Texto: Mónica Alonso Ruiz. Este artículo se publicó en la Revista Acusub, en el número 141
¿Has
buceado alguna vez por zonas arenosas o fangosas que a primera vista no parecen
interesantes, y que cuando te has parado a mirar, has encontrado numerosas y
fascinantes criaturas?. Si te llama la atención, acabas de conocer el “muck
diving”. Si eres de los que te gusta el macro y los animalitos extraños, tienes
que probarlo.
El nombre de “muck diving” o
“buceo en el fango” se refiere a las inmersiones que se realizan en
determinadas zonas del mundo sobre el sustrato fangoso, en general oscuro, de
zonas de poca profundidad. Además de sedimento fangoso, el sustrato puede
consistir en esqueletos de corales muertos (también denominado “cascajo”),
materiales de pesca abandonados (redes y cabos), neumáticos y basura, y en
general las condiciones de visibilidad son malas.
Tras esta descripción, no
parece muy interesante, ¿no?. Pues en realidad es un tipo de buceo que todo
aquel que lo prueba lo suele amar apasionadamente….o no lo vuelve a practicar
nunca más. Y es que algunos que lo hemos probado, no paramos de pensar en
buscar nuevos lugares para practicarlo.
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Los desechos de los humanos se
convierten en el lugar de refugio de los animales marinos. En la imagen un pez
puercoespín. (Captura de pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope)
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Buceo
en el fango
El término “muck diving” lo
usó por primera vez Bob Halstead en los años 80, cuando un grupo de buceadores
decidieron “arriesgarse” a cambiar el estilo de inmersiones y bucear en la
playa de Dinah, en Milen Bay, Papúa Nueva Guinea. La sorpresa de lo que se encontraron fue tal
que se continuaron haciendo este tipo de inmersiones y se iniciaron
investigaciones de biología marina en estas zonas. Desde entonces se trata de
analizar el tipo de vida de algunos organismos en unas condiciones de vida en
principio extrañas o poco conocidas para la existencia de tan alta biodiversidad.
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Es preciso asomarse a cualquier
“artefacto” del fondo, pues podemos encontrarnos una sorpresa en forma de
animal marino fascinante. (Captura de pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope)
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La primera vez que me
sumergí para practicar una inmersión de este tipo fue en el Estrecho de Lembeh,
en Sulawesi, Indonesia. Te tiras al agua oscura, y lo primero que piensas es: “¿se
habrán equivocado de lugar los guías?”, pues no ves más que lodo y basura, e
incluso hay corriente……. Luego te posas en el fondo, enfocas con tu linterna….y
ves cosas impresionantes, con unos colores….. Suelen ser zonas llanas en las
que hay pequeñas islitas con objetos (naturales o trozos de barcos, neumáticos,
redes, cabos), donde especies de animales marinos han colonizado el espacio y
lo han convertido en su hogar.
Si te gusta fotografiar
criaturas raras, pronto olvidas tu primera impresión y te lanzas sin parar a
explorar toda la zona. Se te pasa el tiempo volando, y como no suelen ser
lugares profundos, el aire te dura mucho y las inmersiones son largas….una
experiencia maravillosa.
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Paisaje típico del “fango”, con islitas
de vida en medio de la nada. (Captura de pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope) |
Los animales que habitan
estos lugares, con difíciles condiciones (falta de luz, aguas poco oxigenadas,
y pocos elementos fuera del sustrato para esconderse), generalmente han
evolucionado a través de técnicas de camuflaje o hacia estrategias defensivas,
bien mediante veneno, o bien con coloraciones que desanimen a los depredadores
a atacarles. El sustrato de “lodo” suele ser el hábitat de organismos
juveniles, exóticos e inusuales que hacen del fango y del detritus su casa.
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Un simple vistazo al paisaje puede
darnos una idea equivocada de que no vamos a encontrarnos vida en la zona.
(Captura de pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope)
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También es el lugar de
guardería de individuos juveniles, que aprovechan las difíciles condiciones de
visibilidad para camuflarse. La presencia de “basura humana” en forma de
objetos diversos ofrece grandes oportunidades de refugio para los animales que
habitan allí.
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El fotógrafo subacuático puede disfrutar
de la fotografía macro, capturando imágenes de extraños animalitos, como este
pez rana peludo Antennarius striatus.
(Captura de pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope)
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Sin embargo no debemos
confundir “muck diving” con “fotografía con macro”. Puedes hacer fotos macro de
organismos pequeños en zonas bien iluminadas y aireadas, y no practicar “muck
diving”. Para esto necesitas de malas
condiciones de visibilidad y aireación del agua, es decir, condiciones
especiales y difíciles para la vida marina, que hayan obligado a los organismos
que viven en esa zona a adaptarse al medio hostil.
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Muchas veces vemos grupos de buceadores
fotografiando ¿quién sabe qué? (Captura de pantalla Mucky Secrets, by Nick
Hope)
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Las
criaturas
Vamos ahora a describir
algunas de las extrañas criaturas que puedes encontrar, con sus
particularidades de vida y comportamiento.
En medio del fondo fangoso,
numerosas islas de vida, formadas por anémonas
de todos los colores son el refugio de peces-payaso
de todas clases. Se trata de una aparente relación de mutualismo, en la que los
peces se protegen de los depredadores dentro de los urticantes tentáculos de
las anémonas. Se cree que la anémona recibe la posibilidad de capturar entre
sus tentáculos a peces más grandes que se acercan a intentar capturar a los
payasos. También se cree que se beneficia de una mayor oxigenación de sus
tentáculos, por el movimiento del pez, que la limpia de parásitos. En las anémonas
pueden vivir también gambas comensales,
que no aportan nada a la anémona y se benefician de su seguridad. Tanto las gambas,
como los peces-payaso, son inmunes a su veneno. Esto, en realidad, lo podemos encontrar en cualquier
arrecife de coral que visitemos, pero lo curioso de estas zonas es el
aislamiento de las anémonas en medio del páramo aparentemente sin vida.
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Gambita comensal Periclimenes tosaenis
en anémona. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad) |
Lo habitual es que se puedan encontrar gambas por todos los
rincones a los que nos asomemos y la variedad de anémonas y pólipos solitarios habitando esas islas de vida es
sorprendente.
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Esta pequeña gambita Ancyclomenes sp. reposa sobre los
tentáculos de una anémona, presentando al fotógrafo toda su anatomía.
Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Esta gambita Cuapetes cororensis
es un reto para el fotógrafo, porque su cuerpo es transparente y es difícil de
ver entre los tentáculos. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Una gamba comensal Thor amboinensis en anémona. (Captura
de pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope)
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Esta gambita tigre reposa sobre un lecho
de algas y ascidias. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad) |
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Pólipos solitarios como este ceriantario
aparecen en medio de la nada en el fondo. Estrecho de Lembeth. Indonesia. (Luis
Abad)
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Pequeños grupos de pólipos de colores
llamativos presentan “islas de vida en medio del fango”. Estrecho de Lembeth.
Indonesia. (Luis Abad)
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Esta gamba boxeadora Stenopus hispidus se exhibe delante del
fotógrafo. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Es posible encontrar, asomando su cabeza por agujeros del suelo, a gambas mantis, que enseñan los ojos que se consideran más evolucionados del mundo animal, ya que poseen al menos 16 tipos diferentes de células foto- receptoras, pudiendo captar el infrarrojo y ultravioleta. La mantis boxeadora es capaz de lanzar sus tenazas u extremidades frontales con extrema violencia, para noquear a sus presas. Son animales de vistosos colores, de movimientos muy rápidos, y son difíciles de ver fuera de su agujero.
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Esta gamba mantis (Odontodactylus sp.) se asoma desde el agujero del que ha hecho su
casa. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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No es habitual ver una gamba mantis
fuera de su escondite. Se mueven mucho y hacen las delicias del fotógrafo, pues
muestran curiosidad ante nosotros. Puerto Galera. Filipinas (Luis Abad)
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Los ojos tan especializados de la gamba
mantis (Lysiosquillina sp.) son lo
que habitualmente se suele ver de ellas, asomando del sustrato. (Captura de
pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope)
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Las potentes patas delanteras de las
gambas mantis las convierten en un poderoso depredador. (Captura de pantalla
Mucky Secrets, by Nick Hope)
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En un hábitat en el que los
animales utilizan cualquier desecho tirado en el fondo para hacer su escondite,
quizá los animales mejor adaptados son los cangrejos
ermitaños, que reutilizan las conchas de gasterópodos muertos para hacerse
su casa. En los fondos de fango los podemos ver con conchas de todo tipo,
incluso utilizan elementos de la basura humana para hacerse su concha. En
ocasiones llevan adheridas anémonas, las cuales les protegen, con sus
tentáculos urticantes, y ellas, a su vez, se alimentan de los restos de comida
del cangrejo. Estos cangrejos son los perfectos habitantes del fango, el cual
escarban con sus patas para extraer el alimento.
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Cangrejo ermitaño que ha tomado la
concha de un cono para establecer su casa. (Captura de pantalla Mucky Secrets,
by Nick Hope)
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Los cangrejos ermitaños son
especialistas en el camuflaje y el escondite. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Se pueden encontrar otros cangrejos de fondo en estos hábitats,
los cuales se entierran en el fango para esconderse. Si observando el fondo ves
un par de ojos saliendo del mismo, posiblemente te has encontrado con uno de
estos animalitos. Cangrejitos de todas las formas y colores, algunos de tamaño
diminuto, se camuflan también en corales látigo y en anémonas. Es apasionante
aprender a verlos, pero para ello se necesita un poco de práctica.
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Este cangrejito se camufla entre la
vegetación marina tomando una hojita verde con su boca, y al tener la misma
coloración que la hoja. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Este cangrejo (Calappa sp.) nos muestra su coraza al salir de la arena en la que
estaba escondido. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Un cangrejito de porcelana (Neopetrolisthes osimai) se asoma a la
anémona que le da cobijo. Puerto Galera. Filipinas. (Luis Abad)
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Cangrejo “orangután” (Achaeus japonicus) entre las burbujas
de este coral burbuja (Plerogyra sinuosa).
Puerto Galera. Filipinas. (Luis Abad)
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El fondo detrítico es un
lugar ideal para las rayas, que se
entierran en la arena, se camuflan para emboscarse y cazar a sus presas. Es
posible distinguir su silueta en el fondo, de la que solo se ven los ojos y los
espiráculos por los que respiran. El patrón de coloración de su dorso les ayuda
en sus labores de camuflaje.
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Cabeza de raya de puntos perfectamente
camuflada en el sustrato. (Captura de pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope)
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Los tiburones bambú no tienen una longitud grande, tan solo 70 u 80 cm.
Están perfectamente adaptados al fondo, pues tienen unas espiráculos para
forzar la circulación de aire hacia sus hendiduras branquiales. Esto les
permite no tener que nadar perpetuamente, como necesitan muchas especies de
tiburones. Algunos de ellos presentan coloraciones mediante manchas de
imitación al sustrato, y otros, particularmente en la época juvenil presentan
bandas imitando las de las serpientes marinas, en una estrategia de defensa por
imitación a especies peligrosas. Recientemente se ha observado a una especie de
tiburón bambú, que utiliza sus aletas pectorales y pélvicas para “caminar” por
el fondo. https://vimeo.com/72995710
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Cría de tiburón bambú con coloración
imitando a la de las serpientes marinas. (Captura de pantalla Mucky Secrets, by
Nick Hope)
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Las anguilas marinas generalmente las podemos observar enterradas en el
fondo, asomando su cabeza, algunas con amenazadores dientes. Otras tienen
coloraciones de advertencia, con rayas que asemejan a las de las serpientes
marinas.
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Esta anguila marina nos muestra su
amenazante boca, sobre la que reposa una gamba. (Captura de
pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope)
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Posiblemente los reyes del
mundo del fango son los caballitos de
mar, de los que hablamos en números anteriores de la revista, y que gustan
de estar prendidos en cualquier elemento del fondo, como los cabos y los
neumáticos. Es sorprendente ver en algunas de estas inmersiones más de una
docena de estos animales.
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Caballito de mar reposando en el fondo. Al fondo se observa otro ejemplar.
Probablemente sea un caballito de mar de hocico de cebra Hippocampus barbouri. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Los peces pipa son parientes de los caballitos de mar (todos son de la
familia de los signátidos), y están también muy presentes en estas zonas. Los
hay de todas las formas y colores, algunas muy curiosas, como la de los peces pipa fantasma, que suelen verse
en parejas, muy camuflados. Son muy frágiles, y debemos resistir la tentación
de tocarlos. De los pipas, los fantasma son más convencionales en cuanto al
cuidado de los huevos, puesto que lo realizan las hembras. Hay pocos estudios
al respecto y se ha sugerido que todos los peces pipa fantasma nacen machos, y
algunos de ellos pasan a ser hembras, de mayor tamaño.
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Estos peces pipa fantasma robustos (Solenostomus cyanopterus) se camuflan
con el entorno pareciéndose a hojas. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Un pez pipa fantasma ornado (Solenostomus paradoxus) camuflado entre
látigos de coral. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Hembra de pipa fantasma ornado.
Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Los peces pipa fantasma ornados a veces
se camuflan entre los crioideos. (Captura de pantalla
Mucky Secrets, by Nick Hope)
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Las polillas de mar son posiblemente los animales más extraños que
podemos encontrar en estos fondos. Están relacionadas con los caballitos de
mar, por su hocico alargado, aunque estas tienen la boca por debajo, y por su
esqueleto de placas externo, el cual mudan cada pocos días. Se suelen ver en
parejas, a la que no suelen abandonar nunca, y es curioso su incesante
movimiento al caminar sobre las aletas pélvicas.
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Pareja de polillas de mar (Eurypegasus
draconis) desplazándose por el fondo. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Pareja de polillas de mar (Eurypegasus
draconis) desplazándose por el fondo. Puesrto Galera. Filipinas. (Luis
Abad)
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Uno de los peces
emblemáticos que todos los guías de estas zonas están deseando llevarte a ver
es el pez mandarín, un tipo de
dragoncillo de vistosos colores, que se encuentra en fondos de cascajo. Durante
el día se esconden pero al anochecer los machos salen en busca de hembras. La
cópula es curiosa al juntarse los dos ejemplares durante unos segundos. Es muy
típico en los centros de buceo que te ofrezcan la inmersión del pez mandarín,
para ver la cópula de estos animales.
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Cópula de dos peces mandarín (Synchiropus splendidus) (Captura de pantalla Mucky Secrets, by Nick
Hope)
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Cópula de dos peces mandarín (Synchiropus splendidus) (Captura de pantalla Mucky Secrets, by Nick
Hope)
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Como ya describimos en un post anterior, los peces
rana son expertos en el camuflaje y habitan cerca de esponjas, ascidias,
algas y objetos abandonados. Se mimetizan tanto con las esponjas junto a las
que viven, que adoptan la coloración y texturas de las mismas. En las zonas de
muck diving es frecuente verlos por el fondo e incluso se pueden observar
ejemplares juveniles de pocos milímetros.
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Posiblemente sea un pez rana pintado (Antennarius pictus), en un color
amarillo chillón que destaca sobre el fondo arenoso oscuro, y con filamentos
cortos en su piel. También puede ser un juvenil de pez rana peludo. ¿Qué
estaría haciendo aquí, sin hacer uso del camuflaje? Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Pez rana peludo (Antennarius hispidus).
Presenta filamentos en su piel de “camuflaje” para confundirse con el fondo arenoso
con algas. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Este es un juvenil de pez rana, de
apenas 2 cm de longitud. Posiblemente sea un pez rana pintado. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Este es también en reino de
los escorpénidos y peces demonio,
que se entierran en el sustrato, por lo que no es fácil poder observarlos con
tanta variedad en otros ambientes. Es muy difícil identificar las especies, por
la variabilidad de su camuflaje. Poseen espinas venenosas en su parte dorsal, muy dañinas para el hombre. Son cazadores
de emboscada, y por ello se entierran. Por eso es peligroso posar las rodillas
en el fondo de estas zonas. Los guías son expertos en encontrarlos y
descubrirlos para los buceadores, aunque esto supone estropear la emboscada del
animal.
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Este pez escorpión hoja (Taenianotus sp.) reposa sobre una
esponja. Estrecho de Lembeth. Indonesia. (Luis Abad)
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Pez escorpión avispa (Ablabys taenianotus) con un color muy adecuado para el camuflaje. Dumaguete.
Filipinas. (Luis Abad)
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Este pez piedra (Synanceia sp.) permanece inusualmente al descubierto, sin
enterrarse. Es extremadamente tóxica su picadura. Puerto Galera. Filipinas.
(Luis Abad)
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El fango es el hogar de
especies de gran valor biológico, como la sepia
flamboyante, que es capaz de andar sobre al sustrato. Es un ejemplo de
coloración aposemática, avisando de la toxicidad de su cuerpo a posibles
depredadores. La verdad es que su manto presenta un espectáculo cromático
increíble cuando se la molesta con nuestra presencia.
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La sepia flamboyante (Metasepia pfefferi) es un tesoro que no
deja de sorprender al buceador. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Numerosos juveniles de
variados tipos de sepias se pueden
encontrar en los fondos de fango. Su capacidad para presentar colores y
texturas de diferentes sustratos hace que estos fondos sean ideales para estas
diminutas crías, que se alimentan de diminutos invertebrados de la arena.
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Esta pequeña cría de sepia apenas mide
un par de cm. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Los gasterópodos o caracoles marinos con concha vagan a sus anchas por
el sustrato arenoso al que están tan bien adaptados estos animales.
Una enorme y fascinante
variedad de babosas marinas y
nudibranquios son hacen de estas inmersiones al paraíso para los buscadores
de nudibranquios. Estos animales no tienen ojos, sino unos apéndices sensitivos
denominados rinóforos (los cuernecillos). Son voraces depredadores de pequeños
animales marinos, como hidroideos, esponjas, gusanos, y otros gasterópodos, que
presentan toxicidad en sus tejidos, y por ello muchos de ellos muestran
coloraciones de advertencia, con colores llamativos.
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Concha burbuja, de gran valor
ornamental. El animal nos enseña sus ojos y tentáculos sensitivos. Tiene una
gran probóscide, que le permite escarbar el sustrato para obtener el alimento.
Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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El rostro y la probóscide de la concha
burbuja. (Captura de pantalla Mucky
Secrets, by Nick Hope)
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Una enorme y fascinante
variedad de babosas marinas y nudibranquios
son hacen de estas inmersiones al paraíso para los buscadores de nudibranquios.
Estos animales no tienen ojos, sino unos apéndices sensitivos denominados
rinóforos (los cuernecillos). Son voraces depredadores de pequeños animales
marinos, como hidroideos, esponjas, gusanos, y otros gasterópodos, que
presentan toxicidad en sus tejidos, y por ello muchos de ellos muestran
coloraciones de advertencia, con colores llamativos.
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Nudibranquio (Chromodoris reticulata) con su puesta de huevos. Estrecho de
Lembeh. Indonesia. (Luis Abad)
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Nudibranquios (Risbecia tryoni) sobre la esponja de la que probablemente se
alimentan. Estrecho de Lembeh. Indonesia. (Luis Abad)
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Nembrotha
milleri vagando por el fondo. Dumaguete. Filipinas. (Luis Abad)
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Glossodoris
cincta en una pared llena de lodo. Estrecho de Lembeth. Indonesia. (Luis Abad)
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Precauciones
Para bucear en este tipo de entornos
hay que ser muy cuidadoso, pues muchos de los animales que vemos son muy
sensibles, o muy venenosos, o estamos tan cerca del fondo que podemos levantar
el sedimento y arruinar todas las posibilidades de poder ver algo.
Por ello, recomendamos:
- No tocar nada. Los animales de estos
ambientes suelen ser venenosos o muy sensibles a la acción humana, pues podemos
arruinar su estrategia de defensa o camuflaje.
- No te apoyes en el fondo. El sustrato en
estos ambientes es el hogar de muchas especies, por lo que con nuestras manos o
rodillas podemos molestar a algún inquilino, que incluso puede hacerte daño. Si
tienes una varilla metálica utilízala para estabilizarte en el fondo.
- Recoge bien tus accesorios de buceo. Un
latiguillo suelto puede levantar el sedimento del fondo y estropear la
visibilidad, o engancharse en elementos del fondo, o arruinar la vida de algún
organismo.
- No abuses del flash. Los habitantes de este
mundo oscuro no toleran bien la luz potente.
- Aprende sobre las “criaturas” de la zona. Si
no las conoces o no tienes un guía, muchas de ellas pueden pasar
desapercibidas.
- Asegúrate de tener un buen guía de la zona
que te muestre los secretos ocultos y que te aconseje la mejor hora del día
para ver determinados organismos.
Las
mejores zonas del mundo
La región más popular para
practicar el “muck diving” en el sudeste Asiático, conocido por su
biodiversidad marina, en particular en el llamado “Triángulo de coral”, que
incluye el Este de Malasia, las Islas Filipinas, parte de Indonesia y Papúa
Nueva Guinea y las Islas Salomon.
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El Triángulo de Coral (Captura de
pantalla Mucky Secrets, by Nick Hope)
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Lugares como Mabul y Kapalai
en Malasia, Anilao y Dumaguete en Filipinas, el Estrecho de Lembeh en Manado,
Indonesia, y Bali, son los más conocidos.
Las
personas que más disfrutan de esta modalidad de buceo son los fotógrafos de
macro, o los buceadores recolectores de imágenes de especies raras. Las aguas
calmadas y poco profundas permiten obtener grandes oportunidades para
fotografiar criaturas de lo más extraño. Si eres uno de ellos anímate a
probarlo: no de defraudará.
Este artículo se publicó por Mónica Alonso en la Revista Acusub, en el número 141 (www.acusub.net)