Este artículo se publicó en la Revista Escápate num 23
http://www.cluboceanides.org/escapate.html
Texto: Mónica Alonso Ruiz
Fotos: Luis Abad
Foto: Revista Escápate num 23
Los tiburones son peces, y para
el ser humano ello es sinónimo de animales con menos inteligencia que, por
ejemplo los mamíferos, que a priori nos parecen más cercanos a nosotros. Pero,
¿qué es en realidad la inteligencia animal? Existen grandes tratados
científicos que estudian este concepto tan amplio. Pero lo que sí parece claro
es que los humanos calificamos de inteligente a todo ser que realiza conductas
similares a las nuestras, y en particular, y sin entrar en grandes
profundidades ni apreciaciones científicas, se suele asociar el concepto de inteligencia
a la capacidad de aprendizaje y al condicionamiento de la conducta frente a los
estímulos externos. Decimos que un mamífero es más inteligente que otro tipo de
animal simplemente porque su trayectoria evolutiva le ha llevado a tener muchas
más similitudes en cuanto a su conducta con los humanos. ¿Es eso inteligencia?
Los tiburones son seres con una
larga evolución, y por ello son verdaderos maestros de la adaptación a los
cambios que les han ocurrido en su larga historia evolutiva. Pero, ¿es esto
realmente inteligencia?, o quizá simplemente es la madre naturaleza que nos
muestra sus milagros. Por otro lado tenemos más de 500 especies de tiburones en
los mares, por lo que parece claro que el acercamiento al tema para todas las
especies en un solo artículo es claramente superficial y generalista.
Un análisis diferente al
evolutivo podría basarse en el papel de los tiburones como grandes
depredadores, y muchos de ellos lo son, aunque no todos. Para ser un gran
depredador no solo hay que tener grandes facultades, sino que a veces también
hay que tener “algo más”. Ese “algo más” es lo que permite a estos animales
poder cazar a los animales inferiores en la cadena alimentaria. Todos hemos
quedado impresionados con las técnicas de caza en grupo de las leonas en la
sabana, o de los lobos en las montañas, o de las orcas en el mar. Las
estrategias de grupo requieren primero de un nivel de comunicación importante,
y segundo de un nivel de planificación o de estrategia. Y esto no parece tan
claro en los tiburones, en general tan poco sociales. De momento hemos visto
espectaculares estrategias de caza del tiburón blanco con los pinnípedos, pero
aún no se conocen realmente técnicas de caza conjunta para este tipo de
animales.
He podido consultar algunas
publicaciones relacionadas con este tema, que me han parecido interesantes y
por ello voy a tratar de analizarlas y resumirlas aquí, para intentar hacernos
una idea y sacar algunas conclusiones.
Conferencia de la Sociedad Australiana de Biología de Peces y de la
Sociedad de Condrictios de Oceanía
El año pasado se publicó un
artículo resumen de una conferencia de la Sociedad Australiana de biología de
peces y la Sociedad de Condrictios de Oceanía, que tuvo lugar en Hobart en
septiembre, y donde se reunieron más de 250 expertos en peces y tiburones. En
dicho artículo se citaban las conclusiones de dos expertos que presentaron sus
trabajos en la conferencia, y a raíz de lo que nos cuentan, parece que los
tiburones son más inteligentes y complejos de lo que pensamos y tienen una
impresionante conciencia de lo que les rodea. Analizándolas con un poco de
perspectiva uno puede darse cuenta de que son solo ideas generales, ciertamente
poco concretas y pueden parecerle al lector meros acercamientos simplistas al
problema.
La investigadora Kara Yopak
presentó su investigación sobre el estudio de la anatomía en el conocimiento de
las habilidades cognitivas de los tiburones. Decía que “es un error frecuente decir que los tiburones son esas máquinas de
matar preprogramadas y de pequeño cerebro. En realidad tienen cerebros
relativamente grandes y son capaces de realizar un increíble abanico de
conductas complejas.” Parte de su trabajo consiste en comparar el tamaño de
los cerebros de los tiburones con los de los mamíferos, incluidos los humanos.
“Hay una gran cantidad de similitudes”
decía la Dra.
Se estudia la inteligencia de los
tiburones principalmente con finalidades prácticas, y una de ellas es encontrar
un sistema antitiburones. En relación con los estos sistemas la Dra Yopak
explica que ”hay tanta variedad en las
diferentes especies de tiburones que es casi imposible que un sistema sea
efectivo para todas las especies…Cuando se investiga sobre repelentes de
tiburones probablemente sea preciso hacerlo específicamente para una especie
determinada. Y la razón es simplemente porque estos animales viven en hábitats
muy diferentes, y cada especie ha especializado sus sentidos, y tienen
alimentaciones muy diferentes.”
Michelle Heupel, científico
senior del Instituto Australiano de Ciencias del Mar explicaba que los
tiburones reaccionaban a cambios en sus hábitats, lo que prueba que tienen un
cierto nivel de capacidad intelectual. Explicaba que “los tiburones saben siempre donde están: hemos recibido datos de zonas
donde hemos etiquetado tiburones, y cuando en esa zona ha habido una
perturbación importante, como un ciclón o una tormenta tropical, esos animales
etiquetados han abandonado la misma, y cuando el sistema volvió a la
normalidad, todos ellos volvieron”. El Dr Heupel decía que incluso esta
conducta se ha observado en tiburones recién nacidos. “Ello significa que saben donde viven, saben cómo irse cuando algo es
potencialmente una amenaza, y saben cómo volver a la zona. Es impresionante lo
que pueden hacer: están sintonizados con el entorno”. Responden a cambios
en su entorno y dirigen su movimiento en función de ello, pero ¿esto implica
que tienen una “cierta capacidad intelectual” o es mero instinto animal?
Los experimentos del acuario Shedd de Chicago
La inteligencia en los tiburones
es ciertamente difícil de medir. Tan solo podemos tener una ligera idea de cómo
funcionan sus mentes observando su conducta. Los científicos creen que los
tiburones aprenden y resuelven problemas, siendo algo más que simplemente
supervivencia por puro instinto. Un ejemplo del por qué los científicos lo
creen: los acuaristas del acuario Shedd de Chicago consiguieron condicionar la
conducta de los tiburones durante un año para responder a determinados
estímulos de determinada forma, lo que prueba que los tiburones podrían ser
entrenados de una forma similar a los cetáceos. En el vídeo
se muestra un ejemplar de tiburón cebra que responde al tacto sobre sus
ampollas de Lorenzini de su morro, y es recompensado con comida. Y parece un
perrito amaestrado.
En este acuario tenían solo un
tanque para los tiburones, y se les ocurrió que como eran especies diferentes
con alimentación similar, para evitar que a la hora de la comida hubiera luchas
entre las diferentes especies para conseguir el alimento, podían intentar de
condicionar la conducta de algunos de los tiburones a base de atracción, y
alimentación según respuesta, siguiendo la técnica habitual de adiestramiento
de animales.
Cada especie, en el vídeo se ven
tiburones cebra, puntas negras y puntas blancas de arrecife, responde a su
propia llamada diferente, una señal gráfica con colores de contraste, y un
sonido, distinto para cada una. Han conseguido que cada especie responda a su
llamada y así evitan la competencia de todos los tiburones del tanque a la hora
de la comida.
Esto demuestra que efectivamente
los tiburones tienen una cierta capacidad de aprendizaje, o al menos de
condicionamiento de la conducta: son capaces de “recordar” el estímulo concreto
y asociarlo al alimento. Este tipo de condicionamiento animal está presente en
animales en teoría “superiores”, y con este experimento han demostrado que
también está presente en algunas especies de tiburones.
Esperemos que esta actividad simplemente
sea experimentación con objetivo científico, pues a mi juicio ya tenemos
bastante con cetáceos amaestrados y retenidos en cautividad. Por otra parte la
fuente donde he obtenido el vídeo, Discovery Channel, suele presentar muchas
veces aspectos de los tiburones de una manera un poco sensacionalista y
sesgada. Lo que es innegable es que de las imágenes se deduce que los tiburones
aprenden cosas, y eso es una cuestión que cualquiera que haya buceado con
tiburones lo sabe: cómo aparecen cuando oyen los ruidos de los barcos, cómo
saben las zonas donde se hacen inmersiones programadas con cebo, por poco que
se les dé, etc.
Las reflexiones de ReefQuest Centre for Shark Research
Este centro de investigación
americano apadrina tesis sobre tiburones y realiza sus propias investigaciones.
Y tienen una reflexión interesante sobre la inteligencia del tiburón blanco en
su web, de la cual vamos a intentar resumir algunos de sus aspectos.
Relativo a la inteligencia del
tiburón blanco ReefQuest indica que para que haya esta exista es preciso que haya
toma de decisiones, es decir elección entre diferentes opciones, considerando
la experiencia para juzgar las consecuencias de cada una. La eficiencia con la
que un animal aplica su pasado para definir su futuro de forma conveniente para
él mismo es una muestra de inteligencia. Pero claro, esto es muy difícil de
analizar en la práctica. Afortunadamente, hay muchas formas de acercarse al
problema y una de ellas, de nuevo, es el tamaño del cerebro. El tamaño del
cerebro del gran blanco no es muy grande, comparado con el del resto de
tiburones, lo cual no nos da muchas pistas. Y de nuevo recurren a las conductas
observadas en este animal. Imagino que muchas menos que para otras especies,
por lo poco que se puede verlo en su hábitat, y siendo mucho menos posible
meterlo en un laboratorio. Y de nuevo lo que se puede aportar sobre este animal
son tan solo algunos rasgos de conducta observados. Y detalla algunos de ellos:
- Tiburones jóvenes que golpean con el morro de las embarcaciones de los investigadores en las Islas Farallon, mientras que los animales más grandes ignoran los barcos, como si ya supieran que el barco ni es comida ni representa una amenaza.
- En la Bahía de Smithswinkle, en Sudáfrica, el biólogo especializado en ballenas dice haber visto siete tiburones blancos actuando en grupo para mover el cuerpo de una ballena hacia aguas profundas, para facilitar su alimentación de ella. Si es cierto, parece demostrar un gran conocimiento de las propiedades de los cuerpos flotantes.
- Buceadores deportivos y profesionales se han dado cuenta de que los tiburones blancos parecen fijarse en los ojos de los buceadores, y por ello se acercan por detrás: ello demuestra que tienen una especie de precaución frente a buceadores en el agua, ya que estos son para ellos “animales grandes, ruidosos y poco familiares”.
- La conocida fotógrafa submarina Valerie Taylor, cuando probaba un repelente de tiburones en Sudáfrica se dio cuenta de que al cabo de varias horas de atraer tiburones blancos con cebo, los tiburones que se acercaron eran muy recelosos con el barco de investigación, como si se dieran cuenta que algunos objetos tuvieran campos eléctricos poco agradables para ellos.
Pero, ¿qué se puede deducir de
estos episodios aislados? Pues simplemente que esta especie (el tiburón blanco,
posee una gran curiosidad y una gran habilidad para explorar objetos de una
manera sistemática, un sentido enorme de la precaución, y que aprende muy
rápido a evitar estímulos incómodos, puede reconocer objetos nunca vistos y
evitar el consumo energético de tratar de de comérselos una y otra vez, que
tiene un gran sentido de la posesión y que defiende los botines de caza de una
forma calculada, y que puede incluso cooperar para maximizar la eficiencia de
grupo. Todo esto puede interpretarse como adaptaciones al entorno. Equilibrar
curiosidad con prudencia es una forma de mejorar las posibilidades de supervivencia,
que es lo que sistemáticamente hace este animal, y lo que ha venido haciendo
desde hace millones de años.
¿Es por ello el tiburón blanco inteligente?
Pues no parece estar muy claro.
Al fin y al cabo, estos animales
llevan viviendo en el océano durante millones de años, mientras que nuestra
especie lleva en él muchísimo menos, e interactuando de manera tan intensiva
con el entorno marino tan solo unas pocas décadas. Y en esas décadas lo hemos
contaminado y abusado tanto…con el riesgo que supone para la supervivencia de
nuestra propia especie. Y nos preguntamos ¿quién es realmente el inteligente?
¿El animal que se adapta a su entorno o el humano que lo destruye?
REFERENCIAS: