¡Buenas noticias! El 4 de febrero, en la sede de la ONU en Nueva York, España fue el
primer país europeo en ratificar el Tratado Global de los Océanos. Este
tratado, acordado por los miembros de la ONU en marzo de 2023, es conocido como
BBNJ o "Tratado sobre la Diversidad Biológica Marina en Áreas Fuera de la
Jurisdicción Nacional", y complementa la "Ley del Mar"
(CONVEMAR) llenando el vacío legal que existe en la protección de los océanos.
La "Ley del Mar" regula de manera muy general las actividades que
se realizan en alta mar, pero no cubre todos los ámbitos. Por eso es necesario
adoptar nuevas leyes más concretas, como este tratado, que se centra en
conservar la vida marina más allá de las 200 millas náuticas, conocidas como
Alta Mar, en una superficie que representa el 61% del océano mundial.
Aunque la Convención
de las NNUU sobre el Derecho del Mar se firmó en 1982, no se alcanzó el número
suficiente de países que la ratificaran hasta 1994, que es cuando entró en
vigor. Llama la atención que Estados Unidos no la haya ratificado.
Actualmente la gestión de los océanos en aguas internacionales no es
única y está a cargo de diferentes organismos, lo que no ha sido eficaz para
protegerlos por falta de legislación y de coordinación entre ellos. La Alta Mar
ocupa casi dos tercios del planeta y la falta de protección ha tenido graves
consecuencias para la naturaleza y para todo el planeta.
El Tratado Mundial de los Océanos es clave para alcanzar el objetivo
global 30x30, que busca proteger el 30% de las tierras, aguas dulces y océanos
del mundo para 2030. Para que el tratado entre en vigor, al menos 60 países
deben ratificarlo. Algunas organizaciones manifiestan la urgencia de hacerlo
antes de 2025 para cumplir el objetivo 30x30, porque “si no ratificamos y
aplicamos el Tratado en tiempo récord, una victoria histórica podría
convertirse en un fracaso histórico.”
Presiones humanas
sobre los ecosistemas marinos. Agencia France Presse. Traducción al español:
Mónica Alonso
¿Qué significa el
tratado para los países firmantes y para el océano?
La ratificación del Tratado Global de los Océanos tendrá un gran impacto
en las políticas ambientales de los países que lo firmen, incluida España, dado
que les obliga a cooperar y poner en marcha políticas innovadoras.
Resumen de las
cuestiones más importantes del tratado. Fuente: Greenpeace
Uno de los aspectos más llamativos es que propone proteger áreas
marinas en todo el océano. Los países que lo firmen se comprometen a
declarar como protegida un 30% de la alta mar antes de 2030. Esto significa
crear nuevas áreas protegidas y ampliar las ya existentes, lo que ayudará a
conservar la vida marina y los ecosistemas vulnerables. Será, sin duda, un
arduo trabajo, y un objetivo ambicioso dado que el nivel de protección actual
es muy bajo.
Las Áreas Marinas Protegidas (AMP) son zonas designadas para la
conservación de la biodiversidad y los recursos naturales, culturales y
económicos. En estas zonas se aplican medidas especiales de conservación que
restringen o limitan la actividad humana. La definición más utilizada es la de
la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que
describe las AMP como “espacios geográficos claramente definidos y
gestionados legalmente o por otros medios eficaces para lograr la conservación
a largo plazo de la naturaleza y los servicios del ecosistema”.
Red de áreas
marinas protegidas en aguas de España. Autor: Nacho Catalán/ El País
Entre las más importantes se encuentran la Región del Mar de Ross, las
Tierras y Mares Australes Franceses, el Monumento Nacional Marino de
Papahānaumokuākea en Hawái, y el Parque Natural del Mar del Coral en Nueva
Caledonia.
Para definir nuevas áreas protegidas en alta mar, uno o varios países
deberán proponerlas, ya sea por iniciativa propia o de la comunidad científica.
Requerirá un largo proceso que necesita cooperación internacional y criterios
científicos.
Algunos grupos conservacionistas aseguran que existen tres áreas en alta
mar que podrían ser protegidas pronto gracias al Tratado: los Montes submarinos
Emperador en el Pacífico Norte, el Mar de los Sargazos en el Atlántico Norte, el
sur del Mar de Tasmania y a la Elevación Lord Howe en el hemisferio sur.
Mapa de zonas de
protección prioritaria a proteger con el nuevo tratado. Greenpeace
El tratado también regulará las actividades humanas en alta mar,
como la pesca, la minería submarina y la investigación de la biodiversidad para
obtener posibles beneficios. Estas normas deberían garantizar que estas
actividades se realicen de manera sostenible y con menor impacto ambiental. Históricamente,
los países han tenido dificultades para ponerse de acuerdo en repartir los
recursos del planeta, por lo que tener un tratado para regularlo es una buena
noticia. Ahora falta que se aplique.
Además, el tratado establece un mecanismo para compartir
equitativamente los beneficios derivados de la explotación de los recursos
genéticos marinos. Estos son los posibles genes patentables de las especies
marinas descubiertas o por descubrir, que pudieran tener utilidad en la
industria (farmacéutica, cosmética, alimentación, energía, etc.). Esto
fomentará la cooperación internacional y asegurará que los países en desarrollo
también se beneficien de estos recursos.
