Según dicha ley sólo los delfinarios establecidos en Rusia podrían obtener dichos permisos de captura, para animales a utilizar en sus instalaciones, prohibiéndose la venta y exportación de los mismos. A partir de ahí, se realizó una investigación criminal con cargos de captura ilegal de recursos biológicos contra las empresas que capturaban estos animales. Mientras la investigación siga en curso los animales debían permanecer bajo la custodia de dichas empresas.

Campaña “Free Russian Whales” (Liberar las “ballenas” rusas)

A partir de ahí, en enero de 2019, los conservacionistas rusos se organizaron y comenzaron la campaña Free Russian Whales, para hacer presión para que el gobierno ruso libere a las orcas y belugas (mal llamadas ballenas, pues no lo son).


“Free Russian Whales” es la campaña que grupos de conservacionistas rusos llevan a cabo para dar a conocer al mundo la situación de las orcas y belugas cautivas en Srednyaya

Los argumentos para su liberación, avalados por expertos y biólogos internacionales, son los siguientes:
  • Las orcas y belugas llevan muy poco tiempo cautivas, por lo que aún son capaces de adaptarse a la libertad, dado que han sufrido muy poco tiempo el condicionamiento conductual de la cautividad. O lo que es lo mismo: aún recuerdan cómo se vive en libertad. Hay experiencia de delfines jóvenes que fueron liberados tras un corto periodo de cautividad y han sobrevivido libres.
  • Los animales son jóvenes, pero no son crías, por lo que previsiblemente serían capaces de readaptarse a la libertad, incluso en grupos que no sean de su propia familia. 
  • A lo largo de este tiempo han desaparecido una orca y tres belugas. Sus captores dicen que la orca fue liberada por conducta agresiva y que las belugas han escapado. Se presume que aún con la prohibición del gobierno ruso, los captores puedan haberlas vendido ilegalmente. 
Una activista recoge firmas para liberar a las orcas y belugas
en la feria de buceo rusa que tuvo lugar en enero en Moscú
El tiempo juega en su contra

Mientras se toman decisiones, las condiciones físicas de los animales cautivos se deterioran debido al hacinamiento y al crudo invierno. La instalación de Srednyaya Bay no está prevista para que los animales pasen allí tanto tiempo. La investigación del gobierno ruso paralizó su traslado a los delfinarios de destino, pero tampoco ha permitido su liberación inmediata.

En enero de 2019 expertos del Servicio de Costas ruso, veterinarios y biólogos, informaron sobre la “prisión de ballenas”. Las instalaciones están cubiertas con hielo en las piscinas y las belugas casi no pueden moverse. Los cuidadores tienen que romper el hielo continuamente. Las belugas se adaptan mejor y por ello están en los tanques a la intemperie. Evolucionaron eliminando su aleta dorsal precisamente para poder estar en zonas de hielo, y tienen más grasa corporal. En libertad pueden desplazarse a zonas con menos hielo para poder nadar, cosa que aquí no pueden hacer. Las orcas lo llevan peor, y eso que están en tanques cubiertos, dado que ellas suelen migrar a zonas menos frías en esta época del año.


Las piscinas de la “prisión de ballenas” cubiertas de hielo


La presencia de hielo en las piscinas no reduce aún más la movilidad de los animales

En febrero de 2019 Jean Michelle Cousteau escribió a Vladimir Putin para pedir la libertad de las orcas y belugas, y se ofreció a asesorarles. Otros famosos, como Pamela Anderson y Leonardo di Caprio también escribieron a Putin y promocionan la petición de liberación que hay en change.org, que casi alcanza un millón de firmas. El 23 de febrero el gobierno ruso anunció la liberación de los animales. Esta gran noticia recorre todas las televisiones del mundo.


La campaña internacional de Leonardo di Caprio a favor de la liberación de las orcas y belugas ha llamado la atención de todo el mundo y el Gobierno Ruso ha notificado que pretende liberarlas.

A fecha de hoy, no nos consta que las orcas y belugas cautivas se hayan liberado y su situación empeora. Los expertos han vuelto a la “cárcel de ballenas” y han observado que las lesiones que tienen en la piel debidas a su captura han empeorado, que tienen nuevas lesiones debido al hacinamiento, y que los hongos, presumiblemente, han hecho acto de presencia…(Ver actualización al final del artículo)


Las orcas cautivas presentan lesiones en su piel, que han empeorado desde el cautiverio

El Gobernador de la Provincia invitó a Jean Michelle Cousteau para asesorarles. Tiene que tomar una decisión que no es fácil. Mientras tanto los activistas rusos hablan de que el Gobierno pretende llevar a los animales a los delfinarios rusos. Esta opción no es bien recibida por ellos, que ven que, una vez más cuando un gobierno no sabe qué hacer cuando tiene un cetáceo que liberar, suele llevarlo a una instalación de este tipo, donde acaba su vida actuando y dando dinero a la industria de la cautividad. (Ver actualización al final del artículo)


Se han producido manifestaciones en pro de la liberación de las orcas y belugas en Moscú

El gobierno ruso, tras una reunión celebrada el 12 de marzo, anunció que los animales serían trasladados a una bahía diferente, cerca de Vladivostok. En dicha reunión se creó una comisión para determinar la suerte de los animales. Los conservacionistas están preocupados porque el coordinador de dicha comisión es el responsable de los permisos de captura que se dieron a las empresas, y que luego fueron declarados ilegales. Acusan a dicha comisión de no querer acoger ningún grupo de expertos internacionales.

Este mismo mes de marzo una serie de celebridades de todo el mundo le han pedido a Vladimir Putin la liberación de estos animales. Encabezan la carta la reina Noor de Jordania, Jane Goodall, Richard Branson, Edward Norton y muchos otros. Sin duda el esfuerzo de Free Russian Whales está siendo enorme para aumentar la presión sobre los responsables de liberar a estos animales.

La experta en cetáceos Tatiana Denisenko, docente de la Universidad Estatal de Moscú, experta en medicina veterinaria y biotecnología, ha declarado a la prensa que la liberación de estos animales es posible. Ha evaluado las posibilidades que tienen de aprender a vivir en la naturaleza e incluso la posibilidad de que encuentren a su familia, como muy altas. Su rehabilitación podría durar uno o dos meses, antes de liberarlos, dado el poco tiempo que han pasado en cautividad, tras un control sanitario y de cura de sus heridas. Se le ha planteado la posibilidad, ya anunciada, de que se les lleve a otra bahía cercana para su rehabilitación, pero ella lo descarta, dado que un traslado y manipulación mediante tanques podría afectar mucho a su salud.

No sabemos cuánto va a durar esta circunstancia, ni si los animales van a sobrevivir antes de que sean liberados. Lo que sí sabemos es que de momento sirve para dar un toque de atención a la sociedad internacional para que se dé cuenta de lo que ocurre con la industria de la captura de mamíferos para delfinarios. (Ver actualización al final del artículo)

Esta terrible situación se ha creado como consecuencia de la creciente industria de los delfinarios en China, y países cercanos, en un mundo donde cada vez más países están prohibiendo la cautividad de los cetáceos. ¡No vayas a un delfinario! Detrás de la cara “feliz” de un delfín cautivo haciendo piruetas está una vida de privación de libertad, de castigos para vencer su resistencia, de lesiones por el hacinamiento, de enfermedades por estar viviendo en un espacio reducido. Y, sobre todo, la masacre que se lleva a cabo para su captura.
Detrás del negocio de los delfinarios se esconde otro negocio más sangriento, el de la captura y tráfico de estos animales
Actualización julio 2019

De forma inesperada, a finales de junio y comienzos de agosto el Gobierno Ruso ha comenzado a liberar orcas y belugas, sin consultar a ninguno de los grupos que les estaban asesorando.

Proceso de carga de una de las orcas liberadas

A finales de junio liberaron 2 orcas y 6 belugas. La prensa rusa lo vendió como un gran éxito y circularon varios vídeos sobre lo felices que eran los animales cuando se liberaron.

Video 2 (Facebook)
Video 3 (Facebook)

 



Se liberaron en el Mar de Ojostk, donde fueron capturadas (hicieron caso a los expertos, pero solo en ese aspecto). El traslado se hizo por carretera y las liberaron inmediatamente, sin proceso de aclimatación ni de tranquilización tras el estrés del transporte. Los expertos y activistas rusos están muy preocupados porque el proceso de liberación no se está llevando en las mejores condiciones.

Los conservacionistas rusos están preocupados por cómo se está llevando el proceso de liberación, especialmente con el secretismo del Gobierno Ruso

Los animales fueron etiquetados y se han podido seguir sus movimientos. Al parecer las dos orcas permanecen juntas, y se mueven por los lugares en los que las orcas salvajes se mueven habitualmente. Aún no se sabe si se han reunido con algún grupo.

Las orcas liberadas fueron etiquetadas y sus movimientos pueden seguirse vía satélite

A inicios de julio liberaron tres orcas, dos de ellas más adultas y otra una cría, con el mismo procedimiento que el utilizado en la liberación anterior. Del seguimiento por satélite se conoce que la orca más joven se ha separado del grupo. Y además se la ha podido ver vagando cerca de la zona de liberación, acercándose a los pescadores y mendigando comida a los humanos.
En este video se la puede ver recibiendo un pescado de la mano de un pescador. Es decepcionante ver como este animal parece que en solitario no va a ser capaz de sobrevivir en libertad. Así, los detractores de la liberación, la industria del cautiverio, tiene argumentos para decir que la liberación de cetáceos una vez capturados es imposible.


La cría de orca que se ha separado del grupo mendiga comida de los pescadores

Los activistas están muy preocupados por su salud. Indican que la liberación tenía que haberse realizado en grupos más grandes, las 10 orcas juntas y las belugas en grupos grandes, aunque no fuera el grupo entero. Así las más débiles podrían tener el resguardo del grupo y mejorar su proceso de adaptación. Además, el seguimiento de todos los animales debería haberse realizado de forma visual, asegurándose de que todos los individuos eran capaces de alimentarse, en un periodo tras su liberación.

Jean Michelle Cousteau ha declarado (vídeo) que está muy decepcionado con el procedimiento seguido para la liberación de los animales y pide modificarlo y ampliar la transparencia del proceso, dada la poca información que se está dando del mismo.


Finalmente, el 24 de julio, el Gobierno ruso ha anunciado que Greenpeace Rusia participará en la liberación del siguiente grupo de orcas, que tendrá lugar en agosto.


Esperamos que la cordura se implante en el proceso de liberación y se sigan los consejos de los expertos en la materia.

lunes, 22 de julio de 2019

JORNADA EL BUCEO PROFESIONAL EN LA INGENIERÍA EN EL COLEGO DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS DE MADRID



El pasado 17 de junio tuvo lugar en el Colegio de Caminos de Madrid la Jornada Técnica “El Buceo Profesional en la Ingeniería”, a la que Acusub asistió. Se trataba de dar a conocer al colectivo de ingenieros de caminos la profesión y el trabajo de los buzos profesionales que realizan labores subacuáticas en el ámbito de las obras públicas. La mayor parte de los proyectos de construcción en los que participan buzos profesionales están redactados por ingenieros de caminos, pero solo algunos conocen en profundidad los riesgos inherentes a la práctica profesional de los buzos. Proyectar este tipo de actividades es difícil, por su complejidad y peligrosidad, y una buena concepción de las mismas es fundamental para que el resultado final de los trabajos sea satisfactorio.
Durante los últimos años, el Buceo Profesional en nuestro país ha sufrido un importante desarrollo, no solamente en lo que a avances tecnológicos e incorporación de nuevos equipos se refiere, sino también en la adaptación de los procedimientos y técnicas de intervención. Ambos han traído consigo un mayor nivel de seguridad en la ejecución de las Actividades Subacuáticas e Hiperbáricas. Este avance es la consecuencia de lo que viene sucediendo en el resto de Europa y que algunas empresas españolas han sido capaces de valorar y asumir como reflejo de su compromiso con la innovación y sobre todo con la seguridad de sus trabajadores.

