Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se publicó en la Revista Acusub, en el número 204 http://acusub.com/?cat=16
¿Qué
se hace cuando se quiere saber dónde vive o por dónde viaja un tiburón? Muchos
de ellos se capturan, accidental o intencionadamente por los pescadores, y se
recurre a la información que proporcionan estos. Sin embargo, los científicos
utilizan sistemas de etiquetado para poder ampliar su campo de estudio. Además,
no solo se quiere saber dónde están, sino qué comen, qué hacen, cómo se
mueven…hay un mundo por descubrir en el estudio de estos maravillosos animales.
En el artículo anterior hicimos un repaso de
los diferentes sistemas por los cuales los científicos toman datos de los
tiburones para saber más de su distribución y comportamiento. Ahora vamos a ver
algunos ejemplos de utilización de estas técnicas en diferentes emplazamientos
por todo el mundo.
La moda de seguir los movimientos de los
tiburones: Shark Net.
Actualmente
se quiere involucrar al ciudadano en la difusión del conocimiento científico y
por ello se ha puesto de moda seguir los movimientos de un tiburón en las redes
sociales.
La
red Shark Net puede seguirse mediante una aplicación de teléfono móvil y fue
creada por la Estación Marina Hopkins en 2014. Consiste en una serie de boyas
con transmisor satelital que “escuchan” a determinados tiburones blancos de la
zona de las Islas Farallon (Costa Norte de California) y así permite saber su
posición.
Una
vez que fueron conocidas estas zonas de agregación de tiburones blancos los
científicos de la Estación Marina decidieron establecer el sistema de receptores
de etiquetas acústicas de bajo coste situados bajo el agua, que reciben la
señal cuando el animal pasa entre 300 y 450 metros de distancia. Las etiquetas
suelen durar activas durante varios años.
Hasta
no hace mucho, los científicos debían recoger los receptores subacuáticos para
conseguir la información, pero la última generación de estos dispositivos
acústicos, que funcionan como boyas, son capaces de transmitir por sí mismos
los datos al satélite. Las boyas disponen de un hidrófono, el receptor que
capta las señales acústicas de los sensores y las rebotan al satélite, todo en
tiempo real. En menos de una hora el equipo de la Estación Marina mete los
datos en la app de Shark Net.
El sistema de boyas inteligentes, que
transmiten la información recibida en tiempo real. Fuente: Scott Anderson. Estación Marina Hopkins
Con
esta aplicación, que funciona solo para dispositivos Apple, se trata de acercar
al gran público a los tiburones y tratar de “engancharles” para que, en vez de temerlos,
se despierte el interés por conocer más sobre estos campeones de la evolución.
Por ello cada tiburón tiene un nombre, una biografía y una foto. Algunos
tiburones tienen modelos 3D interactivos y vídeos que permiten a los usuarios
ver cómo nadan, con la idea de que el espectador se vaya “familiarizando” con
estos animales y se desmitifique la imagen de despiadado depredador humano que
tienen.
Interfaz de la aplicación. Fuente: Estación Marina Hopkins
Los
investigadores de la Estación Marina Hopkins llevan más de una década
estudiando la migración del tiburón blanco, utilizando todo tipo de etiquetas
electrónicas. Su investigación es mucho más amplia que la que acabamos de
describir, y ha mostrado al mundo que estos animales realizan migraciones de
miles de kilómetros, viajando hacia Hawaii, pasando por el “White Shark Café” o
SOFA (Shared Offshore Foraging Area), un lugar en el medio del Pacífico, a
mitad de camino entre Hawaii y California.
En
esta zona se ha visto que los tiburones marcados presentan desplazamientos
verticales desde la superficie hasta los 1000 metros de profundidad. Este
comportamiento se cree que es el típico de la alimentación de esta especie,
aunque aún se tiene que investigar mucho sobre este aspecto.
Al
final del verano los tiburones vuelven a la costa de California, a Tomales Bay,
al norte de San Francisco, las Islas Farallon y Año Nuevo, al norte de Santa
Cruz. Estas últimas son zonas de alimentación, a base de focas y leones marinos
que son abundantes en ellas.
Esquema de la migración del tiburón blanco y la posición del denominado
White Shark Café. Fuente: The Chronicle
Tiburón blanco con doble etiqueta: una acústica en la parte delantera, y
otra pop-up (de satélite). La acústica es detectada cuando el animal nada a
menos de 250 metros de una estación de escucha. La satelital graba información
sobre localización, temperatura y profundidad, y la envía al laboratorio cuando
la etiqueta se libera del animal. Foto: Scott Anderson. Estación Marina
Hopkins.
