Los documentales tienen gran capacidad
de impactar al espectador. Es claro que una imagen vale más que mil palabras y,
por ello, cuando vemos unas imágenes que nos conmueven somos más proclives a
sensibilizarnos de un problema, e incluso a actuar para solucionarlo.
Este fue el caso del documental “Shores
of silence” (Costas de silencio), que hizo conocer al mundo la matanza masiva
del pez más grande de nuestro planeta, el tiburón ballena, en las costas de
Gujarat, India. Fue dirigido por el cineasta indio Mike Pandey en 2000.
El estado de Gujarat, en India.
Fuente: Google Maps
Gujarat es el estado más occidental de
la India. Fuente: Google Maps
La ciudad de Somnath posee uno de los
grandes puertos pesqueros de la zona. Fuente: Google Maps
El puerto de Somnath abarrotado de
barcos pesqueros. Fuente: Google MapsE
Esforzándose por concienciar y
reunir apoyo para proteger y conservar esta especie, su intención era llamar la
atención, con el objetivo de impulsar políticas para proteger a los tiburones
ballena en India, a la vez que trataba de encontrar alternativas sostenibles
para la comunidad pesquera local.
Esta película motivó al gobierno
de la India a cambiar leyes y prohibir la matanza de tiburones ballena en sus
costas. En 2001 la Ley de Vida Silvestre de la India declaró la protección para
el tiburón ballena, con el mismo nivel de protección que ya tenían otras
icónicas especies, como el tigre y el rinoceronte. Supuso un movimiento
histórico, ya que el tiburón ballena fue la primera especie marina protegida
por la ley india.
Las imágenes de este documental
eran tan impactantes, que, en noviembre de 2002, en la reunión internacional de
CITES de Santiago de Chile, una votación que en principio iba a ser negativa
para proteger al tiburón ballena, se transformó en abrumadoramente positiva
después de que se mostrara esta película. Así se consiguió protección global al
tiburón ballena, restringiendo su comercio, y dando a esta especie una nueva
oportunidad de sobrevivir.
La película también tuvo un gran
éxito en lograr un cambio en la actitud de los pescadores. Por eso las matanzas
se detuvieron. El documental se mostró a los pescadores de esa zona, y, una vez
que vieron lo que realmente estaba ocurriendo, el milagro ocurrió. Hoy los
propios pescadores se han convertido en los guardianes de esta especie.
Sin embargo, el camino fue
complicado…
Se cree que los tiburones ballena que
llegan a las costas de Gujarat provienen de Australia. Imagen
de “Shores of silence”.
La masacre de Gujarat
El equipo de rodaje del
documental viajó repetidamente durante tres años a la costa de Gujarat, uno de
los caladeros pesqueros más prolíficos de la India. Observaron, sorprendidos, decenas
de tiburones yaciendo en la playa, muertos o moribundos, mientras la población
local no parecía sorprendida en absoluto.
Imagen
de un tiburón ballena que ha sido arrastrado hasta la costa. Imagen de “Shores of silence”.
La región de Saurashtra, en
Gujarat, es una de las más áridas y secas de la India y posee una agricultura
muy precaria, ocupando las salinas y la industria la mayor parte de su costa.
La población es muy pobre.
Sin embargo, en los pueblos
costeros de pescadores los habitantes pueden mejorar sus condiciones de vida,
porque sus aguas son ricas en recursos pesqueros. En la última década del siglo
pasado la mayoría de las familias de pescadores prosperaron, en parte porque en
una determinada época del año la caza de tiburones ballena les proporcionaba
ingresos extra.
Los pescadores arriesgaban su vida navegando en botes
diminutos, utilizando un equipo muy básico, una cuerda de nylon con un arpón y un
gancho metálico en su extremo, y un par de barriles grandes para usar como
flotador. Faenaban en mar abierto, navegando varias horas, bajo el implacable
sol.
Imagen de pescador portando un arpón
con un gancho en su punta. Imagen de “Shores of silence”.
Los pescadores, desde la proa de sus barcos
de madera tratan de arponear un tiburón ballena. Imagen de “Shores of silence”.
Esperaban a que los tiburones ballena salieran a la superficie
a calentarse con el sol y a alimentarse de plancton, y cuando un ejemplar estaba
a tiro, lanzaban un arpón. Una vez que el animal estaba sujeto, trataba de
escaparse nadando a gran velocidad, arrastrando al pequeño bote tirando de la
cuerda, de la que colgaban los grandes barriles que no le permitían sumergirse
mucho. Esta pelea podía durar mucho tiempo, hasta que el animal, exhausto, dejaba
de luchar por su vida y flotaba malherido. Posteriormente se le arrastraba al costado
del bote y se le enganchaba de la cola, para remolcarlo hasta la costa.
Un
tiburón ballena arponeado. Imagen de “Shores of silence”.
El
tiburón arponeado trata de sumergirse, pero los bidones que hacen de boyas no
se lo permiten, y al tratar de escapar, arrastra a la embarcación. Imagen de “Shores of silence”.
El tiburón exhausto, se rinde y sale a
la superficie. Imagen de “Shores of silence”.
Los
pescadores amarran al tiburón por su cola para arrastrarlo a la costa.
Imagen de “Shores of silence”.
El animal, exhausto y generalmente
vivo, es arrastrado por la embarcación hasta la costa. Imagen de “Shores of
silence”.
Un tiburón ballena reposa moribundo en
la playa. Imagen de “Shores of silence”.
En el momento de la filmación del documental era frecuente
ver varios barcos arrastrando ejemplares de diferentes tamaños, entre 5 y 10
metros.
De vuelta a la orilla se podían ver varios tiburones
varados, esperando a que los pescadores encontraran un comprador. La mayoría de
los pescadores contrataban a otras personas para cortar su cuerpo y aletas, un
trabajo que duraba horas.
La
llegada de una embarcación con un enorme tiburón ballena despierta expectación
entre los ciudadanos. Imagen de “Shores of silence”.
El
despiece del animal capturado comienza por el corte de sus aletas. Imagen de
“Shores of silence”.
El hígado es un órgano muy grande y puede suponer un 10 %
del peso del animal. Los pescadores generalmente lo conservaban para sí mismos,
cortándolo en tiras, poniéndolo en barriles y dejándolos al sol, donde se licuaba
sin ningún proceso adicional. Se utilizaba para impermeabilizar embarcaciones,
y a veces se vendía a bajo precio para hacer betún de zapatos.
El
enorme hígado del tiburón ballena es uno de los objetivos de la captura del
animal. Imagen de “Shores of silence”.
La
obtención del hígado es un proceso al que se dedica mucho esfuerzo. Imagen de
“Shores of silence”.
Trozos
de hígado transportados en una furgoneta. Imagen de
“Shores of silence”.
El
hígado, hecho pequeños pedazos, se introduce manualmente en barriles metálicos.
Imagen de “Shores of silence”.
El
aceite del hígado del tiburón se obtiene cuando se calientan los barriles
metálicos llenos de hígado con el sol. Imagen de “Shores of silence”.
En el momento de la grabación de las imágenes del
documental no existía ninguna prohibición de pesca de este animal en India.
Los exportadores se dieron cuenta de que la carne y las
aletas se vendían a precios mucho más elevados en todo el Sudeste Asiático, por
lo que la exportación incrementó el negocio. Sin embargo, era paradójico que
los pescadores arriesgaban sus vidas para obtener una ganancia muy pequeña en
comparación con la que obtenían los exportadores de carne y aletas (alrededor
de 40 veces mayor).
El
cadáver de un tiburón ballena en la playa, junto a uno de los bidones que se
utilizaban en su captura. Imagen de “Shores of
silence”.
El documental destacaba que era una pena que los tiburones
ballena que migraban a esta zona desde lugares lejanos del planeta fueran
masacrados, y proponían preservarlos mediante la creación de un santuario de
tiburones que atrajera el turismo, y hacer que los pescadores pudieran
convertirse en su guardianes y guías.
La imagen final es desgarradora, mostrando a los niños de
la zona, jugando sobre los cadáveres de estos grandiosos animales, sin darse
cuenta de que eran testigos de la pérdida de una vida extraordinaria, un legado
mundial amenazado por el hombre.
Un
niño sentado sobre un tiburón muerto. ¿Sería consciente de lo valiosa que era
esa vida para la supervivencia de la especie? Imagen de “Shores of silence”.
Chavales
sobre un tiburón ballena en la orilla. Imagen de
“Shores of silence”.
El
cadáver de un tiburón muerto en la playa. Imagen de
“Shores of silence”.
El milagro de Gujarat
Entre 1989 y 1998 se registraron capturas
de más de 1800 tiburones, y 591 más entre 1999 y 2001, cuando se protegió a
esta especie en India.
