lunes, 25 de noviembre de 2019

El grave problema de los océanos: la sobrepesca


Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se pubñicó en la Revista AcuSub num 199 http://acusub.com/?p=3491

El océano es una gran fuente de recursos y adolece de falta de regulación en buena parte de las actividades que allí se realizan. Es un bien común, y fuera de las aguas territoriales de los estados se aplica la ley del más fuerte y la de sálvese quien pueda. En lugar de preservarlo y considerarlo un recurso valioso, los humanos lo estamos poniendo en peligro, utilizándolo como un basurero y esquilmándolo. Analizar esta situación no es fácil, teniendo en cuenta que no es un problema que detecten y denuncien los estados, sino que son las instituciones y convenios internacionales, a menudo sin competencias para regular la explotación del océano, las que analizan sus causas.

Este artículo pretende dar unas breves pinceladas sobre la situación de la explotación actual de los recursos pesqueros. El tema es complicado y depende de la suma de muchas voluntades para poder solucionar sus problemas, poco a poco más conocidos por la sociedad, cada vez más exigente con la sostenibilidad en la gestión de sus recursos.


Capturas de pez espada en la lonja de Vigo. Fuente: Antonio Gil Martínez

En este sentido es bueno escuchar las reflexiones de los especialistas en cuanto a conocimiento y divulgación del medio marino. Entre ellos, David Attemborough, el locutor y naturalista, el cual nos advierte: “Nuestras aguas se enfrentan a la mayor amenaza de su historia, por causa de la sobrepesca, que está poniendo en riesgo todo el ecosistema. No solo hay que cuidar la naturaleza, hay que tratarla con respeto y reverencia. El futuro de ella está en nuestras manos, en nuestra vida diaria, sin despilfarrar sus recursos, de los que tanto dependemos. No solo se trata de no malgastar la energía, sino de tratar a la naturaleza con un gran respeto, porque formamos parte de ella”.

Un problema complejo y global

Los recursos pesqueros son una fuente importante de proteínas para la alimentación de personas en todo el planeta. Según Friends of Ocean Action, un grupo de más de 50 líderes mundiales, convocado por el Foro Económico Mundial y el Instituto de Recursos Mundiales, estos recursos están en peligro porque casi el 90 % de las poblaciones de peces marinos del mundo están actualmente totalmente explotadas, sobreexplotadas o agotadas.

El impacto de la pesca excesiva se hace sentir en todo el mundo. Provoca la degradación de los ecosistemas, y afecta el tamaño de los peces que quedan por pescar, así como la forma en que se reproducen y la velocidad a la que maduran. Cuando se eliminan demasiados peces de una determinada especie, toda la cadena alimenticia se resiente y los desequilibrios resultantes pueden ser devastadores para otras especies marinas, como es el caso de las tortugas marinas y los corales.



El bacalao atlántico sufrió una grave sobreexplotación en el Atlántico Norte, especialmente en los caladeros de Terranova, entre 1970 y 1980, por lo que la población colapsó. Fuente: Wikipedia. Autor: Lamiot


La sobrepesca lleva siempre a la pérdida de biodiversidad. Toda la cadena alimentaria se resiente y solo quedarán algunas especies residuales, como las medusas. Fuente: Wikipedia. Autor: Hans Hillewaert

A la hora de analizar el problema también hay que considerar el aspecto económico, porque hay muchas empresas y empleos que dependen de la industria pesquera. Cuando la pesca se resiente, las economías costeras que dependen de ella también se ponen en riesgo. Un ejemplo, en Galicia el sector de la pesca representa en torno al 9 % del total de los sectores productivos. Poner en peligro los caladeros donde operan los pescadores gallegos por causa de prácticas insostenibles a la larga afectará a la supervivencia de los propios pescadores, que verán reducida su capacidad de capturar peces y tendrán que buscar otros caladeros, o reconvertirse a otros sectores.
Entre el 10 y el 12% de la población mundial depende de la pesca y de la acuicultura, estando el 84 % en Asia. Fuente: FAO

A toda esta maraña de intereses se añade un nuevo factor que lo complica todo, las prácticas de pesca ilegales y no reguladas, las cuales son difíciles de rastrear y que, según los expertos son la clave del problema. Se define pesca ilegal como aquella que viola las normas de una pesquería (una zona de pesca con regulación de capturas), por no declarar las capturas, o bien porque se opera en una pesquería no regulada, que no está gestionada. Este concepto se conoce también como pesca ilegal no declarada y no regulada (INDNR, o por sus siglas en inglés IUU).


Este gráfico describe las “múltiples ilegalidades” de la “pesca ilegal”: Uso de artes destructivas, violación de medidas de conservación, cuando existen, pescar en zonas restringidas o sin regular, pescar sin permiso, falsificación de estadísticas de pesca y violar las cuotas, pesca en zonas no autorizadas de alta mar, donde los gobiernos no tienen jurisdicción. Fuente EGF

Este es un problema en el que el ciudadano poco puede hacer, porque es difícil para los consumidores saber si el pescado consumido ha sido capturado legalmente. La lucha contra la pesca ilegal deben liderarla los gobiernos, fundamentalmente estableciendo planes de gestión de sus pesquerías o caladeros y exigiendo que sus barcos faenen en pesquerías con planes de gestión. Esto último es difícil de conseguir cuando los barcos faenan en aguas de países en vías de desarrollo, sin capacidad técnica y económica para gestionar sus recursos.

Hace años ningún gobierno se planteaba la gestión eficaz de los recursos pesqueros, pero las alarmas ante la escasez de los recursos han obligado a muchos a empezar a preocuparse. La buena noticia es que actualmente la difícil situación del océano está aumentando su presencia en la agenda de la política internacional y se están empezando a tomar medidas.

De cara a analizar la situación y proponer medidas, Friends of Ocean Action trabaja en colaboración con el Centro de Soluciones Oceánicas de la Universidad de Stanford, y centra sus esfuerzos en tres frentes: obtener mejores datos para ayudar a detectar y eliminar la pesca ilegal, aumentar la trazabilidad y la transparencia en todas las cadenas de suministro y alentar la cooperación internacional para evitar que los barcos desembarquen capturas ilegales.

La tecnología podría ayudar en esta cuestión, permitiendo un mejor seguimiento y medición, permitiendo así a los gobiernos o a la UE establecer sanciones a los incumplidores. Un ejemplo: los científicos del proyecto National Geographic Pristine Seas han utilizado satélites para rastrear los buques marinos desde el espacio, siguiendo a los buques de pesca industrial. Y se dieron cuenta de un dato importante: más del 55% de la superficie del océano se explota para la pesca industrial, más de cuatro veces el área de tierra cubierta por la agricultura. Estamos explotando los océanos mucho más intensamente de los que creíamos.

En menos de un año, los líderes mundiales se reunirán en la 2ª Conferencia Oceánica de la ONU, en Lisboa (2-6 junio 2020), con el objetivo de acordar cómo ampliar la acción por los océanos. Pesca excesiva, plástico y residuos serán algunas de las amenazas a nuestras aguas que tendrán que tratar, y con ellas tendrán su agenda repleta.

Las cifras y los hechos en Europa y en el mundo

El público en general es ajeno a la problemática de los océanos y debe ser informado. Por ello a continuación, de manera esquemática, citamos algunas cifras y hechos, indicando la fuente de los datos:
  • Casi el 90 % de los stocks de pesca mundiales están explotados al máximo, sobreexplotados o agotados, y un tercio han colapsado ya (FAO);
  • El 62% de los stocks pesqueros del Atlántico y el 82 % del Mediterráneo están sobreexplotados (Comisión Europea, 2011);
  • La flota de la Unión Europea es capaz de capturar entre dos y tres veces más pescado del que los stocks son capaces de reponer de forma natural (Comisión Europea, 2008);
  • Casi una cuarta parte (1,2 millones de toneladas) de las capturas de la UE se pescan en el extranjero, en aguas internacionales y de otros países (Comisión Europea, 2008);
  • La UE reconoce que, en la mayoría de países europeos, el coste de subvencionar y administrar el sector pesquero excede al valor de las capturas (Comisión Europea, 2009);
  • En gran parte del mundo la sobrepesca se lleva a cabo por flotas que operan ilegalmente en otros países (diferentes a los de su origen). El 22 % de las capturas anuales mundiales proviene de la pesca ilegal, robando a las comunidades y países costeros (The Friends of Ocean Action). Estas cifras son valores medios: WWF indica que el rango oscila entre el 13 y el 31 % de la producción total notificada de productos de la pesca, y en algunas regiones esta cifra puede alcanzar hasta el 40 %;
  • La pesca robada (pesca no declarada y no regulada) supone 23,5 miles de millones de dólares cada año, a comunidades y países costeros (FAO);
  • A causa de ello todo el océano se pone en riesgo, y se afecta a 3 mil millones de personas que dependen de la pesca en el mundo como fuente primaria de proteínas. (WWF). En algunos de esos países, flotas ilegales roban hasta un tercio de su pesca (Stanford Center for Ocean Solutions). Las flotas ilegales a menudo están controladas por grupos criminales, que también trafican con armas, drogas y personas, y utilizan esclavos como mano de obra en sus barcos. 
  • Aunque se están realizando esfuerzos para luchar contra la pesca ilegal, se estima que en 2007 las importaciones de pescado en la UE, provenientes de capturas ilegales alcanzaron un valor de 1.100 millones de euros al año. (Comisión Europea, 2007).

La flota pesquera mundial y española

China encabeza la flota pesquera más potente del mundo. Indonesia, Estados Unidos, Rusia y Perú son los países que le siguen en cuanto a capturas.


Fuente: EGF

España es una gran potencia pesquera, la más importante de Europa, con un 15 % de las capturas. Los barcos de la flota española tienen una enorme capacidad y nuestra industria recibe el 50 % de las subvenciones pesqueras de la Unión Europea (cuatro veces más que Italia y cinco veces más que Francia). Según Greenpeace, estas subvenciones se han utilizado para financiar el desarrollo de artes de pesca muy destructivas, como el arrastre de fondo, e incluso se han financiado barcos cuyos propietarios están implicados en pesca ilegal.

En su informe “La pesca en España: una lección no aprendida”, Greenpeace explica que los barcos arrastreros de profundidad, los mayores de la flota española, pescan en el Atlántico, lo que incluye las costas africanas. Capturan moluscos (pulpo y calamar), gambas, langostas y especies de profundidad como el bacalao y la merluza.

Casi la mitad de los barcos están registrados en Galicia. Andalucía, Cataluña e Islas Canarias acogen otros puertos importantes. Vigo es el puerto con mayor densidad de barcos mayores de 25 metros de eslora.

Un dato interesante: una parte importante de la flota pesquera opera bajo armador o empresas españolas, pero sus barcos no tienen bandera española, y por lo tanto escapan a las estadísticas de nuestro país.

Posibles soluciones

Los conservacionistas europeos proponen las siguientes soluciones para la sobrepesca en Europa:
  • Reducir el tamaño de la flota, eliminado primero las artes más destructivas y poco selectivas;
  • Apoyar la creación de una Red de Reservas Marinas donde no se pueda pescar, para proteger los hábitats y especies;
  • No establecer cuotas anuales por encima de las recomendaciones científicas;
  • Asegurar la transparencia en la toma de decisiones y en las subvenciones.


La pesca de arrastre es un arte muy destructivo

La Unión Europea está trabajando mucho en la lucha contra la pesca ilegal no declarada y no regulada (INDNR). Para ello en 2008 se aprobó un Reglamento (de lucha contra la pesca ilegal no declarada y no regulada, Reglamento 1005/2008), con los siguientes objetivos:

·    Pesca ilegal cero en el mercado europeo;
·   Divulgar las buenas prácticas europeas al resto del mundo.

