Este artículo se publicó en la Revista Escápate:
En el siglo XV se comenzó a
servir sopa de aleta de tiburón a la mesa de los emperadores de la dinastía
Ming. El hecho de que se obtuviera tan poco de un animal grande hacía a las
aletas nobles y preciosas, ideales para la mesa del gobernante supremo. Posteriormente,
la sopa de aleta se servía tradicionalmente en las cenas de celebración para
expresar el respeto del anfitrión hacia sus comensales.
La sopa maldita
Es a finales del siglo XX cuando con
el auge de la clase media china aumentó de manera exponencial su popularidad, y
empezó a generalizarse como manjar en las bodas. Comenzó una enorme demanda de
aletas que se extendió a todos los países con restaurantes chinos de alto nivel.
Esta demanda ha sido alimentada a costa de la captura de ingentes cantidades de
tiburones provenientes de las flotas pesqueras de todo el mundo. Por todo ello
muchas poblaciones de tiburones han descendido alarmantemente.
El mapa del comercio de aletas de tiburón. Fuente: FAO
“State of the global market for shark products”
Tan cara y exclusiva es esta
sopa, que ha llegado a tener precios de hasta 100 dólares el plato en los
restaurantes más exclusivos. Se ha llegado a pagar 650 dólares por el kg de
aleta. El negocio es enorme y ha alcanzado una escala mundial, estimándose que
hasta 150 países participan en el comercio de las aletas.
La FAO estima que cada año se
capturan entre 60 y 250 millones de tiburones, fundamentalmente por sus aletas.
En comparación con los precios desorbitados de las aletas, el precio de la
carne es muy bajo, menos de un euro por kg a pie de lonja, porque su valor
culinario no es bueno, a menudo debido al alto nivel de urea que contiene.
La práctica del finning o aleteo
Las aletas valen su peso en oro
para los pescadores, pero el resto del animal no vale apenas nada y por ello no
merece ocupar un espacio en las bodegas de los barcos. Esta es la razón por la
cual se comenzó a practicar el finning, o aleteo, que consiste en no
transportar a puerto aquellas partes del animal menos valiosas. Se capturaba al
tiburón, le cortaban las aletas y arrojaban su cuerpo moribundo al océano, donde
acababa de morir ahogado tras una terrible agonía.
En las calles de Hong Kong se pueden ver aletas de tiburón puestas a
secar. Fuente: Gary Stokes
Esta práctica, además de ser
catalogada como cruel, es una forma de desperdicio del recurso pesquero, que
obliga a capturar más y más ejemplares, para aprovechar menos del 3% del peso
del animal.
Desde 2003 el finning está
prohibido en Europa (para sus aguas internacionales y para barcos europeos en
cualquier zona del mundo), y en 2013 se amplió la prohibición con la medida de
“obligación de desembarco de aletas naturalmente adheridas”, con la que los
barcos pueden pescar tiburones (las especies no prohibidas) pero sin descartar
el cuerpo del animal. Esta medida adicional, que se ha ido extendiendo por todo
el mundo, se considera como un paso adelante en la protección de los tiburones,
frente a la prohibición únicamente del finning.
En el resto del mundo la
prohibición del aleteo en general es muy escasa, especialmente en aguas
internacionales.
La percepción del daño que se
está haciendo a los tiburones por el consumo de una sopa se extiende y algunas
líneas aéreas, hoteles y otras compañías rechazan transportar, servir o vender
productos de aleta de tiburón. Es destacable también que en China, Hong Kong y
Malasia, gracias a los esfuerzos de los conservacionistas, y de sus impactantes
campañas, se ha prohibido la sopa de aleta de tiburón en actos oficiales.
El comercio a granel de aletas en Europa es, en muchos casos, una
tapadera para el comercio ilegal de especies amenazadas
La legislación europea permite el
comercio de aletas a granel, siempre que no se trate de las 12 especies
protegidas en el convenio CITES (que prohíbe el comercio mundial de ciertas especies
amenazadas catalogadas).
Cuando se comercia con todo el
cuerpo del animal, la identificación de la especie es relativamente fácil, pero
cuando se transportan solo las aletas, esta es muy difícil. Ello es debido a
que la forma y el color cambia durante el procesado, y se pierde la proporción
del tamaño de la aleta respecto del tamaño del animal completo. Además, los
envíos suelen mezclar diferentes tipos de aletas, y para los ejemplares jóvenes
es casi imposible la identificación.
Un estudio de 2018, realizado
mediante análisis de ADN, demostró que muchas de las aletas que se vendían en
Hong Kong (el principal puerto de distribución mundial de aletas, por donde se
estima que pasa el 50 % del volumen mundial), procedían de especies amenazadas.
