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lunes, 6 de julio de 2020

TRAS LA PISTA DE LOS TIBURONES (II)


Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se publicó en la Revista Acusub, en el número 204 http://acusub.com/?cat=16

¿Qué se hace cuando se quiere saber dónde vive o por dónde viaja un tiburón? Muchos de ellos se capturan, accidental o intencionadamente por los pescadores, y se recurre a la información que proporcionan estos. Sin embargo, los científicos utilizan sistemas de etiquetado para poder ampliar su campo de estudio. Además, no solo se quiere saber dónde están, sino qué comen, qué hacen, cómo se mueven…hay un mundo por descubrir en el estudio de estos maravillosos animales.

En el artículo anterior hicimos un repaso de los diferentes sistemas por los cuales los científicos toman datos de los tiburones para saber más de su distribución y comportamiento. Ahora vamos a ver algunos ejemplos de utilización de estas técnicas en diferentes emplazamientos por todo el mundo.

La moda de seguir los movimientos de los tiburones: Shark Net.

Actualmente se quiere involucrar al ciudadano en la difusión del conocimiento científico y por ello se ha puesto de moda seguir los movimientos de un tiburón en las redes sociales.

La red Shark Net puede seguirse mediante una aplicación de teléfono móvil y fue creada por la Estación Marina Hopkins en 2014. Consiste en una serie de boyas con transmisor satelital que “escuchan” a determinados tiburones blancos de la zona de las Islas Farallon (Costa Norte de California) y así permite saber su posición.

Una vez que fueron conocidas estas zonas de agregación de tiburones blancos los científicos de la Estación Marina decidieron establecer el sistema de receptores de etiquetas acústicas de bajo coste situados bajo el agua, que reciben la señal cuando el animal pasa entre 300 y 450 metros de distancia. Las etiquetas suelen durar activas durante varios años.

Hasta no hace mucho, los científicos debían recoger los receptores subacuáticos para conseguir la información, pero la última generación de estos dispositivos acústicos, que funcionan como boyas, son capaces de transmitir por sí mismos los datos al satélite. Las boyas disponen de un hidrófono, el receptor que capta las señales acústicas de los sensores y las rebotan al satélite, todo en tiempo real. En menos de una hora el equipo de la Estación Marina mete los datos en la app de Shark Net.

El sistema de boyas inteligentes, que transmiten la información recibida en tiempo real. Fuente: Scott Anderson. Estación Marina Hopkins

Con esta aplicación, que funciona solo para dispositivos Apple, se trata de acercar al gran público a los tiburones y tratar de “engancharles” para que, en vez de temerlos, se despierte el interés por conocer más sobre estos campeones de la evolución. Por ello cada tiburón tiene un nombre, una biografía y una foto. Algunos tiburones tienen modelos 3D interactivos y vídeos que permiten a los usuarios ver cómo nadan, con la idea de que el espectador se vaya “familiarizando” con estos animales y se desmitifique la imagen de despiadado depredador humano que tienen.

 
Interfaz de la aplicación. Fuente: Estación Marina Hopkins

Los investigadores de la Estación Marina Hopkins llevan más de una década estudiando la migración del tiburón blanco, utilizando todo tipo de etiquetas electrónicas. Su investigación es mucho más amplia que la que acabamos de describir, y ha mostrado al mundo que estos animales realizan migraciones de miles de kilómetros, viajando hacia Hawaii, pasando por el “White Shark Café” o SOFA (Shared Offshore Foraging Area), un lugar en el medio del Pacífico, a mitad de camino entre Hawaii y California.

En esta zona se ha visto que los tiburones marcados presentan desplazamientos verticales desde la superficie hasta los 1000 metros de profundidad. Este comportamiento se cree que es el típico de la alimentación de esta especie, aunque aún se tiene que investigar mucho sobre este aspecto.

Al final del verano los tiburones vuelven a la costa de California, a Tomales Bay, al norte de San Francisco, las Islas Farallon y Año Nuevo, al norte de Santa Cruz. Estas últimas son zonas de alimentación, a base de focas y leones marinos que son abundantes en ellas.

Esquema de la migración del tiburón blanco y la posición del denominado White Shark Café. Fuente: The Chronicle

Tiburón blanco con doble etiqueta: una acústica en la parte delantera, y otra pop-up (de satélite). La acústica es detectada cuando el animal nada a menos de 250 metros de una estación de escucha. La satelital graba información sobre localización, temperatura y profundidad, y la envía al laboratorio cuando la etiqueta se libera del animal. Foto: Scott Anderson. Estación Marina Hopkins.