Al primer objetivo parece que se apunta con eficacia en Europa, donde se verifica la documentación de capturas en aguas europeas. En cuanto al control de los lotes que vienen de otros países es más complicado, especialmente cuando en los países de origen no existe una verdadera regulación, por lo que el segundo objetivo es esencial y aún hay mucho camino por recorrer.



El papel de la UE de cara a acabar con la pesca ilegal, no declarada y no regulada
Fuente: WWF

Las cuotas de pesca europeas ¿son sostenibles?

Según la UE las cuotas de capturas en Europa se cumplen bastante bien, aunque ya hemos visto que en realidad algunos países, incluso el nuestro, pescan por encima de las mismas. Sin embargo, la cuestión para solucionar el problema de la sobrepesca no es solo regular cuanto se captura y controlar que se cumple. Lo más importante es que las cuotas pesqueras atiendan a las indicaciones de los científicos, y ahí es donde radica el problema: cada año se aprueban cuotas pesqueras sin considerar las recomendaciones científicas o sin hacer los estudios pertinentes para saber los límites asumibles. ¿De qué nos sirve entonces tener un sistema de control tan eficiente y ser muy buenos cumplidores si las cuotas son tan elevadas que son insostenibles?


La mayor parte del consumo de pescado de la UE se centra en 13 especies
Fuente: Unión Europea

El sistema de gestión de pesca de la UE se basa en planes plurianuales y límites de capturas anuales (las cuotas de pesca). Cada plan plurianual recoge los objetivos de gestión de la población de peces y puede también incluir otras normas específicas de conservación. Desde que la nueva política pesquera (PAC) entró en vigor el 1 de enero de 2014, los planes plurianuales incluyen un objetivo de rendimiento máximo sostenible, que supone la captura máxima que puede extraerse de una población de peces para mantener el tamaño de la población (es decir, los topes máximos para que la extracción sea sostenible, en teoría determinados por los asesores científicos), y un plazo para alcanzar dicho objetivo.

Los límites de capturas anuales, llamados también TAC, totales admisibles de capturas, o posibilidades de pesca, son establecidos por la UE para la mayoría de las poblaciones de peces y deben ser inferiores a los rendimientos máximos sostenibles correspondientes. Los Estados Miembros se reparten los límites de capturas a través de las cuotas anuales, que se negocian duramente cada año, y son responsables de velar por que se respeten los límites de las mismas.

Tras décadas de advertencias por parte de los científicos y muchas consultas públicas, en 2013 la UE aprobó un nuevo reglamento (Reglamento 1380/2013), que incluye una decisión histórica que exige que toda la pesca en aguas de la UE sea sostenible en 2020. Han pasado seis años y a falta de un año para llegar a la fecha límite es preciso conocer si la UE va por el buen camino de cumplir con su propia legislación.


Objetivos de la normativa europea en materia de pesca
Fuente: Unión Europea

Contrastando con las recientes declaraciones de la Comisión, que afirmaba que casi el 99% de los desembarques se capturarían de forma sostenible en 2020, el informe más reciente del STECF (Comité Científico, Técnico y Económico de Pesca) presenta un panorama mucho más alarmante y de lento avance hacia las metas propuestas. Según este informe solo el 59% de las poblaciones de peces del Atlántico Noreste que evaluaron se estaban gestionando de forma sostenible. ¿Por qué hay tanta diferencia de datos entre lo que dice la Comisión y lo que dice el STECF?

Las diferencias, según los conservacionistas europeos están, en primer lugar, en que la Comisión se centra en el volumen de desembarques en lugar de las cifras de los stocks. En segundo lugar, solo se miden las poblaciones gestionadas exclusivamente por la UE, a pesar de que la UE comparte muchas de ellas con Noruega, que no es miembro de la UE. Muy a menudo las poblaciones compartidas con este país están sobrepescadas, por lo que su exclusión del cómputo hace que la situación parezca mejor de lo que es.

Además, todas estas cifras sólo se centran en las poblaciones que tienen ya definido el rendimiento máximo sostenible, el cual no ha sido posible aún establecerlo en la mayoría de las poblaciones, porque para ello deben dedicarse más recursos a evaluarlo.

Por lo tanto, vemos que aún hay mucho trabajo por hacer. No se pueden dar cifras de alta sostenibilidad de la actividad cuando tan solo se contemplan las pocas poblaciones en las que hay asesoramiento científico y en ellas se han establecido rendimientos máximos sostenibles. Parece pues que la UE debe darse prisa en hacer los estudios necesarios para saber los límites de explotación sostenible y que así las cuotas sean adecuadas a los mismos. 

Este baile de cifras y la apariencia de que todo se está cumpliendo según lo previsto da rienda suelta a que los ministros de pesca continúen con el establecimiento de límites de pesca insostenibles en sus reuniones anuales del Consejo.

¿Qué podemos hacer los consumidores?

Los gobiernos y las organizaciones internacionales son los que deben hacer un gran esfuerzo para gestionar bien los recursos pesqueros. Es un problema global que solo se resolverá cuando exista un consenso mundial en la voluntad de la defensa del océano.


Algunos de los a sistemas de pesca en España

Sin embargo, en nuestra sociedad orientada hacia el mercado, los consumidores ejercen una cierta influencia porque la oferta de productos responde a la demanda. Esto significa que todos podemos contribuir, de una manera u otra, a establecer la dirección que toman la pesca y la acuicultura hacia un camino sostenible.

Una primera opción consiste en elegir pescado bien etiquetado, del que se conozca perfectamente su origen, para evitar que sea proveniente de pesca ilegal, y pedir las marcas de calidad como Marine Stewardship Council (MSC). En ellas cada pesquería se certifica ante un organismo independiente y se determina que esa pesquería está bien gestionada (se regulan las cuotas y estas obedecen a los conocimientos científicos reconocidos para la misma).

Estas marcas de calidad no son perfectas, y aún se está lejos de que las recomendaciones científicas estén perfectamente recogidas en ellas, pero son el camino para, en primer lugar, evitar la pesca ilegal, y en un futuro poder conjugar ciencia y explotación de los recursos.

