martes, 3 de septiembre de 2019

La triste actualidad de las belugas




Este artículo se publicó en la revista AcuSub en su número 197 http://acusub.com/?p=3476
Texto: Mónica Alonso Ruiz

Hoy queremos hablar de un cetáceo emblemático, por la coloración blanca de su piel tan llamativa, por su aparentemente “sonriente” rostro, y por ser un animal inquieto, curioso y que interactúa fácilmente con los humanos. Este animal recientemente ha estado de actualidad, teniendo en cuenta la cantidad de noticias relacionadas con él que hemos podido ver en los medios, muchas de ellas no demasiado positivas. Es por ello que no me he podido resistir a investigar y hablaros de este precioso animal.


La beluga (Delphinapterus leucas) es un cetáceo odontoceto, es decir, de los que tienen dientes, como los delfines o el cachalote, y por ello no se trata de una ballena, a pesar de que comúnmente se le suele llamar ballena blanca.

Vive en las regiones del Ártico y Subártico y por ello posee una serie de adaptaciones, como el color blanco en los adultos, que les hace confundirse con el hielo, y la ausencia de aleta dorsal, que les permite la natación muy superficial bajo la capa de hielo. Tiene un enorme melón, mayor que el de los delfines, y que le sirve para su sistema de ecolocalización.


Distribución de la beluga. Fuente: Inside Climate News

Mapa de distribución y poblaciones de la beluga en el Ártico

Fuente: wikipedia

Es un animal sociable que habitualmente vive en grupos pequeños, de unos 10 individuos, aunque en la época veraniega se producen grandes agregaciones en zonas de estuarios y de aguas poco profundas. Realizan migraciones, desde las márgenes del hielo, donde pasan el invierno, hasta las zonas costeras más cálidas, donde se desplazan en verano.

Se trata de uno de los cetáceos odontocetos más vocales, es decir, de los que emite más sonidos, fundamentalmente para funciones de reproducción, ecolocalización y comunicación. Tiene un gran repertorio vocal, del cual los científicos distinguen hasta 11 tipos de sonidos, tales como cacareos, silbidos, trinos, graznidos, etc. Es por ello que se les conoce como los “canarios del mar”.
El origen de la palabra beluga es ruso y pude traducirse más o menos como “la más blanca”, y proviene de “Biel”, que significa blanco en ruso, y de “yra” que es un aumentativo.

Actualmente existen aproximadamente unas 150.000 belugas en el mundo, en el Ártico, en costas de América del Norte, Rusia y Groenlandia. Han sido objeto de caza durante muchos siglos, pero en la actualidad tan solo se permite su caza para alimentación de las poblaciones Inuit. Sus depredadores naturales son los osos polares y las orcas. Desde 2008 está catalogada en la Lista Roja de la IUCN como especie de baja preocupación, sin conocer bien cuáles son las tendencias de sus poblaciones. La población de la ensenada de Cook, en Alaska, está clasificada como en peligro crítico.



La cara “simpática” de las belugas las hace “ideales” para la cautividad

Grabado antiguo de la captura de belugas

Tienen una cara simpática, como los delfines, y por ello son ideales para la cautividad, dado que son juguetones y muy curiosos con los humanos. Se llevan capturando para el negocio de la cautividad desde 1861, cuando P. T. Barnum, en su lucha con algunos colegas por mostrar al público todo tipo de animales, anunció su nueva exhibición en el museo de Nueva York: dos belugas vivas que murieron un día o dos después de llegar a dicho museo. Era el principio de un ambicioso negocio. Un siglo y medio más tarde, según datos de 2015, 57 acuarios de todo el mundo acogían unos 235 ejemplares, de las que 47 habían nacido en cautiverio. Posiblemente, y debido al reciente crecimiento exponencial de este tipo de negocios en China, las cifras pueden ser aún mayores en estos momentos.


Cartel de The American Museum, donde P. T. Barnum mostró las dos primeras belugas vivas.

Anuncio en la prensa donde se muestran animales exóticos, como el hipopótamo o la beluga
Dibujo de una representación con belugas en una exhibición pública

A continuación, vamos a contar algunos aspectos del presente y pasado de las belugas, comenzando por las primeras leyendas sobre este animal.

