martes, 20 de agosto de 2019

Ataques de tiburón: la verdad sobre el mito del "tiburón comehombres"

Texto: Mónica Alonso Ruiz

Una parte de este artículo se publicó en la Revista AcuSub www.acusub.net
También se publicó en la Revista Espacio Profundo: http://www.espacioprofundo.com.mx/revistadigital/168/



Los tiburones son un grupo de peces cartilaginosos que provocan sentimientos encontrados: por un lado nos atraen, ya sea positiva o negativamente, y por otro nos importan muy poco. Nos provocan terror o admiración y a la vez no nos preocupa la supervivencia de sus especies dado es un recurso pesquero del que se capturan cientos de miles de ejemplares cada año.

Las causas de esta capturas insostenibles son el uso de sus aletas en la sopa de aleta de tiburón, de origen chino y que se consume por todo el mundo, el uso cosmético que se hace de sus aceites, o también por el mito de que el cartílago de tiburón tiene un falso efecto “milagroso” en las dolencias de nuestras articulaciones.

También porque como estamos agotando la fuente de alimento animal marina, con la escasez del pez espada o del atún, necesitamos de nuevas especies con las que complementar nuestro aporte de proteína y nos están introduciendo el tiburón en nuestra dieta a base de ofrecerlo cada vez más en los mercados. Por ello, aparte de las especies más “tradicionales” como el cazón, el marrajo o la pintarroja, ahora ya podemos ver en los mercados otras, como la “caella”, nombre común de la tintorera, que es el tiburón más capturado en España.



 En la lonja de Vigo se desembarcan anualmente alrededor de 3 millones de kg 

En México la pesca de tiburones y rayas ocupa el undécimo lugar en su producción pesquera, según datos del Gobierno de México, del Instituto Nacional de Pesca, donde destaca la pesca del tiburón martillo, el tiburón sedoso o tunero, los cazones mamones, el tiburón azul, el tiburón volador o puntas, los cazones de ley y el tiburón zorro, entre otros.




Es llamativo que el conocimiento que se tiene de la biología y comportamiento de los tiburones en comparación con el que se tiene de otras especies comerciales es muy limitado. Debido al desconocimiento del estado de sus poblaciones es mucho más difícil establecer políticas eficaces para evitar el agotamiento de las mismas. Total, a quién le preocupa que se extingan varias especies de tiburones, si se trata de “enemigos de la especie humana”, voraces depredadores  a los que se está esquilmando de manera similar a como se hizo con el lobo en tierra.

Miedo a lo desconocido

Pero por otro lado nos sentimos atraídos por todo aquello que represente una amenaza para nuestra especie. El ser humano se sitúa por encima de todos los superdepredadores y solo teme a unas pocas especies de animales peligrosos, entre los que destacan los tiburones, y por ello todo aquello que suponga un peligro para su especie le llama la atención.

La verdad es que a los humanos nos gustan los “monstruos”, y si son marinos mucho más. El océano es muy desconocido aún hoy y nuestra cultura está repleta de leyendas sobre los peligros que alberga. Nuestro morbo es insaciable y por ello hay algo que siempre interesa: los “ataques de tiburón”. Siempre que ocurre un desgraciado incidente de este tipo se publica a lo largo y ancho del planeta, y con ello se contribuye a aumentar la mala imagen del tiburón despiadado “comehombres” que llevamos inserta en nuestra imaginación colectiva social desde que vimos la película “Tiburón” y las posteriores sagas que tan poco han ayudado a mejorar la imagen de estos campeones de la evolución.


Escena de la película Sharktopus, un monstruo mitad tiburón, mitad pulpo gigante

Todo este barullo mediático sobre los tiburones se agrava cada año con la Shark Week de Discovery Channel, donde se empeñan en mostrarnos montañas de sesudos documentales pseudocientíficos donde se nos mezclan datos reales con patrañas inventadas para aumentar el potente interés que el compulsivo consumidor televidente suele mostrar por los tiburones. Nos muestran misteriosos “megalodones” que han desafiado la evolución y han evadido su extinción, escondiéndose en la inmensidad del océano desconocido, y que surgen de las tinieblas para perseguir de una manera deliberada y despiadada a las víctimas de naufragios que ocurren en medio de una noche lluviosa. Además, últimamente todo esto se enriquece con películas de dudoso gusto en las que llueven tiburones del cielo convirtiéndose en la pesadilla para la supervivencia del planeta.


Sharknado es una serie de películas en las que hay tiburones que caen del cielo convirtiéndose en asesinos voladores.

Hay demasiado circo alrededor de estos animales y los peligros del océano. Por ello lo que debería ser un agradable baño en el océano se puede convertir en algo muy estresante si nos dejamos llevar por nuestra imaginación y la autosugestión inducida por estas películas.

Miedo infundado. Estadísticas de ataques de tiburón

¿Realmente debemos tener miedo a nadar en el océano? 
¿Nos puede atacar realmente un tiburón? 

Sobre esto hemos hablado largo y tendido en otros artículos y lo que vamos a intentar aquí es demostrar con cifras que el miedo es infundado.

La ISAF (International Shark Attack File) es la base de datos más completa que se tiene sobre “ataques de tiburón”. Comenzó a funcionar en 1958, administrada por el Departamento de Historia Natural del Florida Museum y la American Elasmobranch Society. Se inició a partir de los datos que tenían sobre ataques de tiburones a marines americanos, cuando comenzaron los estudios sobre “ataques”, con el objetivo fundamental de conseguir un repelente de tiburones eficaz. Tras décadas de recolección de datos, en la actualidad esta base de datos es el marco para la existencia de más de 6.000 investigaciones, que han extendido su rango de análisis desde mitad del siglo XVI hasta la actualidad, con la colaboración de numerosos científicos de todo el mundo, que actúan como observadores regionales.


Integra otras bases de datos regionales, como la Australian Shark Attack File, que recopila datos desde 1984, y que es administrada por la Taronga Conservation Society.

La base de datos es muy extensa en cuanto a las referencias que recoge, como informes médicos, autopsias, entrevistas personales, etc, que permiten analizar cada uno de los accidentes. Los científicos que investigan los ataque tienen acceso a todos los datos, pero el público general solo tiene acceso a las estadísticas básicas.

La ISAF emite cada año un informe de los ataques que se han producido en el mismo, analizando las cifras y las causas de los mismos. De estos informes lo primero que hay que destacar es que la mayoría de los “ataques de tiburón” son pequeños accidentes, como pudiera serlo un mordisco de un perro, y que tan solo alrededor de SEIS son mortales, de los 75 a 100 “ataques no provocados” que se producen cada año.

Los científicos denominan “ataque no provocado” a cualquier mordisco o casi mordisco de una persona o de la tabla o elemento flotante sobre el que se sitúe la misma, en ausencia de provocación humana, es decir, no se le alimenta, se le acosa o se le persigue, y que se producen en el hábitat natural del tiburón.

Es de destacar que registrar ataques de tiburón es muy complicado, porque las víctimas no suelen recordar mucho, y es difícil que vean a su agresor, y mucho menos que identifiquen la especie. El análisis de la mordedura casi nunca es claro a la hora de determinar la especie. Por ello la lista de la ISAF está muy condicionada por la falta de identificación de la especie.

Existen más de 500 especies de tiburones y de ellas hay 3 especies estadísticamente relevantes en cuanto a este tipo de ataques. Se trata del tiburón toro (Carcharhinus leucas), el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier) y el tiburón blanco (Carcharodon carcharias).
Los tiburones que más ataques no provocados producen

Estas especies son muy interesantes para los científicos que analizan los ataques de tiburón, porque son animales grandes, migratorios y con áreas de distribución por todo el planeta; también son muy conocidos por el público, a causa de las películas, los documentales, y los informes de ataques de tiburones.  Que estas tres especies sean las más incluidas en la base de datos de accidentes de la ISAF responde también a que estas son de las más identificables por parte de las víctimas y los científicos.

Lo que parece que está ocurriendo es que en determinadas “zonas calientes” del mundo, como Estados Unidos, Australia y Sudáfrica, se están produciendo un mayor número de accidentes de este tipo. La causa fundamental es que hay más población en las costas de esas zonas realizando actividades acuáticas.


Ataques de tiburón en el mundo desde 1580 a 2006
Fuente: ISAF


Ataques de tiburón por países

Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo

Recientemente se ha publicado un estudio titulado “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”, donde se analizaron 14 países donde se hubieran producido más de 10 ataques de tiburón desde 1960 y hasta 2015, utilizando la base de datos del ISAF. Para el estudio se realizó una división del mundo en 7 zonas, y se analizaron las especies de tiburones dominantes en los ataques, que fundamentalmente resultaron ser el tiburón blanco, el tigre y el toro.


Mapa del mundo con los países y las regiones analizadas en el estudio
Fuente: “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”. Stephen R. Midway. Tyler Wagner. George H. Burgess.

 

Especies dominantes en cada una de las zonas de estudio.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”. Stephen R. Midway. Tyler Wagner. George H. Burgess.


Se analizó el número de ataques y cuántos de ellos fueron fatales, llegándose a la conclusión de que el 85 % de los ataques no acaban en muerte. Ello es debido a que el animal muerde para tantear si se trata de alimento, y no vuelve a morder cuando detecta que no lo es. Las muertes se producen fundamentalmente por desangramiento antes de tener atención médica.



Ataques fatales (mortales) y no fatales por países, desde 1960 a 2015. Los no fatales representan en global, el 85 % de los ataques.
Fuente: “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”. Stephen R. Midway. Tyler Wagner. George H. Burgess.

También se analizaron las actividades que estaban realizando las víctimas para valorar el riesgo de cada una de las actividades que se realizan en el agua. Se llegó a la conclusión de que el 40 % de los ataques se produjeron a surfistas y actividades de superficie (kayak, kitesurf..), si bien existe un 50 % adicional en los que se desconoce la actividad que la víctima estaba realizando. El otro 10 % de víctimas fueron buceadores, incluyendo dentro de esta actividad la pesca submarina (que por otro lado es la que más ataques recibe, fundamentalmente porque el pescador suele llevar a sus víctimas colgadas a la cintura o en una red, y porque los tiburones son especialmente sensibles a los sonidos producidos por los animales moribundos).


Proporción de ataques de tiburón en función de la actividad de la víctima.
Fuente: “Tendencias en los ataques de tiburones en el mundo”. Stephen R. Midway. Tyler Wagner. George H. Burgess.

Las conclusiones del estudio fueron que globalmente la probabilidad de ataque de tiburón es muy baja (del orden de una entre 3.800.000), pero en zonas de costa muy pobladas como el Este de Estados Unidos y el Sur de Australia, los ataques se han duplicado en los últimos 20 años, aunque las cifras siguen siendo muy bajas.

Riesgo de muerte por tiburón. Fuente: ISAF

Los datos del año pasado

Recientemente se ha dado a conocer el resumen de la estadística del ISAF para 2018 y en el estupendo blog Tiburones en Galicia se ha realizado un análisis de estos datos, algunos de los cuales reproduzco a continuación:

En 2018 se registraron 66 ataques no provocados en todo el mundo, valor muy inferior a la media de los últimos 5 años, que es de 84, y 22 menos que el año anterior.

Hubo 4 víctimas mortales, una menos que en el año anterior.
En Australia. Estados Unidos y Egipto.


Ataques de tiburón en 2018. Fuente: ISAF

Los datos son claros: los tiburones atacan muy poco al hombre, y si lo hacen, matan muy poco. Así que a partir de ahora, cada vez que alguien nos diga que los tiburones son peligrosos siempre podremos rebatirlo por infundado. Son potencialmente peligrosos, pero la realidad es que la probabilidad de ataque es casi inexistente.


Los ataques de tiburón en 2018. Fuente: ISAF

Ataques en España

Muchas veces hemos hablado de que en las aguas españolas también hay tiburones. No es una zona de grandes tiburones, salvo en Canarias. Aun así, se han producido algunos accidentes, 18 desde 1908. Accidentes mortales solo se han producido 3, en los inicios del siglo XX. El resto de accidentes han sido pequeñas mordeduras en extremidades, fundamentalmente producidas a bañistas y nadadores.

En Canarias se han producido varios accidentes con tiburones ángel, fundamentalmente debido que estos animales están enterrados en la arena de las playas y muerden cuando se les pisa. En cualquier caso, este pacífico animal no provoca heridas muy graves.


Tabla resumen de los ataques de tiburón en España desde 1900.
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del ISAF

Cómo evitar un ataque de tiburón según la ISAF

La ISAF nos da una serie de consejos a los buceadores para reducir el riesgo de ataques en diferentes situaciones:
  • Si ves un tiburón, mantén la calma y la posición, permaneciendo lo más quieto posible. Muchos tiburones tan solo son curiosos y no te harán caso. Aprovecha la oportunidad de ver uno de los depredadores más impresionantes de la naturaleza.
  • Si has estado realizando pesca submarina y tienes la captura contigo, despréndete de ella y abandona la zona sigilosamente. Lo habitual es que el tiburón haya recibido la llamada, bien por sonido o por olor, de los animales moribundos, y se plantee aprovechar tu captura comiéndosela.
  • Si un tiburón se muestra interesado en tu persona, y se acerca demasiado la mejor estrategia es salir del agua, nadando suavemente, pero lo más rápidamente posible, sin perder de vista al animal, con tu compañero de buceo a mano. Los tiburones suelen atacar menos a grupos que a un buceador solitario.
  • Si un tiburón se muestra agresivo, con conducta brusca, arqueando su cuerpo, bajando sus aletas pectorales, nadando en zigzag rápido, procura cubrir tu espalda con un arrecife, si es posible, para reducir los ángulos desde los cuales el tiburón puede acercarse a ti. Si estás en el azul ponte espalda contra espalda con tu compañero y gradualmente asciende a la superficie hacia tu barco. Si tu buceo es desde costa desciende poco a poco hacia el refugio que te proporciona el fondo. 
  • Usa cualquier cosa que tengas a mano (cámara, octopus, palo para alejar la cámara, etc) para mantener alejado al tiburón. Siempre es bueno llevar un palo o stick para este propósito si prevemos que vamos a bucear con tiburones. Genralmente esto suele funcionar y el animal se retira. En ese caso retírate tú también con tu compañero, sin perderlo de vista. 
  • Si es un animal agresivo y vuelve, golpea su hocico con lo que tengas a mano, incluso con tu mano, pero con cuidado. Le harás sentirse amenazado
  • Si te ha mordido, hacerse el muerto no funciona y lo mejor es defenderse lo más agresivamente posible, atácale con lo que puedas, preferiblemente en los ojos o hendiduras branquiales, para que el animal perciba un peligro y te suelte. Una vez que te ha soltado, abandona el agua lo más rápidamente posible.


Como manejar un encuentro con un tiburón. Fuente: Fix.com


El código de conducta con tiburones del Gobierno de Egipto

Los ataques de tiburones más conocidos

Parece ser que la primera víctima de un ataque de tiburón que se tiene registrada es de 1749, cuando Brook Watson, marino mercante de 14 años, sufrió dos mordeduras de un escualo, perdiendo una pierna en el incidente, cuando nadaba en el puerto de la Habana. Se recuperó muy rápidamente y llegó a ser Parlamentario Británico.


Watson and the Shark
Lienzo de John Singleton Copley

En 1963, Rodney Fox fue atacado por un tiburón blanco mientras hacía pesca submarina, recibiendo un mordisco en el pecho y un brazo. Se le considera el superviviente más milagroso de todas las víctimas, puesto que sus heridas fueron extremadamente graves, recibiendo más de 400 puntos de sutura. A partir de su recuperación se convirtió en un defensor de los tiburones y diseñó la primera jaula para observación del tiburón blanco, dedicando más de 40 años al estudio de este animal.
 
La terrible herida que sufrió Rodney Fox en su cuerpo.

En 2003, Bethany Hamilton, una surfista estaba disfrutando de las olas en Hawai, cuando fue atacada por un tiburón tigre y como consecuencia perdió su brazo izquierdo, cuando tenía 13 años de edad. Es famosa en el mundo entero por superar esa grave lesión y volver a practicar el surf, incluso llegando a nivel profesional.

Bethany Hamilton siguió su carrera como surfista de manera profesional y fue capaz de ganar campeonatos. Los documentales y películas sobre su vida son un ejemplo de superación.
Fuente: Web de Bethany Hamilton
Supervivientes conservacionistas

Al contrario de lo que muchos piensan, muchas de las víctimas de ataques de tiburón defienden a los tiburones. La mayoría de ellos no culpan al tiburón del ataque, porque tienen la idea de que a pesar de las terribles heridas que han recibido, reconocen que estos animales están en peligro, lo que pone al océano y toda la vida marina en peligro.


Supervivientes de ataques de tiburón que pertenecen al grupo Shark Attack Survivor for Shark Conservation.

Algunos supervivientes de ataques de tiburón de todo el mundo se han convertido en conservacionistas defensores de los tiburones. El grupo Shark Attack Survivor for Shark Conservation está compuesto por más de una docena de personas, dentro de la organización internacional Pew. Algunos han perdido brazos o piernas, pero ninguno ha perdido la determinación de llamar a la acción en la conservación de los tiburones.

Presionan a los líderes mundiales para que impongan políticas de protección. Han tenido un papel importante en la presión realizada contra el Congreso de Estados Unidos para que eliminara las lagunas en la ley estatal de prohibición del “finning”. Han apoyado a presidentes de países donde se han establecido santuarios de tiburones e incluso han llevado el tema a Naciones Unidas.


Son personas excepcionales que saben decirle al mundo que ellos fueron víctimas casuales de los escasos ataques de tiburón que se producen en el mundo, y a pesar de sus secuelas, son amantes del mar y de sus criaturas, y defienden que si no reaccionamos y evitamos que se sigan matando tiburones al ritmo actual, nos quedaremos sin ellos, y los ecosistemas marinos quedarán gravemente dañados.

La conclusión a todo esto es que no debemos tener miedo a los tiburones. Tan solo el respeto que se merece cualquier animal salvaje que puede reaccionar de manera descontrolada. Buceemos con ellos y aprendamos a amarlos y a conservarlos.

miércoles, 31 de julio de 2019

CAUTIVOS EN RUSIA





Este artículo se publicó en la revista Acusub número 200 www.Acusub.net
Texto: Mónica Alonso Ruiz

El año pasado los conservacionistas rusos decidieron investigar la realidad de las capturas de mamíferos marinos en su país. Sabían que, en el Mar de Ojotsk, lejos de la civilización, lejos de todo, se capturaban orcas y belugas. Se sabía que se aprovechaba la migración estacional de las orcas a lo largo de su costa en verano para capturarlas. Nadie lo había visto, dado que es un lugar bastante inaccesible. Sin embargo, esta actividad no es del todo ilegal, pues a pesar de la indignación popular, al parecer, el Servicio Federal de Supervisión de Recursos Naturales ruso había dado permisos para ciertas capturas en la zona en 2018, específicamente 13 orcas por año, para ser utilizadas en actividades educativas.

Tras la emisión de estos permisos, unos cuantos voluntarios de varias organizaciones de ese país, dentro de un grupo llamado “Ocean Friends” se equiparon con dos embarcaciones y se presentaron en la zona. Los cazadores de orcas no recibieron muy amigablemente a los activistas, usando armas de fuego contra sus drones y saqueando su campamento.

A pesar de las dificultades, recogieron un montón de información. Filmaron las sangrientas capturas e incluso casi pudieron impedir algunas de ellas, pero los cazadores tenían mejores medios. Capturar una orca joven o un grupo de belugas jóvenes, para utilizarlas en un delfinario, exige un cruento trabajo de caza de la manada y descarte de aquellos ejemplares no deseados por ser ya adultos.

La sociedad rusa y el mundo desconocían hasta la fecha lo que estaba ocurriendo allí. El proceso de captura no se controla en absoluto: no se hace fotoidentificación, ni biopsias para obtención de ADN. Si durante la captura se mata a alguna orca no hay consecuencias, si una orca muere, se deshacen del cuerpo y se captura otra.
El mar de Ojotsk, donde capturan las orcas y belugas

Querían mostrar al mundo que la captura de un animal para un delfinario requiere la muerte violenta de muchos otros. Dado que para que un delfín, una orca o una beluga se pueda adaptar a la cautividad es preciso que sea una cría o muy joven, los cazadores suelen atacar a toda una manada, para separar a sus crías. Como son animales sociales, todo el grupo reacciona al ataque, defendiendo a sus pequeños. Por ello la mayoría de las veces es preciso masacrar a muchos de los componentes de la manada. De los ejemplares capturados posteriormente se hace una selección, en la cual se descartan algunos, a los que también dan muerte o son abandonados a su suerte. Como los cetáceos en cautividad duran poco porque mueren muy prematuramente, es preciso reponerlos, y de ahí el constante negocio de la captura sigue diezmando manadas enteras. Puedes ver todo esto en este vídeo.

Los voluntarios volvieron de la expedición con mucha información valiosa para mostrar al mundo y a las autoridades. Pudieron filmar a 12 orcas y 90 belugas en una “base de adaptación” en Srednyaya Bay, Nakhodka, que los cazadores tenían como punto de concentración de animales para su posterior venta, principalmente a los delfinarios chinos, cuyo número no para de crecer año a año. Se cree que por una orca pueden recibir un precio entre 1 y 6 millones de euros.



La Bahía de Srednyaya, cerca de la ciudad de Nakhodka, donde se sitúa la “base de adaptación” que las empresas tienen como punto de concentración para posterior venta de las orcas y belugas a delfinarios chinos.

Sus imágenes dieron la vuelta al mundo en noviembre de 2018. Los animales estaban hacinados en pequeñas piscinas, las belugas al aire libre y las orcas en espacios cubiertos. En otro vídeo se puede ver como una grúa eleva una orca y la pone en un tanque, en las labores de preparación para su transporte a un destino desconocido para los activistas. Se cree que los cetáceos iban a ser vendidos a los delfinarios chinos. Los periódicos rusos informaron de que las cuatro empresas que operaban en la zona (Oceanarium DV, Afalina, White Whale/Bely Kit y Sochi Dolphinarium) habían exportado 15 orcas y 200 belugas a China en los últimos 5 años. Estas empresas alegaban que tenían permiso para capturar a estos animales.


Las instalaciones de la Bahía de Srednyaya donde se mantienen cautivas las orcas y las belugas. Es la denominada “cárcel de ballenas”. Las piscinas cubiertas se reservan a las orcas, de mayor valor en el mercado, y las que están al aire libre son para las belugas. En esta instalación se han encontrado 12 orcas y 90 belugas.

¿Especies protegidas?

Conocer la legalidad de la captura de cetáceos es realmente complicado y responde, como ocurre siempre en el caso de recursos marinos, a convenios internacionales que firman los países y que acatan o no en función de si les interesa.

La realidad es que la Comisión Ballenera Internacional propuso la prohibición de la caza de orcas hasta que se realizaran investigaciones sobre el estado de la especie como consecuencia de que en 1979-1980 en la Unión Soviética se capturaron más de 900 ejemplares. A partir de ahí Noruega y la Unión soviética suspendieron sus capturas y Japón lo hizo en 1990.

La Comisión Ballenera Internacional (CBI) regula las capturas de las “ballenas grandes” y define 13 especies de misticetos (ballenas con barbas) a proteger, con prohibiciones vinculantes para sus miembros. El resto de cetáceos, entre los que se incluyen las ballenas más pequeñas y los odontocetos (cetáceos con dientes), no tienen reglas de captura en el ámbito de la Comisión, aunque su comité científico discute temas de conservación de este numeroso grupo. Es por ello que las prohibiciones que la CBI establezca no son vinculantes para los países miembros, por lo que existe un enorme vacío legal en el ámbito internacional para estas especies fuera de las “ballenas grandes” (grandes ballenas)
La Convención CITES protege todos los odontocetos (cetáceos con dientes), grupo al que pertenecen las belugas, orcas y todo tipo de delfines. La protección consiste en la inclusión en el apéndice II, donde figuran las especies que podrían estar en peligro de extinción a menos que se controle estrictamente su comercio. Para exportar especímenes es preciso un permiso de exportación, cuando se cumplen determinadas condiciones. Como podemos ver, esta protección no consiste en la prohibición de captura, sino de comercio.

Actuación del gobierno ruso

El vídeo de las piscinas con las orcas y belugas cautivas llamó la atención de la población rusa y de todo el mundo. A partir de ahí cientos de personas enviaron cartas y cientos de miles de personas firmaron peticiones para solicitar que se dejaran de capturar estos animales y su liberación inmediata.
El Fiscal General ruso inició una investigación. Al parecer, los permisos de caza emitidos vulneraban la ley rusa sobre pesca y preservación de los recursos biológicos acuáticos. Según dicha ley sólo los delfinarios establecidos en Rusia podrían obtener dichos permisos de captura, para animales a utilizar en sus instalaciones, prohibiéndose la venta y exportación de los mismos. A partir de ahí, se realizó una investigación criminal con cargos de captura ilegal de recursos biológicos contra las empresas que capturaban estos animales. Mientras la investigación siga en curso los animales debían permanecer bajo la custodia de dichas empresas.

Campaña “Free Russian Whales” (Liberar las “ballenas” rusas)

A partir de ahí, en enero de 2019, los conservacionistas rusos se organizaron y comenzaron la campaña Free Russian Whales, para hacer presión para que el gobierno ruso libere a las orcas y belugas (mal llamadas ballenas, pues no lo son).


“Free Russian Whales” es la campaña que grupos de conservacionistas rusos llevan a cabo para dar a conocer al mundo la situación de las orcas y belugas cautivas en Srednyaya

Los argumentos para su liberación, avalados por expertos y biólogos internacionales, son los siguientes:
  • Las orcas y belugas llevan muy poco tiempo cautivas, por lo que aún son capaces de adaptarse a la libertad, dado que han sufrido muy poco tiempo el condicionamiento conductual de la cautividad. O lo que es lo mismo: aún recuerdan cómo se vive en libertad. Hay experiencia de delfines jóvenes que fueron liberados tras un corto periodo de cautividad y han sobrevivido libres.
  • Los animales son jóvenes, pero no son crías, por lo que previsiblemente serían capaces de readaptarse a la libertad, incluso en grupos que no sean de su propia familia. 
  • A lo largo de este tiempo han desaparecido una orca y tres belugas. Sus captores dicen que la orca fue liberada por conducta agresiva y que las belugas han escapado. Se presume que aún con la prohibición del gobierno ruso, los captores puedan haberlas vendido ilegalmente. 
Una activista recoge firmas para liberar a las orcas y belugas
en la feria de buceo rusa que tuvo lugar en enero en Moscú
El tiempo juega en su contra

Mientras se toman decisiones, las condiciones físicas de los animales cautivos se deterioran debido al hacinamiento y al crudo invierno. La instalación de Srednyaya Bay no está prevista para que los animales pasen allí tanto tiempo. La investigación del gobierno ruso paralizó su traslado a los delfinarios de destino, pero tampoco ha permitido su liberación inmediata.

En enero de 2019 expertos del Servicio de Costas ruso, veterinarios y biólogos, informaron sobre la “prisión de ballenas”. Las instalaciones están cubiertas con hielo en las piscinas y las belugas casi no pueden moverse. Los cuidadores tienen que romper el hielo continuamente. Las belugas se adaptan mejor y por ello están en los tanques a la intemperie. Evolucionaron eliminando su aleta dorsal precisamente para poder estar en zonas de hielo, y tienen más grasa corporal. En libertad pueden desplazarse a zonas con menos hielo para poder nadar, cosa que aquí no pueden hacer. Las orcas lo llevan peor, y eso que están en tanques cubiertos, dado que ellas suelen migrar a zonas menos frías en esta época del año.


Las piscinas de la “prisión de ballenas” cubiertas de hielo


La presencia de hielo en las piscinas no reduce aún más la movilidad de los animales

En febrero de 2019 Jean Michelle Cousteau escribió a Vladimir Putin para pedir la libertad de las orcas y belugas, y se ofreció a asesorarles. Otros famosos, como Pamela Anderson y Leonardo di Caprio también escribieron a Putin y promocionan la petición de liberación que hay en change.org, que casi alcanza un millón de firmas. El 23 de febrero el gobierno ruso anunció la liberación de los animales. Esta gran noticia recorre todas las televisiones del mundo.


La campaña internacional de Leonardo di Caprio a favor de la liberación de las orcas y belugas ha llamado la atención de todo el mundo y el Gobierno Ruso ha notificado que pretende liberarlas.

A fecha de hoy, no nos consta que las orcas y belugas cautivas se hayan liberado y su situación empeora. Los expertos han vuelto a la “cárcel de ballenas” y han observado que las lesiones que tienen en la piel debidas a su captura han empeorado, que tienen nuevas lesiones debido al hacinamiento, y que los hongos, presumiblemente, han hecho acto de presencia…(Ver actualización al final del artículo)


Las orcas cautivas presentan lesiones en su piel, que han empeorado desde el cautiverio

El Gobernador de la Provincia invitó a Jean Michelle Cousteau para asesorarles. Tiene que tomar una decisión que no es fácil. Mientras tanto los activistas rusos hablan de que el Gobierno pretende llevar a los animales a los delfinarios rusos. Esta opción no es bien recibida por ellos, que ven que, una vez más cuando un gobierno no sabe qué hacer cuando tiene un cetáceo que liberar, suele llevarlo a una instalación de este tipo, donde acaba su vida actuando y dando dinero a la industria de la cautividad. (Ver actualización al final del artículo)


Se han producido manifestaciones en pro de la liberación de las orcas y belugas en Moscú

El gobierno ruso, tras una reunión celebrada el 12 de marzo, anunció que los animales serían trasladados a una bahía diferente, cerca de Vladivostok. En dicha reunión se creó una comisión para determinar la suerte de los animales. Los conservacionistas están preocupados porque el coordinador de dicha comisión es el responsable de los permisos de captura que se dieron a las empresas, y que luego fueron declarados ilegales. Acusan a dicha comisión de no querer acoger ningún grupo de expertos internacionales.

Este mismo mes de marzo una serie de celebridades de todo el mundo le han pedido a Vladimir Putin la liberación de estos animales. Encabezan la carta la reina Noor de Jordania, Jane Goodall, Richard Branson, Edward Norton y muchos otros. Sin duda el esfuerzo de Free Russian Whales está siendo enorme para aumentar la presión sobre los responsables de liberar a estos animales.

La experta en cetáceos Tatiana Denisenko, docente de la Universidad Estatal de Moscú, experta en medicina veterinaria y biotecnología, ha declarado a la prensa que la liberación de estos animales es posible. Ha evaluado las posibilidades que tienen de aprender a vivir en la naturaleza e incluso la posibilidad de que encuentren a su familia, como muy altas. Su rehabilitación podría durar uno o dos meses, antes de liberarlos, dado el poco tiempo que han pasado en cautividad, tras un control sanitario y de cura de sus heridas. Se le ha planteado la posibilidad, ya anunciada, de que se les lleve a otra bahía cercana para su rehabilitación, pero ella lo descarta, dado que un traslado y manipulación mediante tanques podría afectar mucho a su salud.

No sabemos cuánto va a durar esta circunstancia, ni si los animales van a sobrevivir antes de que sean liberados. Lo que sí sabemos es que de momento sirve para dar un toque de atención a la sociedad internacional para que se dé cuenta de lo que ocurre con la industria de la captura de mamíferos para delfinarios. (Ver actualización al final del artículo)

Esta terrible situación se ha creado como consecuencia de la creciente industria de los delfinarios en China, y países cercanos, en un mundo donde cada vez más países están prohibiendo la cautividad de los cetáceos. ¡No vayas a un delfinario! Detrás de la cara “feliz” de un delfín cautivo haciendo piruetas está una vida de privación de libertad, de castigos para vencer su resistencia, de lesiones por el hacinamiento, de enfermedades por estar viviendo en un espacio reducido. Y, sobre todo, la masacre que se lleva a cabo para su captura.
Detrás del negocio de los delfinarios se esconde otro negocio más sangriento, el de la captura y tráfico de estos animales
Actualización julio 2019

De forma inesperada, a finales de junio y comienzos de agosto el Gobierno Ruso ha comenzado a liberar orcas y belugas, sin consultar a ninguno de los grupos que les estaban asesorando.

Proceso de carga de una de las orcas liberadas

A finales de junio liberaron 2 orcas y 6 belugas. La prensa rusa lo vendió como un gran éxito y circularon varios vídeos sobre lo felices que eran los animales cuando se liberaron.

Video 2 (Facebook)
Video 3 (Facebook)

 



Se liberaron en el Mar de Ojostk, donde fueron capturadas (hicieron caso a los expertos, pero solo en ese aspecto). El traslado se hizo por carretera y las liberaron inmediatamente, sin proceso de aclimatación ni de tranquilización tras el estrés del transporte. Los expertos y activistas rusos están muy preocupados porque el proceso de liberación no se está llevando en las mejores condiciones.

Los conservacionistas rusos están preocupados por cómo se está llevando el proceso de liberación, especialmente con el secretismo del Gobierno Ruso

Los animales fueron etiquetados y se han podido seguir sus movimientos. Al parecer las dos orcas permanecen juntas, y se mueven por los lugares en los que las orcas salvajes se mueven habitualmente. Aún no se sabe si se han reunido con algún grupo.

Las orcas liberadas fueron etiquetadas y sus movimientos pueden seguirse vía satélite

A inicios de julio liberaron tres orcas, dos de ellas más adultas y otra una cría, con el mismo procedimiento que el utilizado en la liberación anterior. Del seguimiento por satélite se conoce que la orca más joven se ha separado del grupo. Y además se la ha podido ver vagando cerca de la zona de liberación, acercándose a los pescadores y mendigando comida a los humanos.
En este video se la puede ver recibiendo un pescado de la mano de un pescador. Es decepcionante ver como este animal parece que en solitario no va a ser capaz de sobrevivir en libertad. Así, los detractores de la liberación, la industria del cautiverio, tiene argumentos para decir que la liberación de cetáceos una vez capturados es imposible.


La cría de orca que se ha separado del grupo mendiga comida de los pescadores

Los activistas están muy preocupados por su salud. Indican que la liberación tenía que haberse realizado en grupos más grandes, las 10 orcas juntas y las belugas en grupos grandes, aunque no fuera el grupo entero. Así las más débiles podrían tener el resguardo del grupo y mejorar su proceso de adaptación. Además, el seguimiento de todos los animales debería haberse realizado de forma visual, asegurándose de que todos los individuos eran capaces de alimentarse, en un periodo tras su liberación.

Jean Michelle Cousteau ha declarado (vídeo) que está muy decepcionado con el procedimiento seguido para la liberación de los animales y pide modificarlo y ampliar la transparencia del proceso, dada la poca información que se está dando del mismo.


Finalmente, el 24 de julio, el Gobierno ruso ha anunciado que Greenpeace Rusia participará en la liberación del siguiente grupo de orcas, que tendrá lugar en agosto.


Esperamos que la cordura se implante en el proceso de liberación y se sigan los consejos de los expertos en la materia.