Fuente: ANEBP

La charla corrió a cargo de Carlos Acosta, director de Acostasub, empresa canaria de trabajos subacuáticos en el ámbito de la ingeniería civil, y de Daniel Macpherson, secretario de la ANEBP (Asociación Nacional de Empresas de Buceo Profesional).

En un primer lugar nos presentaron la Asociación, que reúne una gran cantidad de empresas de trabajos subacuáticos, y que lleva realizando un enorme trabajo en mejorar las condiciones de trabajo de los buzos, especialmente con la participación en el Segundo Convenio Colectivo de Buceo Profesional y Medios Hiperbáricos, donde se concretan y se trata de poner al día los estándares mínimos de seguridad que establece la normativa reguladora, al mismo nivel que en otros países de referencia en la actividad del buceo.


Asimismo, nos recomendaron la lectura de la “Guía de contratación de Empresas de Buceo Profesional”, editada por ANEBP, que recoge una serie de aspectos que necesita saber cualquier ingeniero que deba participar en alguna de las fases de obra pública (desde la concepción en el proyecto, hasta la construcción), en la que se incluyan trabajos subacuáticos.
Continuaron dándonos unas pinceladas del medio hiperbárico y la fisiología del buceo. Nos explicaron que medio hiperbárico no tiene por qué ser sumergido, sino que incluye también casos en los que se trabaja en zonas confinadas con presión de aire por encima de la atmosférica, como es el caso de las tuneladoras en escudo o los cajones sumergidos de las cimentaciones de los puentes. En esos casos también el trabajador, sometido a las condiciones de respiración de aire a presión, puede sufrir las consecuencias negativas, enfermedad descompresiva fundamentalmente, como si estuviera sumergido.



Nos explicaron los diferentes sistemas de buceo profesional en el ámbito de la obra pública que están permitidos por la legislación española, haciendo hincapié en que este tipo de actividad no se incluye el uso de equipo autónomo ni la apnea, requiriendo de equipos especiales mediante umbilical con suministro continuo de aire desde superficie, comunicaciones y cámara, y con control desde superficie. Los equipos de trabajo deben tener un número mínimo de personas, con un jefe de equipo, buzos, ayudantes, buzo de socorro, en sus diferentes configuraciones. También nos explicaron el uso de campanas para operaciones a mayor profundidad.

Fuente: ANEBP

Y, como no, nos hablaron de las malas prácticas que se realizan, aunque cada vez menos, en lo que se refiere al suministro de aire desde superficie, mediante sistemas que no cumplen los estándares de la normativa, como el uso de compresores no adecuados, directos al regulador, u otros como el uso de botellas en tierra que suministran aire a pequeños depósitos artesanales.
Se nos dieron una serie de detalles muy interesantes de cómo saber cómo se organiza la actividad subacuática, el uso de cámaras de descompresión de emergencia a menos de 15 minutos del lugar de la inmersión, los tiempos máximos diarios de actividad de cada buceador, el uso del casco obligatorio, etc.

Sin duda, este tipo de jornadas sirven muy bien para dar a conocer a otros colectivos relacionados con la actividad subacuática, las labores que estos profesionales realizan.

viernes, 19 de julio de 2019

CABO BLANCO: EL ÚLTIMO REDUCTO DE LA FOCA MONJE DEL MEDITERRÁNEO


Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se publicó en la Revista Acusub num 192: http://acusub.com/?p=3300

¿Sabías que…? En la Península de Cabo Blanco, en el norte de Mauritania, junto a la frontera del Sahara, se encuentra la última gran colonia de la foca monje del Mediterráneo. Seguramente ninguno de nosotros sabíamos que hay focas en el Mediterráneo. Cualquiera lo diría si nunca hemos visto ninguna.

Hace siglos las focas monje, Monachus monachus, campaban libremente por nuestras playas, donde se reproducían y vivían en libertad. Se las podía encontrar en todas las costas del Mediterráneo, incluso en el Mar Negro, y en las costas orientales del Atlántico. En la actualidad tan solo unos pocos ejemplares pueden encontrarse en nuestro mar. Es en la zona oriental del Atlántico, especialmente en Cabo Blanco, donde viven aproximadamente la mitad de las algo más de 700 focas de esta especie que aún sobreviven. Tan pocos ejemplares convierten a la foca monje en una de las especies de mamíferos más amenazados de extinción. La UICN la cataloga como en peligro crítico, el paso previo a la extinción.