El equipo de etiquetado observando un tiburón blanco en las islas Farallon. Fuente: Estación Marina Hopkins

Un gran tiburón blanco se acerca al barco de etiquetado. La cabeza del tiburón se puede ver en la parte trasera del barco, con la aleta dorsal y la parte superior de la caudal, lo que da una idea de su longitud. Foto Susie Anderson.


Ocearch

Probablemente la base de datos de tiburones más conocida en el mundo por los internautas sea Ocearch, un rastreador global que también tiene su aplicación informática y que permite filtrar los resultados de la búsqueda por edad, género y actividad reciente del tiburón. Con esta aplicación es posible escoger a un tiburón por su nombre, Yolanda, Oprah, Esperanza o Wyatt, y así seguir sus hábitos y vigilar su estilo de vida.

Ocearch es un proyecto ambicioso que permite seguir los movimientos en tiempo real de varios ejemplares de tiburones, fundamentalmente blancos, que son monitorizados mediante un sistema de etiquetas satelitales. Los datos se procesan en el software de la organización, el cual actualiza la localización de los tiburones y los ubica en un mapa con puntos de colores. El usuario puede hacer clic en cada punto para conseguir una foto y toda la biografía del animal en cuestión. Recientemente han ampliado la base de datos a tortugas, ballenas, focas, cocodrilos y delfines.

Ocearch goza de buenos patrocinios y realiza una serie de documentales de televisión muy populares que aparentemente producen unos buenos beneficios publicitarios. El problema es que, a nuestro juicio, y el de muchas organizaciones conservacionistas, en este caso prima mucho la presión publicitaria y sus prácticas no son todo lo respetuosas con el animal como debieran.

Sus documentales son muy sensacionalistas y en ellos muestran la captura de grandes tiburones blancos, y cómo el animal, tras una heroica captura, es subido a bordo durante un periodo de unos 15 minutos. En este tiempo se le colocan todo tipo de dispositivos de seguimiento, como etiquetas de localización por satélite, etiquetas de clip, acústicas, acelerómetros, cápsula de ultrasonidos, y se realizan todo tipo de mediciones, como toma de muestras de bacterias de la piel, de parásitos, de sangre, de semen, biopsia muscular, etc. El animal parece sufrir mucho, lo que se demuestra con que algunos ejemplares no han sobrevivido a esta agotadora captura.

Además, existen evidencias de que debido al gran tamaño de los dispositivos satelitales que se disponen, es preciso el taladro de su aleta dorsal para colocar unos tornillos fijadores, que provocan graves daños por necrosis de la aleta.  

Cartel publicitario de las operaciones realizadas sobre un tiburón blanco en los 15 minutos en los que se mantiene a bordo tras su captura. Fuente: Ocearch

Captura de pantalla de la aplicación de Ocearch, donde se muestra parte del listado de los tiburones etiquetados. Fuente: Ocearch

Imagen del seguimiento de uno de los tiburones etiquetados. Fuente: Ocearch
Imagen de captura de pantalla de la aplicación de Ocearch, con los tiburones etiquetados disponibles para su seguimiento. Fuente: Ocearch

El equipo de Ocearch coloca una etiqueta satelital en la aleta dorsal del animal, mediante unos tornillos que precisan la utilización de un taladro. Fuente: Ocearch

Un ejemplo de necropsia de aleta dorsal por colocarle un transmisor. Fuente: Dan Abbot

Estudio del tiburón blanco en Guadalupe

El tiburón blanco es un animal cuya distribución abarca casi todos los mares del mundo, a excepción de las regiones polares. Su observación en el océano es difícil, por la baja densidad de individuos en las zonas donde habita. Sin embargo, existen algunos lugares en el mundo donde se congregan más ejemplares, donde los avistamientos son más habituales, como las Islas Farallon en California, las Islas Neptuno en Australia, Seal Island en Sudáfrica y en la Isla de Guadalupe, en México.

La isla de Guadalupe es el lugar en el que Pelagios Kankunjá realiza un estudio, junto con la Universidad Autónoma de Baja California Sur, durante la temporada de avistamiento, tanto de los tiburones que pasan por ella, en su migración por el Pacífico, como los residentes en la zona. Durante este periodo, los investigadores observan y registran el comportamiento de los ejemplares que se acercan a las embarcaciones que realizan la actividad de avistamiento.