Leyendas sobre belugas

La leyenda más antigua es la de la historia de una joven del ártico que sale de su aldea para recoger huevos y regresa llevando el cráneo de ballena en su cabeza. El espíritu de la ballena dentro del cráneo la hace ir hacia el mar, donde éste se transforma en una beluga llamada Keiko, que se casa con la joven. Ella retorna al pueblo, donde da a luz a una cría de beluga. Cuando el bebe-beluga es demasiado grande para vivir en la casa, la madre lo lleva al océano, donde años después es capturado y matado por cazadores. La familia de la joven madre, enfadada con el asesinato de su hijo entra en guerra contra el clan de los cazadores, y así es como comienzan las guerras entre los humanos.

Ya en tiempos más recientes una leyenda medieval cristiana habla de un caballo blanco al que se obliga a llevar la piedra angular del monasterio local cruzando las aguas heladas del Mar Blanco, hacia la isla de Solovetsky para fundar una nueva capilla. El hielo se rompe y el caballo se ahoga. Pero el Arcángel San Miguel encuentra la piedra y la lleva a su destino. Y así entonces el caballo renace como la primera de las belugas.
En 1704 el monje alemán Adam de Bremen viajó al Ártico y escribió sobre la relación de los locales con las belugas: “Todas las gentes de los países del norte son cristianos, salvo los que migran a lo largo de la costa cerca del Polo. Se dice que tienen una gran sabiduría y usan la magia para comunicarse entré sí incluso cundo están lejos unos de otros. Además, cantan canciones para convencer a las ballenas blancas para que se acerquen a la costa. “

Una de las primeras representaciones gráficas de belugas en un grabado.

Los cuentos sobre belugas se remontan a miles de años. Una talla en piedra de hace 6000 años en el noroeste de Rusia nos muestra a una mujer, puede que una chamana, comunicándose con una beluga.


Petroglifo, talla en piedra en la que se representa a una mujer comunicándose con una beluga

En la actualidad muchos científicos creen que las belugas serán el primer eslabón para poder establecer una comunicación real con los cetáceos, dado lo locuaces que parecen. Algunos de ellos llevan trabajando años con ellas y las observan desde una torre en la costa norte de Rusia, en un lugar donde estos animales se reúnen para comer. Explican que llegan en grupos de entre 5 y 15 animales, siempre precedidas por un individuo explorador, el cual señala al resto del grupo si hay peces y si los humanos están o no molestando en la zona.

Quizá la leyenda más popular en la actualidad es la apariencia de “sirena” que tienen las belugas, debido a unas fotografías en las que parece que bajo el manto de gruesa piel del animal se adivinan unas “piernas” humanas, lo cual no deja de ser curioso, cuando las sirenas no tienen piernas. Los científicos una y otra vez repiten que aquello que parecen extremidades internas es la propia grasa del animal, que ocupa el 40 % de su masa, y en particular unas acumulaciones adicionales de grasa que tienen en sus flancos, y que les permiten vivir en las bajas temperaturas del Ártico.


Esta imagen ha recorrido todas las redes sociales. La apariencia de “piernas” bajo el manto de su piel ha excitado la imaginación de algunos, que han llegado a ver en la imagen, una sirena.

La cárcel de ballenas rusa

Hace muy poco tiempo escribíamos también en este blog, sobre el hallazgo de una zona llamada “Base de adaptación” en la Bahía de Srednaya, cerca de Vladivostok, donde once orcas y casi 100 belugas se almacenaban ilegalmente tras ser capturadas en el mar de Ojostk, para su venta a acuarios chinos. El Gobierno Ruso paralizó la operación de estas empresas que se dedicaban a este negocio, al incumplir las leyes rusas.


La cárcel de orcas y belugas en Rusia

La realidad es que, tras varios meses desde su descubrimiento en agosto de 2018, las autoridades rusas aún no saben muy bien qué hacer con estos animales. Han decido liberarlos, tras la presión de los conservacionistas, pero aún no saben cómo. El pasado mes de abril el equipo de Jean Michele Cousteau, invitado por las autoridades rusas, visitó las instalaciones en las que se encuentran hacinados estos animales, para evaluar las posibilidades de liberación, y declaró que aún era factible su liberación, dado que el poco tiempo pasado en cautividad aún no era demasiado para impedirles sobrevivir en libertad.

Las autoridades rusas el pasado 15 de mayo declararon que iban a liberar a todos los cetáceos este verano, en la propia bahía de Srednaya. Inmediatamente los grupos conservacionistas y el propio Jean Michel Cousteau declararon que no liberar a los animales en la misma zona en la que fueron capturados podía tener muchos inconvenientes, que se queden muy cerca de donde actualmente viven y son alimentados, que no encuentren a su población de origen, o al menos una que les acoja. Esta acción sería un riesgo de que la liberación se convierta en una falsa liberación, donde los animales se queden en la zona, o un circo mediático y sean una atracción turística dada la facilidad que tienen en la actualidad para interactuar con los humanos.

Desde finales de julio se han venido liberando algunos animales en el Mar de Ojostk, donde fueron capturados. No ha trascendido mucha información y lo único que se sabe es que se han liberado belugas en grupos pequeños y que algunas han sido etiquetadas para su seguimiento. No sabemos cómo se va a resolver el futuro de las belugas que quedan, y si las liberadas podrán sobrevivir, pero la verdad es que es un problema muy serio para las autoridades rusas.

A fecha de septiembre de 2019 casi 70 belugas quedan aún por liberar y el Gobierno Ruso sabe que no les da tiempo a liberarlas antes de que comience la etapa invernal. Será otro invierno de cautividad para estos animales.


La beluga solitaria de las costas de Noruega

Unas semanas atrás la prensa de todo el mundo se hizo eco del hallazgo de una beluga solitaria en las costas de Noruega, en la localidad de Hammerfest. Era un animal muy amistoso con los humanos y tenía un arnés del que fue liberada.


La beluga encontrada en Noruega tenía un arnés, del que fue liberada

Las autoridades noruegas han barajado dos hipótesis sobre la procedencia del animal. Por un lado, que fuera una beluga “militar”, es decir, que formara parte de los animales entrenados por el ejército ruso para operaciones militares. La segunda hipótesis es que proviniera de una instalación para niños enfermos rusos, en la que se bañan e interactúan con estos animales supuestamente para mejorar de sus enfermedades. Se trata al fin y al cabo de dos formas de cautiverio posibles de las que este animal haya podido escapar.

La cuestión ahora es que el animal se queda en la zona e interactúa con los turistas que van a verla. De hecho, se ha difundido un vídeo en el que se la ve recuperando un móvil de un turista, que había caído al agua, con lo que su presencia se está convirtiendo, una vez más, en un circo mediático. Las autoridades no tienen un lugar para llevarla, dado que en Noruega no hay delfinarios, por lo que se están planteando “devolverla” a Rusia.

Mientras se analiza qué es lo mejor para el animal, se ha dado permiso por parte de las autoridades de pesca noruegas, en vista de su mal estado de nutrición, para que se la pueda alimentar, no se sabe si por parte de la comunidad o de las autoridades locales, que ya le han puesto el nombre de Hvaldimir. Este es el primer paso para el reconocimiento de que éste es un animal no del todo salvaje, por la aparente incapacidad de alimentarse y valerse por sí mismo.

Santuario de belugas en Islandia

En abril de 2018, gracias a una generosa donación de Merlin Entertainments, la organización Sea Life Trust, creada por la cadena mundial de acuarios Sea Life, junto con Whale and Dolphin Conservation, comenzaron la construcción de un santuario de belugas en las Islas Vestmannaeyjar, en la Bahía de Klettsvik, en las costas de Islandia. Es una iniciativa pionera en el mundo, que servirá para dar un hogar a dos belugas cautivas hembras llamada Little White y Little Grey, provenientes del Chang Feng Ocean Park, en Shanghai.

Situación del santuario de belugas en Islandia

Con una superficie de 32.000 m2 y una media de 10 metros de profundidad, les permitirá tener un retiro digno a estos dos animales de 12 años de edad que fueron capturados de muy jóvenes. Allí se construirán las instalaciones terrestres para el seguimiento y control de los animales, así como un centro de visitantes y de educación.

 
La zona donde se situará el santuario

La idea es crear un precedente en la liberación de mamíferos marinos cautivos, demostrando que es factible el uso de santuarios para dar una vida mejor a los animales que no es posible ya liberar en la naturaleza, obteniendo así una solución al problema de qué hacer con los animales cautivos que se encuentran en los delfinarios.

El proyecto es también controvertido, dado que algunos activistas piensan que este tipo de santuarios no dejan de ser también lugares de cautividad. El tiempo nos dirá si esta solución, que a priori es la más aplaudida por todos, permite realmente dar un lugar más digno a aquellos animales cuya liberación total no es posible.


Little gray y Little white son las belugas procedentes de Shanghai, que van a ser llevadas al santuario de Islandia. Fuente: SeaLife Trust

Las belugas del acuario de Vancouver

En 2018 el Acuario de Vancouver anunció que en adelante no iba a tener cetáceos en cautividad, justo cuando en Canada se está en proceso de aprobación de una ley que prohibirá la cautividad de cetáceos. Esta instalación, que es conocida porque fue el primer lugar donde se tuvo una orca cautiva, y lo es también por la alta mortandad de los cetáceos que alberga.
El pasado mes de mayo se conoció que la instalación de Marineland Niagara ha solicitado permiso para trasladar siete belugas fuera de sus instalaciones. Dos de ellas, las pertenecientes al Acuario de Vancouver, y a cargo de Marineland, se enviarán a l’Oceanografic en Valencia, que es uno de los centros del que es copropietario el Acuario. En l’Oceanografic ya viven tres belugas, una pareja, Yulca y Kairo, con su cría de dos años, Kylu.

Es de destacar que en l’Oceanografic ya se ha denunciado por parte de conservacionistas españoles la penosa vida en cautividad de estos animales. La hembra que vivía allí desde la construcción del centro fue inseminada y en 2006 se supo que su bebé, el primero que nació en cautividad en Europa, no salió adelante por la imposibilidad de su madre de amamantarla. También existe un macho en esta instalación, del cual se difundieron unas imágenes terribles de la terrible depresión que sufría este animal, por causa de la falta de adaptación a la cautividad.

No es de extrañar que estos animales no se adapten tan bien a la cautividad como nos hacen creer. A los problemas de la cautividad en sí, y su falta de espacio y de relación social con otros individuos, se suma en este caso el hecho de que simular las condiciones del ártico no es tan fácil. Se simula la temperatura del agua y la falta de luz, pero no se simulan las estaciones del ártico, un verano corto con mucha luz y un invierno largo con poca.

Una beluga en el Támesis

En septiembre de 2018 se pudo ver una beluga en la desembocadura del rio Támesis, a la altura de Gravesend. Se la ha visto regularmente en la zona, alimentándose. Ha suscitado tal revuelo mediático, que incluso se le ha puesto un nombre: Benny. Las autoridades estaban preocupadas por el hecho de que estuviera sola, alejada de su grupo, y dudaban de que pudiera sobrevivir en esas condiciones. En el mes de noviembre anularon unos fuegos artificiales, simplemente por el hecho de que pudieran afectar al animal.


Benny, la beluga del Támesis. Foto: Rob Powell

La beluga del Támesis ha llamado la atención de numerosos curiosos

En mayo de este año los expertos locales en cetáceos concluyeron que el animal ha dejado definitivamente la zona, sin saber qué ha sido de él.

Es indudable que las belugas están de actualidad, y no precisamente por historias felices. Su cara “sonriente” nos oculta la terrible realidad que está sufriendo esta especie.

 Referencias:


martes, 20 de agosto de 2019

Ataques de tiburón: la verdad sobre el mito del "tiburón comehombres"

Texto: Mónica Alonso Ruiz

Una parte de este artículo se publicó en la Revista AcuSub www.acusub.net
También se publicó en la Revista Espacio Profundo: http://www.espacioprofundo.com.mx/revistadigital/168/



Los tiburones son un grupo de peces cartilaginosos que provocan sentimientos encontrados: por un lado nos atraen, ya sea positiva o negativamente, y por otro nos importan muy poco. Nos provocan terror o admiración y a la vez no nos preocupa la supervivencia de sus especies dado es un recurso pesquero del que se capturan cientos de miles de ejemplares cada año.

Las causas de esta capturas insostenibles son el uso de sus aletas en la sopa de aleta de tiburón, de origen chino y que se consume por todo el mundo, el uso cosmético que se hace de sus aceites, o también por el mito de que el cartílago de tiburón tiene un falso efecto “milagroso” en las dolencias de nuestras articulaciones.

