lunes, 16 de marzo de 2015

Los Equinodermos: estrellas del medio marino y algo más

Los Equinodermos: 

estrellas del medio marino y algo 

más 

Este artículo se publicó por Mónica Alonso Ruiz en la Revista Escápate Num 13
https://issuu.com/oceanides/docs/escapate-13-2014?e=0

Posiblemente cuando nos hablen de este grupo de animales marinos alguno pensará que estamos hablando de animales raros. Nada más lejos de la realidad, puesto que a este grupo natural (o filo) pertenecen unas 6000 especies de animales, entre las que se encuentran algunas tan representativas del mundo marino como son las estrellas y los erizos. Son invertebrados marinos, que a menudo nos pasan desapercibidos durante la inmersión. Sin embargo, como casi siempre, animales del fondo marino aparentemente poco llamativos (o que los utilizamos como elemento de color en nuestras fotos submarinas) pueden ser fascinantes, si nos asomamos a su mundo.

Estrella espinosa roja, Echinaster sepositus, muy frecuente 
en el Mediterráneo. En este caso con seis brazos.
Comencemos analizando la palabra “equinodermo”: echinos en griego significa “espinas” y derma, significa “piel”. Por lo tanto se trata de animales con espinas en la piel y su nombre hace referencia a su cubierta o esqueleto espinoso. Son animales muy antiguos, que aparecieron en la tierra hace unos 500 millones de años, y existen muchísimos registros fósiles. Son muy conocidos desde la antigüedad, dado que las primeras representaciones pictóricas de los mismos se remontan a unos frescos cretenses de más de 4000 años de antigüedad.

Estrella purpúrea, Ophidiaster ophidianus, que 
puede alcanzar hasta 40 cm de envergadura.
Dentro de este filo podemos encontrar animales de lo más conocidos para los buzos, como las estrellas de mar, los erizos, pero también las ofiuras, menos conocidas, los pepinos de mar o cohombros, y los crinoideos o lirios de mar. Aparentemente son muy diferentes, al menos exteriormente, pero si nos fijamos bien encontraremos fácilmente su principal característica común, la simetría pentámera, o lo que es lo mismo, una simetría radial con cinco partes (o múltiplos de ella) diferenciadas. Es fácil ver que una estrella tiene 5 brazos, una ofiura tiene 5 brazos que luego se ramifican, un erizo, si vemos su esqueleto veremos que está dividido en 5 partes, sin embargo ver las 5 partes de un pepino de mar es más complicado (el eje es longitudinal al animal pueden verse si diseccionamos al animal) y más todavía de ver si observamos un crinoideo, con sus múltiples brazos móviles.


Estrella espinosa roja. Detalle de su parte central.
Son invertebrados bentónicos (asociados al fondo), que no poseen cabeza diferenciada ni cerebro. Se dividen en dos grupos, los crinoideos, que tienen la boca y el ano en posición ventral, y las holoturias, erizos y estrellas de mar, que tienen la boca en posición opuesta al ano.

En todos ellos, bajo la epidermis se halla el esqueleto, con elementos calcáreos denominados “osículos”, que en muchos de estos animales son microscópicos, como en las holoturias, lo que las hace blandas al tacto, o un poco más grandes en las estrellas, que son rígidas pero articuladas, permitiendo el movimiento. Finalmente en los erizos el esqueleto está constituido por piezas macroscópicas soldadas que forman un esqueleto rígido. Este esqueleto puede estar recubierto de espinas, pero también puede carecer de ellas.
Estrella peine, Astropecten aranciacus, frecuente en Canarias.

Pero sin duda, la característica más impresionante de este grupo es su sistema hidráulico de locomoción, el sistema ambulacral. ¿Quién no ha dado la vuelta a una estrella y ha observado los múltiples piececillos situados en su parte ventral, con los que se desplazan? Este sistema está formado por una serie de canales internos, llenos de líquido, comunicados al exterior mediante un orificio llamado “madreporito” o placa madrepórica, situada junto al ano. Este sistema les sirve para el movimiento (lento pero constante y visible), junto con su musculatura, para su respiración (el intercambio gaseoso se realiza al nivel de estos “pies” y como sistema sensitivo, pues son las zonas donde presentan mayor concentración de células sensoriales. El sistema mete y saca agua a presión en los pies ambulacrales, de forma que se consigue que se contraigan o estiren. Los movimientos son lentos, pero extraordinariamente coordinados.

Estrella de mar azul, Linckia levigata, frecuente 
en el Indopacífico.

Pasemos a relatar a continuación algunas de las características de algunos de los miembros de este grupo.

Las estrellas de mar son el prototipo de animal que no parece que lo es. Un animal “aparentemente” inmóvil e indefenso que se asemeja a algo inerte, sin vida. Pues nada más lejos de la realidad, pues estas criaturas respiran, comen, se mueven, atacan y se defienden como el resto de animales. El sistema ambulacral es muy evidente en el dorso de estos animales aplanados de 5 brazos. Sus pies ambulacrales terminan en ventosas, mediante las cuales el animal se adhiere a los objetos y avanza con una velocidad sorprendente. Una curiosidad de estos animales es que aunque pueden reproducirse sexualmente, también lo pueden hacer por gemación, sistema que permite el nacimiento de nuevos individuos completos a partir de unos pequeños grupos celulares provenientes de otro individuo, y que se denominan “yemas”: en otras palabras, pueden reproducirse a partir de un trozo de estrella, siempre que éste contenga parte del disco central. En cuanto a la tipología de las estrellas, ésta es variadísima, desde estrellas de mar gigantescas de hasta 20 brazos, hasta las más sencillas de 5 brazos de todos los colores, anaranjadas, purpúreas, rojas, verdes, rosadas, amarillas, azules. Algunas son luminiscentes, las hay lisas y llenas de púas. Algunas de ellas, como la “estrella cojín” (Culcita novaguineanae), no tienen brazos. Son carnívoras, y a veces muy voraces.
1    Estrella de mar cojín granulosa, Choriaster granulatus. En mares tropicales.
2, 3 y 4      Estrella de mar cornuda, Protoreaster nodosus. En mares tropicales.
1  Linckia multiflora. Este ejemplar presenta 6 brazos.
2  Esta estrella se ha regenerado a partir de uno de los brazos.
3  Estrella corona de espinas, Acanthaster planci. Cubierta de espinas venenosas que pueden 
causar heridas extremadamente venenosas. Es el principal depredador de los corales duros.

Las ofiuras son muy similares a las estrellas de mar. Poseen un disco corporal central mucho más pequeño que en las estrellas de mar y entre 5 y más brazos finos, a veces muy ramificados. A veces estamos mirando a uno de estos animales, y si no vemos su disco central, nos preguntamos qué son estos brazos ramificados que parecen no pertenecer a un mismo animal. Estos animales carecen de ano y expulsan sus desechos por la boca. El sistema ambulacral en estos animales no está nada desarrollado y su movimiento se realiza por movimientos musculares de sus largos brazos, que presentan un sistema esqueletal formado por estructuras rígidas, que encajan unas en otras y poseen zonas de inserción de músculos, que recuerdan a las vértebras. Pueden cortar partes de su cuerpo (por ejemplo en la huida frente a un depredador) y regeneran la parte perdida, de manera similar a las estrellas.
Autor: Benjamin Cowan
Los erizos de mar (también llamados puercoespines de mar) son animales con simetría radial camuflada por el volumen de su cuerpo, casi esférico, aunque aplanado en su parte ventral. Tienen un caparazón continuo y recubierto de espinas, sin brazos. Este caparazón está perforado para permitir la salida de los pies ambulacrales, que son los “brazos” blandos, que se encuentran entre las espinas, con función defensiva, las cuales están articuladas en su base, y poseen cierto movimiento. La boca se sitúa en la parte ventral, y es lo que se denomina “linterna de Aristóteles”, una estructura esquelética y muscular protráctil con función masticadora, con dientes. El ano se sitúa en la parte superior. Pueden tener un sistema secundario de espinas, llamado “pedicelario”, que pueden inocular sustancias venenosas, al finalizar estas púas en unos sacos llenos de sustancias tóxicas. Las púas pueden ser suaves, no espinosas y que sirven solo para excavar arena, como ocurre en los erizos irregulares (o dólares de arena), que habitan en suelos arenosos y que han sufrido un proceso evolutivo, modificando su forma pentarradial hacia animales más aplanados, de forma ovalada o acorazonada. Los erizos de mar son apreciados en la gastronomía de todo el mundo y especialmente en nuestro país, y lo que se suele comer son sus gónadas.


1, 2 y 3  Erizo violáceo, Sphaerechinus granularis. Puede llegar a medir hasta 12 cm. Frecuente en el Mediterráneo, es habitual que se camufle poniendo sobre el caparazón y las púas, trozos 
de hojas de posidonia, algas, etc.
4   Erizo de mar común, Parecentrotus lividus. Color verdusco.
1  Erizo diadema o de lima, Diadema antillarum. Frecuente en Canarias. Constituye una plaga en la mayoría de los casos, y deja el fondo marino sin recubrimiento algario, lo que se denomina “blanquizal”.
2 y 3 Echinotrix calamaris, erizo tropical del Indopacífico, entre cuyas púas podemos ve gambita lady escarlata Hippolysmata grabhamiLa forma esférica que presentan es la cloaca, que sobresale de la abertura anal.
1 y 2 Erizo de fuego, Asthenosoma varium, que posee espinas venenosas. Tiene una gamba comensal Periclemenes colemani.
3 y 4  Juvenil de erizo radiante o falso erizo de fuego, Astropyga radiata, frecuente en el Indopacífico. Es venenoso, pero no peligroso.
Las holoturias o pepinos de mar son unos animales extraños, en los que el eje longitudinal mayor coincide con el eje boca-ano, y que vagan por los fondos arenosos engullendo parte del mismo para obtener alimento del sustrato: es lo que denomina un animal detritívoro. El sistema endoesquelético es vestigial, por lo que su apariencia es blanda. Muchas especies tienen alrededor de 20 cm de longitud, pero las más pequeñas no llegan al cm, y las más grandes pueden alcanzar longitudes de 5 m. Se mueven reptando, utilizando los pies ambulacrales, más desarrollados los de su parte inferior. Son animales que no llaman la atención del buceador, el cual muchas veces se limita a acosarlo para hacer que el animal expulse parte sus vísceras cuando se siente atacado. Esto constituye una de sus estrategias de defensa, haciendo que el depredador se distraiga comiendo estos órganos y así permitiendo vivir al animal. También utilizan hilos mucosos pegajosos (los “filamentos de Cuvier”) que proyectan sobre los agresores con efecto irritativo o tóxico. Culinariamente son animales muy apreciados, especialmente en Asia, pero también en nuestras costas se utilizan para aderezo de arroces.
Holoturia tropical del Indopacífico, Stichopus variegatus, que puede llegar a 40 cm de longitud. Detalle de la cloaca y de la textura de su piel.
Pepino de mar piña, Thelonota ananas.

Pepino de mar ocelado, Bohadschia argus.
Los crinoideos o lirios de mar son el grupo de equinodermos viviente considerado más antiguo. Poseen un potente pie articulado y con cirros móviles con los que se sujetan al sustrato. Su cuerpo está formado por un disco en forma de cáliz, que alberga las vísceras, del que salen 5 brazos que normalmente se ramifican y subdividen en otros. Los brazos (también llamados “rayos”) tienen huesecillos articulados, unidos con ligamentos y músculos. Están pinnulados en un mismo plano, lo que les da apariencia de plumas. Son capaces de autoamputarse un brazo si con ello salvan la vida, lo que se denomina “autotomía”. Sus colores pueden ser negro, amarillo, naranja, rojo, verde y blanco, y en ocasiones tienen combinaciones de colores en bandas concéntricas. Son animales filtradores y se alimentan de plancton, que capturan con sus plumas y llevan hacia la zona oral.
Crinoideos, con sus brazos en forma de pluma

Como podemos observar, el mundo marino está lleno de animales curiosos, a menudo muy antiguos y evolucionados, y casi siempre muy adaptados al medio. Los invertebrados son una fuente muy variada de animales extraños y muy apreciados para el naturalista subacuático, que suele acabar coleccionando imágenes de los ejemplares más llamativos o raros.