jueves, 26 de marzo de 2020

LA PROHIBICIÓN DEL COMERCIO DE ALETAS DE TIBURÓN EN EUROPA: UN PASO ADELANTE EN LA PROTECCIÓN DE LOS TIBURONES




Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se publicó en la Revista Escápate: 

En el siglo XV se comenzó a servir sopa de aleta de tiburón a la mesa de los emperadores de la dinastía Ming. El hecho de que se obtuviera tan poco de un animal grande hacía a las aletas nobles y preciosas, ideales para la mesa del gobernante supremo. Posteriormente, la sopa de aleta se servía tradicionalmente en las cenas de celebración para expresar el respeto del anfitrión hacia sus comensales.

La sopa maldita

Es a finales del siglo XX cuando con el auge de la clase media china aumentó de manera exponencial su popularidad, y empezó a generalizarse como manjar en las bodas. Comenzó una enorme demanda de aletas que se extendió a todos los países con restaurantes chinos de alto nivel. Esta demanda ha sido alimentada a costa de la captura de ingentes cantidades de tiburones provenientes de las flotas pesqueras de todo el mundo. Por todo ello muchas poblaciones de tiburones han descendido alarmantemente.

El mapa del comercio de aletas de tiburón. Fuente: FAO “State of the global market for shark products”

Tan cara y exclusiva es esta sopa, que ha llegado a tener precios de hasta 100 dólares el plato en los restaurantes más exclusivos. Se ha llegado a pagar 650 dólares por el kg de aleta. El negocio es enorme y ha alcanzado una escala mundial, estimándose que hasta 150 países participan en el comercio de las aletas.

La FAO estima que cada año se capturan entre 60 y 250 millones de tiburones, fundamentalmente por sus aletas. En comparación con los precios desorbitados de las aletas, el precio de la carne es muy bajo, menos de un euro por kg a pie de lonja, porque su valor culinario no es bueno, a menudo debido al alto nivel de urea que contiene.

La práctica del finning o aleteo

Las aletas valen su peso en oro para los pescadores, pero el resto del animal no vale apenas nada y por ello no merece ocupar un espacio en las bodegas de los barcos. Esta es la razón por la cual se comenzó a practicar el finning, o aleteo, que consiste en no transportar a puerto aquellas partes del animal menos valiosas. Se capturaba al tiburón, le cortaban las aletas y arrojaban su cuerpo moribundo al océano, donde acababa de morir ahogado tras una terrible agonía.

En las calles de Hong Kong se pueden ver aletas de tiburón puestas a secar. Fuente: Gary Stokes

Esta práctica, además de ser catalogada como cruel, es una forma de desperdicio del recurso pesquero, que obliga a capturar más y más ejemplares, para aprovechar menos del 3% del peso del animal.  

Desde 2003 el finning está prohibido en Europa (para sus aguas internacionales y para barcos europeos en cualquier zona del mundo), y en 2013 se amplió la prohibición con la medida de “obligación de desembarco de aletas naturalmente adheridas”, con la que los barcos pueden pescar tiburones (las especies no prohibidas) pero sin descartar el cuerpo del animal. Esta medida adicional, que se ha ido extendiendo por todo el mundo, se considera como un paso adelante en la protección de los tiburones, frente a la prohibición únicamente del finning.

En el resto del mundo la prohibición del aleteo en general es muy escasa, especialmente en aguas internacionales. 

La percepción del daño que se está haciendo a los tiburones por el consumo de una sopa se extiende y algunas líneas aéreas, hoteles y otras compañías rechazan transportar, servir o vender productos de aleta de tiburón. Es destacable también que en China, Hong Kong y Malasia, gracias a los esfuerzos de los conservacionistas, y de sus impactantes campañas, se ha prohibido la sopa de aleta de tiburón en actos oficiales.

El comercio a granel de aletas en Europa es, en muchos casos, una tapadera para el comercio ilegal de especies amenazadas

La legislación europea permite el comercio de aletas a granel, siempre que no se trate de las 12 especies protegidas en el convenio CITES (que prohíbe el comercio mundial de ciertas especies amenazadas catalogadas).

Cuando se comercia con todo el cuerpo del animal, la identificación de la especie es relativamente fácil, pero cuando se transportan solo las aletas, esta es muy difícil. Ello es debido a que la forma y el color cambia durante el procesado, y se pierde la proporción del tamaño de la aleta respecto del tamaño del animal completo. Además, los envíos suelen mezclar diferentes tipos de aletas, y para los ejemplares jóvenes es casi imposible la identificación.

Un estudio de 2018, realizado mediante análisis de ADN, demostró que muchas de las aletas que se vendían en Hong Kong (el principal puerto de distribución mundial de aletas, por donde se estima que pasa el 50 % del volumen mundial), procedían de especies amenazadas.

