lunes, 6 de julio de 2020

TRAS LA PISTA DE LOS TIBURONES (II)


Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se publicó en la Revista Acusub, en el número 204 http://acusub.com/?cat=16

¿Qué se hace cuando se quiere saber dónde vive o por dónde viaja un tiburón? Muchos de ellos se capturan, accidental o intencionadamente por los pescadores, y se recurre a la información que proporcionan estos. Sin embargo, los científicos utilizan sistemas de etiquetado para poder ampliar su campo de estudio. Además, no solo se quiere saber dónde están, sino qué comen, qué hacen, cómo se mueven…hay un mundo por descubrir en el estudio de estos maravillosos animales.

En el artículo anterior hicimos un repaso de los diferentes sistemas por los cuales los científicos toman datos de los tiburones para saber más de su distribución y comportamiento. Ahora vamos a ver algunos ejemplos de utilización de estas técnicas en diferentes emplazamientos por todo el mundo.

La moda de seguir los movimientos de los tiburones: Shark Net.

Actualmente se quiere involucrar al ciudadano en la difusión del conocimiento científico y por ello se ha puesto de moda seguir los movimientos de un tiburón en las redes sociales.

La red Shark Net puede seguirse mediante una aplicación de teléfono móvil y fue creada por la Estación Marina Hopkins en 2014. Consiste en una serie de boyas con transmisor satelital que “escuchan” a determinados tiburones blancos de la zona de las Islas Farallon (Costa Norte de California) y así permite saber su posición.

Una vez que fueron conocidas estas zonas de agregación de tiburones blancos los científicos de la Estación Marina decidieron establecer el sistema de receptores de etiquetas acústicas de bajo coste situados bajo el agua, que reciben la señal cuando el animal pasa entre 300 y 450 metros de distancia. Las etiquetas suelen durar activas durante varios años.

Hasta no hace mucho, los científicos debían recoger los receptores subacuáticos para conseguir la información, pero la última generación de estos dispositivos acústicos, que funcionan como boyas, son capaces de transmitir por sí mismos los datos al satélite. Las boyas disponen de un hidrófono, el receptor que capta las señales acústicas de los sensores y las rebotan al satélite, todo en tiempo real. En menos de una hora el equipo de la Estación Marina mete los datos en la app de Shark Net.

El sistema de boyas inteligentes, que transmiten la información recibida en tiempo real. Fuente: Scott Anderson. Estación Marina Hopkins

Con esta aplicación, que funciona solo para dispositivos Apple, se trata de acercar al gran público a los tiburones y tratar de “engancharles” para que, en vez de temerlos, se despierte el interés por conocer más sobre estos campeones de la evolución. Por ello cada tiburón tiene un nombre, una biografía y una foto. Algunos tiburones tienen modelos 3D interactivos y vídeos que permiten a los usuarios ver cómo nadan, con la idea de que el espectador se vaya “familiarizando” con estos animales y se desmitifique la imagen de despiadado depredador humano que tienen.

 
Interfaz de la aplicación. Fuente: Estación Marina Hopkins

Los investigadores de la Estación Marina Hopkins llevan más de una década estudiando la migración del tiburón blanco, utilizando todo tipo de etiquetas electrónicas. Su investigación es mucho más amplia que la que acabamos de describir, y ha mostrado al mundo que estos animales realizan migraciones de miles de kilómetros, viajando hacia Hawaii, pasando por el “White Shark Café” o SOFA (Shared Offshore Foraging Area), un lugar en el medio del Pacífico, a mitad de camino entre Hawaii y California.

En esta zona se ha visto que los tiburones marcados presentan desplazamientos verticales desde la superficie hasta los 1000 metros de profundidad. Este comportamiento se cree que es el típico de la alimentación de esta especie, aunque aún se tiene que investigar mucho sobre este aspecto.

Al final del verano los tiburones vuelven a la costa de California, a Tomales Bay, al norte de San Francisco, las Islas Farallon y Año Nuevo, al norte de Santa Cruz. Estas últimas son zonas de alimentación, a base de focas y leones marinos que son abundantes en ellas.

Esquema de la migración del tiburón blanco y la posición del denominado White Shark Café. Fuente: The Chronicle

Tiburón blanco con doble etiqueta: una acústica en la parte delantera, y otra pop-up (de satélite). La acústica es detectada cuando el animal nada a menos de 250 metros de una estación de escucha. La satelital graba información sobre localización, temperatura y profundidad, y la envía al laboratorio cuando la etiqueta se libera del animal. Foto: Scott Anderson. Estación Marina Hopkins.

El equipo de etiquetado observando un tiburón blanco en las islas Farallon. Fuente: Estación Marina Hopkins

Un gran tiburón blanco se acerca al barco de etiquetado. La cabeza del tiburón se puede ver en la parte trasera del barco, con la aleta dorsal y la parte superior de la caudal, lo que da una idea de su longitud. Foto Susie Anderson.


Ocearch

Probablemente la base de datos de tiburones más conocida en el mundo por los internautas sea Ocearch, un rastreador global que también tiene su aplicación informática y que permite filtrar los resultados de la búsqueda por edad, género y actividad reciente del tiburón. Con esta aplicación es posible escoger a un tiburón por su nombre, Yolanda, Oprah, Esperanza o Wyatt, y así seguir sus hábitos y vigilar su estilo de vida.

Ocearch es un proyecto ambicioso que permite seguir los movimientos en tiempo real de varios ejemplares de tiburones, fundamentalmente blancos, que son monitorizados mediante un sistema de etiquetas satelitales. Los datos se procesan en el software de la organización, el cual actualiza la localización de los tiburones y los ubica en un mapa con puntos de colores. El usuario puede hacer clic en cada punto para conseguir una foto y toda la biografía del animal en cuestión. Recientemente han ampliado la base de datos a tortugas, ballenas, focas, cocodrilos y delfines.

Ocearch goza de buenos patrocinios y realiza una serie de documentales de televisión muy populares que aparentemente producen unos buenos beneficios publicitarios. El problema es que, a nuestro juicio, y el de muchas organizaciones conservacionistas, en este caso prima mucho la presión publicitaria y sus prácticas no son todo lo respetuosas con el animal como debieran.

Sus documentales son muy sensacionalistas y en ellos muestran la captura de grandes tiburones blancos, y cómo el animal, tras una heroica captura, es subido a bordo durante un periodo de unos 15 minutos. En este tiempo se le colocan todo tipo de dispositivos de seguimiento, como etiquetas de localización por satélite, etiquetas de clip, acústicas, acelerómetros, cápsula de ultrasonidos, y se realizan todo tipo de mediciones, como toma de muestras de bacterias de la piel, de parásitos, de sangre, de semen, biopsia muscular, etc. El animal parece sufrir mucho, lo que se demuestra con que algunos ejemplares no han sobrevivido a esta agotadora captura.

Además, existen evidencias de que debido al gran tamaño de los dispositivos satelitales que se disponen, es preciso el taladro de su aleta dorsal para colocar unos tornillos fijadores, que provocan graves daños por necrosis de la aleta.  

Cartel publicitario de las operaciones realizadas sobre un tiburón blanco en los 15 minutos en los que se mantiene a bordo tras su captura. Fuente: Ocearch

Captura de pantalla de la aplicación de Ocearch, donde se muestra parte del listado de los tiburones etiquetados. Fuente: Ocearch

Imagen del seguimiento de uno de los tiburones etiquetados. Fuente: Ocearch
Imagen de captura de pantalla de la aplicación de Ocearch, con los tiburones etiquetados disponibles para su seguimiento. Fuente: Ocearch

El equipo de Ocearch coloca una etiqueta satelital en la aleta dorsal del animal, mediante unos tornillos que precisan la utilización de un taladro. Fuente: Ocearch

Un ejemplo de necropsia de aleta dorsal por colocarle un transmisor. Fuente: Dan Abbot

Estudio del tiburón blanco en Guadalupe

El tiburón blanco es un animal cuya distribución abarca casi todos los mares del mundo, a excepción de las regiones polares. Su observación en el océano es difícil, por la baja densidad de individuos en las zonas donde habita. Sin embargo, existen algunos lugares en el mundo donde se congregan más ejemplares, donde los avistamientos son más habituales, como las Islas Farallon en California, las Islas Neptuno en Australia, Seal Island en Sudáfrica y en la Isla de Guadalupe, en México.

La isla de Guadalupe es el lugar en el que Pelagios Kankunjá realiza un estudio, junto con la Universidad Autónoma de Baja California Sur, durante la temporada de avistamiento, tanto de los tiburones que pasan por ella, en su migración por el Pacífico, como los residentes en la zona. Durante este periodo, los investigadores observan y registran el comportamiento de los ejemplares que se acercan a las embarcaciones que realizan la actividad de avistamiento.

Guadalupe se ha convertido en un destino muy demandado para la observación del tiburón blanco desde jaula, porque la visibilidad es muy grande, al ser sus aguas muy cristalinas. En la isla viven dos especies de mamíferos marinos, el elefante marino del norte (Mirounga angustirostris) y el lobo fino de Guadalupe (Arctocepahlus townsendii), que forman parte del alimento de esta especie. A lo largo de este estudio se han identificado más de 150 individuos diferentes, algunos de los cuales vuelven cada año, y otros, solo han sido avistados una sola vez.

Desde el comienzo del estudio se está llevando un registro audiovisual que incluye tanto fotografías como videos, así como datos oceanográficos y del propio tiburón. Con las imágenes se identifica a cada tiburón por su nombre, gracias a la presencia de cicatrices, mutilaciones y patrones de pigmentación, dado que funcionan como huellas digitales de cada individuo. Como complemento, se toman biopsias de piel para su análisis genético, con el fin de identificar diferencias entre poblaciones de California, Isla Guadalupe y Golfo de California.

Con la idea de conocer las costumbres de los tiburones de la zona se disponen etiquetas de tipo sónico, insertando un dardo de acero en la musculatura dorsal de los tiburones con una vara hawaiana desde la embarcación. Las estaciones acústicas consisten en un receptor submarino, que registra las señales emitidas por las marcas ultrasónicas en un rango de 500 m. Las estaciones se sitúan a profundidades entre 20 y 30 metros en zonas de agregación de juveniles y adultos. Actualmente disponen de 8 estaciones acústicas en la isla pero el objetivo es colocar al menos 20 para tener una máxima cobertura. Se han marcado hasta la fecha 45 tiburones, en su mayoría machos. Pretenden marcar más juveniles y hembras grandes, con el fin de determinar a qué se debe su presencia en Isla Guadalupe.

Observación de tiburones blancos desde las embarcaciones de buceo con jaula. Fuente: Pelagios kakunjá

Marcaje de tiburones toro en Playa del Carmen

Anualmente, desde octubre a marzo, en Playa del Carmen, en la península del Yucatán, México, se pueden observar tiburones toro hembra (Carcharhinus leucas) en avanzado estado de gestación. Numerosos buceadores disfrutan de la actividad del buceo con ellos y gracias a ello se ha conseguido que los pescadores locales dejen de capturar esta especie.

Tiburón toro (C. leucas) en Playa del Carmen. Fuente: Saving our sharks

Los científicos saben que estas hembras van a esta zona para parir, porque los buzos han podido observar que desaparecen un par de semanas y reaparecen mucho más delgadas. Al parecer se dirigen a zonas de manglar, donde las crías tienen más oportunidades de salir adelante, protegidas de los depredadores.
Marcaje de un tiburón toro en Playa del Carmen. Fuente: Saving our Sharks

Se ha instalado un sistema de telemetría acústica en la zona, similar al de Guadalupe, para intentar conocer sus movimientos. Se trata de saber dónde están las zonas a las que se dirigen para dar a luz. Se les colocan unas etiquetas acústicas mediante un dardo de acero que se inserta con vara hawaiana. También se colocan marcas insertadas en la cavidad intraperitoneal, en una operación de captura y cirugía que realizan con el tiburón en inmovilidad tónica junto a una embarcación. Las estaciones de “escucha” están colocadas en Playa del Carmen y en otros sitios del Caribe mexicano, donde los científicos estiman podrían ser potenciales áreas de guardería de las crías, y tienen un alcance de hasta 1 km.

Mapa de la zona de Playa del Carmen, donde se han situado los receptores acústicos. Fuente: Saving our sharks

Los científicos mexicanos de Pelagios Kakunjá y Saving our Sharks han participado en esta red de telemetría acústica y realizan otros estudios como la toma de fotografías para realizar una guía de fotoidentificación, y toma de muestras para análisis genético.

En este vídeo podéis ver una charla de Mauricio Hoyos sobre las actividades de investigación sobre el tiburón blanco en la Isla de Guadalupe:



Uso de la telemetría para conservar las poblaciones de tiburones en el Santuario de fauna y flora Malpelo

El Santuario de fauna y flora de Malpelo (SFF Malpelo) está situado en la costa pacífica colombiana y es una gran zona donde no está permitida la pesca, lo que proporciona un hábitat esencial para muchas especies marinas en peligro de extinción, en particular para los tiburones. Allí se pueden observar colonias de tiburones martillos, tiburones sedosos o tiburones ballena. Además, es uno de los pocos lugares del mundo donde se puede avistar al tiburón solrayo (Odontaspis ferox), que puede verse también en la isla del Hierro, en Canarias.

 
Isla del Malpelo. Fuente: Fundación Malpelo
Localización isla del Malpelo en Colombia. Fuente: Wikipedia

La Fundación Malpelo fomenta el estudio y la protección de los tiburones a través de proyectos de investigación. Comenzaron en 2006 a etiquetar tiburones martillo común (Sphyrna lewini), utilizando telemetría satelital con la plataforma europea Argos. Durante todos estos años han seguido el rastro de otras especies, como el tiburón zorro (Alopias pelagicus), el solrayo (Odontaspis ferox), el tiburón de arrecife del Caribe (Carcharhinus perezi), el tiburón de Galápagos (Carcharhinus galapagensis), tiburón ballena (Rhincodon typus) y tiburón peregrino (Cetorhinus maximus).


La mayoría de estos estudios se han enfocado a determinar los patrones de movimiento y la evaluación de las preferencias de profundidad y temperatura de los tiburones que se encuentran en el santuario. Como resultado de este trabajo, se ha podido registrar la residencia de los tiburones martillo en la zona y su migración a otras islas, como Cocos y Galápagos, mostrando la conectividad entre estos tres lugares y demostrando la importancia del denominado Corredor Marino del Pacífico Este Tropical.

El Corredor Marino del Pacífico Este Tropical.

 
Colonias de tiburones martillo en Malpelo. Fuente: Fundación Malpelo

El marcaje satelital en esta zona ha permitido tener una gran base de información para realizar estrategias de conservación en toda la zona del Pacífico Este Tropical. Con estos estudios se dio a conocer la migración de hembras preñadas desde la isla hacia áreas costeras en el Pacífico colombiano, donde va a parir, volviendo a Malpelo, donde residen. Además, los resultados obtenidos para el tiburón martillo común sirvieron como argumentos para categorizar a la especie dentro del apéndice II de Cites y así regular su comercio internacional.

Mediante un programa de apadrinamiento de tiburones, los benefactores pueden tener acceso al seguimiento satelital del ejemplar apadrinado, como medio divulgativo y de concienciación de la conservación.

En este vídeo se puede escuchar una charla de Sandra Bessudo sobre el trabajo de estudio de tiburones en Malpelo:



Seguimiento del tiburón peregrino en al Atlántico. Proyecto Pelargos

Y para terminar hablaremos de uno de los estudios de seguimiento realizados con el segundo tiburón más grande, detrás del tiburón ballena. El tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) es uno de los gigantes del mar más desconocidos, debido a la rareza de sus avistamientos, que se producen tan solo en primavera y verano en algunas zonas costeras. Fuera de esos pocos periodos, se desconoce dónde habita el resto del tiempo.

Tiburón peregrino. Autor: Marc Dando

Conocer los hábitats esenciales de esta especie incluida en la Lista Roja de especies amenazadas de la IUCN, y objeto de diversos tratados internacionales, como el convenio Ospar o la convención de Bonn para la conservación de especies migratorias, es imprescindible para diseñar medidas eficaces para su conservación.

Por ello la asociación francesa APECS (Asociación para el estudio y la conservación de los seláceos) está realizando desde 2009 un seguimiento por satélite de los desplazamientos de estos tiburones por el Atlántico, proyecto que desde 2015 se denomina Pelargos.

Se utiliza el satélite europeo Argos y se etiquetan los tiburones que se encuentran en el sector marino situado en el archipiélago de Glénan, en Bretaña.

Se utilizan dos tipos de balizas satelitales, el tipo SPOT, que localiza geográficamente al animal cuando sale a la superficie, y el tipo POP UP, que registra mediciones del medio acuático (la temperatura, la presión y la intensidad luminosa), proporcionando un perfil del buceo que realiza el animal, cuyos datos son recuperados cuando la baliza se desprende del animal.

Balizas utilizadas por APECS para marcar tiburones peregrinos. Fuente: APECS

El viaje del tiburón peregrino Anna, etiquetado desde mayo de 2016 durante 374 días.

Fanch, un tiburón peregrino etiquetado en mayo de 2018 con una etiqueta SPOT. Fuente: APECS


Referencias:
https://www.pelagioskakunja.org/div-2.html

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