También porque como estamos agotando la fuente de alimento animal marina, con la escasez del pez espada o del atún, necesitamos de nuevas especies con las que complementar nuestro aporte de proteína y nos están introduciendo el tiburón en nuestra dieta a base de ofrecerlo cada vez más en los mercados. Por ello, aparte de las especies más “tradicionales” como el cazón, el marrajo o la pintarroja, ahora ya podemos ver en los mercados otras, como la “caella”, nombre común de la tintorera, que es el tiburón más capturado en España.



 En la lonja de Vigo se desembarcan anualmente alrededor de 3 millones de kg 

En México la pesca de tiburones y rayas ocupa el undécimo lugar en su producción pesquera, según datos del Gobierno de México, del Instituto Nacional de Pesca, donde destaca la pesca del tiburón martillo, el tiburón sedoso o tunero, los cazones mamones, el tiburón azul, el tiburón volador o puntas, los cazones de ley y el tiburón zorro, entre otros.




Es llamativo que el conocimiento que se tiene de la biología y comportamiento de los tiburones en comparación con el que se tiene de otras especies comerciales es muy limitado. Debido al desconocimiento del estado de sus poblaciones es mucho más difícil establecer políticas eficaces para evitar el agotamiento de las mismas. Total, a quién le preocupa que se extingan varias especies de tiburones, si se trata de “enemigos de la especie humana”, voraces depredadores  a los que se está esquilmando de manera similar a como se hizo con el lobo en tierra.

Miedo a lo desconocido

Pero por otro lado nos sentimos atraídos por todo aquello que represente una amenaza para nuestra especie. El ser humano se sitúa por encima de todos los superdepredadores y solo teme a unas pocas especies de animales peligrosos, entre los que destacan los tiburones, y por ello todo aquello que suponga un peligro para su especie le llama la atención.

La verdad es que a los humanos nos gustan los “monstruos”, y si son marinos mucho más. El océano es muy desconocido aún hoy y nuestra cultura está repleta de leyendas sobre los peligros que alberga. Nuestro morbo es insaciable y por ello hay algo que siempre interesa: los “ataques de tiburón”. Siempre que ocurre un desgraciado incidente de este tipo se publica a lo largo y ancho del planeta, y con ello se contribuye a aumentar la mala imagen del tiburón despiadado “comehombres” que llevamos inserta en nuestra imaginación colectiva social desde que vimos la película “Tiburón” y las posteriores sagas que tan poco han ayudado a mejorar la imagen de estos campeones de la evolución.


Escena de la película Sharktopus, un monstruo mitad tiburón, mitad pulpo gigante

Todo este barullo mediático sobre los tiburones se agrava cada año con la Shark Week de Discovery Channel, donde se empeñan en mostrarnos montañas de sesudos documentales pseudocientíficos donde se nos mezclan datos reales con patrañas inventadas para aumentar el potente interés que el compulsivo consumidor televidente suele mostrar por los tiburones. Nos muestran misteriosos “megalodones” que han desafiado la evolución y han evadido su extinción, escondiéndose en la inmensidad del océano desconocido, y que surgen de las tinieblas para perseguir de una manera deliberada y despiadada a las víctimas de naufragios que ocurren en medio de una noche lluviosa. Además, últimamente todo esto se enriquece con películas de dudoso gusto en las que llueven tiburones del cielo convirtiéndose en la pesadilla para la supervivencia del planeta.


Sharknado es una serie de películas en las que hay tiburones que caen del cielo convirtiéndose en asesinos voladores.

Hay demasiado circo alrededor de estos animales y los peligros del océano. Por ello lo que debería ser un agradable baño en el océano se puede convertir en algo muy estresante si nos dejamos llevar por nuestra imaginación y la autosugestión inducida por estas películas.

Miedo infundado. Estadísticas de ataques de tiburón

¿Realmente debemos tener miedo a nadar en el océano? 
¿Nos puede atacar realmente un tiburón? 

Sobre esto hemos hablado largo y tendido en otros artículos y lo que vamos a intentar aquí es demostrar con cifras que el miedo es infundado.

La ISAF (International Shark Attack File) es la base de datos más completa que se tiene sobre “ataques de tiburón”. Comenzó a funcionar en 1958, administrada por el Departamento de Historia Natural del Florida Museum y la American Elasmobranch Society. Se inició a partir de los datos que tenían sobre ataques de tiburones a marines americanos, cuando comenzaron los estudios sobre “ataques”, con el objetivo fundamental de conseguir un repelente de tiburones eficaz. Tras décadas de recolección de datos, en la actualidad esta base de datos es el marco para la existencia de más de 6.000 investigaciones, que han extendido su rango de análisis desde mitad del siglo XVI hasta la actualidad, con la colaboración de numerosos científicos de todo el mundo, que actúan como observadores regionales.