Otro objetivo del
tratado es fortalecer la diplomacia climática, que implica la
negociación y el diálogo entre actores internacionales para alcanzar acuerdos y
compromisos que promuevan la acción climática (combatir el cambio climático y
mitigar sus efectos) y la sostenibilidad.
En pocas palabras, el Tratado Global de los Océanos busca promover
políticas más estrictas y sostenibles para proteger los ecosistemas marinos.
Aunque ahora nos parezca un desafío complicado que requiere un gran esfuerzo
internacional, es vital dar los primeros pasos hacia un futuro más seguro para
nuestros océanos.
Países que lo han
ratificado y dificultades para ello
Hasta ahora, 16 países han ratificado el Tratado Global de los
Océanos: Chile, Bangladesh, Barbados, Belice, Cuba, Maldivas, Mauricio,
Micronesia, Mónaco, Palau, Panamá, Seychelles, Singapur, Santa Lucía,
Timor-Leste y España. Para que el tratado entre en vigor, se requiere la
ratificación de al menos 60 países. Esto significa que aún faltan 44 países por
ratificarlo.
Algunos países justifican su falta de interés en que el tratado global
de los océanos podría afectar su economía, especialmente en industrias como la
pesca y la minería submarina. También temen que las regulaciones sean difíciles
de poner en marcha o supervisar, especialmente en grandes zonas marítimas.
Otros consideran que el tratado podría limitar su soberanía sobre ciertos
territorios oceánicos.
Aun así, es esencial que la comunidad internacional siga trabajando para
impulsar la ratificación global del tratado. Cada paso cuenta.
Organizaciones
que han apoyado la iniciativa
Varias organizaciones han promovido activamente este tratado. Greenpeace
ha liderado campañas para proteger los mares, WWF ha trabajado con los gobiernos
para promover el cuidado de la biodiversidad, y Conservation International ha aportado
estudios científicos y asesoramiento técnico. The Pew Charitable Trust se ha enfocado
en investigación y en desarrollo de políticas de protección, mientras que High
Seas Alliance ha reunido a expertos y ciudadanos para proteger los océanos.
Juntos están trabajando para que este tratado sea una realidad y nuestros mares
estén mejor protegidos.
Cartel de
Greenpeace agradeciendo a las personas que con su firma han apoyado la
iniciativa. Fuente: Greenpeace
Javier Bardem ha sido un firme defensor del Tratado Global de los
Océanos, destacando su participación en expediciones con Greenpeace y discursos
en la ONU.
Sylvia Earle, conocida como la "Reina de las Profundidades",
es una reconocida oceanógrafa y defensora de los océanos que ha apoyado
firmemente la iniciativa. Ha trabajado incansablemente en la protección de los
ecosistemas marinos, en promover áreas protegidas y en establecer políticas
sostenibles. En 2009, ganó el premio TED Prize, que la ayudó a crear Mission
Blue, una red global de áreas marinas protegidas. Su dedicación ha sido clave
para destacar la importancia de cuidar los océanos.
Una negociación
lenta y un verdadero reto internacional
El Tratado Global de los Océanos se negoció dentro de las Naciones
Unidas. Todo empezó en 2004, cuando se creó un grupo para estudiar cómo cuidar
y usar de forma sostenible la biodiversidad marina fuera de las áreas
nacionales. Después de años de reuniones y discusiones, en 2017 la ONU decidió
arrancar las negociaciones oficiales, que finalmente llevaron a la adopción del
tratado en 2022, durante la Conferencia Intergubernamental sobre Biodiversidad
Marina de Áreas fuera de la Jurisdicción Nacional.
Hacer cumplir el Tratado Global de los Océanos será complicado, como
ocurre con la mayoría de los tratados internacionales, ya que ello dependerá principalmente
de la voluntad de los países que lo ratifiquen y de su compromiso real para poner
en marcha y hacer cumplir las medidas acordadas.
La autoridad encargada de supervisar su aplicación será la Conferencia
de las Partes (COP), formada por representantes de los países. Esta conferencia
se reunirá periódicamente, permitiendo que los estados rindan cuentas sobre el
grado de cumplimiento de sus compromisos. Sin una colaboración sólida entre los
países no será posible garantizar la aplicación real del tratado.
El Tratado Global de los Océanos da esperanza para cuidar nuestros
mares, pero el camino no será fácil. Todo depende de que los gobiernos de todo
el mundo tengan la voluntad y el compromiso de hacerlo realidad. Aunque hay muchos
retos por delante, es un paso importante para proteger los océanos. Con
esfuerzo podemos lograrlo.
Referencias:
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/onu-aprueba-por-fin-tratado-global-oceanos_19603
https://www.newtral.es/tratado-global-de-los-oceanos-onu-aguas-internacionales/20220906/
https://www.wwf.es/nuestro_trabajo/oceanos/areas_marinas_protegidas/
https://www.wwf.es/?64480/Necesitamos-proteger-el-30-de-la-superficie-marina-mundial-de-aqui-a-2030
474d7771-30x30-from-global-ocean-treaty-to-protection-at-sea-spanish-full-report.pdf
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/onu-aprueba-por-fin-tratado-global-oceanos_19603