El consumidor también puede actuar de forma responsable, no pidiendo productos del mar en una época en la que no son abundantes. De esta forma se dejará de incentivar la pesca en las temporadas menos idóneas. Para ello puede consultar algunas guías que la confederación Española de Pesca (Cepesca).



Tabla de temporadas para los diferentes pescados. Nótese que el tiburón (abarca más de 500 especies) también está catalogado como pescado. Fuente: CEPESCA
Otra forma de actuar es informarse y saber que cuando en las noticias nos dicen que el ministro de pesca español de turno (Ahora Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) ha tenido un gran éxito cuando ha defendido los intereses de nuestro país y ha conseguido que la cuota del tal o cual pescado no se haya reducido o incluso se haya aumentado, en realidad no se trata de un éxito para nuestro sector pesquero, porque continuamos las prácticas que nos han llevado a la sobrepesca.

La potente industria pesquera, muy subvencionada durante décadas, presiona para que las cuotas sean lo más altas posibles, en muchos casos sin atender a lo que dicen los científicos. Literalmente ha llegado a decirse que “existe una obsesión por la sostenibilidad medioambiental inmediata”, que debe sacrificarse en pro de objetivos sociales, económicos y de empleo del sector. Claramente esta falta de visión sobre lo que es sostenible es la que no nos deja avanzar. Cambiar la mentalidad es avanzar hacia el futuro.

Referencias:

miércoles, 6 de noviembre de 2019

¡Tiburones en el río!

Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se publicó en la Revista Escápate Número: 30 

Portada del artículo en la Revista Escápate

En nuestro planeta viven más de 500 especies de tiburones, y tan solo unos pocos de ellos pasan la totalidad de su ciclo vital en agua dulce. Si nos gusta nadar en los ríos o lagos, encontrarnos un tiburón en un río podría parecernos algo terrorífico. En general, los tiburones de río son muy pacíficos y no suelen meterse con los nadadores, pero hay que andarse con ojo porque hay algunas excepciones con ciertas especies en determinadas regiones del planeta.

Generalmente cuando los científicos se refieren a los tiburones de río hablan de las cinco especies del género Gliphys, que son muy desconocidos y sobre los cuales se cree que puede haber más especies de las que actualmente se conocen. Son tiburones extraños, con morros cortos y ojos pequeños, con tamaños que raramente llegan a 3 m. Estos tiburones de río viven en India, Sudeste asiático y en zonas de Australia. Han sido muy poco estudiados y de algunos tan solo se ha podido analizar un solo ejemplar. Además, las cinco especies están muy amenazadas, porque los ríos donde viven están muy contaminados.

Sin embargo, hay un tiburón que es muy diferente a los de río y que también lo podemos encontrar en algunos ríos y zonas de agua dulce, aunque la diferencia está en que no pasa toda su vida en ellos. Es el tiburón toro (Carcharhinus leucas), que puede vivir tanto en aguas saladas como dulces, y es conocido porque remonta los ríos. Se le ha visto en el Mississippi, a 1.100 km de la desembocadura, y también en el Lago Nicaragua y en el Ganges. Es un tiburón de los más peligrosos, porque tiene una naturaleza más agresiva que otros, y porque las bases de datos de ataques de tiburón catalogan a esta especie, junto con el tigre y el blanco, como las más involucradas en este tipo de incidentes. Es frecuente encontrarlo en las zonas costeras de los océanos templados, habitualmente a profundidades menores de 30 m y también en los ríos y lagos, de aguas más oscuras y más propicias para que estos animales muerdan todo lo que pillan, a falta de una visión clara de lo que encuentran.

Ilustración del Catálogo digital de especies asociadas a pesca. Fernando Mancera. Dibujo: Marc Dando

El nombre común de tiburón toro es debido a su forma robusta, hocico plano y actitud agresiva e impredecible. En India se les suele confundir con los Sundarbans o tiburones del Ganges (Gliphys gangeticus).


Vista lateral de Glyphis glyphis y Carcharhinus leucas, que tienen un aspecto y tamaño muy parecido. El tiburón de río Glyphis glyphis tiene un ojo más pequeño. Fuente: Geoff MacPerson

 
Vista ventral de ambos tiburones. El tiburón de río (derecha) tiene más ampollas de Lorenzini, el sistema sensorial eléctrico para compensar la falta de visión en las aguas dulces más turbias. Fuente: Geoff MacPerson

En el río Brisbane, en Queensland, Australia, se sabe que se pueden encontrar más de 500 tiburones toro. Incluso una vez se tuvo conocimiento de uno de ellos que nadaba en las aguas que inundaron la ciudad en 2010. También hay muchos en los canales que unen los lagos de la ciudad de Gold Coast en Queensland, Australia. En el río Amazonas un ejemplar viajó 4.000 km río arriba hasta la ciudad de Iquitos, en Perú. También vive en el lago Nicaragua, en el Ganges y los ríos de Brahmaputra, en la región de Bengala Occidental y en la Región Este de India y junto a Bangladesh. Tras el huracán Katrina muchos ejemplares se pudieron ver en el Lago Ponchartain, en Nueva Orleans. De vez en cuando ascienden por el Mississippi hasta Illinois y también en el Río Potomac en Maryland.
Este animal es el más conocido de las 43 especies de elasmobranquios (tiburones y rayas), que se pueden encontrar en agua dulce. En estas aguas también se pueden ver pastinacas, rayas y peces guitarra. Por su parte, los tiburones “sandbar” (Carcharhinus plumbeus) entran habitualmente en estuarios.

¿Cómo sobreviven en agua dulce?

Se denomina osmorregulación a la capacidad que tiene un organismo para mantener una concentración constante de agua en su cuerpo, necesaria para sus procesos vitales, incluso cuando están en un medio de diferente salinidad a la habitual, lo que les hace perder o ganar agua, para adaptarse al cambio. Todos los tiburones utilizan la osmorregulación para adecuar la cantidad de agua de su organismo al medio en el que están, sin tener que ingerirla por su boca.

