Islas Feroe, territorio
autónomo de Dinamarca, un lugar civilizado donde aún subsiste una costumbre
cruel y despiadada que tradicionalmente se celebra desde hace siglos: el la
matanza de calderones y delfines.
(Advertencia: este artículo
y sus imágenes pueden herir la sensibilidad de algunas personas)
El
Origen
Las Islas Feroe son un
archipiélago formado por 18 islas, situadas entre Islandia y Noruega, y desde
1948 conforman un territorio autónomo de Dinamarca. Sus 50.000 habitantes tienen
una gran autonomía y competencias en cuestiones políticas internas y no forman
parte de la Unión Europea, con la que tienen acuerdos comerciales bilaterales.
Los recursos naturales de estas islas son pobres y su economía depende
fundamentalmente de la pesca y de su industria derivada. Sin embargo la
sociedad feroesa tiene un estado de bienestar y un nivel de desarrollo muy
elevado.
La caza de delfines y
ballenas piloto (calderones) en estas islas es de tipo cultural e histórico y
se lleva practicando desde el siglo XVI.
Es una actividad regulada
por las autoridades locales, pero no por la Comisión Ballenera Internacional,
dado que existen muchos desacuerdos sobre la autoridad jurídica de la Comisión
para regular la caza de pequeños cetáceos. La caza, denominada Grindadráp o
Grind se organiza por la comunidad y cualquiera puede participar. Se muestra un
gran interés en que los niños se sientan involucrados en esta actividad desde
muy pequeños, en un “intento macabro” de que la tradición se mantenga.
Los
hechos
Los calderones (Globicephala sp.), animales de
costumbres arraigadas, pasan en su migración anual por las cercanías de las
Islas Feroe, especialmente en verano. Cuando se produce un avistamiento, se
hace un llamamiento a la población y todos acuden en grupo para comenzar la
caza.
El Grind consiste en que las
embarcaciones feroesas rodean a los calderones y delfines, y las acercan a las
calas de la costa (hay 17 bahías o calas que están oficialmente reconocidas
para realizar esta práctica), donde las atrapan con cuerdas y cortan sus
arterias con ganchos, convirtiendo el mar en un baño de sangre. Según las
fuentes oficiales “al calderón se le hace un corte profundo en el cuello para
cortar las arterias, con lo que queda paralizado y pierde la conciencia
rápidamente”. Sin embargo, visionando los vídeos y fotos de la web se puede
observar que los hechos no son tan asépticos y que el sufrimiento de los
animales es evidente.
Debemos recordar que los
calderones y delfines tienen grupos familiares numerosos con fuertes vínculos
entre todos los ejemplares y que la conciencia de grupo no les permite
separarse del grupo y escapar. Es por ello que estos cetáceos, tan sensibles a
los problemas de contaminación acústica les lleva en numerosas ocasiones a
varamientos masivos en los que todos los ejemplares del grupo actúan de manera
conjunta.
Las
cifras
Los feroeses estiman oficialmente
que se capturan unos mil ejemplares al año, una cifra que ellos califican de
“sostenible”, pero las estimaciones no oficiales hablan de 1500 a 3000
calderones al año.
Estas cifras, tanto las
oficiales como las extraoficiales están muy lejos de ser “sostenibles”, pues
estos pacíficos animales viven una media de 50 años y las hembras alcanzan la
madurez sexual a partir de los 7 años, teniendo un periodo de gestación muy
largo (15 meses). Por lo tanto estas matanzas, sumadas a otras que ocurren en
otros lugares del mundo como Japón, llevan a preocupar por la conservación de
la especie.
Manteniendo las cifras
oficiales, y sabiendo que la población feroesa es de unos 50.000 habitantes
resulta que cada año se mata un calderón por cada 50 ciudadanos feroeses. ¿No
es esto excesivo? ¿Es necesario?
En la página de facebook de
Sea Shepherd España se publicaron algunas cifras para este año:
Después de los primeros 6
meses del año sin matar a ningún cetáceo… los últimos 23 días los feroeses han
masacrado a 1106 pequeños cetáceos:
- 125 calderones el 21 de julio en Viðvík
- 267 calderones el 30 de julio en Fuglafjørður
- 107 calderones el 8 de agosto en Sandavágur
- 21 calderones el 11 de agosto en Leynar
- 136 calderones el 13 de agosto en Húsavík
- 450 delfines de flanco blanco masacrados también el 13 de agosto en Hvalba
En Hvalva siempre han
capturado delfines, más pequeños que los calderones. En abril de 2010 se
cazaron allí delfines de flanco blanco y de Risso. También en Hvalva ese año se
cazaron dos zifios, que se reportaron como varados (los zifios no son pequeños
cetáceos y por tanto sí que tiene competencias la Comisión Ballenera
Internacional).
En Klaskvik, en junio de
1978 se masacraron 31 orcas.
Las leyes locales permiten
matar delfines de flanco blanco, mulares y marsopas comunes, pero es ilegal
matar delfines de Risso y orcas. En esos casos se defendieron diciendo que los
habían confundido con calderones.
Como podemos ver, el
bienestar animal es una farsa en las Islas Feroe y los asesinos cometen errores
regularmente, sin consecuencias para ellos.
La
nueva regulación feroesa
El Ministro de Pesca feroés
anunció que en mayo de 2015 todos los que participen en el Grind deberán
asistir a un curso de leyes y prodedimientos correctos. Omito conscientemente
la definición de “procedimiento correcto”.
Así tendrán licencia permanente
para matar.
Algunos grupos
conservacionistas han elogiado esta medidas como si ya fueran el principio del
final de la Grind. Sinceramente creo que regular esta actividad es simplemente
justificar su existencia.
Los
motivos
En el sitio web de las islas
Feroe se dice que “la matanza de estos cetáceos es una tradición muy antigua
que se remonta a hace siglos y está ligada a la subsistencia para conseguir
comida (alimento esencial en su dieta), piel para realizar cuerdas, grasa para sacar
aceite como combustible, estómagos como flotadores”.
Esta justificación
actualmente no se sostiene puesto que la economía de las islas se apoya en la
pesca, la cría del salmón y de la trucha e industria relacionada, por el alto
nivel de vida de la población y por las subvenciones que este territorio recibe
de Dinamarca.
Además, y esto es muy
preocupante actualmente, los calderones, como otros depredadores del mar,
tienen en su carne altos contenidos de mercurio tóxico, por lo que desde hace
unos años se desaconsejó su consumo. El gobierno feroés sacó un comunicado
diciendo que sólo se debe consumir una o dos comidas al mes que contengan carne
de ballena piloto o calderón, y que las mujeres embarazadas o en proceso de
estarlo no deben consumirla.
Como resultado de los problemas
de salud que el consumo de esta carne produce, ahora gran parte de ella es
arrojada al mar.
Vemos que todos los
argumentos para justificar esta matanza se han agotado ya.
La
polémica internacional
Esta actividad ha sido
deliberadamente alejada de los medios de comunicación europeos por Dinamarca,
pero la conciencia de los ciudadanos ha llevado a que algunas organizaciones
como Sea Sheperd lleven organizando desde los años 80 campañas disuasorias con
envío de buques a la zona. Se ha sacado a la luz y cada año nos llegan imágenes
horribles de esta bárbara actividad. Por fin este horror llega al público
internacional que empieza a presionar para que se detenga esta barbarie. Sin
embargo los feroeses (aunque ya empieza a haber voces feroesas en contra) dicen
que es un asunto interno y que no nos debe importar al resto de la humanidad.
Y yo me pregunto ¿quién es
el dueño del mar y de las especies que en él habitan? ¿Son los calderones y
delfines masacrados patrimonio de estos isleños del Atlántico Norte, o bien las
autoridades internacionales tienen algo que decir?
No quiero ser
sensacionalista al compartir este vídeo, en el que se puede ver el proceso y
cómo los cadáveres de estos animales se almacenan en el fondo del mar: http://www.youtube.com/watch?v=mrbH6e3g0Zs
Los calderones no están
clasificados según la Lista Roja de la IUCN (Organización Internacional para la
Conservación de la Naturaleza) como especies en peligro de extinción,
especialmente por la ausencia de datos para elaborar estimaciones sobre su
población. Lo que sí está claro es que todos los cetáceos están en permanente
declive, especialmente por el incremento del tráfico marítimo y la
contaminación acústica de los mares, que tanto les afectan.
Las
denuncias internacionales
En vista de que las
autoridades danesas han hecho caso omiso a las peticiones ciudadanas, Sea
Shepherd denunció ante la Comisión Europea a Dinamarca. Se acusa a este país de
infringir tres convenios que firmó en su momento, y mediante los cuales
prometió hacer todo lo posible para proteger a los calderones (Convenios de
Berna y Bonn y ASCOBANS). A denuncia tenía como objetivo obligar a Dinamarca a
cumplirlos.
Sea Shepherd, con el envío
de barcos a la zona, en algunas ocasiones ha tenido que enfrentarse a buques de
la armada danesa que intentaban evitar su presencia allí. Desgraciadamente la
falta de presupuesto impide a esta organización poder estar allí este año.
El problema para que la
Unión Europea pueda actuar es que según Stavros Dimas, Comisario Europeo de
Medioambiente, “la Unión Europea prohíbe la caza de todas las especies de
cetáceos (ballenas, delfines y marsopas) según la normativa 92/43/CEE del
Consejo, de 21 de mayo de 1992, sobre la Conservación de los Hábitats naturales
y seminaturales de la fauna, acorde con el Convenio de Berna, que prohíbe
vender o intercambiar cetáceos o su comercialización. Esta legislación europea
no es de aplicación a los calderones capturados en las Islas Feroe, dado que
estas islas no forman parte de la Unión Europea.”
Entonces,
¿qué se puede hacer?
Si de manera oficial no se
puede hacer nada, ¿qué hacemos? Pues animar a las instituciones internacionales
para modificar sus normativas. Por ejemplo, animar a la Comisión Ballenera
Internacional (http://iwc.int/home) para
que incluya dentro de sus competencias a los pequeños cetáceos, para poder
establecer convenios internacionales que impidan estos horribles actos.
También se puede trabajar a
nivel local e internacional en la concienciación ciudadana, hay que conseguir
que la población mundial considere estos actos como barbaridades que deberían
prohibirse.
Los buceadores en
particular, ya que tenemos más oportunidades que el resto para observar las
maravillas de los mares, tenemos que ser más conscientes que el resto y ayudar
en las tareas de divulgación y concienciación.
Especialmente los ciudadanos
españoles tenemos la gran suerte de poder hacer excursiones de avistamiento de
estos cetáceos en su medio natural, tanto en Canarias (leed mi artículo sobre
el buceo en Tenerife en el número anterior de la revista, en el que narro un
encuentro con estos animales), como en el Estrecho. Recuerdo las caras de mis
padres una vez que les llevé a ver los calderones de las aguas de Tenerife.
Ellos recuerdan ese día como uno de los más bonitos de su vida. Y es que ¿quién
puede pensar en hacer daño a un animal como éste?
Dado que la economía de las
Islas Feroe depende en gran parte de las exportaciones de pescado, si te
disgusta la Grind, no compres sus productos.
Además, puedes contactar con
la embajada danesa más próxima y hazle saber que te opones a esta barbarie:
Embajada de Dinamarca
en España
Calle Serrano 26, 7º
piso
28001 Madrid
Resto de embajadas en
el mundo:
En este enlace tenéis todas
las peticiones que se pueden firmar en contra de la Grind:
Video del Capitán Watson
(Sea Shepherd) sobre la Grind:
Aprende algunas cosas sobre
los calderones en este link:
Este artículo se publicó en la revista Acusub en agosto de 2013
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