miércoles, 31 de julio de 2019

CAUTIVOS EN RUSIA





Este artículo se publicó en la revista Acusub número 200 www.Acusub.net
Texto: Mónica Alonso Ruiz

El año pasado los conservacionistas rusos decidieron investigar la realidad de las capturas de mamíferos marinos en su país. Sabían que, en el Mar de Ojotsk, lejos de la civilización, lejos de todo, se capturaban orcas y belugas. Se sabía que se aprovechaba la migración estacional de las orcas a lo largo de su costa en verano para capturarlas. Nadie lo había visto, dado que es un lugar bastante inaccesible. Sin embargo, esta actividad no es del todo ilegal, pues a pesar de la indignación popular, al parecer, el Servicio Federal de Supervisión de Recursos Naturales ruso había dado permisos para ciertas capturas en la zona en 2018, específicamente 13 orcas por año, para ser utilizadas en actividades educativas.

Tras la emisión de estos permisos, unos cuantos voluntarios de varias organizaciones de ese país, dentro de un grupo llamado “Ocean Friends” se equiparon con dos embarcaciones y se presentaron en la zona. Los cazadores de orcas no recibieron muy amigablemente a los activistas, usando armas de fuego contra sus drones y saqueando su campamento.

A pesar de las dificultades, recogieron un montón de información. Filmaron las sangrientas capturas e incluso casi pudieron impedir algunas de ellas, pero los cazadores tenían mejores medios. Capturar una orca joven o un grupo de belugas jóvenes, para utilizarlas en un delfinario, exige un cruento trabajo de caza de la manada y descarte de aquellos ejemplares no deseados por ser ya adultos.

La sociedad rusa y el mundo desconocían hasta la fecha lo que estaba ocurriendo allí. El proceso de captura no se controla en absoluto: no se hace fotoidentificación, ni biopsias para obtención de ADN. Si durante la captura se mata a alguna orca no hay consecuencias, si una orca muere, se deshacen del cuerpo y se captura otra.
El mar de Ojotsk, donde capturan las orcas y belugas

Querían mostrar al mundo que la captura de un animal para un delfinario requiere la muerte violenta de muchos otros. Dado que para que un delfín, una orca o una beluga se pueda adaptar a la cautividad es preciso que sea una cría o muy joven, los cazadores suelen atacar a toda una manada, para separar a sus crías. Como son animales sociales, todo el grupo reacciona al ataque, defendiendo a sus pequeños. Por ello la mayoría de las veces es preciso masacrar a muchos de los componentes de la manada. De los ejemplares capturados posteriormente se hace una selección, en la cual se descartan algunos, a los que también dan muerte o son abandonados a su suerte. Como los cetáceos en cautividad duran poco porque mueren muy prematuramente, es preciso reponerlos, y de ahí el constante negocio de la captura sigue diezmando manadas enteras. Puedes ver todo esto en este vídeo.

Los voluntarios volvieron de la expedición con mucha información valiosa para mostrar al mundo y a las autoridades. Pudieron filmar a 12 orcas y 90 belugas en una “base de adaptación” en Srednyaya Bay, Nakhodka, que los cazadores tenían como punto de concentración de animales para su posterior venta, principalmente a los delfinarios chinos, cuyo número no para de crecer año a año. Se cree que por una orca pueden recibir un precio entre 1 y 6 millones de euros.



La Bahía de Srednyaya, cerca de la ciudad de Nakhodka, donde se sitúa la “base de adaptación” que las empresas tienen como punto de concentración para posterior venta de las orcas y belugas a delfinarios chinos.

Sus imágenes dieron la vuelta al mundo en noviembre de 2018. Los animales estaban hacinados en pequeñas piscinas, las belugas al aire libre y las orcas en espacios cubiertos. En otro vídeo se puede ver como una grúa eleva una orca y la pone en un tanque, en las labores de preparación para su transporte a un destino desconocido para los activistas. Se cree que los cetáceos iban a ser vendidos a los delfinarios chinos. Los periódicos rusos informaron de que las cuatro empresas que operaban en la zona (Oceanarium DV, Afalina, White Whale/Bely Kit y Sochi Dolphinarium) habían exportado 15 orcas y 200 belugas a China en los últimos 5 años. Estas empresas alegaban que tenían permiso para capturar a estos animales.


Las instalaciones de la Bahía de Srednyaya donde se mantienen cautivas las orcas y las belugas. Es la denominada “cárcel de ballenas”. Las piscinas cubiertas se reservan a las orcas, de mayor valor en el mercado, y las que están al aire libre son para las belugas. En esta instalación se han encontrado 12 orcas y 90 belugas.

¿Especies protegidas?

Conocer la legalidad de la captura de cetáceos es realmente complicado y responde, como ocurre siempre en el caso de recursos marinos, a convenios internacionales que firman los países y que acatan o no en función de si les interesa.

La realidad es que la Comisión Ballenera Internacional propuso la prohibición de la caza de orcas hasta que se realizaran investigaciones sobre el estado de la especie como consecuencia de que en 1979-1980 en la Unión Soviética se capturaron más de 900 ejemplares. A partir de ahí Noruega y la Unión soviética suspendieron sus capturas y Japón lo hizo en 1990.

La Comisión Ballenera Internacional (CBI) regula las capturas de las “ballenas grandes” y define 13 especies de misticetos (ballenas con barbas) a proteger, con prohibiciones vinculantes para sus miembros. El resto de cetáceos, entre los que se incluyen las ballenas más pequeñas y los odontocetos (cetáceos con dientes), no tienen reglas de captura en el ámbito de la Comisión, aunque su comité científico discute temas de conservación de este numeroso grupo. Es por ello que las prohibiciones que la CBI establezca no son vinculantes para los países miembros, por lo que existe un enorme vacío legal en el ámbito internacional para estas especies fuera de las “ballenas grandes” (grandes ballenas)
La Convención CITES protege todos los odontocetos (cetáceos con dientes), grupo al que pertenecen las belugas, orcas y todo tipo de delfines. La protección consiste en la inclusión en el apéndice II, donde figuran las especies que podrían estar en peligro de extinción a menos que se controle estrictamente su comercio. Para exportar especímenes es preciso un permiso de exportación, cuando se cumplen determinadas condiciones. Como podemos ver, esta protección no consiste en la prohibición de captura, sino de comercio.

Actuación del gobierno ruso

El vídeo de las piscinas con las orcas y belugas cautivas llamó la atención de la población rusa y de todo el mundo. A partir de ahí cientos de personas enviaron cartas y cientos de miles de personas firmaron peticiones para solicitar que se dejaran de capturar estos animales y su liberación inmediata.
El Fiscal General ruso inició una investigación. Al parecer, los permisos de caza emitidos vulneraban la ley rusa sobre pesca y preservación de los recursos biológicos acuáticos. Según dicha ley sólo los delfinarios establecidos en Rusia podrían obtener dichos permisos de captura, para animales a utilizar en sus instalaciones, prohibiéndose la venta y exportación de los mismos. A partir de ahí, se realizó una investigación criminal con cargos de captura ilegal de recursos biológicos contra las empresas que capturaban estos animales. Mientras la investigación siga en curso los animales debían permanecer bajo la custodia de dichas empresas.

Campaña “Free Russian Whales” (Liberar las “ballenas” rusas)

A partir de ahí, en enero de 2019, los conservacionistas rusos se organizaron y comenzaron la campaña Free Russian Whales, para hacer presión para que el gobierno ruso libere a las orcas y belugas (mal llamadas ballenas, pues no lo son).


“Free Russian Whales” es la campaña que grupos de conservacionistas rusos llevan a cabo para dar a conocer al mundo la situación de las orcas y belugas cautivas en Srednyaya

Los argumentos para su liberación, avalados por expertos y biólogos internacionales, son los siguientes:
  • Las orcas y belugas llevan muy poco tiempo cautivas, por lo que aún son capaces de adaptarse a la libertad, dado que han sufrido muy poco tiempo el condicionamiento conductual de la cautividad. O lo que es lo mismo: aún recuerdan cómo se vive en libertad. Hay experiencia de delfines jóvenes que fueron liberados tras un corto periodo de cautividad y han sobrevivido libres.
  • Los animales son jóvenes, pero no son crías, por lo que previsiblemente serían capaces de readaptarse a la libertad, incluso en grupos que no sean de su propia familia. 
  • A lo largo de este tiempo han desaparecido una orca y tres belugas. Sus captores dicen que la orca fue liberada por conducta agresiva y que las belugas han escapado. Se presume que aún con la prohibición del gobierno ruso, los captores puedan haberlas vendido ilegalmente. 
Una activista recoge firmas para liberar a las orcas y belugas
en la feria de buceo rusa que tuvo lugar en enero en Moscú
El tiempo juega en su contra

Mientras se toman decisiones, las condiciones físicas de los animales cautivos se deterioran debido al hacinamiento y al crudo invierno. La instalación de Srednyaya Bay no está prevista para que los animales pasen allí tanto tiempo. La investigación del gobierno ruso paralizó su traslado a los delfinarios de destino, pero tampoco ha permitido su liberación inmediata.

En enero de 2019 expertos del Servicio de Costas ruso, veterinarios y biólogos, informaron sobre la “prisión de ballenas”. Las instalaciones están cubiertas con hielo en las piscinas y las belugas casi no pueden moverse. Los cuidadores tienen que romper el hielo continuamente. Las belugas se adaptan mejor y por ello están en los tanques a la intemperie. Evolucionaron eliminando su aleta dorsal precisamente para poder estar en zonas de hielo, y tienen más grasa corporal. En libertad pueden desplazarse a zonas con menos hielo para poder nadar, cosa que aquí no pueden hacer. Las orcas lo llevan peor, y eso que están en tanques cubiertos, dado que ellas suelen migrar a zonas menos frías en esta época del año.


Las piscinas de la “prisión de ballenas” cubiertas de hielo


La presencia de hielo en las piscinas no reduce aún más la movilidad de los animales

En febrero de 2019 Jean Michelle Cousteau escribió a Vladimir Putin para pedir la libertad de las orcas y belugas, y se ofreció a asesorarles. Otros famosos, como Pamela Anderson y Leonardo di Caprio también escribieron a Putin y promocionan la petición de liberación que hay en change.org, que casi alcanza un millón de firmas. El 23 de febrero el gobierno ruso anunció la liberación de los animales. Esta gran noticia recorre todas las televisiones del mundo.


La campaña internacional de Leonardo di Caprio a favor de la liberación de las orcas y belugas ha llamado la atención de todo el mundo y el Gobierno Ruso ha notificado que pretende liberarlas.

A fecha de hoy, no nos consta que las orcas y belugas cautivas se hayan liberado y su situación empeora. Los expertos han vuelto a la “cárcel de ballenas” y han observado que las lesiones que tienen en la piel debidas a su captura han empeorado, que tienen nuevas lesiones debido al hacinamiento, y que los hongos, presumiblemente, han hecho acto de presencia…(Ver actualización al final del artículo)


Las orcas cautivas presentan lesiones en su piel, que han empeorado desde el cautiverio

El Gobernador de la Provincia invitó a Jean Michelle Cousteau para asesorarles. Tiene que tomar una decisión que no es fácil. Mientras tanto los activistas rusos hablan de que el Gobierno pretende llevar a los animales a los delfinarios rusos. Esta opción no es bien recibida por ellos, que ven que, una vez más cuando un gobierno no sabe qué hacer cuando tiene un cetáceo que liberar, suele llevarlo a una instalación de este tipo, donde acaba su vida actuando y dando dinero a la industria de la cautividad. (Ver actualización al final del artículo)


Se han producido manifestaciones en pro de la liberación de las orcas y belugas en Moscú

El gobierno ruso, tras una reunión celebrada el 12 de marzo, anunció que los animales serían trasladados a una bahía diferente, cerca de Vladivostok. En dicha reunión se creó una comisión para determinar la suerte de los animales. Los conservacionistas están preocupados porque el coordinador de dicha comisión es el responsable de los permisos de captura que se dieron a las empresas, y que luego fueron declarados ilegales. Acusan a dicha comisión de no querer acoger ningún grupo de expertos internacionales.

Este mismo mes de marzo una serie de celebridades de todo el mundo le han pedido a Vladimir Putin la liberación de estos animales. Encabezan la carta la reina Noor de Jordania, Jane Goodall, Richard Branson, Edward Norton y muchos otros. Sin duda el esfuerzo de Free Russian Whales está siendo enorme para aumentar la presión sobre los responsables de liberar a estos animales.

La experta en cetáceos Tatiana Denisenko, docente de la Universidad Estatal de Moscú, experta en medicina veterinaria y biotecnología, ha declarado a la prensa que la liberación de estos animales es posible. Ha evaluado las posibilidades que tienen de aprender a vivir en la naturaleza e incluso la posibilidad de que encuentren a su familia, como muy altas. Su rehabilitación podría durar uno o dos meses, antes de liberarlos, dado el poco tiempo que han pasado en cautividad, tras un control sanitario y de cura de sus heridas. Se le ha planteado la posibilidad, ya anunciada, de que se les lleve a otra bahía cercana para su rehabilitación, pero ella lo descarta, dado que un traslado y manipulación mediante tanques podría afectar mucho a su salud.

No sabemos cuánto va a durar esta circunstancia, ni si los animales van a sobrevivir antes de que sean liberados. Lo que sí sabemos es que de momento sirve para dar un toque de atención a la sociedad internacional para que se dé cuenta de lo que ocurre con la industria de la captura de mamíferos para delfinarios. (Ver actualización al final del artículo)

Esta terrible situación se ha creado como consecuencia de la creciente industria de los delfinarios en China, y países cercanos, en un mundo donde cada vez más países están prohibiendo la cautividad de los cetáceos. ¡No vayas a un delfinario! Detrás de la cara “feliz” de un delfín cautivo haciendo piruetas está una vida de privación de libertad, de castigos para vencer su resistencia, de lesiones por el hacinamiento, de enfermedades por estar viviendo en un espacio reducido. Y, sobre todo, la masacre que se lleva a cabo para su captura.
Detrás del negocio de los delfinarios se esconde otro negocio más sangriento, el de la captura y tráfico de estos animales
Actualización julio 2019

De forma inesperada, a finales de junio y comienzos de agosto el Gobierno Ruso ha comenzado a liberar orcas y belugas, sin consultar a ninguno de los grupos que les estaban asesorando.

Proceso de carga de una de las orcas liberadas

A finales de junio liberaron 2 orcas y 6 belugas. La prensa rusa lo vendió como un gran éxito y circularon varios vídeos sobre lo felices que eran los animales cuando se liberaron.

Video 2 (Facebook)
Video 3 (Facebook)

 



Se liberaron en el Mar de Ojostk, donde fueron capturadas (hicieron caso a los expertos, pero solo en ese aspecto). El traslado se hizo por carretera y las liberaron inmediatamente, sin proceso de aclimatación ni de tranquilización tras el estrés del transporte. Los expertos y activistas rusos están muy preocupados porque el proceso de liberación no se está llevando en las mejores condiciones.

Los conservacionistas rusos están preocupados por cómo se está llevando el proceso de liberación, especialmente con el secretismo del Gobierno Ruso

Los animales fueron etiquetados y se han podido seguir sus movimientos. Al parecer las dos orcas permanecen juntas, y se mueven por los lugares en los que las orcas salvajes se mueven habitualmente. Aún no se sabe si se han reunido con algún grupo.

Las orcas liberadas fueron etiquetadas y sus movimientos pueden seguirse vía satélite

A inicios de julio liberaron tres orcas, dos de ellas más adultas y otra una cría, con el mismo procedimiento que el utilizado en la liberación anterior. Del seguimiento por satélite se conoce que la orca más joven se ha separado del grupo. Y además se la ha podido ver vagando cerca de la zona de liberación, acercándose a los pescadores y mendigando comida a los humanos.
En este video se la puede ver recibiendo un pescado de la mano de un pescador. Es decepcionante ver como este animal parece que en solitario no va a ser capaz de sobrevivir en libertad. Así, los detractores de la liberación, la industria del cautiverio, tiene argumentos para decir que la liberación de cetáceos una vez capturados es imposible.


La cría de orca que se ha separado del grupo mendiga comida de los pescadores

Los activistas están muy preocupados por su salud. Indican que la liberación tenía que haberse realizado en grupos más grandes, las 10 orcas juntas y las belugas en grupos grandes, aunque no fuera el grupo entero. Así las más débiles podrían tener el resguardo del grupo y mejorar su proceso de adaptación. Además, el seguimiento de todos los animales debería haberse realizado de forma visual, asegurándose de que todos los individuos eran capaces de alimentarse, en un periodo tras su liberación.

Jean Michelle Cousteau ha declarado (vídeo) que está muy decepcionado con el procedimiento seguido para la liberación de los animales y pide modificarlo y ampliar la transparencia del proceso, dada la poca información que se está dando del mismo.


Finalmente, el 24 de julio, el Gobierno ruso ha anunciado que Greenpeace Rusia participará en la liberación del siguiente grupo de orcas, que tendrá lugar en agosto.


Esperamos que la cordura se implante en el proceso de liberación y se sigan los consejos de los expertos en la materia.

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