En el organismo, el medio externo y el medio interno están separados por una membrana (los tejidos y la piel), a través de la cual las sustancias pueden pasar. Si la concentración de sales dentro y fuera del organismo es diferente, el agua tenderá a moverse de uno a otro hasta igualarla. Ello obliga a los seres vivos a acumular agua o a eliminarla para poder mantenerse vivos. Los animales marinos deben prevenir la deshidratación cuando se encuentran en un medio más salino, mientras que los animales de agua dulce deben conservar sus sales.

En los tiburones el mecanismo normal de osmorregulación la realiza mediante un nivel alto de urea y electrolitos en su sangre, para absorber agua del medio, y se elimina el exceso de sales por la orina. Son los riñones los que regulan el mecanismo y mantienen el equilibrio.

Osmorregulación en peces marinos
Fuente: wikipedia
Osmorregulación en peces de agua dulce
Fuente: wikipedia

La mayoría de los tiburones no tienen sin embargo un proceso capaz de adaptarse a ambos medios y si entran en agua dulce no podrían llegar al equilibrio. Los tiburones toro pueden adaptarse porque sus riñones son muy eficaces modificando los procesos de osmorregulación. Cuando entran gradualmente en agua dulce sus riñones cambian su régimen de funcionamiento, eliminando menos sal y urea por la orina, y se ayudan de una glándula en el ano, que evita la salida excesiva de sales de su organismo. 

Enormes tiburones del Zambeze en el Río Breede

Hace unos años se capturó un enorme tiburón toro en el río Breede, 5,5 km aguas arriba de su desembocadura. A raíz de esta captura se sospecha que en este río viven más ejemplares de esta especie, también llamados “tiburones del Zambeze” en África y más coloquialmente “Zambies”. Dicho sobrenombre se debe a que fue el primer río donde se encontró a este animal.

 
El tiburón capturado en el río Breede

Se cree que este ejemplar, que fue liberado posteriormente, y que medía 4 m de longitud, y pesaba unos 650 kg, estába embarazada. El descubrimiento de este animal, al que se le puso el nombre de Nyami Nyami, en honor del legendario dios del río Zambeze, significa que existen más ríos de los que se pensaba donde vive este tiburón.

Meaghen McCord, directora de la organización South African Shark Conservancy, comentó tras la captura, que es la segunda vez que se realizaba una expedición para intentar buscar tiburones en el Río Breede. Esta investigación se inició meses antes, después de que empleados del organismo de conservación del río enviaran imágenes de posibles tiburones en la zona. Tras varios días de búsqueda infructuosa, consiguieron capturar este ejemplar. Lo remolcaron 2,5 km hasta poder sacarlo en un lugar seguro, una zona de fango donde pudieron inmovilizarlo y etiquetarlo.  

La etiqueta del tiburón podía ser detectada por receptores situados a lo largo de la costa, para saber si abandona el río. Durante las 43 horas de recepción de la señal de la etiqueta el animal se movió arriba y abajo del estuario, persiguiendo a barcos de pesca y buscando alimento.

Los tiburones del Zambeze están muy amenazados en la zona debido a la falta de estuarios sin contaminar en el sur de África, porque suele utilizar estas zonas como lugares de cría.

Se cree que otros tiburones viven en el río porque han visto mordeduras en los cebos que les pone para capturarlos. Dichas mordeduras al parecer pudieran pertenecer a un ejemplar pequeño, por lo que se descarta que sea Nyami Nyami, y se plantearon realizar una investigación más a largo plazo para confirmar sus hipótesis sobre los tiburones del Rio Breede.

Por las mordeduras de los cebos parece que hay más tiburones en el río

En cualquier caso, los tiburones de río, y los que se adentran en él, están muy poco estudiados, tan solo viven en cauces fluviales muy determinados del mundo, y teniendo en cuenta el nivel de contaminación de muchos de ellos, su hábitat está muy amenazado. Como hemos visto, se sabe poco de cómo se distribuyen y por qué hubo un momento en el que se adentraron en el mundo fluvial, tan hostil para la vida. Esperemos que no sea demasiado tarde para ellos y se puedan llegar a conocer bien antes de su total extinción.

Captura de una enorme hembra de tiburón toro en Nueva Gales del Sur (Enero 2020)

En diciembre de 2019 unos pescadores capturaron un enorme tiburón toro en el río Hastings, en Nueva Gales del Sur. Se trataba de una hembra preñada, de la que sacaron nueve crías.

A pesar del gran impacto causado por la aparición de ese enorme animal en una zona del río donde es habitual el baño de la población, la publicación en las redes sociales de una foto de la hembra muerta con sus crías ha provocado numerosas críticas.

A group of fishermen pulled out a giant bull shark from the Hastings River, along New South Wales' north coast
Los pescadores de la hembra de tiburón toro preñada

After reeling in the huge beast, the fishermen discovered the shark had been carrying nine babies inside her stomach
 Del vientre de la gran tiburona salieron nueve crías

Este río es conocido por la presencia de estos tiburones. En 1947 un niño de 12 años murió por el ataque de un tiburón.

Referencias:





domingo, 20 de octubre de 2019

Cenotes en la Riviera Maya. Viaje al inframundo


Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se publicó en la Revista AcuSub num 198: http://acusub.com/?p=3484

Recientemente he tenido la oportunidad de bucear en los cenotes de la Riviera Maya, en la península de Yucatán (México). La experiencia ha sido espectacular. Los cenotes son maravillas naturales, sus aguas sagradas constituyen oasis en la jungla maya y realmente ventanas al mundo mágico subacuático de agua dulce. Cuando entras en ellos es como si hicieras un viaje a otro universo paralelo. Sobrecogida por la sensación vivida, entiendes que los antiguos mayas tuvieran veneración por estos lugares.