Fuente: Mediterraneanmonkseal.org

En España las focas monje eran habituales, si bien las últimas colonias habitaron las costas del Cabo de Gata, en los años 60. En los años 80 tan solo quedaban 5 ejemplares, que fueron muriendo hasta no quedar ninguno. Peluso se llamaba una de las últimas focas que vivieron en las costas españolas. Fue tristemente famoso porque los medios de comunicación la hicieron popular cuando contaron en 1989 que estaba atrapado en una goma que le aprisionaba su cuerpo. Vivía en las Islas Chafarinas, cerca de Marruecos y de Melilla. Un grupo de militares y científicos la liberaron de su trampa y la devolvieron al mar. No se planteó su cautividad con fines reproductivos ante la falta de estudios sobre su fisiología y viabilidad de vivir en cautividad.


Artículo de la Vanguardia de 1989

En 1992 se organizó de nuevo una expedición en busca de Peluso, pero no se consiguió encontrarlo y jamás se le volvió a ver. Pero ¿por qué tanto esfuerzo por localizar a una sola foca?, pues porque Peluso era nada menos que el último macho de foca monje del Mediterráneo que vivía en aguas españolas. Posteriormente, se avistaría una hembra con sus cachorros en Chafarinas, en lo que sería la última vez que se vería una foca monje en aguas españolas. La cosa es que desde entonces se dio por extinguida esta especie en nuestras costas.

Hubo muchas focas monje en Fuerteventura, en el Islote de Lobos, donde algunos de vosotros habréis buceado alguna vez. De hecho el nombre de “lobos” se refiere genéricamente al término coloquial “lobos marinos”, que se utiliza para nombrar a la totalidad del grupo de los  pinnípedos, y en este caso particular de Fuerteventura se aplica a las focas monje que vivían allí.


Fuente: Mediterraneanmonkseal.org

Un estudio de 1989 sobre las poblaciones de focas monje en España indica que la última fecha registrada de presencia de crías corresponde a Cueva Lobos, en Bolnuevo, Murcia, entre 1941 y 1945. Ese mismo estudio indicaba que en 1989 la presencia de focas en nuestras costas se debía a ejemplares erráticos provenientes de las colonias africanas. Las causas de su desaparición en España fueron principalmente la persecución humana, especialmente por parte de los pescadores, al entrar la foca en conflicto con sus intereses pesqueros. También influyó el descenso de recursos alimentarios, las molestias humanas en sus hábitats de cría, la destrucción de su hábitat, la contaminación costera y la muerte accidental de ejemplares en los aparejos de pesca. Vamos, que este animal fue una de las víctimas de la avaricia humana por ocupar las zonas costeras y por agotar los recursos pesqueros.

La foca monje

La foca monje del mediterráneo Monachus monachus es un mamífero pinnípedo de la familia de los fócidos. Los pinnípedos son, junto con los cetáceos y los sirénidos (el dugongo y el manatí), los únicos mamíferos adaptados a medio acuático. Los pinnípedos se dividen en tres familias, los otáridos (osos, lobos y leones marinos), los fócidos (las focas verdaderas y los elefantes marinos), y los odobénidos (las morsas). La principal característica de los fócidos y que las diferencia de los osos y leones marinos, es la ausencia de orejas, lo cual es una adaptación al medio marino, para reducir el rozamiento con el agua y hacer que sean más hidrodinámicos.


Fuente: Mediterraneanmonkseal.org

En la actualidad existen 19 especies de focas, que viven en diversas zonas costeras, excepto en las zonas tropicales. Tan solo algunas especies de focas viven en zonas templadas, las tres especies de foca monje, Monachus monachus, Neomonachus tropicalis (extinta) y Neomonachus schauinslandi. Las tropicalis viven en el Caribe y las shauinslandi en Hawai.