El
equipo de etiquetado observando un tiburón blanco en las islas Farallon. Fuente: Estación Marina Hopkins
Un gran tiburón blanco se acerca al barco de
etiquetado. La cabeza del tiburón se puede ver en la parte trasera del barco,
con la aleta dorsal y la parte superior de la caudal, lo que da una idea de su longitud.
Foto Susie Anderson.
Ocearch
Probablemente
la base de datos de tiburones más conocida en el mundo por los internautas sea
Ocearch, un rastreador global que también tiene su aplicación informática y que
permite filtrar los resultados de la búsqueda por edad, género y actividad
reciente del tiburón. Con esta aplicación es posible escoger a un tiburón por
su nombre, Yolanda, Oprah, Esperanza o Wyatt, y así seguir sus hábitos y
vigilar su estilo de vida.
Ocearch
es un proyecto ambicioso que permite seguir los movimientos en tiempo real de varios
ejemplares de tiburones, fundamentalmente blancos, que son monitorizados mediante
un sistema de etiquetas satelitales. Los datos se procesan en el software de la
organización, el cual actualiza la localización de los tiburones y los ubica en
un mapa con puntos de colores. El usuario puede hacer clic en cada punto para
conseguir una foto y toda la biografía del animal en cuestión. Recientemente
han ampliado la base de datos a tortugas, ballenas, focas, cocodrilos y
delfines.
Ocearch
goza de buenos patrocinios y realiza una serie de documentales de televisión
muy populares que aparentemente producen unos buenos beneficios publicitarios. El
problema es que, a nuestro juicio, y el de muchas organizaciones
conservacionistas, en este caso prima mucho la presión publicitaria y sus
prácticas no son todo lo respetuosas con el animal como debieran.
Sus
documentales son muy sensacionalistas y en ellos muestran la captura de grandes
tiburones blancos, y cómo el animal, tras una heroica captura, es subido a
bordo durante un periodo de unos 15 minutos. En este tiempo se le colocan todo
tipo de dispositivos de seguimiento, como etiquetas de localización por
satélite, etiquetas de clip, acústicas, acelerómetros, cápsula de ultrasonidos,
y se realizan todo tipo de mediciones, como toma de muestras de bacterias de la
piel, de parásitos, de sangre, de semen, biopsia muscular, etc. El animal
parece sufrir mucho, lo que se demuestra con que algunos ejemplares no han
sobrevivido a esta agotadora captura.
Además,
existen evidencias de que debido al gran tamaño de los dispositivos satelitales
que se disponen, es preciso el taladro de su aleta dorsal para colocar unos
tornillos fijadores, que provocan graves daños por necrosis de la aleta.
Cartel publicitario de las operaciones realizadas sobre un tiburón blanco
en los 15 minutos en los que se mantiene a bordo tras su captura. Fuente: Ocearch
Captura de pantalla de la aplicación de Ocearch, donde se muestra parte
del listado de los tiburones etiquetados. Fuente: Ocearch
Imagen del seguimiento de uno de los tiburones etiquetados. Fuente:
Ocearch
Imagen de captura de pantalla de la aplicación de Ocearch, con los
tiburones etiquetados disponibles para su seguimiento. Fuente: Ocearch
El equipo de Ocearch coloca una etiqueta satelital en la aleta dorsal del
animal, mediante unos tornillos que precisan la utilización de un taladro.
Fuente: Ocearch
Un ejemplo de necropsia de aleta dorsal por colocarle un transmisor.
Fuente: Dan Abbot
Estudio del tiburón blanco
en Guadalupe
El
tiburón blanco es un animal cuya distribución abarca casi todos los mares del
mundo, a excepción de las regiones polares. Su observación en el océano es
difícil, por la baja densidad de individuos en las zonas donde habita. Sin
embargo, existen algunos lugares en el mundo donde se congregan más ejemplares,
donde los avistamientos son más habituales, como las Islas Farallon en
California, las Islas Neptuno en Australia, Seal Island en Sudáfrica y en la
Isla de Guadalupe, en México.
La
isla de Guadalupe es el lugar en el que Pelagios Kankunjá realiza un estudio,
junto con la Universidad Autónoma de Baja California Sur, durante la temporada
de avistamiento, tanto de los tiburones que pasan por ella, en su migración por
el Pacífico, como los residentes en la zona. Durante este periodo, los
investigadores observan y registran el comportamiento de los ejemplares que se
acercan a las embarcaciones que realizan la actividad de avistamiento.