Se capturan muchos tiburones en Europa

Aunque nos parezca sorprendente, cada año se capturan en Europa millones de tiburones. Nuestro país es líder en capturas y en exportación de aletas procesadas de alta calidad.

La aplicación de la medida de “aletas adheridas” en 2013 produjo cambios en nuestra industria pesquera. Hasta el momento, cuando se practicaba el finning, las bodegas llegaban llenas de aletas, pero a partir de ese momento había que dejar hueco para todo el animal. Ese año el volumen de tiburón azul o tintorera, el tiburón más capturado, con diferencia sobre el resto, fue el mínimo en muchos años, 44.703 toneladas. Progresivamente se volvieron a capturar más y más tiburones, hasta 53.000 toneladas en 2016. Las empresas pesqueras comenzaron a promocionar la carne: se hicieron campañas publicitarias y el público comenzó a consumirla. Los precios de la carne comenzaron a subir y se amortizaba mejor la pesca de todo el animal. Además, le dieron otras utilidades a esa carne, fundamentalmente para uso como harinas de pescado.


Legislación mundial sobre pesca de tiburón. Fuente: Wikipedia



La medida de “aletas adheridas” contribuye a que los tiburones no se capturen solo por sus aletas, y por eso se ha ido aplicando en todo el mundo. Sin embargo, tiene algunas dificultades en su aplicación. Las inspecciones en los barcos, realizadas por observadores independientes, actualmente tan solo suponen entre el 1 y el 3 %, por lo que, salvo la eventual revisión que pueda realizarse en el momento del desembarco, en realidad no se controla la actividad pesquera durante el resto del tiempo, ni se conoce si se han desembarcado ilegalmente aletas en otros puertos fuera de la UE, por ejemplo.

La realidad es que es casi imposible garantizar que las aletas que se transportan y comercian por Europa provengan de ejemplares legalmente capturados.  Parece claro que es necesario algún paso adelante en la regulación de todo lo que rodea a este lucrativo negocio.

Petición de los ciudadanos europeos

En un esfuerzo para revertir esta situación, en Europa se plantea una nueva medida adicional, a añadir a la prohibición del finning y a la de “aletas adheridas”. Se trata de la prohibición del comercio de aletas de tiburón, incluyendo la exportación, importación y tránsito. Solo es posible poner freno a este negocio a costa de los tiburones si Europa (España fundamentalmente) deja de exportar aletas de tiburón a Asia y no facilita el comercio a través de su territorio.

Esta medida ya se aplica en países como Canadá, que desde junio de 2019 es el primer país del G7 que ha prohibido el comercio de aletas. En Estados Unidos se aplica ya en algunos de sus estados y se está actualmente en proceso de aprobación en otros.

Iniciativa ciudadana europea

Un grupo de ciudadanos de toda Europa se ha unido para pedir la prohibición del comercio de aletas de tiburón en la Unión Europea. La iniciativa se llama “Stop finning – Stop the trade”.

Desde 2012 los ciudadanos de la UE tienen derecho a realizar iniciativas ciudadanas por las que se sugiere a la Comisión Europea una proposición de ley determinada. Para ello, en primer lugar, se nombra un comité de ciudadanos. Se presenta una propuesta de iniciativa a la Comisión, y una vez aceptada, el comité de ciudadanos tiene un año para recolectar las firmas que la avalen.


Es preciso recolectar al menos un millón de firmas, con un mínimo en una cuarta parte de los estados miembros, para garantizar que es una petición generalizada en toda la Unión. Una vez alcanzado en número de firmas en el periodo de un año, la Comisión Europea debe aceptar la propuesta ciudadana, que es presentada por el comité ciudadano en el Parlamento Europeo. Si allí se aprueba, se procede al proceso habitual de elaboración legislativa comunitaria.

El plazo para conseguir las firmas es hasta el 31 de enero de 2021. Se puede firmar en el siguiente enlace, introduciendo el DNI y la nacionalidad, en un formulario que recoge directamente la Comisión Europea.

Aprovechemos esta oportunidad de ayudar en la conservación de los tiburones.

¡Firma ya! Y únete a los ciudadanos responsables que quieren proteger a los tiburones.



Un ejemplo de por qué se debe prohibir el comercio: se incautan toneladas de aletas de tiburon de especies protegidas:

Leer más 👇👇👇

https://www.scmp.com/news/hong-kong/law-and-crime/article/3083184/biggest-shark-fin-seizure-hong-kong-history-recovers


REFERENCIAS:
Cardeñosa, D. et al., 2018. CITES-listed sharks remain among the top species in the contemporary fin trade. Conservation Letters, 07

No hay comentarios:

Publicar un comentario