Este artículo se publicó en la revista Acusub, en el número 209
www.acusub.net
Texto: Mónica Alonso Ruiz
El Doctor Mauricio Hoyos Padilla
es posiblemente el investigador mexicano de tiburones más conocido
internacionalmente. Es un gran experto en estudios de comportamiento del
tiburón blanco en aguas mexicanas. El pasado 12 de abril de 2020 pudimos
asistir virtualmente a su charla “El tiburón blanco en México”, incluida dentro
del ciclo “Los tiburones y las áreas marinas protegidas”, programado por Pelagios Kakunjá, organización a la que
pertenece.
En dicha charla primeramente hizo
una breve introducción de la biología del tiburón blanco y finalmente nos
detalló los resultados de las investigaciones realizadas sobre este escualo en
la Isla de Guadalupe, Área Protegida y Reserva de la Biosfera. Vamos a relatar
aquí algunas de las facetas más interesantes que nos contó Mauricio durante la
misma. En este primer artículo se incluye la parte de biología del tiburón y el
comienzo de las investigaciones. En un segundo artículo se tratará la parte de
los estudios de comportamiento realizados.
Mauricio Hoyos en Guadalupe. Fuente: Facebook
La portada del webbinar El Tiburón Blanco en México. Fuente: canal de
YouTube de Pelagios Kakunjá
Superdepredador
perfecto
En 1975 algunos pudimos ver la película
“Tiburón”, en la que se nos presentaba un tiburón blanco sobredimensionado de
11 metros, el cual estaba obsesionado con atacar a los humanos. Desde entonces,
a partir de esta película, la gente identifica al tiburón blanco como un
asesino en serie de humanos. Nada más alejado de la realidad.
La película “Tiburón” de Steven Spielberg, marcó a toda una generación,
alimentando el falso mito del tiburón “comehombres”. Fuente: canal de YouTube
de Pelagios Kakunjá
El tiburón blanco, Carcharodon carcharias, lleva viviendo en
nuestras aguas desde hace 11 millones de años. Es uno de los depredadores más
perfectos que existen en el planeta. Es un animal majestuoso, muy hidrodinámico,
con morro puntiagudo, que tiene su parte inferior de color blanco. Es
precisamente ese color de su vientre el que ha servido para darle su nombre
común. Su parte superior es oscura y ello le sirve como camuflaje,
mimetizándose con las aguas oscuras del fondo cuando se le observa desde arriba.
La silueta del tiburón blanco es inconfundible. Fuente: canal de YouTube
de Pelagios Kakunjá
El tiburón blanco está protegido en México. Fuente: Semarnat
Su gran potencia depredadora se
la debe, sobre todo, a su particular mandíbula, que puede ejercer una presión de
hasta 2 toneladas, con la que es capaz de arrancar la cabeza a un elefante
marino. Tiene varias hileras de dientes y cuando se cae uno surge otro que está
situado detrás y sustituye al anterior. Cuando tiene menos de 3 metros de
longitud sus dientes son puntiagudos, porque captura peces y otros tiburones,
pero cuando supera los 3 metros, los dientes de arriba pasan a ser triangulares
y aserrados, porque pasan a alimentarse también de mamíferos marinos.
Los dientes del tiburón blanco son más triangulares cuando se hace
adulto. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
El tiburón blanco repone continuamente sus dientes, que se mueven hacia
adelante cuando se pierde alguno. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
Todo en este animal está diseñado
a la perfección para la caza de sus presas. Sus arcos branquiales, al final de
la cabeza, son grandes porque tiene un alto requerimiento de oxígeno. Su
potente cola es homocerca, con lóbulo superior e inferior muy similares. Tiene
una quilla en su base, donde se anclan todos los músculos de la misma, que le
ayudan a propulsar su potente natación. Su primera aleta dorsal, la más famosa,
le permite estabilizarse, y sus aletas pectorales le ayudan a maniobrar.
Partes del tiburón. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
Reproducción muy desconocida
Las aletas pélvicas son muy importantes para la identificación de
machos y hembras. Los machos tienen dos apéndices en su extremo, los
gonopterigios o claspers, que son sus órganos reproductivos, que utiliza para fecundar
a la hembra. Al copular, el macho agarra con su mandíbula a la hembra por su
aleta pectoral, la voltea y esta entra en inmovilidad tónica, se deja de
mover y baja su metabolismo, lo que facilita la introducción de uno de los
gonopterigios en su cloaca.
Mauricio nos enseña una foto de
un tiburón blanco con los gonopterigios abiertos. “Es la única que tenemos en la que se aprecia esta disposición. En Revilagiggedo, donde también estudiamos
otros tiburones, hemos observado el cortejo de otras especies, como el sedoso, el
tiburón de galápagos y el puntas blancas de arrecife. Cuando el macho trata de
morder la aleta pectoral, previamente mueve los gonopterigios de forma circular,
lo que explica su disposición en esa foto del tiburón blanco de Guadalupe”.
Tiburón macho con los gonopterigios abiertos. Fuente: canal de YouTube de
Pelagios Kakunjá
“En la isla hemos detectado hembras con mordidas en aletas y branquias,
pero no sabemos si allí se produce cortejo y reproducción. De hecho, en realidad
nadie sabe donde copulan. Por ello, llevamos siempre preparadas hasta seis
cámaras en nuestra lancha, por si lo pudiésemos grabar en caso de que se
produjese la cópula cuando estamos en la zona. Sería un documento inédito y de
hecho, la BBC ofrece fondos para investigación durante dos años, a cambio de ese
documento. Sería interesantísimo ver la cópula del tiburón blanco, aunque pensamos
que sea muy parecida a la de otras especies de tiburones que sí hemos observado”.
La reproducción en el tiburón blanco. Fuente: canal de YouTube de
Pelagios Kakunjá
Tras la fertilización de la
hembra y finalizado el periodo de gestación, nacen las crías en un número de
hasta 15, las cuales pueden tener entre 1,2 y 1,4 metros de longitud. El
periodo de gestación es muy desconocido, y se cree que dura más de 12 meses.
La hembra gestante genera huevos
sin fertilizar y los embriones que primero se desarrollan se alimentan de
ellos, se cree que durante dos tercios de su embarazo. El embrión genera una
gran panza, porque se alimenta de la mayor cantidad de huevos posible, para
poder sobrevivir en el último tercio del embarazo, cuando la hembra deja de
producir estos huevos. Se han capturado muy pocas hembras embarazadas, todas
ellas en Japón, por lo que el estudio de la gestación de esta especie aún está
muy poco avanzado.
Mauricio explica que “lo que sí se sabe es que no se produce
canibalismo intrauterino entre los embriones. Tan solo se conocen dos especies
en las que ello ocurre, el tigre de arena (Carcharias taurus) y el mako o
marrajo de aleta corta (Isurus oxyrhinchus). Estas especies tienen dos úteros y
en cada uno de ellos se desarrollan varios embriones. El que se desarrolla más
rápido en cada útero mata al resto y se alimenta de ellos, teniendo como
resultado final el nacimiento de dos crías bastante grandes en relación con el
tamaño del animal adulto”.
Cuando nacen las crías, las
hembras no las cuidan, y permanecen en unas zonas llamadas áreas de crianza,
que son de aguas someras, donde hay mucho alimento y pocos depredadores. Las
madres abandonan la zona tras el alumbramiento. Pasa mucho tiempo hasta que los
juveniles alcanzan una talla considerable, aprenden a cazar bien y pueden salir
del abrigo de esas zonas.
En el Pacífico Este estas áreas
de crianza parece que se distribuyen por California, Baja California y Baja California
Sur, cerca de la costa. En la Bahía Sebastián Vizcaíno se están realizando
investigaciones desde hace varios años, porque allí se han encontrado
individuos muy pequeños. En 2018, el equipo de Mauricio realizó una expedición
donde capturaron 11 animales, reportando tamaños desde pequeños, de más o menos
un año de edad, hasta juveniles de 3 m.
Supersentidos para
cazar
Secuencia de aplicación de los sentidos para percibir a la presa. Fuente:
canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
¿Cómo encuentran los tiburones su
alimento? Gracias a que tienen su supersentidos. El oído, escucha a mucha distancia frecuencias
muy bajas, recibiendo la señal en dos poros endolinfáticos muy pequeños
situados en la parte de arriba de la cabeza.
A continuación, una vez que se
acerca a la fuente de sonido, actúa su olfato, detectando las sustancias
disueltas en el agua que entra por sus narinas, situadas en el morro. Es de
destacar que el cerebro del tiburón blanco posee dos lóbulos específicos para
este sentido, que ocupan casi el 20 % del mismo, por lo que se cree que tiene
el mejor sentido del olfato de todos los tiburones.
Inmediatamente después actúa la vista
y contrariamente a lo que habitualmente se cree, estos animales ven muy bien
mediante unos hermosos ojos azules, muy diferentes de los ojos negros sin vida que
se describían en la película:
“¿Sabes lo más llamativo del tiburón? Sus ojos negros sin vida, como
los del un muñeco. Cuando se te acerca, no parece que esté vivo…”
“Y’know
the thing about a shark, he’s got… lifeless eyes, black eyes, like a doll’s
eyes. When he comes at ya, doesn’t seem to be livin…”
El ojo del tiburón blanco es menos inanimado de los que se cree.
Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
La creencia de que tienen mala
vista es debida a que cuando la presa está ya muy cerca ponen el ojo en blanco,
dándolo la vuelta y dejando de ver, por lo que se quedan ciegos durante unos
segundos. Esto lo hacen para protección del ojo frente a las heridas que les
pueden provocar los dientes de los lobos de California. Muestran la esclerótica,
en una imagen que les hace parecer más terroríficos.
Para atraer a los tiburones en
las operaciones de avistamiento con jaula en Guadalupe, se echa carnada y
cuando el animal la ataca tan de cerca, pone el ojo en blanco. El tiburón no
sabe si la carnada está viva o muerta, y por ello siempre protege su ojo. A
veces el animal ha llegado a chocar con la jaula, al no verla durante unos
instantes.
Al girar su ojo en el ataque contra la presa, el animal queda
literalmente ciego. Hace un tiempo hubo un accidente en una de las jaulas,
donde el animal quedó encajado en una de los huecos. Fuente: canal de YouTube
de Pelagios Kakunjá
Como todos los peces, también
tienen el sistema de la línea lateral, que detecta si un pez se mueve cerca de
él, mediante un canal que tiene en los lados que permite percibir vibraciones
en el agua.
Finalmente hay que destacar el
sistema de la electrorrecepción, que es uno de los favoritos de Mauricio. “Si miramos a un tiburón de frente, podemos
observar que tiene una serie de poros en el morro, llamados ámpulas (ampollas)
de Lorenzini, el cual les ayuda para varias cosas, detectando la electricidad
de sus presas, la temperatura del agua, la salinidad, y el campo magnético de
la tierra. De hecho, la segunda migración más larga de un animal marino la
llevó a cabo un tiburón blanco desde Sudáfrica a Australia, con 11.100 km de
ida y otros tantos de vuelta: se estima que el tiburón conoce donde está el
norte magnético, gracias a este sistema”.
El viaje más largo registrado en un tiburón blanco. Desde Sudáfrica hasta
Australia. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
Distribución mundial.
La Isla de Guadalupe
El tiburón blanco se distribuye
por todos los océanos, entre los 60º norte y los 60º sur. En el pasado se le
podía ver habitualmente en California, Chile, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda
y Japón, donde se han capturado hembras embarazadas, así como en el Mediterráneo. En México, hasta antes del año 2000, teníamos
muy poca información de la existencia de esta especie y solo se tenían
registros de animales muertos. Además se desconocía todo sobre su
comportamiento y distribución en esta zona. Se tenían registros en el Golfo de
California, en las islas de Cedros y San Benito, pero a partir de entonces se
sabe que el mejor lugar para ver tiburones blancos en todo el mundo es Isla
Guadalupe, especialmente por la gran transparencia de sus aguas.
El tiburón blanco es muy cosmopolita, estando tan solo ausente de las
zonas polares. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
La isla de Guadalupe está situada a 230 km de la Península de Baja
California. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
La isla de Guadalupe se sitúa en medio del Pacífico y tiene 32 k m de
largo y 11 km de ancho. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
Esta isla se sitúa en el Pacífico
mexicano, a 230 km al oeste de Baja California. Es bastante grande, y tiene 11
km de ancho y 32 km de largo. Desde 2005 es una Área Natural Protegida (ANP),
bajo la categoría de Reserva de la Biosfera, bajo el amparo de la CONANP (Comisión
Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México).
Se tienen registros de tiburones
blancos en otras zonas del país, en Isla Mujeres, en Veracruz, en todo el Golfo
de California y hasta en Nayarit existe un registro. En teoría se pueden mover
por donde quieren, pero su presencia se debe a que se encuentren sus presas,
las focas, y por eso se agregan en Guadalupe. El equipo de Mauricio tiene un
proyecto de análisis de la presencia de esta especie en la isla de Cedros y en
la de San Benito, más cercanas a Baja California, para tratar de analizar si se
pueden avistar regularmente allí.
Registros de tiburón blanco en la zona. Fuente: canal de YouTube de
Pelagios Kakunjá
Investigaciones
previas sobre la población y las migraciones del tiburón blanco del Pacífico
Hace ya muchos años los
científicos norteamericanos comenzaron a colocar un tipo de marcas satelitales,
de tipo POP UP, que almacenan la información de la temperatura, profundidad y
localización del animal. Aproximadamente a los 12 meses (u otro periodo menor)
la marca se desprende y puede salir a superficie, porque tiene un pequeño flotador.
Con su antena, la marca envía la señal de esos parámetros vía satélite, y se
puede estimar todo lo que hizo el animal durante ese periodo en que la llevó adherida.
Del resultado de esos análisis se han aprendido cosas muy interesantes respecto
a las migraciones que realiza el tiburón blanco en el Pacífico.
El marcaje satelital es una de las herramientas más importantes para
conocer el comportamiento migratorio de los tiburones. Fuente: canal de YouTube
de Pelagios Kakunjá
En Isla Guadalupe se colocaron
también este tipo de marcas a los tiburones que llegan allí, y cuando se
analizaron los resultados, se vio que estos ejemplares en su migración pueden
llegar hasta Hawaii, pasando y permaneciendo cierto tiempo en un lugar
intermedio en medio de la nada.
Lo curioso es que otros
investigadores norteamericanos colocaron el mismo tipo de marcas en ejemplares
de California, y encontraron un patrón muy similar, llegan hasta Hawaii y anteriormente
a este sitio intermedio, donde pueden permanecer hasta un máximo de 140 días, y
al que desde entonces se conoce como “el CAFÉ de los tiburones blancos”.
El Café de los tiburones blancos es una zona en medio del Pacífico donde
los tiburones blancos, en su migración hacia Hawaii, se detienen durante
periodos largos. Aún no se sabe qué hacen en esa zona. Fuente: El Gran Tiburón
Blanco. Mauricio Hoyos.
En realidad aún se desconoce la
razón de por qué se quedan en esa zona durante periodos tan largos. Se han
planteado muchas hipótesis: que vayan ahí para alimentarse, por reproducción,
etc. Lo más interesante de todo ello es que se quedan mucho tiempo en este
lugar y también el hecho de que coincide tanto para el caso de tiburones etiquetados
en California como para los de Guadalupe, por lo que se cree que se trata de la
misma población.
La migración del tiburón blanco en el Pacífico Norte se realiza entre
Hawaii y las costas de California. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
Michael Doemaier hizo una
investigación para National Geografic para intentar conocer mejor la razón por
la cual paran tanto tiempo en el CAFÉ, localizando una hembra marcada. El
problema de esta zona es que es un área enorme, del tamaño de Texas, en medio
de la nada, lo que dificulta el análisis. Lo que sí se vio allí fue que los
animales suben y bajan repetidamente de la superficie a 900 m de profundidad,
en lo que se denomina comportamiento tipo “yo-yo”.
Pero, ¿por qué se van de
California donde tiene cuatro especies de focas para alimentarse, o de
Guadalupe, donde hay tres? Existe la hipótesis de que en esa zona buscan un
tipo de presa específica, como pudieran ser los calamares, los cuales realizan
este tipo de migraciones verticales diarias similares a las registradas para el
tiburón blanco. En ese tipo de presa el animal al parecer consigue un tipo de
ácidos grasos que ayudan en el desarrollo de los embriones.
Sin embargo, de momento tan solo
son conjeturas sin demostrar. Recientemente el Salvador Jorgensen, del Monterey
Bay Aquarium, ha realizado una expedición de la que en breve se publicarán
conclusiones.
Las presas del tiburón en Guadalupe
Cuando inició sus estudios sobre
este animal, Mauricio lo que quería saber era por qué los blancos pasaban gran
cantidad de tiempo en aguas mexicanas de Guadalupe, y pudo comprobar que el
factor alimentación es muy importante en
este hecho.
En ciertos sitios, como en las Islas
Farallon, en California, se ha explicado la presencia de tiburón blanco por
encontrarse allí sus presas, los elefantes marinos. Asimismo, en Guadalupe ocurre
que las tres especies de focas que allí se hallan tienen mordiscos de
tiburones, por lo que también es claramente un lugar de alimentación.
Las focas de la isla de Guadalupe presentan a menudo, marcas de dientes
de tiburón. Fuente: canal
de YouTube de Pelagios Kakunjá
A veces los elefantes marinos presentan heridas muy grandes, de las que
se recuperan si no les afecta a órganos vitales. Fuente: canal de YouTube de
Pelagios Kakunjá
Los lobos marinos de California (Zalopus californianus) son muy
inteligentes y hábiles, porque se aprovechan de la gran visibilidad de más de
30 metros que hay en la zona para salvarse de muchos de sus ataques. En
ocasiones, viendo cómo se comportan, parece que se burlaran de los tiburones
blancos: se les ha visto cómo parece que juegan a tocarles la cola. Esto no lo
harían en California o en Sudáfrica donde hay mucha peor visibilidad.
Otra presa del tiburón blanco es
el lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus
townsendi), del cual llama la atención de los científicos el hecho de que siempre
se encuentren cadáveres decapitados. No parece que al tiburón blanco le guste
el resto del cuerpo y por eso no se lo come.
Su presa preferencial es el
elefante marino del norte (Mirounga
angustirostris), posiblemente por su gran capa de grasa, que le proporciona
mucha energía al tiburón.
Como curiosidad, nos explica
Mauricio que se encontraron cicatrices circulares en elefantes marinos en la
isla. También en los delfines, los peces, y hasta en el propio tiburón blanco. Realizaron
un proyecto de investigación y encontraron al culpable, el tiburón sacabocados,
comegalletas (cookiecutter) o cigarro (Isistius
brasiliensis).
Es un animal pequeño, de 42 cm,
pero con gran tamaño de sus dientes en proporción a su cuerpo. Este animalito
vive en las profundidades, donde está oscuro, y es capaz de general luz. De
esta forma atrae la atención de sus enormes presas y cuando se acercan, las muerde.
Sin duda es el tiburón más peligroso de Isla Guadalupe.
Los cetáceos de la zona a veces presentan marcas circulares debidas al
tiburón cigarro. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
El propio tiburón blanco presenta en algunos casos, mordeduras del
tiburón cigarro. Fuente: canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
Este es el terrorífico tiburón cigarro (Isistius brasiliensis), el tiburón más peligroso de todos. Fuente:
canal de YouTube de Pelagios Kakunjá
El tiburón cigarro. Fuente: El Gran tiburón blanco. Mauricio Hoyos
Toma de fotografías
de los ejemplares. Fotoidentificación
Uno de los trabajos de
investigación que se realizan en Guadalupe es sacar fotografías a los tiburones, lo que sirve para estudiar
varias cosas:
- El tamaño. Se pensaba que la máxima talla de esta especie era de 6 m, lo cual estaba documentado por una hembra capturada en Cuba, pero en noviembre de 2013 se pudo ver una hembra enorme en Guadalupe, Deep blue, que actualmente se considera la más grande del mundo. Mauricio explica que utilizando un dron cuando este animal se acercó a la lancha del equipo, se pudo estimar su tamaño, del orden de 6,5 m.
- El sexo. Por la presencia o ausencia de sus órganos genitales.
- Fotoidentificación de individuos. Se trata de analizar la pigmentación en diferentes partes del cuerpo y si tiene alguna característica específica con el objetivo de identificar los individuos y realizar censos de población.
Del análisis de las técnicas de
fotoidentificación que realiza Michael Domeier, a partir de las fotos realizadas
por los turistas que participan en las actividades de observación desde jaulas,
se ha obtenido un censo de 200/300 ejemplares en la isla desde 1999. El equipo
de Mauricio analiza cuáles se repiten cada año, por lo que creen que tienen un
censo más ajustado de 70/80 ejemplares que son habituales de la isla. “Cada año se registran nuevos ejemplares,
muchos juveniles, por lo que creemos que la población está creciendo”,
explica Mauricio.
Las actividades de avistamiento están reguladas en la Isla de Guadalupe y
sirven para fotoidentificar a individuos. Fuente: Semarnat
En relación con las marcas
distintivas de los individuos. Mauricio nos enseña un animal, que se ha
registrado varios años en Guadalupe, y que tiene un tumor grande en el lateral
de su cabeza.
“Muchos piensan que los tiburones no tienen cáncer y este es un ejemplo
de que sí lo padecen. Una de las veces que lo vimos, lo atrajimos a la
embarcación y se tomó la muestra, a la que se hizo un análisis histológico. El
tumor resultó ser una neoplasia, una masa anormal de tejido. Existen 22
especies de tiburones a los que se ha registrado la presencia de cáncer”.
A la hora de identificar
individuos Mauricio explica también que “cada
individuo identificado tiene una personalidad o modo de comportamiento
diferente”. De hecho reconocen a algunos individuos por cómo se comportan:
hay algunos que siempre son muy agresivos, otros que son más cautos, o más
tranquilos.
Colocación de marcas
para seguimiento de ejemplares
La colocación de cámaras en la
aleta dorsal y marcas ultrasónicas que emiten un pulso que envía información de
temperatura y profundidad es otro aspecto de los trabajos de investigación que
se llevan a cabo en la isla.
Para poner la marca se utiliza
una hawaiana para pesca deportiva. “Buceando
nos acercamos lo suficiente y les disparamos en la base de la aleta dorsal. La
señal la captamos en una embarcación con un receptor portátil y seguimos al
tiburón en periodos de 24 h.”
Mediante estas técnicas se han aprendido
cosas muy interesantes respecto al comportamiento de juveniles y adultos: los juveniles
se quedan cerca de la costa la mayor parte del tiempo, en profundidades
inferiores a 50 m. Más alejados de la costa se mueven los adultos, a 200 o 300
m. Atendiendo a esta diferencia de comportamiento podría incluso decirse que actúan
como si fueran dos especies distintas.
Fuente: El Gran
tiburón blanco. Mauricio Hoyos
Guadalupe es una isla muy alejada,
de naturaleza volcánica, por lo que muy cerca de la costa se pueden encontrar grandes profundidades. La hipótesis
de Mauricio para explicar lo anterior es que los tiburones adultos se sitúan en aguas profundas enfrente de las
colonias de elefantes marinos, aprovechándose de la buena visibilidad para
acecharlos cuando se sumergen y capturarlos.
Sin duda esta primera parte de la
charla nos ha servido a muchos de nosotros para admirar mucho más a este
maravilloso animal. Seguramente alguno tenga incluso ganas de ir a verlo en
persona, a las aguas de Guadalupe, uno de los mejores lugares del mundo para
observar a este imponente animal en su medio.
No os perdáis la segunda parte de
este artículo en la que describiremos en primer lugar cómo contrastaron la
teoría de Mauricio sobre el comportamiento de los ejemplares adultos que cazan
elefantes marinos, así como el resto de los estudios que ha realizado su equipo
sobre el comportamiento de esta especie en aguas de Guadalupe.
El vídeo de la charla:
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