Integra otras bases de datos regionales, como la Australian Shark Attack File, que recopila datos desde 1984, y que es administrada por la Taronga Conservation Society.

La base de datos es muy extensa en cuanto a las referencias que recoge, como informes médicos, autopsias, entrevistas personales, etc, que permiten analizar cada uno de los accidentes. Los científicos que investigan los ataque tienen acceso a todos los datos, pero el público general solo tiene acceso a las estadísticas básicas.

La ISAF emite cada año un informe de los ataques que se han producido en el mismo, analizando las cifras y las causas de los mismos. De estos informes lo primero que hay que destacar es que la mayoría de los “ataques de tiburón” son pequeños accidentes, como pudiera serlo un mordisco de un perro, y que tan solo alrededor de SEIS son mortales, de los 75 a 100 “ataques no provocados” que se producen cada año.

Los científicos denominan “ataque no provocado” a cualquier mordisco o casi mordisco de una persona o de la tabla o elemento flotante sobre el que se sitúe la misma, en ausencia de provocación humana, es decir, no se le alimenta, se le acosa o se le persigue, y que se producen en el hábitat natural del tiburón.

Es de destacar que registrar ataques de tiburón es muy complicado, porque las víctimas no suelen recordar mucho, y es difícil que vean a su agresor, y mucho menos que identifiquen la especie. El análisis de la mordedura casi nunca es claro a la hora de determinar la especie. Por ello la lista de la ISAF está muy condicionada por la falta de identificación de la especie.

Existen más de 500 especies de tiburones y de ellas hay 3 especies estadísticamente relevantes en cuanto a este tipo de ataques. Se trata del tiburón toro (Carcharhinus leucas), el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier) y el tiburón blanco (Carcharodon carcharias).
Los tiburones que más ataques no provocados producen

Estas especies son muy interesantes para los científicos que analizan los ataques de tiburón, porque son animales grandes, migratorios y con áreas de distribución por todo el planeta; también son muy conocidos por el público, a causa de las películas, los documentales, y los informes de ataques de tiburones.  Que estas tres especies sean las más incluidas en la base de datos de accidentes de la ISAF responde también a que estas son de las más identificables por parte de las víctimas y los científicos.

Lo que parece que está ocurriendo es que en determinadas “zonas calientes” del mundo, como Estados Unidos, Australia y Sudáfrica, se están produciendo un mayor número de accidentes de este tipo. La causa fundamental es que hay más población en las costas de esas zonas realizando actividades acuáticas.


Ataques de tiburón en el mundo desde 1580 a 2006
Fuente: ISAF


Ataques de tiburón por países

Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo

Recientemente se ha publicado un estudio titulado “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”, donde se analizaron 14 países donde se hubieran producido más de 10 ataques de tiburón desde 1960 y hasta 2015, utilizando la base de datos del ISAF. Para el estudio se realizó una división del mundo en 7 zonas, y se analizaron las especies de tiburones dominantes en los ataques, que fundamentalmente resultaron ser el tiburón blanco, el tigre y el toro.


Mapa del mundo con los países y las regiones analizadas en el estudio
Fuente: “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”. Stephen R. Midway. Tyler Wagner. George H. Burgess.

 

Especies dominantes en cada una de las zonas de estudio.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”. Stephen R. Midway. Tyler Wagner. George H. Burgess.


Se analizó el número de ataques y cuántos de ellos fueron fatales, llegándose a la conclusión de que el 85 % de los ataques no acaban en muerte. Ello es debido a que el animal muerde para tantear si se trata de alimento, y no vuelve a morder cuando detecta que no lo es. Las muertes se producen fundamentalmente por desangramiento antes de tener atención médica.



Ataques fatales (mortales) y no fatales por países, desde 1960 a 2015. Los no fatales representan en global, el 85 % de los ataques.
Fuente: “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”. Stephen R. Midway. Tyler Wagner. George H. Burgess.

También se analizaron las actividades que estaban realizando las víctimas para valorar el riesgo de cada una de las actividades que se realizan en el agua. Se llegó a la conclusión de que el 40 % de los ataques se produjeron a surfistas y actividades de superficie (kayak, kitesurf..), si bien existe un 50 % adicional en los que se desconoce la actividad que la víctima estaba realizando. El otro 10 % de víctimas fueron buceadores, incluyendo dentro de esta actividad la pesca submarina (que por otro lado es la que más ataques recibe, fundamentalmente porque el pescador suele llevar a sus víctimas colgadas a la cintura o en una red, y porque los tiburones son especialmente sensibles a los sonidos producidos por los animales moribundos).


Proporción de ataques de tiburón en función de la actividad de la víctima.
Fuente: “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”. Stephen R. Midway. Tyler Wagner. George H. Burgess.

Las conclusiones del estudio fueron que globalmente la probabilidad de ataque de tiburón es muy baja (del orden de una entre 3.800.000), pero en zonas de costa muy pobladas como el Este de Estados Unidos y el Sur de Australia, los ataques se han duplicado en los últimos 20 años, aunque las cifras siguen siendo muy bajas.

Riesgo de muerte por tiburón. Fuente: ISAF

Los datos del año pasado

Recientemente se ha dado a conocer el resumen de la estadística del ISAF para 2018 y en el estupendo blog Tiburones en Galicia se ha realizado un análisis de estos datos, algunos de los cuales reproduzco a continuación:

En 2018 se registraron 66 ataques no provocados en todo el mundo, valor muy inferior a la media de los últimos 5 años, que es de 84, y 22 menos que el año anterior.

Hubo 4 víctimas mortales, una menos que en el año anterior.
En Australia. Estados Unidos y Egipto.


Ataques de tiburón en 2018. Fuente: ISAF

Los datos son claros: los tiburones atacan muy poco al hombre, y si lo hacen, matan muy poco. Así que a partir de ahora, cada vez que alguien nos diga que los tiburones son peligrosos siempre podremos rebatirlo por infundado. Son potencialmente peligrosos, pero la realidad es que la probabilidad de ataque es casi inexistente.


Los ataques de tiburón en 2018. Fuente: ISAF

Ataques en España

Muchas veces hemos hablado de que en las aguas españolas también hay tiburones. No es una zona de grandes tiburones, salvo en Canarias. Aun así, se han producido algunos accidentes, 18 desde 1908. Accidentes mortales solo se han producido 3, en los inicios del siglo XX. El resto de accidentes han sido pequeñas mordeduras en extremidades, fundamentalmente producidas a bañistas y nadadores.

En Canarias se han producido varios accidentes con tiburones ángel, fundamentalmente debido que estos animales están enterrados en la arena de las playas y muerden cuando se les pisa. En cualquier caso, este pacífico animal no provoca heridas muy graves.


Tabla resumen de los ataques de tiburón en España desde 1900.
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del ISAF

Cómo evitar un ataque de tiburón según la ISAF

La ISAF nos da una serie de consejos a los buceadores para reducir el riesgo de ataques en diferentes situaciones:
  • Si ves un tiburón, mantén la calma y la posición, permaneciendo lo más quieto posible. Muchos tiburones tan solo son curiosos y no te harán caso. Aprovecha la oportunidad de ver uno de los depredadores más impresionantes de la naturaleza.
  • Si has estado realizando pesca submarina y tienes la captura contigo, despréndete de ella y abandona la zona sigilosamente. Lo habitual es que el tiburón haya recibido la llamada, bien por sonido o por olor, de los animales moribundos, y se plantee aprovechar tu captura comiéndosela.
  • Si un tiburón se muestra interesado en tu persona, y se acerca demasiado la mejor estrategia es salir del agua, nadando suavemente, pero lo más rápidamente posible, sin perder de vista al animal, con tu compañero de buceo a mano. Los tiburones suelen atacar menos a grupos que a un buceador solitario.
  • Si un tiburón se muestra agresivo, con conducta brusca, arqueando su cuerpo, bajando sus aletas pectorales, nadando en zigzag rápido, procura cubrir tu espalda con un arrecife, si es posible, para reducir los ángulos desde los cuales el tiburón puede acercarse a ti. Si estás en el azul ponte espalda contra espalda con tu compañero y gradualmente asciende a la superficie hacia tu barco. Si tu buceo es desde costa desciende poco a poco hacia el refugio que te proporciona el fondo. 
  • Usa cualquier cosa que tengas a mano (cámara, octopus, palo para alejar la cámara, etc) para mantener alejado al tiburón. Siempre es bueno llevar un palo o stick para este propósito si prevemos que vamos a bucear con tiburones. Genralmente esto suele funcionar y el animal se retira. En ese caso retírate tú también con tu compañero, sin perderlo de vista. 
  • Si es un animal agresivo y vuelve, golpea su hocico con lo que tengas a mano, incluso con tu mano, pero con cuidado. Le harás sentirse amenazado
  • Si te ha mordido, hacerse el muerto no funciona y lo mejor es defenderse lo más agresivamente posible, atácale con lo que puedas, preferiblemente en los ojos o hendiduras branquiales, para que el animal perciba un peligro y te suelte. Una vez que te ha soltado, abandona el agua lo más rápidamente posible.