Sin embargo, en ese momento la masacre
de tiburones ballena no cesó totalmente, porque se seguían produciendo capturas
accidentales, y los pescadores los mataban cuando quedaban atrapados en redes
de pesca. En 2004, Wildlife Trust of India (WTI) lanzó una campaña de
concienciación para las comunidades costeras, en defensa de este animal (Whale
Shark Campaign) con el objetivo de acabar con la masacre.
Tiburón ballena atrapado por accidente
en una red de pesca, junto a las costas de Veraval (Gujarat). Fuente WTI,
autor: Farukhkha Husenkha
Esta campaña incluyó sermones de
un predicador local muy conocido, manifestaciones callejeras de estudiantes de
la zona, talleres para líderes políticos y se utilizó hasta un tiburón ballena
hinchable de tamaño real (12 metros). De esta manera, se obtuvo mucha
repercusión y finalmente se obró el milagro, convertir a los pescadores locales
en protectores convencidos del tiburón ballena.
Estudiantes en una manifestación por
la conservación del tiburón ballena en Somnath (Gujarat). Fuente: WTI
Un tiburón ballena hinchable de tamaño
natural como apoyo a la campaña de concienciación en Gujarat. Fuente: WTI,
autor: Manoj Matwal
El proyecto de WTI aborda el tema
de los rescates de tiburones de capturas accidentales de una manera muy
inteligente y efectiva. Cuando los pescadores encuentran un tiburón ballena
atrapado en sus redes, se les pide que las corten para soltarlo. A cambio, el
Departamento Forestal de Gujarat les paga las redes estropeadas.
El procedimiento del rescate ha
evolucionado y se ha perfeccionado con el uso de cámaras acuáticas a los
pescadores, de tal manera que se puede liberar al animal y documentar el
proceso sin tener que esperar a que los equipos de inspectores lleguen al
lugar. También es una forma de reducir el tiempo que el animal pasa en la red, aumentando
su probabilidad de sobrevivir.
Rescate de un tiburón ballena atrapado
en una red de pesca junto a la costa de Sutrapada (Gujarat). Fuente WTI, autor:
Farukhkha Husenkha
Colocación de un dispositivo de
seguimiento por satélite en un tiburón ballena. Fuente: WTI, autor Farukhkha
Husenkha
Se aprovechó también este avance
en la conservación para dar un paso adelante en la investigación, mediante el
marcaje de ejemplares, que comenzó en 2011. Desde entonces, se han realizado
varios estudios marinos y se han marcado más individuos para registrar sus
movimientos por la costa de Gujarat. Estas iniciativas tratan de comprender los
patrones migratorios y las preferencias de hábitats de la especie.
En el mapa se indican los rastros de
seis de los ocho tiburones ballena marcados entre el año 2011 y el 2017.
Fuente: Google Earth/WTI
Puesto que es posible identificar
a los ejemplares porque el patrón de manchas de su piel es único para cada
individuo, se está utilizando la fotoidentificación, que permite comparar las
fotos tomadas a los individuos en un determinado momento, con las de una base
de datos de fotos anteriores, con el fin de conocer el estado de las
poblaciones y sus migraciones. India comenzó a contribuir a las bases de datos
globales de esta especie en 2010.
Los tiburones ballena pueden
encontrarse en esta zona y en muchos otros lugares del planeta. El análisis
genético que se está realizando puede contribuir a conocer la riqueza genética
de la especie, así como las relaciones entre las diversas poblaciones mundiales,
lo que, finalmente, contribuye al conocimiento de los patrones migratorios de
la especie.
En 2013 se detectaron cuatro
crías de tiburones ballena en las costas de Gujarat, algo nunca visto en aguas
de la India. Esto indicaba esta podría ser una zona de apareamiento, o al menos
de alumbramiento, lo cual parecía corroborarse en febrero de 2017, cuando se
documentó el rescate de otra cría junto al pueblo de pescadores de Sutrapada.
El valor del tiburón ballena para
las comunidades locales es mucho mayor debido a los ingresos del turismo de
tiburones en comparación con lo que se obtiene por su caza. Australia, el país
con mayor experiencia en estas prácticas turísticas, es el mayor ejemplo de
ello. El proyecto de la campaña de WTI está analizando las posibilidades de
establecer el turismo de tiburón ballena como una forma de mejorar las
condiciones de vida de las comunidades locales costeras, además de que para
mejorar la conservación de esta especie.
Referencias:
https://www.youtube.com/watch?v=TVMW_6_dVhE
https://www.youtube.com/watch?v=yJz51i6Prmg
https://www.wti.org.in/projects/whale-shark-conservation-project/
https://vimeo.com/84925609?login=true