Áreas de distribución de las tres especies de focas monje

Las focas tienen las extremidades posteriores dirigidas hacia atrás, para facilitar la natación, lo cual les dificulta su desplazamiento en tierra. También tienen una gruesa capa de grasa debajo de su piel, que les permite soportar las aguas frías donde viven.

Su cuerpo suele ser alargado y fusiforme, muy hidrodinámico. Tienen un pelaje corto y denso en los adultos, siendo el de las crías más suave y largo. Es precisamente la característica de la piel de las focas crías la causante de su desgracia, al ser mucho más preciada que la de los adultos. Por ella se las ha matado hasta casi la extinción en algunas zonas del planeta.

La foca monje es la de mayor tamaño después de los elefantes marinos y los machos pueden llegar a medir hasta 2.80 m, y pesar hasta 300 kg, siendo las hembras más pequeñas. Su pelaje es gris o marrón en su parte superior y blanquecino en el vientre. Las crías al nacer tienen el pelaje negro y una mancha ventral blanca con puntos negros. Se las llama focas monje debido al pelo corto de su cabeza y los pliegues de su piel, lo cual les asemeja a la cabeza de un monje.

Características externas de la foca monje

Hace siglos, cuando no estaban sometidas a la presión humana, vivían en grandes colonias en bancos de arena y playas a cielo abierto. Dado que se las ha cazado desde la Edad Media, han desarrollado miedo por los humanos, y han llegado incluso a abandonar su hábitat por este motivo, concentrándose actualmente en cuevas de difícil acceso.

  

Fuente: Mediterraneanmonkseal.org

Comen peces, crustáceos y cefalópodos que cazan durante toda su vida excepto en los primeros días tras dar a luz, en los que las hembras permanecen junto a sus crías. Las crías toman leche materna hasta los cuatro meses de edad.

Las hembras se desarrollan sexualmente a los dos o tres años de edad, que es cuando suelen tener su primera cría. Se reproducen una vez al año, dando a luz en la temporada estival.

Como ya hemos citado, hay dos poblaciones claramente diferenciadas, la del Mediterráneo Oriental, fundamentalmente entre Grecia y Turquía, con unos 350 ejemplares y la población atlántica, con unas 40 focas en Madeira y más de 350 en la Península de Cabo Blanco. Ejemplares dispersos se pueden encontrar también en el Mediterráneo Occidental, en Marruecos y Argelia. Los científicos consideran que la población mediterránea está estable, dentro de su estado crítico, y que la atlántica está en crecimiento.




Distribución de la foca monje del Mediterráneo, Monachus monachus

Cabo Blanco: la reserva “Costa de las focas”

La ajetreada y trágica historia de la colonia de focas de Cabo Blanco comienza en 1436, cuando los primeros navegantes portugueses traen noticias de colonias de foca en los bancos de arena de Río de Oro (Sahara). En ese momento se inicia su explotación y persecución hasta el siglo XX, utilizando sus pieles y grasa para hacer aceites. En 1923 las poblaciones de focas de la zona se habían diezmado casi hasta la extinción, y los exploradores no encontraban más que unos pocos ejemplares en la zona. En 1945 el naturalista español Eugenio Morales encuentra de nuevo la colonia de focas de la península de Cabo Blanco, en la que se consideró la última colonia superviviente del litoral africano. En la segunda mitad del siglo XX la pesca en la zona aumenta de manera exponencial, dado que nos encontramos en uno de los caladeros de pesca más productivos del mundo. Las capturas accidentales en las artes de pesca y la persecución de los pescadores vuelven a someter a la colonia a una presión excesiva.

El desconocimiento del estado de las poblaciones se agrava con la descolonización del Sahara en los años 70, que no permite el acceso a los científicos a la zona. Es a comienzos de los 90 cuando un grupo de investigadores españoles vuelven allí, localizan las cuevas de cría y se comienza a investigar de nuevo la colonia, instalando un campamento permanente con cámaras de videovigilancia. Se trata de conocer los aspectos biológicos de esta especie, que son muy desconocidos. En ese momento se inicia un proyecto Life para estudiar la posibilidad de reintroducir ejemplares en las Islas Canarias.

La colonia sufre uno de sus peores momentos críticos en 1997, cuando un alga tóxica vuelve a diezmar la población de focas de la zona, quedando aproximadamente unos 100 ejemplares. En ese momento se piensa que la posibilidad de que se recupere la especie a nivel mundial  es muy baja.
Sin embargo, la responsabilidad española sobre la especie prima sobre la desesperanza y en 1999 en Ministerio de Medioambiente español propone la elaboración de un Plan de Acción Internacional para la recuperación de esta especie en la zona. Es el inicio del trabajo con representantes de Marruecos, Mauritania y Portugal en la Fundación CBD-Habitat, que junto con la ONG local Annajah crean en 2001 una reserva llamada “Costa de las Focas”, que pretende aunar esfuerzos institucionales internacionales y locales y de los pescadores artesanales.

Se trata de proteger las cuevas de cría de la colonia y el entorno en el que se localizan y por ello se establece un sistema de vigilancia para eliminar redes ilegales y las molestias por parte de recolectores de percebes y pescadores. La reserva cubre una zona de 6 km que recoge toda la zona de cuevas. A partir de esa fecha el número de crías comienza a crecer y los trabajos de conservación empiezan a producir resultados, comenzando la fase de recuperación de la colonia.

  
La videovigilancia es una de las herramientas para el control de los ejemplares de la colonia

Se realizan trabajos de control de la pesca en la zona, se marcan los ejemplares y se empiezan a conocer sus movimientos, lo cual es esencial para mejorar su protección. Así, se empieza a ver una pequeña expansión de la colonia, en 2008, cuando se dan cuenta de que las focas ya salen a las playas a cielo abierto, e incluso paren allí, recuperando parte de su hábitat natural que abandonaron por la presencia humana. Los números crecen y en 2011 la colonia ya supera los 200 ejemplares, duplicándose la población desde el año 1997.

El ejemplo de Cabo Blanco se exporta a Madeira, donde hay también una pequeña población, y se inicia allí un programa de conservación, dentro del programa Life de la Unión Europea.
El trabajo realizado consiste en la vigilancia y mantenimiento de la reserva, protegiendo sus cuevas de cría. La vigilancia marina permite hacer ver a los pescadores de la zona que no pueden pescar, porque se les retiran las redes y se entregan a las autoridades locales. La vigilancia en la costa elimina las molestias en las zonas de cría, especialmente limpiando de la basura que llega del mar.

La reserva “Costa de las Focas”, en Cabo Blanco, Mauritania, es la única esperanza para la especie

También se realiza un seguimiento e identificación de los ejemplares, mediante fotoidentificación, videovigilancia y seguimiento por GPS. En las oficinas de la reserva se analizan todos los datos y se elaboran catálogos de identificación y el análisis demográfico de la población. Actualmente hay 70 subadultos, 97 hembras adultas y 75 machos adultos, con lo que se obtiene un total de 242 individuos. Si se añaden las crías se estima que hay una población de unos 330 ejemplares.
Pero el trabajo no acaba en la propia reserva, y se completa con acciones de apoyo a la población local, principalmente de la más cercana, Nouadhibou. Se trata de mejorar sus condiciones de vida y de trabajo, y sensibilizar a los niños. Se ha creado un centro de interpretación de la reserva y se realizan cursos de formación a pescadores.

El trabajo con la población local, especialmente con los niños, es esencial para el futuro de la reserva

De cara al futuro, se plantea el estudio de expansión de la reserva, cuando las cuevas actuales dejen de ser suficientes para la población en aumento. Para ello se ha explorado la zona, unos 150 km más y se han inventariado las cuevas cercanas.

¿Qué pasó con la idea de la reintroducción de la foca monje en las islas canarias?

Según nota de prensa del Ministerio para la Transición Ecológica, se está ultimando el procedimiento para la reintroducción de la foca monje en Fuerteventura. En septiembre pasado se reunieron representantes del Ministerio con representantes del Cabildo y del Gobierno de Canarias. El Ministerio presentó su estudio de viabilidad demográfica como paso previo a la elaboración del proyecto de reintroducción de la especie en Canarias.