Qué es un cenote y cómo se formaron

La península de Yucatán es una planicie sin cursos fluviales. Sin embargo, en el entorno de la ciudad de Tulum, bajo la superficie discurren dos de los mayores sistemas de cuevas de agua subterránea del mundo: Sac Actun, de 347 km de longitud, y Ox Bel Ha, de 270 km de longitud, y en ambos sistemas se estima que existen unos 330 cenotes.

Un cenote es un pozo o sumidero natural, creado en la superficie de un macizo calcáreo, a partir de una cueva cuyo techo ha colapsado, y que se ha rellenado de agua, generalmente dulce.


Cenote tipo pozo. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra

La palabra cenote se deriva del maya “ts’ono’ot o d’zonot”, y significaba cámara subterránea que contiene agua de manera permanente, y que está abierto al exterior.

Algunos cenotes son pozos totalmente verticales, pero otros son cuevas que contienen lagos y galerías sumergidas en su interior. Atendiendo a su forma se suelen clasificar como a cielo abierto, semiabiertos y subterráneos, y ello está directamente relacionado con la edad del cenote. Los más maduros son los abiertos, a los que se les ha caído el techo de la cueva, y los más jóvenes son los que conservan su bóveda pétrea natural sin colapsar.


Fuente: Los cenotes de la Península de Yucatán. P. Beddows, P. Blanchon, E. Escobar y O. Torres-Talamante

Estas formaciones tan espectaculares se generaron por combinación de sucesivos eventos geológicos y de cambios climáticos durante el Pleistoceno.

Simplificadamente el proceso es el siguiente. Hace millones de años la península del Yucatán era un arrecife gigante sumergido. Durante la última glaciación el nivel de agua bajó unos 100 metros por debajo del nivel actual, por lo que el arrecife quedó expuesto al aire. El coral murió y se desarrolló una jungla por encima de la plataforma calcárea formada por el coral.

Posteriormente se formaron sistemas de cuevas (o kársticos), a causa de la progresiva disolución por el agua de lluvia de la piedra caliza porosa formada por el coral, lo que formó ríos subterráneos. La filtración de esta agua en las cavidades y la saturación de los compuestos disueltos, produjo la formación de estalactitas, que cuelgan de los “techos” de las cuevas y que se generaron a partir del gota a gota del agua saturada de bicarbonato de calcio deslizando sobre ellas. También se formaron estalagmitas cuando la gota que caía del techo, proveniente de una estalactita o no, se iba depositando en el suelo, produciendo una formación que crece de abajo hacia arriba. En ocasiones se formaron columnas, cuando, por el paso del tiempo, se llegaron a juntar en su crecimiento, estalactita y estalagmita. El crecimiento medio de estalactitas y estalagmitas es muy lento, del orden de un par de centímetros cada mil años, aunque con muchas variaciones según las condiciones locales. Los diámetros de las estalactitas y estalagmitas pueden variar entre el de un lápiz, o el de un árbol.

Cuando esta última glaciación finalizó hace 18.000 años, se calentó el clima del planeta y los glaciares se retiraron, y por ello algunas de estas cavernas, llenas de aire, llegaron a colapsar cuando su tamaño era ya muy grande, y su techo se derrumbó.

Hace unos 1.000 años parece que el nivel del mar se estabilizó en la posición actual, quedando el sistema kárstico inundado desde entonces. Los cenotes que se visitan habitualmente están llenos de agua dulce, formando parte de la red fluvial subterránea actual y ocupan la parte superior del macizo. A veces, por penetración de agua marina, pueden tener agua salada a partir de una determinada profundidad, incluso a muchos kilómetros de la costa. La superficie de contacto entre el agua dulce y marina se llama “haloclina” y produce efectos visuales muy curiosos, al ser una zona “turbia” o de mezcla de masas de agua de diferente densidad.

Esquema de un cenote con entrada de agua salina
Fuente: Mayanpeninsula.com

Hace unos 9.000 años, antes de la inundación, se cree que estas cuevas estuvieron habitadas cuando emergieron. Los hallazgos arqueológicos más singulares encontrados en los últimos tiempos consisten en restos fosilizados de camellos, jaguares gigantes, mamuts, perezosos y equinos ancestrales. También se han encontrado esqueletos humanos. El más significativo es el de una mujer de hace 10.000 años, la americana más antigua. Muchos de ellos han sido encontrados por exploradores subacuáticos.

Toda la red de cenotes de Yucatán está protegida por el INAH, Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.

Uso de los cenotes y arqueología maya

La presencia de los cenotes ha condicionado la distribución humana en el territorio a lo largo de 10.000 años, debido a la ausencia de cursos de agua superficiales en la zona. Al no haber ríos los habitantes de la zona utilizaban los cenotes como fuente de agua dulce. Quizá por ello eran considerados sagrados. Además, para los mayas era la entrada al inframundo o “Xibalba”, donde residían sus dioses y espíritus tras la muerte. En los cenotes vivía Chaac, el dios de la lluvia, y por ello allí realizaban rituales de lluvia, muerte y de fertilidad. También vivía Sukan, la serpiente gigante que guarda los mantos acuíferos. Por todo ello se les consideran símbolos de dualidad, dado que representaban la vida (el suministro de agua), y la muerte (lugar de culto a los muertos). Las cavernas eran la ventana al inframundo, el mundo de los muertos…. Xibalbá era el último umbral por el que transitaban las almas de los muertos. Por ello algunos de los cenotes presentan una calzada o “shakbé”, una especie de camino de entrada al cenote, que dirigía directamente hacia el agua sagrada.

Debajo de la pirámide de Chichen Itza se descubrió recientemente un cenote

Se han encontrado en muchos de ellos gran cantidad de esqueletos humanos. Los arqueólogos tratan de saber cuál es la razón de estos depósitos de la época maya.  Se sabe que había rituales en los que se arrojaban víctimas a sus aguas. Durante mucho tiempo se creyó que los sacrificados eran niños y doncellas, pero el análisis de los huesos que se encontraron dio como resultado que la mayoría de las personas sacrificadas no eran mujeres.