Se capturan muchos tiburones en Europa
Aunque nos parezca sorprendente, cada
año se capturan en Europa millones de tiburones. Nuestro país es líder en
capturas y en exportación de aletas procesadas de alta calidad.
La aplicación de la medida de
“aletas adheridas” en 2013 produjo cambios en nuestra industria pesquera. Hasta
el momento, cuando se practicaba el finning, las bodegas llegaban llenas de
aletas, pero a partir de ese momento había que dejar hueco para todo el animal.
Ese año el volumen de tiburón azul o tintorera, el tiburón más capturado, con
diferencia sobre el resto, fue el mínimo en muchos años, 44.703 toneladas. Progresivamente
se volvieron a capturar más y más tiburones, hasta 53.000 toneladas en 2016.
Las empresas pesqueras comenzaron a promocionar la carne: se hicieron campañas
publicitarias y el público comenzó a consumirla. Los precios de la carne
comenzaron a subir y se amortizaba mejor la pesca de todo el animal. Además, le
dieron otras utilidades a esa carne, fundamentalmente para uso como harinas de
pescado.
Legislación mundial sobre pesca de tiburón. Fuente: Wikipedia
La medida de “aletas adheridas”
contribuye a que los tiburones no se capturen solo por sus aletas, y por eso se
ha ido aplicando en todo el mundo. Sin embargo, tiene algunas dificultades en
su aplicación. Las inspecciones en los barcos, realizadas por observadores
independientes, actualmente tan solo suponen entre el 1 y el 3 %, por lo que,
salvo la eventual revisión que pueda realizarse en el momento del desembarco,
en realidad no se controla la actividad pesquera durante el resto del tiempo,
ni se conoce si se han desembarcado ilegalmente aletas en otros puertos fuera
de la UE, por ejemplo.
La realidad es que es casi
imposible garantizar que las aletas que se transportan y comercian por Europa
provengan de ejemplares legalmente capturados.
Parece claro que es necesario algún paso adelante en la regulación de
todo lo que rodea a este lucrativo negocio.
Petición de los ciudadanos europeos
En un esfuerzo para revertir esta
situación, en Europa se plantea una nueva medida adicional, a añadir a la
prohibición del finning y a la de “aletas adheridas”. Se trata de la
prohibición del comercio de aletas de tiburón, incluyendo la exportación,
importación y tránsito. Solo es posible poner freno a este negocio a costa de
los tiburones si Europa (España fundamentalmente) deja de exportar aletas de
tiburón a Asia y no facilita el comercio a través de su territorio.
Esta medida ya se aplica en
países como Canadá, que desde junio de 2019 es el primer país del G7 que ha
prohibido el comercio de aletas. En Estados Unidos se aplica ya en algunos de sus
estados y se está actualmente en proceso de aprobación en otros.
Iniciativa ciudadana europea
Un grupo de ciudadanos de toda
Europa se ha unido para pedir la prohibición del comercio de aletas de tiburón
en la Unión Europea. La iniciativa se llama “Stop finning – Stop the trade”.
Desde 2012 los ciudadanos de la
UE tienen derecho a realizar iniciativas ciudadanas por las que se sugiere a la
Comisión Europea una proposición de ley determinada. Para ello, en primer lugar,
se nombra un comité de ciudadanos. Se presenta una propuesta de iniciativa a la
Comisión, y una vez aceptada, el comité de ciudadanos tiene un año para
recolectar las firmas que la avalen.
Es preciso recolectar al menos un
millón de firmas, con un mínimo en una cuarta parte de los estados miembros,
para garantizar que es una petición generalizada en toda la Unión. Una vez
alcanzado en número de firmas en el periodo de un año, la Comisión Europea debe
aceptar la propuesta ciudadana, que es presentada por el comité ciudadano en el
Parlamento Europeo. Si allí se aprueba, se procede al proceso habitual de
elaboración legislativa comunitaria.
El plazo para conseguir las
firmas es hasta el 31 de enero de 2021. Se puede firmar en el siguiente enlace,
introduciendo el DNI y la nacionalidad, en un formulario que recoge
directamente la Comisión Europea.
Aprovechemos esta oportunidad de
ayudar en la conservación de los tiburones.
¡Firma ya! Y únete a los
ciudadanos responsables que quieren proteger a los tiburones.
Un ejemplo de por qué se debe prohibir el comercio: se incautan toneladas de aletas de tiburon de especies protegidas:
Leer más 👇👇👇
https://www.scmp.com/news/hong-kong/law-and-crime/article/3083184/biggest-shark-fin-seizure-hong-kong-history-recovers
REFERENCIAS:
Cardeñosa, D. et al., 2018. CITES-listed sharks remain among the top
species in the contemporary fin trade. Conservation Letters, 07
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