miércoles, 4 de octubre de 2023

Los productos del tiburón, el cartílago, las mandíbulas y los dientes

Este es el cuarto artículo de la serie productos del tiburón, que surgió por la necesidad de describir el interés que actualmente tenemos los humanos en pescar tiburones, unos animales sobre los que a priori no se les supone gran interés pesquero. Sin embargo, su sobrepesca está llevando a muchas especies a la extinción.

Hoy os hablamos de cartílago de tiburón, tristemente famoso por su aplicación a problemas articulares, y de las mandíbulas y dientes, que cierran la lista de razones por las que se siguen capturando estos animales. Existen más productos del tiburón, como las harinas con las que se alimenta a otros peces y a nuestras mascotas, de los que hablaremos en el futuro.

Cartílago de tiburón

El cartílago es un tipo de tejido presente en las superficies óseas que forman las articulaciones de la mayoría de los animales vertebrados. Al ser menos rígido que el hueso es capaz de soportar y distribuir grandes las cargas transmitidas en las articulaciones, y proporciona un movimiento suave de deslizamiento debido a su bajo coeficiente de rozamiento. También se encuentra en otras partes del cuerpo que no tienen hueso, como la nariz, la tráquea y las orejas.

En los condrictios (tiburones, rayas y quimeras) este tejido es lo suficientemente fuerte para darles soporte sin necesidad de tejido óseo. Algunos investigadores indican que su cartílago tiene diferente composición al de los peces óseos y otros vertebrados.

Tener cartílago en lugar de hueso presenta algunas ventajas porque es menos denso y más elástico, lo que hace que las especies que lo poseen sean más maniobrables.

Esqueleto de tiburón. Fuente: Marinemadness.blog 

En la mayoría de los casos, les ayuda a poder desplazarse con mayor facilidad permitiéndoles realizar movimientos rápidos. Esto sumado a la posesión de un cerebro desarrollado, conectado a órganos sensoriales eficientes, los ha llevado a ser grandes depredadores de los océanos.

Desde los años 70 la industria farmacéutica utiliza sulfato de condroitina, obtenido del cartílago animal como complemento alimenticio para la prevención y control de artritis. Por lo general, se fabrica a partir de fuentes animales, como cartílago de tiburón y vaca, aunque también se puede fabricar en laboratorio.

Sin embargo, la ciencia cuestiona su función sobre la salud de las articulaciones humanas. Se usa habitualmente vía oral, junto con otros ingredientes indicados para la artritis, porque podría retrasar la degradación de los cartílagos humanos, e incluso se usa para las cataratas. No existen evidencias científicas concluyentes que respalden esos usos y falta mucha información fiable sobre el efecto regenerante sobre las células. Al tratarse de un complemento alimenticio y no un medicamento, no se exigen pruebas de su eficacia a los fabricantes.

Además, el cartílago bovino (vacuno) y el de tiburón se han investigado para el tratamiento de personas con cáncer, psoriasis y otras afecciones. Dado que en la naturaleza se observan muy pocos ejemplares de condrictios (tiburones y rayas) que padezcan cáncer se ha dado por hecho de que ayudaban a curar el cáncer a pesar de que los estudios científicos no lo han confirmado de manera concluyente. En la actualidad, el Instituto Nacional del Cáncer indica expresamente que “no es posible recomendar el uso de cartílago (bovino [vacuno] o tiburón) como tratamiento para personas con cáncer”.

Existen en el mercado pastillas de cartílago de tiburón para curar enfermedades articulares o cáncer de perros y mascotas. Sin saber a ciencia cierta si son efectivas, es mejor no consumirlas.


Pastillas de cartílago de tiburón. Fuente: herbolariogeoherbal.com

Mandíbulas y dientes

En general, casi todos los tiburones son carnívoros (salvo los filtradores), porque se alimentan de otros animales. Su mandíbula debe ser potente y flexible porque necesitan agarrar y sujetar a la presa, para a continuación rasgarla y desgarrarla. Igualmente, deben tirar de ella hacia la boca para tragársela sin masticar.


Mandíbulas de Mako. Fuente: Wikiwand

Una de las diferencias principales de los tiburones con el resto de los peces es su dentición. Los dientes no se insertan rígidamente en las mandíbulas, sino que lo hacen en una capa de tejido que las recubre. Esta forma flexible de inserción en la mandíbula, unido a que ésta es de cartílago, menos rígida que las de los peces óseos, es una gran mejora adaptativa de estas especies, porque les permite agarrar, desgarrar y tragar de manera muy efectiva.


Dientes de mako. Fuente: Wikiwand

En el proceso de mordida y engullida los tiburones pierden fácilmente sus dientes, pero pueden reponerlos continuamente, lo que les permite siempre tenerlos en perfecto estado de uso. Se estima que en general los tiburones podrían generar unos 20.000 dientes a lo largo de toda vida.


Imagen de primera línea de dientes funcional y resto en espera. Foto: Submon (Alex Bartolí) 

Los dientes se generan en la parte interior de la mandíbula, tumbados sobre ella, y van creciendo por filas (pueden tener entre 5 y 15 filas, aunque sólo entre 1 y 3 son funcionales, dependiendo de las especies). Se mueven hacia delante como si se tratara de una cinta transportadora. Cuando llegan a su posición delantera, rompen la fina piel que los protege y se colocan en una de las nuevas hileras funcionales de dientes, elevados sobre la mandíbula.

Algunos de los que pierden caen, pero otros los reabsorbe el animal y en algunas especies incluso se los tragan para reaprovechar las sustancias minerales que les permiten crear dientes nuevos.

Los dientes están compuestos de dentina recubierta de esmalte (como los nuestros), por lo que los fósiles de los tiburones suelen tener más o menos intactos los dientes, no así el esqueleto cartilaginoso, que se degrada más fácilmente.

Como curiosidad, podemos decir que, evolutivamente, los tiburones y las rayas han desarrollado una gran diversidad morfológica en sus dientes. Tanto es así, que sirven para poder identificar las diferentes especies.


Diversidad de dientes en diferentes especies. Fuente: Vistaalmar.es

Sus mandíbulas son muy demandadas como elementos de decoración, especialmente para pescadores porque cuando se limpian, son un gran indicador del tamaño y poder de estos magníficos animales. Algunas tienen más de 2 metros de ancho, y por pequeñas que sean demuestran la “fiereza” del animal al que pertenecieron.

Para preparar la mandíbula para exponerla, se retira de la cabeza del tiburón y se limpia de toda carne y sangre. Se empapa en una solución oxidante durante 12 horas, lo que la blanquea y elimina cualquier aceite y suciedad, y se vuelve a eliminar cualquier resto de carne. Luego se deja secar, evitando el sol directo, que hace que amarillee. Para evitar que huela con el tiempo, a veces se mete en salmuera. Y finalmente se barniza, aunque en algunos casos no.

Los dientes son elementos relativamente sencillos de conseguir si buceamos con tiburones, y no es preciso sacrificar al animal para conseguirlos. Es muy habitual fabricar colgantes con ellos, por lo impresionantes que son.


Colgante de diente de tiburón. Fuente: Etsy.com

Como hemos indicado anteriormente, los dientes suelen resistir el paso del tiempo cuando el animal muere, por lo que es habitual encontrar fósiles de dientes de tiburones extintos en el mercado.

Fósil de diente de tiburón. Fuente: fosileros.blogspot.com

Dado que la variedad de formas y estados de preservación puede ser muy grande, existen diferentes métodos para conservar dientes de tiburón. Los dientes fósiles suelen presentar diferentes colores, en función de los minerales presentes en los sedimentos en los que se han depositado. Los que se caen de los animales vivos, suelen ser blancos y brillantes.

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Hace unos años, la creencia de que el cartílago de tiburón se consideraba un remedio para el cáncer hizo que muchos tiburones fueran masacrados, aunque actualmente “esta moda” parece haber pasado. En cuanto a los dientes de tiburón, la imagen que se tenía del tiburón como depredador macabro y monstruo marino hacía que coleccionar sus mandíbulas o sus dientes fueran una muestra del “poder” del hombre contra la bestia. Afortunadamente la percepción que el humano tiene sobre el escualo va cambiando, y tanto tomar cartílago de tiburón, como coleccionar dientes y mandíbulas de tiburón ya no son tan habituales, al menos de manera generalizada.

Referencias:

Cartílago de tiburón:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25600427/

https://www.cancer.gov/espanol/cancer/tratamiento/mca/pro/cartilago-pdq#section/all

https://www.decaninos.com/cartilago-tiburon-perros/

http://www.mokamelshenasi.ir/files/molecules/Parts%20of%20PDR/Shark%20Cartilage.pdf

Shark cartilage in the water. Jonathan Waxman https://www.bmj.com/content/333/7578/1129.1.full

Shark cartilage and cancer. Mario Bédard https://www.proquest.com/openview/e9b6f41f380a143faf89a9367b73c0c6/1?pq-origsite=gscholar&cbl=28466

Mandíbulas y dientes:

https://www.submon.org/es/habias-visto-dientes-de-tiburon-tan-cerca/

https://www.instructables.com/Preserving-Shark-Jaws/

https://www.floridamuseum.ufl.edu/discover-fish/sharks/fossil/shark-teeth/

https://sharkjawcleaning.com/

https://www.alimente.elconfidencial.com/consumo/2021-09-21/cartilago-tiburon-propiedades_1801218/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17268105/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33133677/

(“Modelling tooth–prey interactions in sharks: the importance of dynamic ...”) Katherine A. Corn, Stacy C. Farina, Jeffrey Brash, and Adam P. Summers https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5108942/

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