lunes, 23 de noviembre de 2020

LAS MIGRAVÍAS DEL PACÍFICO ESTE TROPICAL

 Texto: Mónica Alonso Ruiz

Este articulo se publicó en la Revista Acusub en su numero 212 http://acusub.com/?p=3621

Las áreas marinas protegidas y las reservas marinas son instrumentos que se han demostrado eficaces para proteger la fauna marina de las especies que en ellas habitan. Limitar o prohibir ciertas actividades, como la pesca, ha producido efectos importantes en la conservación de la biodiversidad de las mismas. Pero ¿qué ocurre cuando se plantea conservar a las especies migratorias cuya distribución por el océano abarca zonas de reserva y zonas fuera de ella?

Quizá en el Pacífico se encuentren algunas de las áreas marinas protegidas o reservas más importantes del mundo, y cuentan con protecciones más o menos férreas por parte del Estado al que pertenece su territorio y sus aguas. Se trata de las Islas Galápagos, la Isla del Coco (también llamada Cocos), Cohiba y Malpelo, entre otras. Se ha podido constatar que proteger estas zonas ha ayudado a evitar la pérdida de muchas especies valiosas que allí viven.


Algunas de las Reservas Marinas en el Pacífico Este. Fuente: Migramar

Y sin embargo los gobiernos se ven incapaces de proteger a la fauna fuera de estas zonas. A menudo se lamentan de que los barcos pesqueros se colocan en el límite de estas áreas reservadas donde no se puede pescar, para realizar su actividad a la salida de los animales de la reserva.

La sobrepesca y la pesca ilegal, la destrucción del hábitat y el cambio climático está llevando a que muchas especies emblemáticas migratorias como los tiburones martillo, tiburones ballena, tiburones sedosos y tortugas hayan reducido sus poblaciones de manera apreciable en los últimos años. Lo han constatado los buceadores a lo largo de los años, y la reducción del tamaño de algunos de los cardúmenes de tiburones martillo es evidente.

Ello ha dado que pensar a los científicos que el esfuerzo de protección en las zonas de reserva no sea suficiente para preservarlas adecuadamente, y además el esfuerzo debe de ser común, porque se ha demostrado que no se puede luchar contra las presiones inducidas por el hombre mediante la acción unilateral de un estado o agencia.


Esquema de las relaciones migratorias de diversas especies (tortuga verde, tortuga laúd, manta gigante, tiburón martillo y tiburón de Galápagos) entre las islas oceánicas del Pacífico Este. Fuente: Migramar

El Pacífico Este Tropical

El Pacífico Este Tropical es la zona oceánica oriental comprendida entre el Golfo de California hasta el Ecuador. Allí la influencia de las diferentes corrientes marinas proporciona una gran variedad de condiciones oceanográficas singulares.

En esa zona ecuatorial confluyen corrientes cálidas y frías, lo que hace que coexistan especies tropicales y de climas templados, junto con las de climas fríos. Existen zonas de afloramiento de aguas frías desde las profundidades, especialmente situadas en los montes submarinos y en las islas oceánicas, como por ejemplo en las Islas Galápagos, lo que proporciona una gran cantidad de nutrientes a superficie, generando una alta productividad biológica.

Existen por lo tanto lugares excepcionales en los que estas condiciones singulares conducen a que se produzca una alta biodiversidad, con la presencia de especies endémicas, nativas y migratorias. Son zonas de un alto valor natural y por ello, siete grupos de islas oceánicas están catalogados como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Siete islas oceánicas se han considerado Patrimonio de la Humanidad. Las condiciones oceanográficas son excepcionales en la zona. Fuente; Migramar

Especies migratorias clave en las islas oceánicas y sus amenazas

En la zona de estas islas oceánicas se han identificado varias especies marinas clave, algo más de veinte, que las habitan y realizan habitualmente migraciones con el objetivo de alimentarse, reproducirse o desarrollarse a lo largo de su vida. Todas ellas están catalogadas en la lista roja de la UICN de especies amenazadas con diverso nivel de amenaza.

Destaca el tiburón martillo (Sphiyrna lewini), la orca (Orcinus orca), el tiburón ballena (Rhincodon typus), el tiburón sedoso (Cacharhinus falciformis), las tortugas carey, verde y laúd, o el cachalote y la ballena jorobada.

Especies clave, identificadas como migratorias entre espacios protegidos. Fuente; Migramar

Las amenazas a las que están sometidas estas especies clave, todas de origen humano o antropogénico, son: la sobrepesca, la polución, la pérdida de zonas de cría, el cambio climático, el “finning” o aleteo, el “poaching” o captura de huevos de tortuga, y la pesca ilegal.

Esquema con las amenazas a las que se somete a las especies por causa de la presión humana. Fuente; Migramar

Son de destacar en la zona varias acciones ilegales, el aleteo o “finning”, que consiste en el cercenamiento de las aletas en tiburones vivos para su lucrativa venta en Asia para la sopa de aleta de tiburón; el “poaching”, la captura de huevos de tortuga para alimentación de ciertas poblaciones locales; y la pesca ilegal, faenando en zonas de reserva donde está prohibido. Se trata de islas muy remotas pertenecientes a países con pocos medios de vigilancia en donde estas actividades son fáciles de hacer por la poca vigilancia que se tiene.

Reservas marinas patrimonio de la Humanidad y especies migratorias desprotegidas

Como hemos indicado anteriormente, los principales puntos singulares fuente de biodiversidad de la zona pacifica están bajo el amparo de reservas marinas o áreas marinas protegidas, que ofrecen diferentes niveles de defensa y conservación a las especies que se encuentran dentro de sus límites administrativos. La función de estas figuras de protección es crucial para la conservación de la fauna marina amenazada, y por lo tanto, para el mantenimiento de su enorme valor ecológico y de biodiversidad.

Sin embargo, las especies marinas migratorias están insuficientemente protegidas en estos lugares. En el momento que los ejemplares los abandonan no gozan ya de la protección de la reserva y a la larga la biodiversidad de estos lugares únicos se ve también amenazada, por lo que es preciso implementar niveles de protección a los corredores migratorios entre estos puntos singulares. Para ello el primer paso es la investigación con mayor nivel de detalle de estas migraciones.

Un primer avance para poner el foco de atención en estas rutas migratorias fue la firma de la Declaración de San José, en 2004 por parte de Ecuador, Colombia, Costa Rica y Panamá, creando el corredor Marino del Pacífico Este, CMAR, con el objetivo de promover las actividades económicas sostenibles, la colaboración científica y la conservación de las especies marinas.

Áreas marinas protegidas de la zona el Pacífico Este. Fuente; Migramar

La Red Migramar

Desde 2006 la Red MigraMar lleva a cabo acciones de investigación científica y de conservación, con el objetivo de comprender mejor y proteger poblaciones saludables de especies migratorias marinas en la zona del Pacífico Este. El fin último es implantar planes de gestión y conservación efectivos para estas especies altamente migratorias. Se trata de una red de científicos e investigadores, pertenecientes a universidades, agencias gubernamentales y organizaciones sin ánimo de lucro de todo el continente americano.

El logo de Migramar.

Divide sus actividades en tres áreas: investigación, asesoría a instituciones de gestión de recursos marinos, así como la capacitación de investigadores y técnicos de gestión.

Uno de los objetivos de esta organización es la consecución de herramientas de protección y gestión de la conservación de especies migratorias mediante el desarrollo del concepto de MigraVía, las cuales son áreas reguladas especiales que permiten salvaguardar la conectividad e integridad de los ecosistemas de arrecifes y aguas abiertas entre las diferentes áreas marinas protegidas de la región.

Se trata de un conjunto de proyectos de conservación de conectividad, creando enlaces y corredores marinos entre áreas marinas protegidas, así como también entre montes y crestas submarinas. Las Migravías serán fundamentalmente transfronterizas y cubrirán grandes extensiones de aguas entre dos o más países, incluyendo la alta mar, más allá de las jurisdicciones nacionales, y por eso requieren de un amplio tratado entre varios países.

La Estrategia de Investigación de Migramar

En el estudio de los patrones migratorios de las especies pelágicas se utilizan dos tipos de tecnología de marcaje de ejemplares: el seguimiento por telemetría acústica y la satelital.

En el seguimiento acústico se instalan una serie de dispositivos transmisores de señales acústicas, de forma externa en animales que no se pueden capturar, y de forma interna (mediante corte y sutura en animales capturados) en el caso de algunos tiburones.

Los impulsos que emite el transmisor del animal se escuchan mediante receptores, también llamados hidrófonos, situados en una determinada zona, de tal manera que se puede identificar de qué ejemplar etiquetado se trata, así como datos de profundidad, temperatura y velocidad del mismo. Para que esto sea así, el animal debe pasar a una distancia inferior a varios centenares de metros de donde está situado el receptor.

Cada cierto tiempo los científicos revisan cada uno de los receptores y descargan toda la información que han ido almacenando, bien sumergiéndose para conseguir el aparato hidrófono, o bien emitiendo éste señales satelitales que son captadas en tiempo real. Este sistema permite el rastreo de tiburones en zonas concretas donde se sabe que pasan o se congregan.

Utilizando el mismo sistema de receptores y transmisores en el marcaje de animales de todas las reservas del Pacífico, se puede saber si un animal marcado en una zona, se ha desplazado a otra, y luego ya pasar a analizar su comportamiento local.

En el seguimiento por telemetría satelital, se instalan dispositivos de forma externa, tanto en animales libres como capturados. Estos dispositivos, cuando el animal sale a superficie, o cuando se desprenden del animal y salen a superficie (sistemas pop up), emiten señales que pueden recoger los satélites, y que descargan los científicos, con información sobre posición, así como datos de profundidad, temperatura e intensidad de luz almacenados en el dispositivo durante su ruta.

Descripción del seguimiento acústico y satelital. Fuente: Migramar

Toda esta información proporciona la ruta migratoria del animal y se utiliza para crear mapas de hábitats clave y establecer las rutas migratorias de la especie, lo que permite a los científicos generar hipótesis sobre aspectos biológicos y ecológicos poco conocidos de las especies en estudio.

En diez años de trabajo, Migramar ha podido marcar a más de mil ejemplares de diferentes especies migratorias por toda la región, y ha instalado más de 100 receptores de señales acústicas en cada una de las reservas de la zona, creando una red extensa de monitorización marina.

De esta manera, analizando todos estos datos, se ha podido demostrar la gran interconexión que existe entre los ecosistemas de las zonas de reserva monitorizadas. Se ha podido incluso saber que los movimientos migratorios son debidos a hábitos de alimentación o de residencia, o se asignan a diversos ciclos de la vida de cada especie. Muchos otros aún no tienen explicación conocida y deben seguirse monitorizando.

Un ejemplo de análisis: los tiburones martillo

Como ejemplo de los resultados y conclusiones obtenidos por Migramar, vamos a exponer resumidamente el caso del tiburón martillo (Sphyrna lewini).

Tanto las islas Darwin y Wolf, en Galápagos, como la Isla del Coco y Malpelo son lugares de agregación de tiburones martillo, donde habitualmente se han podido ver grandes cardúmenes formados por hembras adultas.

Esta especie se encuentra en peligro crítico de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La pesca intensiva en el Pacífico ha diezmado las poblaciones de estos animales de tal manera que un estudio científico de 2018 señala que en estas islas, donde se encuentran las mayores concentraciones de esta especie en el mundo, los avistamientos de tiburones martillo se han reducido en un 50 % en los últimos 30 años.

Desde 2007 mediante los sistemas de marcaje se vienen registrando también movimientos entre Darwin, Wolf, Malpelo y la Isla del Coco y también se han localizado movimientos frecuentes de esta especie entre las islas Darwin y Wolf, y también hacia determinadas zonas de aguas abiertas que circundan la zona, extendiéndose a una zona de montes submarinos fuera de la Reserva de Galápagos.

Se está trabajando para conocer los patrones de movimiento de esta especie en estas zonas y además detectar las grandes zonas de cría de juveniles en las costas de Panamá y Costa Rica.


Movimientos de los tiburones martillo en Galápagos, entre Darwin y Wolf, los montes submarinos y Malpelo y Cohiba. Fuente: Migramar

La aplicación de los estudios a la conservación

Toda la información científica obtenida por Migramar sirve de soporte para fundamentar ciertos mecanismos legales internacionales, orientados a la conservación de especies marinas migratorias en el Pacífico Este Tropical, como los convenios CITES y CMS o la UICN.

Todos ellos son elementos del Derecho Internacional, es decir, las leyes que firman los países fuera de su ámbito territorial para proteger elementos fuera del ámbito nacional. El convenio CITES es un convenio internacional orientado a regular el comercio de especies amenazadas. La Convención de las Especies Migratorias o CMS, trata de establecer mecanismos de conservación para especies migratorias. La UICN es la Organización Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que decide el estado de amenaza de las especies, estableciendo la Lista Roja de Especies Amenazadas, base para el resto de reglamentaciones internacionales de protección.

También se utiliza este conocimiento para asesorar a los gobiernos en su apoyo a leyes internacionales, o en desarrollo de leyes o medidas locales, y para participar en foros internacionales, como las reuniones de las partes de los convenios, generalmente para decidir cuáles son las especies a proteger.

Y todo este trabajo se traduce, si tiene éxito, en medidas de conservación, como por ejemplo la inclusión del tiburón martillo y el sedoso en el Apéndice II de la CMS, la prohibición de pesquerías dirigidas al tiburón en Colombia, la inclusión del tiburón ballena como Especie en peligro en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, el apoyo a los Planes de Acción Nacionales y Regionales para tiburones, la inclusión de mantarrayas y mobulas en CITES y CMS, y la inclusión del tiburón martillo y sedoso en el Apéndice II de Cites.

Migravía entre la Isla del Coco y Galápagos.

Recientemente se ha reflejado en los medios de comunicación el impulso a la primera Migravía, la existente entre Galápagos y la Isla del Coco, como posible herramienta o instrumento de protección legal.

Se ha justificado la creación de esta Migravía por las siguientes razones:

  1. Representa un área espacial de alto uso (un punto caliente) por especies con conducta migratoria.

  2. Los montes submarinos de la región poseen una alta similitud oceanográfica con Cocos y Galápagos. Forman la Cordillera del Coco, que juntos conectan ambas zonas protegidas.

  3. Las especies pelágicas, como el tiburón martillo, siguen la señal magnética de montes y cordilleras submarinos para ubicarse espacialmente y también para movilizarse entre los lugares de agregación y de alimentación.

  4. Cocos y Galápagos comparten un porcentaje importante de especies endémicas insulares y fauna nativa sésil, bentónica y pelágica, y se sugiere que ambas pertenecen a un solo ecosistema. La Migravía es el corredor que permitiría la conectividad ecológica entre ambas.

  5. Este corredor biológico ha sido reconocido como prioridad de conservación de los países signatarios del CMAR, Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador. El CMAR es el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical, iniciativa regional de conservación y uso sostenible.

  6. La Migravía ayuda a conseguir la Meta de Aichi 11, que consiste en conservar al menos el 10% de las zonas marinas y costeras de cada país hasta el 2020, por medio de sistemas de áreas protegidas administrados de manera eficaz, ecológicamente representativos y bien conectados. El Plan Estratégico para la Diversidad Biológica del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) de define un marco de acción para 10 años (hasta 2020) y recoge las Metas de Aichi.



La situación geográfica de la migravía. Fuente: Documento de justificación biológica de la creación de la migravía Cocos Galápagos.

El pasado 12 de mayo la Migravía entre Cocos y Galápagos se ha declarado como Hot Spot (Punto caliente) de Mission Blue, la organización de Sylvia Earle.

Una foto de los ponentes de esta migravía en Mission Blue, Joakim Odelberg, Alex Hearn (Migramar) y Todd Steiner (Turtle Island Restoration Network). Fuente: Mission Blue.

Este “Lugar de Esperanza” (o Hope Spot) es una autopista submarina migratoria de 120.000 kilómetros, que conecta las áreas protegidas de dos naciones soberanas: el Parque Nacional de la Isla del Coco de Costa Rica con la Reserva Marina Galápagos de Ecuador.

Es un reconocimiento más bien simbólico de una sola organización (Mission Blue). La cuestión es que esta es una gran organización que tiene mucho nombre internacional, por lo que se considera un gran paso hacia la declaración oficial de la migravía como lugar a proteger, posiblemente mediante la firma de un gran tratado internacional, que implicaría no solo a países costeros, debido a que la migravía está también situada en aguas internacionales.

La Dra. Sylvia Earle, fundadora de Mission Blue, dijo: “Tuve la oportunidad de conocer los tiburones en las Galápagos en 1966. Pensé que había encontrado el lugar con más tiburones en el planeta: tiburones martillo, galápagos y sedosos – Es un lugar mágico, que claramente es importante no sólo para los tiburones, sino también por su rica diversidad de vida.

En 1972, tuve la oportunidad de visitar la Isla del Coco. En medio de estas islas hay mucha agua. Ahora sabemos que los tiburones no sólo viajan entre la Isla del Coco y las Galápagos, sino que también por todas partes. Ellos encuentran comida por todo el océano en el que viajan. Es importante pensar como los tiburones, las tortugas marinas y las diversas formas de vida que no sólo se encuentran en los lugares que hemos nombrado y reclamado como territorio.

Debemos considerar a las criaturas que ocupan este espacio líquido que llamamos océano y darnos cuenta de que, si vamos a tomar medidas para protegerlas, no basta con que la Isla del Coco y las Galápagos tengan un área que brinde refugio a su alrededor. ¿Qué pasa con el espacio que está en medio de ellas? Este tiene que ser protegido también. Eso es fundamental.

Que las palabras de Sylvia Earle resuenen en nuestras cabezas y lleguen a las autoridades pertinentes que tienen que firmar esta gran Tratado para que estas aguas y otras a continuación queden protegidas.

Referencias:

http://migramar.org/hi/es/

https://www.youtube.com/watch?v=5zzlfevT6G0&feature=youtu.be&fbclid=IwAR1YKSOo_hO_RNEEJW5gmvBiudUDbPGGX8VzJPg1g12O2aPErKupOp0DhII

https://www.facebook.com/1284221021625561/posts/3012086828838963/

Migravía Cocos Galápagos:

https://mission-blue.org/2020/05/worlds-first-bi-national-marine-protected-area-gains-momentum-as-a-hope-spot/

https://redpacifico.net/wp-content/uploads/2020/01/Justificacion-biologica-creacion-MigraVias-web.pdf

Video de esta migravía:

https://es.mongabay.com/2020/04/oceanos-reproduccion-de-tiburones-martillo-de-galapagos/

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