El pasado 17 de junio tuvo lugar
en el Colegio de Caminos de Madrid la Jornada Técnica “El Buceo Profesional en
la Ingeniería”, a la que Acusub asistió. Se trataba de dar a conocer al
colectivo de ingenieros de caminos la profesión y el trabajo de los buzos
profesionales que realizan labores subacuáticas en el ámbito de las obras
públicas. La mayor parte de los proyectos de construcción en los que participan
buzos profesionales están redactados por ingenieros de caminos, pero solo
algunos conocen en profundidad los riesgos inherentes a la práctica profesional
de los buzos. Proyectar este tipo de actividades es difícil, por su complejidad
y peligrosidad, y una buena concepción de las mismas es fundamental para que el
resultado final de los trabajos sea satisfactorio.
Durante los últimos años, el
Buceo Profesional en nuestro país ha sufrido un importante desarrollo, no
solamente en lo que a avances tecnológicos e incorporación de nuevos equipos se
refiere, sino también en la adaptación de los procedimientos y técnicas de
intervención. Ambos han traído consigo un mayor nivel de seguridad en la
ejecución de las Actividades Subacuáticas e Hiperbáricas. Este avance es la
consecuencia de lo que viene sucediendo en el resto de Europa y que algunas
empresas españolas han sido capaces de valorar y asumir como reflejo de su
compromiso con la innovación y sobre todo con la seguridad de sus trabajadores.
Fuente: ANEBP |
La charla corrió a cargo de
Carlos Acosta, director de Acostasub, empresa canaria de trabajos subacuáticos
en el ámbito de la ingeniería civil, y de Daniel Macpherson, secretario de la
ANEBP (Asociación Nacional de Empresas de Buceo Profesional).
En un primer lugar nos
presentaron la Asociación, que reúne una gran cantidad de empresas de trabajos
subacuáticos, y que lleva realizando un enorme trabajo en mejorar las
condiciones de trabajo de los buzos, especialmente con la participación en el Segundo
Convenio Colectivo de Buceo Profesional y Medios Hiperbáricos, donde se
concretan y se trata de poner al día los estándares mínimos de seguridad que
establece la normativa reguladora, al mismo nivel que en otros países de
referencia en la actividad del buceo.
Asimismo, nos recomendaron la
lectura de la “Guía de contratación de Empresas de Buceo Profesional”, editada
por ANEBP, que recoge una serie de aspectos que necesita saber cualquier
ingeniero que deba participar en alguna de las fases de obra pública (desde la
concepción en el proyecto, hasta la construcción), en la que se incluyan
trabajos subacuáticos.
Continuaron dándonos unas
pinceladas del medio hiperbárico y la fisiología del buceo. Nos explicaron que
medio hiperbárico no tiene por qué ser sumergido, sino que incluye también
casos en los que se trabaja en zonas confinadas con presión de aire por encima
de la atmosférica, como es el caso de las tuneladoras en escudo o los cajones
sumergidos de las cimentaciones de los puentes. En esos casos también el
trabajador, sometido a las condiciones de respiración de aire a presión, puede
sufrir las consecuencias negativas, enfermedad descompresiva fundamentalmente,
como si estuviera sumergido.
Nos explicaron los diferentes
sistemas de buceo profesional en el ámbito de la obra pública que están
permitidos por la legislación española, haciendo hincapié en que este tipo de
actividad no se incluye el uso de equipo autónomo ni la apnea, requiriendo de
equipos especiales mediante umbilical con suministro continuo de aire desde superficie,
comunicaciones y cámara, y con control desde superficie. Los equipos de trabajo
deben tener un número mínimo de personas, con un jefe de equipo, buzos,
ayudantes, buzo de socorro, en sus diferentes configuraciones. También nos
explicaron el uso de campanas para operaciones a mayor profundidad.
Fuente: ANEBP
Y, como no, nos hablaron de las
malas prácticas que se realizan, aunque cada vez menos, en lo que se refiere al
suministro de aire desde superficie, mediante sistemas que no cumplen los
estándares de la normativa, como el uso de compresores no adecuados, directos
al regulador, u otros como el uso de botellas en tierra que suministran aire a
pequeños depósitos artesanales.
Se nos dieron una serie de
detalles muy interesantes de cómo saber cómo se organiza la actividad
subacuática, el uso de cámaras de descompresión de emergencia a menos de 15
minutos del lugar de la inmersión, los tiempos máximos diarios de actividad de
cada buceador, el uso del casco obligatorio, etc.
Sin duda, este tipo de jornadas
sirven muy bien para dar a conocer a otros colectivos relacionados con la
actividad subacuática, las labores que estos profesionales realizan.
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