Guadalupe
se ha convertido en un destino muy demandado para la observación del tiburón
blanco desde jaula, porque la visibilidad es muy grande, al ser sus aguas muy
cristalinas. En la isla viven dos especies de mamíferos marinos, el elefante marino
del norte (Mirounga angustirostris) y
el lobo fino de Guadalupe (Arctocepahlus
townsendii), que forman parte del alimento de esta especie. A lo largo de
este estudio se han identificado más de 150 individuos diferentes, algunos de
los cuales vuelven cada año, y otros, solo han sido avistados una sola vez.
Desde
el comienzo del estudio se está llevando un registro audiovisual que incluye
tanto fotografías como videos, así como datos oceanográficos y del propio
tiburón. Con las imágenes se identifica a cada tiburón por su nombre, gracias a
la presencia de cicatrices, mutilaciones y patrones de pigmentación, dado que
funcionan como huellas digitales de cada individuo. Como complemento, se toman
biopsias de piel para su análisis genético, con el fin de identificar
diferencias entre poblaciones de California, Isla Guadalupe y Golfo de
California.
Con
la idea de conocer las costumbres de los tiburones de la zona se disponen
etiquetas de tipo sónico, insertando un dardo de acero en la musculatura dorsal
de los tiburones con una vara hawaiana desde la embarcación. Las estaciones
acústicas consisten en un receptor submarino, que registra las señales emitidas
por las marcas ultrasónicas en un rango de 500 m. Las estaciones se sitúan a
profundidades entre 20 y 30 metros en zonas de agregación de juveniles y
adultos. Actualmente disponen de 8 estaciones acústicas en la isla pero el
objetivo es colocar al menos 20 para tener una máxima cobertura. Se han marcado
hasta la fecha 45 tiburones, en su mayoría machos. Pretenden marcar más
juveniles y hembras grandes, con el fin de determinar a qué se debe su
presencia en Isla Guadalupe.
Observación de tiburones blancos desde
las embarcaciones de buceo con jaula. Fuente: Pelagios kakunjá
Marcaje de tiburones
toro en Playa del Carmen
Anualmente,
desde octubre a marzo, en Playa del Carmen, en la península del Yucatán, México,
se pueden observar tiburones toro hembra (Carcharhinus
leucas) en avanzado estado de gestación. Numerosos buceadores disfrutan de
la actividad del buceo con ellos y gracias a ello se ha conseguido que los
pescadores locales dejen de capturar esta especie.
Tiburón toro (C. leucas) en Playa del Carmen. Fuente: Saving our sharks
Los
científicos saben que estas hembras van a esta zona para parir, porque los
buzos han podido observar que desaparecen un par de semanas y reaparecen mucho
más delgadas. Al parecer se dirigen a zonas de manglar, donde las crías tienen
más oportunidades de salir adelante, protegidas de los depredadores.
Marcaje de un tiburón toro en Playa
del Carmen. Fuente: Saving our Sharks
Se
ha instalado un sistema de telemetría acústica en la zona, similar al de
Guadalupe, para intentar conocer sus movimientos. Se trata de saber dónde están
las zonas a las que se dirigen para dar a luz. Se les colocan unas etiquetas
acústicas mediante un dardo de acero que se inserta con vara hawaiana. También
se colocan marcas insertadas en la cavidad intraperitoneal, en una operación de
captura y cirugía que realizan con el tiburón en inmovilidad tónica junto a una
embarcación. Las estaciones de “escucha” están colocadas en Playa del Carmen y
en otros sitios del Caribe mexicano, donde los científicos estiman podrían ser
potenciales áreas de guardería de las crías, y tienen un alcance de hasta 1 km.
Mapa de la zona de Playa del Carmen, donde se han situado los receptores
acústicos. Fuente: Saving our sharks
Los
científicos mexicanos de Pelagios Kakunjá y Saving our Sharks han participado
en esta red de telemetría acústica y realizan otros estudios como la toma de
fotografías para realizar una guía de fotoidentificación, y toma de muestras
para análisis genético.
En este vídeo podéis ver una charla de Mauricio Hoyos sobre las actividades de investigación sobre el tiburón blanco en la Isla de Guadalupe:
En este vídeo podéis ver una charla de Mauricio Hoyos sobre las actividades de investigación sobre el tiburón blanco en la Isla de Guadalupe:
Uso de la telemetría para conservar las
poblaciones de tiburones en el Santuario de fauna y flora Malpelo
El Santuario
de fauna y flora de Malpelo (SFF Malpelo) está situado en la costa pacífica
colombiana y es una gran zona donde no está permitida la pesca, lo que
proporciona un hábitat esencial para muchas especies marinas en peligro de
extinción, en particular para los tiburones. Allí se pueden observar colonias
de tiburones martillos, tiburones sedosos o tiburones ballena. Además, es uno
de los pocos lugares del mundo donde se puede avistar al tiburón solrayo (Odontaspis ferox), que puede verse
también en la isla del Hierro, en Canarias.
Isla del Malpelo. Fuente: Fundación Malpelo
Localización isla del Malpelo en Colombia. Fuente: Wikipedia
La
Fundación Malpelo fomenta el estudio y la protección de los tiburones a través
de proyectos de investigación. Comenzaron en 2006 a etiquetar tiburones
martillo común (Sphyrna lewini),
utilizando telemetría satelital con la plataforma europea Argos. Durante todos
estos años han seguido el rastro de otras especies, como el tiburón zorro (Alopias pelagicus), el solrayo (Odontaspis ferox), el tiburón de
arrecife del Caribe (Carcharhinus perezi),
el tiburón de Galápagos (Carcharhinus
galapagensis), tiburón ballena (Rhincodon
typus) y tiburón peregrino (Cetorhinus
maximus).
La
mayoría de estos estudios se han enfocado a determinar los patrones de
movimiento y la evaluación de las preferencias de profundidad y temperatura de
los tiburones que se encuentran en el santuario. Como resultado de este
trabajo, se ha podido registrar la residencia de los tiburones martillo en la
zona y su migración a otras islas, como Cocos y Galápagos, mostrando la
conectividad entre estos tres lugares y demostrando la importancia del denominado
Corredor Marino del Pacífico Este Tropical.
El Corredor Marino del Pacífico Este
Tropical.
Colonias de tiburones martillo en Malpelo. Fuente: Fundación Malpelo
El
marcaje satelital en esta zona ha permitido tener una gran base de información
para realizar estrategias de conservación en toda la zona del Pacífico Este
Tropical. Con estos estudios se dio a conocer la migración de hembras preñadas
desde la isla hacia áreas costeras en el Pacífico colombiano, donde va a parir,
volviendo a Malpelo, donde residen. Además, los resultados obtenidos para el
tiburón martillo común sirvieron como argumentos para categorizar a la especie
dentro del apéndice II de Cites y así regular su comercio internacional.
Mediante
un programa de apadrinamiento de tiburones, los benefactores pueden tener
acceso al seguimiento satelital del ejemplar apadrinado, como medio divulgativo
y de concienciación de la conservación.
En este vídeo se puede escuchar una charla de Sandra Bessudo sobre el trabajo de estudio de tiburones en Malpelo:
En este vídeo se puede escuchar una charla de Sandra Bessudo sobre el trabajo de estudio de tiburones en Malpelo:
Seguimiento del tiburón peregrino en al
Atlántico. Proyecto Pelargos
Y
para terminar hablaremos de uno de los estudios de seguimiento realizados con
el segundo tiburón más grande, detrás del tiburón ballena. El tiburón peregrino
(Cetorhinus maximus) es uno de los
gigantes del mar más desconocidos, debido a la rareza de sus avistamientos, que
se producen tan solo en primavera y verano en algunas zonas costeras. Fuera de
esos pocos periodos, se desconoce dónde habita el resto del tiempo.
Tiburón
peregrino. Autor: Marc Dando
Conocer
los hábitats esenciales de esta especie incluida en la Lista Roja de especies
amenazadas de la IUCN, y objeto de diversos tratados internacionales, como el
convenio Ospar o la convención de Bonn para la conservación de especies
migratorias, es imprescindible para diseñar medidas eficaces para su conservación.
Por
ello la asociación francesa APECS (Asociación para el estudio y la conservación
de los seláceos) está realizando desde 2009 un seguimiento por satélite de los
desplazamientos de estos tiburones por el Atlántico, proyecto que desde 2015 se
denomina Pelargos.
Se
utiliza el satélite europeo Argos y se etiquetan los tiburones que se
encuentran en el sector marino situado en el archipiélago de Glénan, en Bretaña.
Se
utilizan dos tipos de balizas satelitales, el tipo SPOT, que localiza geográficamente
al animal cuando sale a la superficie, y el tipo POP UP, que registra
mediciones del medio acuático (la temperatura, la presión y la intensidad
luminosa), proporcionando un perfil del buceo que realiza el animal, cuyos
datos son recuperados cuando la baliza se desprende del animal.
Balizas utilizadas por APECS para marcar tiburones peregrinos. Fuente:
APECS
El viaje del tiburón peregrino Anna, etiquetado desde mayo de 2016
durante 374 días.
Fanch, un tiburón peregrino etiquetado en mayo de 2018 con una etiqueta
SPOT. Fuente: APECS
Referencias:
https://www.pelagioskakunja.org/div-2.html
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