Imagen de restos humanos en cenote. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra


Aún hay cenotes con restos humanos. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra

Los arqueólogos sienten un gran respeto por estos lugares sagrados. Recientemente, cuando comunicaron el hallazgo de una cueva desconocida hasta entonces, por investigadores del INAH, el jefe de la exploración explicó: “El sitio aún es considerado como un espacio sagrado, los encargados de la exploración y rescate de los entierros tuvimos que realizar dos ceremonias para ingresar; al mismo tiempo, los trabajadores realizaron durante todos los días un ritual antes de empezar a trabajar dentro de la cueva. Estas ceremonias fueron hechas para evitar que "el mal viento" afectara a los investigadores que ingresaron a la cueva y al cenote, porque en el lugar se cree que el sitio es un espacio sagrado”.

En algunos lugares aún es posible bucear con restos humanos. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra

Vida acuática

Podría parecer que no hay vida en los cenotes, debido a la falta de conectividad de los cursos de agua y sus condiciones de oscuridad en muchos casos. Sin embargo, aunque no es un ecosistema donde podamos observar gran cantidad de fauna, en realidad son fuente de una cierta variedad de especies, que en realidad es poco conocida.

Podemos encontrar cocodrilos (sí, has leído bien), iguanas, tortugas, culebras, ranas y sapos, y en las paredes suelen habitar golondrinas, otras aves y murciélagos. En cuanto a fauna ictiológica (de peces) la diversidad es diferente si se trata de un cenote alejado del mar a si es una cercano a la costa y comunicado con ella. En el primer caso suele haber tan solo dos especies, bagre y guppy. Existen teorías muy diferentes sobre cómo han podido alcanzar esos lugares, el bagre vía subterránea, desde el mar, y el guppy se cree que llegó allí mediante una hembra preñada transportada por un huracán.

En el cenote Angelita pudimos ver este cocodrilo. Foto: Álex Castillo

El bagre es un pez de bigotes característicos, también llamado pez gato que forma parte de los Siluriformes. El guppy es un pez más pequeño, y posiblemente lo conoceréis puesto que es el pez más popular de los acuarios domésticos de agua dulce. Es vivíparo y soporta condiciones extremas, como alta salinidad y cambios bruscos tanto de temperatura como de concentración de oxígeno.

En los cenotes más cercanos a la costa los peces son similares a los que se podrían encontrar en lagunas costeras, como mojarras, guppys y mollis, bagres, y juveniles de especies marinas, como pargos, gobios, agujas y sábalos o tarpones.

Destaca la presencia de dos peces típicamente cavernícolas, como la anguila ciega (Ophisternon infernalis) y la damablanca ciega o pez ciego del Yucatán (Typhliasina pearsei), ambas especies endémicas de los cenotes, y en peligro de extinción. Puede también observarse la anguila americana (Anguilla rostrata), de la cual se sabe que en los cenotes se ha adaptado radicalmente, pasando de su forma de vida original, en el que realizaba su vida adulta en agua dulce y migraba para desovar en el mar, a la vida permanente en un solo lugar.


Guía de identificación de los peces de los cenotes. Fuente: Universidad Nacional Autónoma de México

Buceo en cavernas. Titulación. Medidas de seguridad

Cuando uno se sumerge en los cenotes ha de tener en cuenta que somos invitados a estos lugares y por ello debemos mostrar respeto y ser cuidadosos. Tienen una gran fragilidad biológica y geológica, así como una historia arqueológica impresionante, aún por interpretar en su mayor parte.

Bucear en un cenote es una experiencia inolvidable, y es accesible también a los buceadores recreativos. Para poder ofrecer este tipo de buceo sin tener que ser buceador certificado de cuevas se define lo que se llama buceo en cavernas. La caverna es un espacio amplio por el que entra la luz en algún punto, y el recorrido por la misma no permite exceder los 60 m de distancia a un punto de “open water ”, es decir, donde una pueda acceder a la superficie sin tocar el techo de la cueva. No debe haber pasos estrechos, y por lo menos deben caber dos buceadores en paralelo. Siempre se sigue un cabo guía que te permite realizar el recorrido con seguridad.



Todos los buceadores, con un máximo de cuatro, deben llevar un guía que esté certificado en “full cave” (buceo en cuevas) y que sea como mínimo dive master. El guía debe llevar configuración de su equipo para “full cave”, con tanque doble. Para que el buceo sea seguro, los buceadores deben seguir al guía en fila y muy cerca unos de otros.


Para la gestión del aire se sigue la regla de los tercios. Un tercio del aire de la botella se utiliza para el recorrido de ida, otro tercio para el de vuelta o de salida, y el tercio restante se reserva para emergencias. La verdad es que en muchos de los cenotes se bucea a muy poca profundidad, en el entorno de 5 metros y hasta 10 o 12, por lo que el consumo de aire es muy reducido, lo cual permite realizar la inmersión, que suele durar unos 40 minutos, con mucha reserva de aire.


Es muy importante el control de la flotabilidad, y hay que mantener una posición muy horizontal, evitando que las piernas y las aletas muevan el sedimento. Es por ello que se recomienda el uso de la patada de rana muy suave.


En muchos cenotes se establecen límites entre la zona de caverna, y la de las cuevas (para las que se requiere certificación full cave), mediante una señalización muy clara, usando señales de stop, o con un dibujo de peligro mediante una calavera y las dos tibias cruzadas. Es una señalización muy clara y fácilmente perceptible por lo que no hay peligro de entrar en una zona de cuevas sin darse cuenta.


Bucear en los cenotes es una experiencia inolvidable. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra


Algunos de los cenotes a visitar

El cenote Tajma Ha debe su nombre actual al templo indio Taj Mahal, que fue el nombre que le dieron los primeros exploradores, porque les recordaba la enorme belleza del aquel templo. Posteriormente el nombre fue derivando hasta su forma actual, con la palabra maya “ha”, que significa agua, lago o lluvia.

Con una profundidad máxima de 13 m y un perfil en diente de sierra, es un cenote no demasiado complicado, con una cueva abierta por donde se permite la entrada bajando unas escaleras de madera. Tiene una haloclina, donde se puede apreciar la mezcla de aguas y el efecto visual que se produce. Si se visita en las horas centrales del día se pueden observar preciosos rayos de luz entrando en la cueva.

Representación 3D del cenote Tajma Ha

Perfil del recorrido del cenote Tajma Ha

Los rayos de sol entran en el cenote Tajma Ha. Foto: Luis Abad

Uno de los cenotes más populares es el Angelita, y todo el mundo te habla de él cuando vuelve a casa, quizá por lo diferente que es del resto. En realidad, es uno de los más sencillos en cuanto a su forma, dado que es del tipo pozo y cuenta con 60 metros de profundidad, por lo que se requiere un cierto nivel de buceo y realizar una inmersión bien planificada no apta para principiantes. Lo más llamativo es su nube de sulfuro de hidrógeno, de olor fétido, situada en el entorno de los 27 m de profundidad y que no permite el paso de la luz bajo ella. Se formó por la descomposición de los desechos vegetales que han caído al pozo durante años. Rodea una isla central rocosa en la que se acumulan troncos de árboles. Flotar por encima de la espesa capa es una sensación única, por lo espectral de la vista. Atravesar la capa, de varios metros de espesor, también es una experiencia llamativa. En este cenote, por su forma y profundidad también se practica la apnea.

Sección del pozo del cenote Angelita

Las instalaciones que rodean a los cenotes, suelen ser bastante buenas, y permiten equiparse muy bien, a pesar de estar en medio de la selva. Hay carteles indicativos, mesas para equiparse, baños, etc. Foto: Mónica Alonso

Bucear justo por encima de la capa de sulfuro de hidrógeno es una experiencia fantasmagórica. Foto: Berta Marcet

El cenote Manatí (también llamado Casa Cenote o Tankah), recibe su nombre de un manatí que vivió allí durante años. Es uno de los más llamativos en cuanto a la variación de ambientes que podemos encontrar para bucear. Se comienza la inmersión en un pequeño río salobre que desemboca en el mar, se asciende por el mismo viendo numerosos alevines de especies marinas que buscan refugio entre las raíces de los manglares y posteriormente se introduce uno en un cañón entre dos masas pétreas, para entrar en una caverna bajo las raíces de los manglares. Es impresionante el buceo en una cueva que no tiene paredes de piedra sino de tierra, y que parece que se va a derrumbar de un momento a otro. Si se tiene suerte, es posible ver a un cocodrilo que vive en la zona.

Las cristalinas aguas del cenote manatí, son ideales para poder fotografiar los rayos de sol entre las raíces del manglar. Foto: Luis Abad

El cenote manatí tiene muchas zonas para hacer esnorkel y sus aguas desembocan en la costa.

El cenote Dreamgate se encuentra en el sistema Nohoch, entre Tulum y Dos Ojos. La entrada se realiza por un hueco circular casi perfecto del que parten dos cavernas, la que va a favor de corriente (downstream) y la que va en contra de corriente (upstream). Es un buceo sencillo, poco profundo y no muy largo, pero quizá es el cenote más espectacular en cuanto a formaciones rocosas se refiere. Enormes grutas llenas de estalactitas y estalagmitas se abren a nuestro paso y por su fragilidad es preciso tener un cuidado exquisito con la flotabilidad, evitando tocar ninguna de sus formaciones.

La entrada a Dreamgate es realmente cómoda para los buceadores. Foto: Mónica Alonso

Esquema de la entrada a Dreamgate

El nombre del cenote Chac Mool significa Garra de Jaguar. Tiene dos entradas, una principal, que permite acceder a la parte de la caverna que va aguas abajo (downstream), y una entrada pequeña, llamada “Little Brother”. Es una caverna impresionante, por su tamaño y variedad de ambientes y entradas de luz.  
Esquema en planta del cenote Chac Mool

La inmersión en el cenote Pit es una de las mejores experiencias que he podido disfrutar en el buceo. Es uno de los cenotes más profundos, con más de 90 m en la cueva inferior. Se trata de un enorme pozo, parecido al Angelita, de gran diámetro, que se conecta con otro pozo sin salida, mediante una cueva. Por lo tanto, para el buceo en cavernas tan solo podemos estar en la primera parte, que tiene un máximo de 35 m de profundidad. También tiene una capa de sulfuro de hidrógeno, entre los 12 y 18 m, pero de menos concentración y espesor que el Angelita. Lo más impresionante de bucear en este enorme pozo es ver los rayos del sol entrando en el agua y las burbujas de los buceadores.

Esquema del cenote Pit, que pertenece al sistema de cuevas llamado Dos Ojos

Ver los rayos de sol y las burbujas de los buceadores es lo más impresionante de la inmersión en este cenote. Foto: Luis Abad

El cenote Dos Ojos da nombre al sistema de cuevas de la zona. Su nombre viene porque afloran a la superficie dos zonas circulares. Es un sistema formado por los “dos ojos” y una caverna con techo llamada “Bat Cave”, donde se emerge y se pueden observar murciélagos en su interior. Tiene dos rutas, con sus correspondientes líneas a seguir, que se pueden hacer de manera consecutiva si el consumo de aire lo permite, dada la poca profundidad. Es uno de los cenotes más famosos del mundo, por la escasa dificultad y el maravilloso recorrido que presenta.

Esquema en planta del cenote “Dos Ojos”

Bucear en cenotes es una de las experiencias que yo recomiendo a todo aquel que se lo pueda permitir. Viajar a la Riviera Maya no es muy costoso económicamente y por ello es más asequible de lo que pudiera parecer. Salvo los cenotes más profundos, reservados a buceadores avanzados, el resto es asequible a buceadores de todos los niveles. La experiencia de buceo es doblemente satisfactoria: por un lado, el disfrute de las maravillas del inframundo, y por otro vuelves a casa habiendo mejorado mucho la técnica de flotabilidad, esencial para poder moverse en estas maravillosas cuevas.