Como manejar un encuentro con un tiburón. Fuente: Fix.com


El código de conducta con tiburones del Gobierno de Egipto

Los ataques de tiburones más conocidos

Parece ser que la primera víctima de un ataque de tiburón que se tiene registrada es de 1749, cuando Brook Watson, marino mercante de 14 años, sufrió dos mordeduras de un escualo, perdiendo una pierna en el incidente, cuando nadaba en el puerto de la Habana. Se recuperó muy rápidamente y llegó a ser Parlamentario Británico.


Watson and the Shark
Lienzo de John Singleton Copley

En 1963, Rodney Fox fue atacado por un tiburón blanco mientras hacía pesca submarina, recibiendo un mordisco en el pecho y un brazo. Se le considera el superviviente más milagroso de todas las víctimas, puesto que sus heridas fueron extremadamente graves, recibiendo más de 400 puntos de sutura. A partir de su recuperación se convirtió en un defensor de los tiburones y diseñó la primera jaula para observación del tiburón blanco, dedicando más de 40 años al estudio de este animal.
 
La terrible herida que sufrió Rodney Fox en su cuerpo.

En 2003, Bethany Hamilton, una surfista estaba disfrutando de las olas en Hawai, cuando fue atacada por un tiburón tigre y como consecuencia perdió su brazo izquierdo, cuando tenía 13 años de edad. Es famosa en el mundo entero por superar esa grave lesión y volver a practicar el surf, incluso llegando a nivel profesional.

Bethany Hamilton siguió su carrera como surfista de manera profesional y fue capaz de ganar campeonatos. Los documentales y películas sobre su vida son un ejemplo de superación.
Fuente: Web de Bethany Hamilton
Supervivientes conservacionistas

Al contrario de lo que muchos piensan, muchas de las víctimas de ataques de tiburón defienden a los tiburones. La mayoría de ellos no culpan al tiburón del ataque, porque tienen la idea de que a pesar de las terribles heridas que han recibido, reconocen que estos animales están en peligro, lo que pone al océano y toda la vida marina en peligro.


Supervivientes de ataques de tiburón que pertenecen al grupo Shark Attack Survivor for Shark Conservation.

Algunos supervivientes de ataques de tiburón de todo el mundo se han convertido en conservacionistas defensores de los tiburones. El grupo Shark Attack Survivor for Shark Conservation está compuesto por más de una docena de personas, dentro de la organización internacional Pew. Algunos han perdido brazos o piernas, pero ninguno ha perdido la determinación de llamar a la acción en la conservación de los tiburones.

Presionan a los líderes mundiales para que impongan políticas de protección. Han tenido un papel importante en la presión realizada contra el Congreso de Estados Unidos para que eliminara las lagunas en la ley estatal de prohibición del “finning”. Han apoyado a presidentes de países donde se han establecido santuarios de tiburones e incluso han llevado el tema a Naciones Unidas.


Son personas excepcionales que saben decirle al mundo que ellos fueron víctimas casuales de los escasos ataques de tiburón que se producen en el mundo, y a pesar de sus secuelas, son amantes del mar y de sus criaturas, y defienden que si no reaccionamos y evitamos que se sigan matando tiburones al ritmo actual, nos quedaremos sin ellos, y los ecosistemas marinos quedarán gravemente dañados.

La conclusión a todo esto es que no debemos tener miedo a los tiburones. Tan solo el respeto que se merece cualquier animal salvaje que puede reaccionar de manera descontrolada. Buceemos con ellos y aprendamos a amarlos y a conservarlos.