El estudio de viabilidad ha indicado Fuerteventura como el lugar idóneo para la reintroducción de ejemplares procedentes de Cabo Blanco, basándose en los acuerdos suscritos con Mauritania en este sentido. Se ha propuesto el Parque Natural de Jandía, porque según los expertos esta zona ofrece un hábitat adecuado, con alimentación disponible y con amenazas mínimas, porque la actividad pesquera en la zona es muy reducida, y está prohibido el uso de redes de arrastre y de enmalle, principales artes que provocan la mortandad en esta especie. Es una zona de baja densidad de población, con turismo moderado y con grandes espacios protegidos muy aislados.

Parece que la idea inicial es llevar unos 36 ejemplares durante un periodo de 10 años y que se liberarían en una zona especial de conservación marina (ZEC), en la “Cueva del lobo”, llamada así por la presencia de focas.

La opinión de las cofradías de pescadores de la zona no es muy favorable a la reintroducción de las focas, porque creen que les perjudicará en su actividad, siendo un elemento de competencia para sus capturas. Aluden a que la foca será también una amenaza para otras especies de la zona. Los pescadores dicen que las focas requieren de 30 kilos de pescado diario e indican la falta de diálogo con ellos por parte del Ministerio.

Es curioso que los representantes de las cofradías digan que “si desaparecieron de forma natural del litoral majorero es porque aquí no tienen su hábitat”. Sin duda parece que la falta de información de los pescadores que así se expresan, en relación con la extinción de la foca es importante. Calificar de extinción natural cuando la acción humana fue su principal causa responde a un cierto desconocimiento de por qué se extinguen las especies y de que no todos los recursos del mar deben estar al servicio de las necesidades humanas. Es el agotamiento de los recursos pesqueros, por causa de nuestra insostenible actividad la verdadera fuente de los problemas de la pesca. Debemos comprender que la introducción de un depredador natural en un ecosistema responde siempre a la necesidad de equilibrar el mismo y tratar de compensar los daños ocasionados por el hombre. Parece claro que va a haber que realizar un gran esfuerzo con la población local de Fuerteventura si se quiere que el proyecto tenga un futuro.

¿Qué ocurre a las focas monje que viven en el Mediterráneo?

Mientras tanto existen movimientos mucho más incipientes que los realizados en Canarias por parte de organizaciones sin ánimo de lucro, para recuperar la foca monje en el Mediterráneo en Baleares, donde a este animal se le conocía popularmente como “vellmarí”.

Y en el Mediterráneo oriental existen también otras organizaciones que luchan por conservar las colonias que existen, como Sad Afag, en Turquía. Su labor de concienciación de la población local es fundamental para respetar sus zonas de cría y de apareamiento, tratando de llamar la atención de las autoridades para que regulen las actividades humanas en las zonas de cría, y dándoles a conocer que las poblaciones en la zona no son despreciables y que están sujetas a mucha presión.

El logo de Sad Afag, una ONG que lleva más de 30 años luchando por la supervivencia de las focas de las costas turcas

Las campañas de concienciación ciudadana son las principales armas de las organizaciones en defensa de la foca monje en las costas mediterráneas

Todas estas organizaciones se encuentran con muchos obstáculos para evitar la reducción de las poblaciones de focas, fundamentalmente por la inacción de las autoridades, que no imponen zonas de reserva.

Mientras que los esfuerzos en Cabo Blanco están surtiendo efecto, con resultados muy satisfactorios que auguran un futuro menos incierto a la especie, aún falta mucha colaboración entre organizaciones y autoridades para la conservación de los ejemplares del Mediterráneo, donde aún ni se plantea la posibilidad de reintroducir ejemplares desde Cabo Blanco, debido a la falta de entornos adecuados para el desarrollo de esta especie sin la presencia y perturbación humana. Sin duda la costa mediterránea está tan ocupada por la actividad humana que será muy difícil la recuperación de las poblaciones de la zona, a no ser que se haga un esfuerzo institucional importante para crear zonas de reserva.

REFERENCIAS: