Los Equinodermos:
estrellas del medio marino y algo
más
Este artículo se publicó por Mónica Alonso Ruiz en la Revista Escápate Num 13
https://issuu.com/oceanides/docs/escapate-13-2014?e=0
Estrella espinosa roja, Echinaster
sepositus, muy frecuente
en el Mediterráneo. En este caso con seis brazos.
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Estrella purpúrea, Ophidiaster
ophidianus, que
puede alcanzar hasta 40 cm de envergadura.
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Estrella espinosa roja. Detalle de su parte central.
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En
todos ellos, bajo la epidermis se halla el esqueleto, con elementos calcáreos
denominados “osículos”, que en muchos de estos animales son microscópicos, como
en las holoturias, lo que las hace blandas al tacto, o un poco más grandes en
las estrellas, que son rígidas pero articuladas, permitiendo el movimiento.
Finalmente en los erizos el esqueleto está constituido por piezas macroscópicas
soldadas que forman un esqueleto rígido. Este esqueleto puede estar recubierto
de espinas, pero también puede carecer de ellas.
Pero
sin duda, la característica más impresionante de este grupo es su sistema
hidráulico de locomoción, el sistema
ambulacral. ¿Quién no ha dado la vuelta a una estrella y ha observado los
múltiples piececillos situados en su parte ventral, con los que se desplazan? Este
sistema está formado por una serie de canales internos, llenos de líquido, comunicados
al exterior mediante un orificio llamado “madreporito” o placa madrepórica,
situada junto al ano. Este sistema les sirve para el movimiento (lento pero
constante y visible), junto con su musculatura, para su respiración (el
intercambio gaseoso se realiza al nivel de estos “pies” y como sistema
sensitivo, pues son las zonas donde presentan mayor concentración de células
sensoriales. El sistema mete y saca agua a presión en los pies ambulacrales, de
forma que se consigue que se contraigan o estiren. Los movimientos son lentos,
pero extraordinariamente coordinados.
Estrella de mar azul, Linckia
levigata, frecuente
en el Indopacífico.
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Pasemos a relatar a continuación algunas de las características de algunos de los miembros de este grupo.
Las
estrellas de mar son el prototipo de
animal que no parece que lo es. Un animal “aparentemente” inmóvil e indefenso
que se asemeja a algo inerte, sin vida. Pues nada más lejos de la realidad,
pues estas criaturas respiran, comen, se mueven, atacan y se defienden como el
resto de animales. El sistema ambulacral es muy evidente en el dorso de estos
animales aplanados de 5 brazos. Sus pies ambulacrales terminan en ventosas,
mediante las cuales el animal se adhiere a los objetos y avanza con una
velocidad sorprendente. Una curiosidad de estos animales es que aunque pueden
reproducirse sexualmente, también lo pueden hacer por gemación, sistema que
permite el nacimiento de nuevos individuos completos a partir de unos pequeños
grupos celulares provenientes de otro individuo, y que se denominan “yemas”: en
otras palabras, pueden reproducirse a partir de un trozo de estrella, siempre
que éste contenga parte del disco central. En cuanto a la tipología de las
estrellas, ésta es variadísima, desde estrellas de mar gigantescas de hasta 20
brazos, hasta las más sencillas de 5 brazos de todos los colores, anaranjadas,
purpúreas, rojas, verdes, rosadas, amarillas, azules. Algunas son
luminiscentes, las hay lisas y llenas de púas. Algunas de ellas, como la
“estrella cojín” (Culcita novaguineanae),
no tienen brazos. Son carnívoras, y a veces muy voraces.
1 Estrella de mar cojín granulosa, Choriaster granulatus. En mares tropicales.
2, 3 y 4 Estrella de mar cornuda, Protoreaster
nodosus. En mares tropicales.
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Las ofiuras son muy similares a las estrellas de mar. Poseen un disco corporal central mucho más pequeño que en las estrellas de mar y entre 5 y más brazos finos, a veces muy ramificados. A veces estamos mirando a uno de estos animales, y si no vemos su disco central, nos preguntamos qué son estos brazos ramificados que parecen no pertenecer a un mismo animal. Estos animales carecen de ano y expulsan sus desechos por la boca. El sistema ambulacral en estos animales no está nada desarrollado y su movimiento se realiza por movimientos musculares de sus largos brazos, que presentan un sistema esqueletal formado por estructuras rígidas, que encajan unas en otras y poseen zonas de inserción de músculos, que recuerdan a las vértebras. Pueden cortar partes de su cuerpo (por ejemplo en la huida frente a un depredador) y regeneran la parte perdida, de manera similar a las estrellas.
Autor: Benjamin Cowan |
Las
holoturias o pepinos de mar son unos
animales extraños, en los que el eje longitudinal mayor coincide con el eje
boca-ano, y que vagan por los fondos arenosos engullendo parte del mismo para
obtener alimento del sustrato: es lo que denomina un animal detritívoro. El
sistema endoesquelético es vestigial, por lo que su apariencia es blanda.
Muchas especies tienen alrededor de 20 cm de longitud, pero las más pequeñas no
llegan al cm, y las más grandes pueden alcanzar longitudes de 5 m. Se mueven
reptando, utilizando los pies ambulacrales, más desarrollados los de su parte
inferior. Son animales que no llaman la atención del buceador, el cual muchas
veces se limita a acosarlo para hacer que el animal expulse parte sus vísceras
cuando se siente atacado. Esto constituye una de sus estrategias de defensa,
haciendo que el depredador se distraiga comiendo estos órganos y así
permitiendo vivir al animal. También utilizan hilos mucosos pegajosos (los
“filamentos de Cuvier”) que proyectan sobre los agresores con efecto irritativo
o tóxico. Culinariamente son animales muy apreciados, especialmente en Asia,
pero también en nuestras costas se utilizan para aderezo de arroces.
Los
crinoideos o lirios de mar son el
grupo de equinodermos viviente considerado más antiguo. Poseen un potente pie articulado
y con cirros móviles con los que se sujetan al sustrato. Su cuerpo está formado
por un disco en forma de cáliz, que alberga las vísceras, del que salen 5
brazos que normalmente se ramifican y subdividen en otros. Los brazos (también
llamados “rayos”) tienen huesecillos articulados, unidos con ligamentos y
músculos. Están pinnulados en un mismo plano, lo que les da apariencia de
plumas. Son capaces de autoamputarse un brazo si con ello salvan la vida, lo
que se denomina “autotomía”. Sus colores pueden ser negro, amarillo, naranja,
rojo, verde y blanco, y en ocasiones tienen combinaciones de colores en bandas
concéntricas. Son animales filtradores y se alimentan de plancton, que capturan
con sus plumas y llevan hacia la zona oral.
Holoturia tropical del Indopacífico, Stichopus variegatus, que puede llegar a 40 cm de longitud. Detalle
de la cloaca y de la textura de su piel.
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Pepino de mar piña, Thelonota
ananas.
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Pepino de mar ocelado, Bohadschia
argus.
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Como podemos observar,
el mundo marino está lleno de animales curiosos, a menudo muy antiguos y
evolucionados, y casi siempre muy adaptados al medio. Los invertebrados son una
fuente muy variada de animales extraños y muy apreciados para el naturalista
subacuático, que suele acabar coleccionando imágenes de los ejemplares más
llamativos o raros.
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