Este artículo se publicó en la Revista Acusub num 183
http://acusub.com/?p=2834
Foto: Gabriel Barathieu
Moby Dick era la “ballena blanca” asesina. Ilustración original de la
novela
Popularmente a lo largo de la
Historia se les incluía en el grupo de las ballenas, aún cuando no tenían la
característica común a ellas de tener barbas para filtrar el alimento. Sin
embargo los científicos los incluyen en el suborden de los odontocetos, que son
los cetáceos que tienen dientes. El cachalote, siendo un cetáceo dentado no es
un delfín, y se le cataloga en la familia de los Phisetéridos. Hay otros dos tipos de cachalote, en una familia diferente, en la que se puede encontrar el
cachalote pigmeo y el enano.
Ciertamente son animales inmensos,
pudiendo los machos crecer hasta 20,5 m de largo y por ello son los animales
dentados más grandes que existen. Tan solo la ballena azul, el animal más
grande del planeta, con sus 30 m de
longitud máxima, y el rorcual común, que puede medir hasta 27 m, son más grandes
que el cachalote. Las hembras son sensiblemente menores en tamaño y peso y las
crías al nacer pueden medir unos 4 m de longitud. El tamaño de este leviatán se
debe fundamentalmente a la gran longitud de su cabeza, que ocupa casi un tercio
de su cuerpo.
Fuente: Wikipedia
Algunas fuentes indican que el
origen del nombre se debe a la palabra portuguesa “cachola”, que era sinónimo popular
de cabeza grande. Sin embargo otras dicen que el nombre cachalote deriva de la
palabra antigua francesa “cachau” que significaba “diente”. Posiblemente la
causa de este nombre sea porque fuera una “ballena que tenía dientes” y porque
estos eran muy apreciados como marfil marino y fueron objeto de comercio
durante siglos.
El valor económico de los dientes
era importante puesto que pueden llegara a tener 20 cm de longitud y pesar más
de 1 kg, y en su mandíbula inferior se podían encontrar entre 20 y 26 dientes.
La mandíbula superior no tiene dientes o estos son tan rudimentarios que no
salen a su boca. No se conoce bien la funcionalidad de esta configuración
dentaria, puesto que se han encontrado ejemplares de cachalotes que no los tenían
y seguían vivos, por lo que se cree éstos no sean necesarios para su
alimentación. Se especula que sirven para mostrar poder en los enfrentamientos
entre machos, teoría que se apoya en las cicatrices que presentan muchos de
ellos.
Fuente: Wikipedia
Su nombre científico es Physeter macrocephalus, proviniendo el término physeter del griego, que significa
soplador. El animal realiza su respiración por medio de su espiráculo, situado
en la parte superior de la cabeza, y siempre inclinado hacia el lado izquierdo,
por lo que su soplido inclinado se puede distinguir fácilmente del resto de los
de las ballenas. El término macrocephalus se refiere al gran tamaño de su
cabeza.
La gran cabeza de este animal permite,
entre otras funciones, albergar su cerebro, el órgano de espermaceti y el melón.
El cerebro es el más grande del
mundo animal y pesa aproximadamente 8 kg, lo cual no es mucho en proporción al
tamaño de su cuerpo. El órgano de
espermaceti, que ocupa una gran parte de su cabeza es una gran cavidad
rellena de una especie de cera o aceite blanquecino. La función de este órgano es
fundamentalmente contribuir a su flotabilidad, debido que la densidad de esta
cera varía con la temperatura. Al sumergirse y descender la temperatura,
aumenta la densidad y ello le ayuda a descender con menos esfuerzo. Tras la
caza de su presa en profundidad, el consumo de oxígeno produce calor y por lo
tanto disminuye la densidad, ayudando al animal en su ascenso. El melón, situado en la parte inferior del
órgano de espermaceti, está formado por una cavidad con divisiones de tejido
conectivo y menor contenido de aceite. Los científicos creen que este órgano
sirve de amortiguador en las embestidas que se producen en las peleas entre
machos. Según los científicos otra funcionalidad posible del melón, e incluso también
del órgano de espermaceti, sería la órgano
modulador de la ecolocalización, sistema que les permite ubicar a sus presas a
distancia por la emisión de sonidos y recepción del “eco” de los mismos.
Estos leviatanes baten récords en
casi todo, no solo por su tamaño y dimensiones. Son campeones de apnea y pueden
sumergirse hasta casi dos kilómetros de profundidad, pudiendo realizar apneas
de más de 45 minutos. Ello les permite cazar a una de sus principales presas,
el calamar gigante, que puede medir hasta 13 m, con el que tienen sangrientas
peleas en profundidad. Se estima que pueden comer aproximadamente 1,5 toneladas
de calamar al día. Muchos de ellos tienen cicatrices en su piel debidas a los
mordiscos del pico del calamar, y de las ventosas dentadas de sus tentáculos.
Pero la dieta de estos animales
tan grandes no consta solo de calamar, y es muy variada y curiosa. Un estudio
de los años 80 reveló que en sus estómagos había tiburones de entre 1 y 3 m de
longitud e incluso se encontró un tiburón peregrino de pequeño tamaño. También se
atreven a capturar al enorme tiburón de Groenlandia, un animal lento y
misterioso de aguas profundas. Su gran tamaño, agresividad, y estrategias de caza
en grupo les permite enfrentarse a tiburones tremendamente ágiles y poderosos,
como marrajos y tintoreras. No nos extraña entonces la fama del cachalote que
tenía como “monstruo marino” entre los marineros balleneros. Sin duda se trata
de un animal que por su potencia y agresividad no se dejaba capturar y matar
fácilmente, y posiblemente se llevara multitud de vidas humanas en el
proceso.
Escultura de un cachalote y un calamar gigante de un museo de Japón
Como cetáceos que son, emiten
sonidos “inteligentes” con finalidad de comunicación entre individuos, los
cuales incluso tienen su propio idioma que diferencia unas poblaciones de
otras. Los sonidos que emiten se estudian mediante hidrófonos. De los registros
de estos aparatos de deduce que habitualmente emiten unos sonidos cortos y
rítmicos llamado clicks, que utilizan para localizar a sus presas mediante su
potente sonar biológico. En cuanto localizan su presa la cadencia de sonidos
cambia hacia un zumbido fuerte, que realizan cuando están persiguiendo a la
presa. Esos sonidos pueden tener una potencia similar a la de un motor de un
avión y de hecho es el sonido más fuerte proveniente del mundo animal. Los
científicos creen que tal potencia sirve para aturdir a sus presas, aunque
otros estudios indican que puede servir también para ecolocalizar presas a
mayor profundidad.
En cuanto a su vida social, los
cachalotes se agrupan en familias de hembras y juveniles, en las que los machos
viven hasta su madurez sexual, que se produce aproximadamente cuando tienen
unos 20 años. Posteriormente se separan del grupo y generan grupos de
“solteros” de edad similar, en los que se producen luchas de poder entre ellos.
Con la madurez, los machos tienden a hacerse menos sociales y llegan a tener
vidas solitarias, que se estima puedan durar unos 70 años.
En los grupos matriarcales las
crías pueden desarrollarse al abrigo del grupo, que las protege de sus
depredadores, que suelen ser orcas
y falsas orcas. Es muy curiosa la formación en margarita, en la cual los ejemplares adultos rodean a la cría en actitud defensiva. Las labores de cría se reparten entre todas las hembras del grupo y aunque la comunicación entre la madre y la cría siempre es continua, ésta se interrumpe cuando se sumerge para cazar, dejándola al cuidado del resto.
y falsas orcas. Es muy curiosa la formación en margarita, en la cual los ejemplares adultos rodean a la cría en actitud defensiva. Las labores de cría se reparten entre todas las hembras del grupo y aunque la comunicación entre la madre y la cría siempre es continua, ésta se interrumpe cuando se sumerge para cazar, dejándola al cuidado del resto.
Formación en margarita
Las curiosidades de este animal
son incontables, lo que le hacen muy atractivo a los que tenemos una cierta
curiosidad por el reino animal. Se ha estudiado recientemente el sueño de los
cachalotes. En un principio se creía que, como el resto de los cetáceos,
descansaban manteniendo inactivo un hemisferio cerebral, mientras que el que
está activo permite las funciones básicas de flotar y respirar. Sin embargo, el
estado tan profundo de inconsciencia en el que se sumergen, les sugirió que posiblemente los cachalotes entraban en
un estado más cercano al sueño de los mamíferos terrestres. Se trata de
periodos muy cortos de inactividad casi total en los que cada uno de los
individuos del grupo reposa en posición casi vertical.
Foto: Franco Banfi
El cachalote se ha venido
capturando desde antiguo, siendo la caza de este animal más importante en los
siglos XVIII, XIX y XX. Se utilizaban botes, arpones manuales y la actividad
era tremendamente peligrosa, por la potencia de estos animales y su ferocidad.
Tras la Segunda Guerra Mundial se reanudó la actividad de caza suspendida en la
contienda, pero ya con nuevos medios, nuevos barcos y arpones mecánicos. Con
ello la población disminuyó alarmantemente y la Comisión Ballenera
Internacional impuso una protección total a esta especie en 1985. En España
también se capturó el cachalote. La última factoría ballenera de España fue la
situada en Cee, en la playa de Caneliñas, en Pontevedra, donde se capturaban
hasta 200 ballenas al año, entre los que se encontraban numerosos cachalotes.
Podría decirse que es uno de los
animales marinos de los cuales se aprovecha todo. En primer lugar, su enorme
cabeza llena de cera o aceite, el cual también se llamaba “blanco de ballena”,
y que sirvió para fabricar velas durante varios siglos. Era un aceite muy
codiciado por los balleneros, que lo vendían como lubricante en máquinas y como
combustible para las lámparas, entre otros usos. Tenía un alto valor en el
mercado, y por ello capturar un cachalote, del que se podía sacar hasta tres
toneladas era siempre un motivo de celebración.
Los dientes eran también una gran
fuente de ingresos, así como su enorme esqueleto, del que se utilizaba como
fuente de materiales ornamentales. Y por supuesto, la carne del animal era una
fuente de alimento de gran poder nutritivo y que proporcionaba a las
poblaciones costeras sustento para muchos meses.
Y es que tanto se aprovechaba de
este animal que hasta sus heces tenían su utilidad. El “ámbar gris” es el
nombre al que se le dio a esta sustancia proveniente de la secreción biliar en
los intestinos del animal. Se puede encontrar flotando en el mar o en la arena
de la costa. Esta sustancia es cerosa e inflamable, de color gris mate o
negruzco, con vetas más claras, y se utilizaba en perfumería por su olor
agradable. Ya era conocida por los chinos, que la llamaban aroma de baba de
dragón y la utilizaban para especiar el vino.
Hay muchas referencias a ella en la literatura, destacando las incluidas
en Simbad el Marino, dentro de Las Mil y una Noches. Era una sustancia tan
apreciada que en la coronación de los reyes británicos, en una parte que era
secreta, se frotaba la cabeza del soberano con un mejunje a base de ámbar gris,
jazmín, rosa, canela y almizcle, entre otras. También se ha utilizado, en su
forma sólida, como amuleto contra las epidemias. Gradualmente se ha ido
sustituyendo esta sustancia, que alcanzaba precios astronómicos en el mercado,
por otras sustancias sintéticas para su aplicación en perfumería, y por ello ha
dejado de ser tan conocida.
El ámbar gris se utiliza en perfumería
foto: Peter Kamininski
Hoy en día afortunadamente casi
ya no se capturan cachalotes en el mundo y es la industria de los avistamientos
la que ha sustituido a la ballenera en diversas zonas del mundo. Poder observar
la impresionante zambullida de este enorme animal es impresionante, y no suele
dejar indiferente al observador, que admira la insólita apariencia de este
gigante de los mares.