Guadalupe se ha convertido en un destino muy demandado para la observación del tiburón blanco desde jaula, porque la visibilidad es muy grande, al ser sus aguas muy cristalinas. En la isla viven dos especies de mamíferos marinos, el elefante marino del norte (Mirounga angustirostris) y el lobo fino de Guadalupe (Arctocepahlus townsendii), que forman parte del alimento de esta especie. A lo largo de este estudio se han identificado más de 150 individuos diferentes, algunos de los cuales vuelven cada año, y otros, solo han sido avistados una sola vez.

Desde el comienzo del estudio se está llevando un registro audiovisual que incluye tanto fotografías como videos, así como datos oceanográficos y del propio tiburón. Con las imágenes se identifica a cada tiburón por su nombre, gracias a la presencia de cicatrices, mutilaciones y patrones de pigmentación, dado que funcionan como huellas digitales de cada individuo. Como complemento, se toman biopsias de piel para su análisis genético, con el fin de identificar diferencias entre poblaciones de California, Isla Guadalupe y Golfo de California.

Con la idea de conocer las costumbres de los tiburones de la zona se disponen etiquetas de tipo sónico, insertando un dardo de acero en la musculatura dorsal de los tiburones con una vara hawaiana desde la embarcación. Las estaciones acústicas consisten en un receptor submarino, que registra las señales emitidas por las marcas ultrasónicas en un rango de 500 m. Las estaciones se sitúan a profundidades entre 20 y 30 metros en zonas de agregación de juveniles y adultos. Actualmente disponen de 8 estaciones acústicas en la isla pero el objetivo es colocar al menos 20 para tener una máxima cobertura. Se han marcado hasta la fecha 45 tiburones, en su mayoría machos. Pretenden marcar más juveniles y hembras grandes, con el fin de determinar a qué se debe su presencia en Isla Guadalupe.

Observación de tiburones blancos desde las embarcaciones de buceo con jaula. Fuente: Pelagios kakunjá

Marcaje de tiburones toro en Playa del Carmen

Anualmente, desde octubre a marzo, en Playa del Carmen, en la península del Yucatán, México, se pueden observar tiburones toro hembra (Carcharhinus leucas) en avanzado estado de gestación. Numerosos buceadores disfrutan de la actividad del buceo con ellos y gracias a ello se ha conseguido que los pescadores locales dejen de capturar esta especie.

Tiburón toro (C. leucas) en Playa del Carmen. Fuente: Saving our sharks

Los científicos saben que estas hembras van a esta zona para parir, porque los buzos han podido observar que desaparecen un par de semanas y reaparecen mucho más delgadas. Al parecer se dirigen a zonas de manglar, donde las crías tienen más oportunidades de salir adelante, protegidas de los depredadores.
Marcaje de un tiburón toro en Playa del Carmen. Fuente: Saving our Sharks

Se ha instalado un sistema de telemetría acústica en la zona, similar al de Guadalupe, para intentar conocer sus movimientos. Se trata de saber dónde están las zonas a las que se dirigen para dar a luz. Se les colocan unas etiquetas acústicas mediante un dardo de acero que se inserta con vara hawaiana. También se colocan marcas insertadas en la cavidad intraperitoneal, en una operación de captura y cirugía que realizan con el tiburón en inmovilidad tónica junto a una embarcación. Las estaciones de “escucha” están colocadas en Playa del Carmen y en otros sitios del Caribe mexicano, donde los científicos estiman podrían ser potenciales áreas de guardería de las crías, y tienen un alcance de hasta 1 km.

Mapa de la zona de Playa del Carmen, donde se han situado los receptores acústicos. Fuente: Saving our sharks

Los científicos mexicanos de Pelagios Kakunjá y Saving our Sharks han participado en esta red de telemetría acústica y realizan otros estudios como la toma de fotografías para realizar una guía de fotoidentificación, y toma de muestras para análisis genético.

En este vídeo podéis ver una charla de Mauricio Hoyos sobre las actividades de investigación sobre el tiburón blanco en la Isla de Guadalupe:



Uso de la telemetría para conservar las poblaciones de tiburones en el Santuario de fauna y flora Malpelo

El Santuario de fauna y flora de Malpelo (SFF Malpelo) está situado en la costa pacífica colombiana y es una gran zona donde no está permitida la pesca, lo que proporciona un hábitat esencial para muchas especies marinas en peligro de extinción, en particular para los tiburones. Allí se pueden observar colonias de tiburones martillos, tiburones sedosos o tiburones ballena. Además, es uno de los pocos lugares del mundo donde se puede avistar al tiburón solrayo (Odontaspis ferox), que puede verse también en la isla del Hierro, en Canarias.

 
Isla del Malpelo. Fuente: Fundación Malpelo
Localización isla del Malpelo en Colombia. Fuente: Wikipedia

La Fundación Malpelo fomenta el estudio y la protección de los tiburones a través de proyectos de investigación. Comenzaron en 2006 a etiquetar tiburones martillo común (Sphyrna lewini), utilizando telemetría satelital con la plataforma europea Argos. Durante todos estos años han seguido el rastro de otras especies, como el tiburón zorro (Alopias pelagicus), el solrayo (Odontaspis ferox), el tiburón de arrecife del Caribe (Carcharhinus perezi), el tiburón de Galápagos (Carcharhinus galapagensis), tiburón ballena (Rhincodon typus) y tiburón peregrino (Cetorhinus maximus).


La mayoría de estos estudios se han enfocado a determinar los patrones de movimiento y la evaluación de las preferencias de profundidad y temperatura de los tiburones que se encuentran en el santuario. Como resultado de este trabajo, se ha podido registrar la residencia de los tiburones martillo en la zona y su migración a otras islas, como Cocos y Galápagos, mostrando la conectividad entre estos tres lugares y demostrando la importancia del denominado Corredor Marino del Pacífico Este Tropical.

El Corredor Marino del Pacífico Este Tropical.

 
Colonias de tiburones martillo en Malpelo. Fuente: Fundación Malpelo

El marcaje satelital en esta zona ha permitido tener una gran base de información para realizar estrategias de conservación en toda la zona del Pacífico Este Tropical. Con estos estudios se dio a conocer la migración de hembras preñadas desde la isla hacia áreas costeras en el Pacífico colombiano, donde va a parir, volviendo a Malpelo, donde residen. Además, los resultados obtenidos para el tiburón martillo común sirvieron como argumentos para categorizar a la especie dentro del apéndice II de Cites y así regular su comercio internacional.

Mediante un programa de apadrinamiento de tiburones, los benefactores pueden tener acceso al seguimiento satelital del ejemplar apadrinado, como medio divulgativo y de concienciación de la conservación.

En este vídeo se puede escuchar una charla de Sandra Bessudo sobre el trabajo de estudio de tiburones en Malpelo:



Seguimiento del tiburón peregrino en al Atlántico. Proyecto Pelargos

Y para terminar hablaremos de uno de los estudios de seguimiento realizados con el segundo tiburón más grande, detrás del tiburón ballena. El tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) es uno de los gigantes del mar más desconocidos, debido a la rareza de sus avistamientos, que se producen tan solo en primavera y verano en algunas zonas costeras. Fuera de esos pocos periodos, se desconoce dónde habita el resto del tiempo.

Tiburón peregrino. Autor: Marc Dando

Conocer los hábitats esenciales de esta especie incluida en la Lista Roja de especies amenazadas de la IUCN, y objeto de diversos tratados internacionales, como el convenio Ospar o la convención de Bonn para la conservación de especies migratorias, es imprescindible para diseñar medidas eficaces para su conservación.

Por ello la asociación francesa APECS (Asociación para el estudio y la conservación de los seláceos) está realizando desde 2009 un seguimiento por satélite de los desplazamientos de estos tiburones por el Atlántico, proyecto que desde 2015 se denomina Pelargos.

Se utiliza el satélite europeo Argos y se etiquetan los tiburones que se encuentran en el sector marino situado en el archipiélago de Glénan, en Bretaña.

Se utilizan dos tipos de balizas satelitales, el tipo SPOT, que localiza geográficamente al animal cuando sale a la superficie, y el tipo POP UP, que registra mediciones del medio acuático (la temperatura, la presión y la intensidad luminosa), proporcionando un perfil del buceo que realiza el animal, cuyos datos son recuperados cuando la baliza se desprende del animal.

Balizas utilizadas por APECS para marcar tiburones peregrinos. Fuente: APECS

El viaje del tiburón peregrino Anna, etiquetado desde mayo de 2016 durante 374 días.

Fanch, un tiburón peregrino etiquetado en mayo de 2018 con una etiqueta SPOT. Fuente: APECS


Referencias:
https://www.pelagioskakunja.org/div-2.html

domingo, 20 de octubre de 2019

Cenotes en la Riviera Maya. Viaje al inframundo


Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se publicó en la Revista AcuSub num 198: http://acusub.com/?p=3484

Recientemente he tenido la oportunidad de bucear en los cenotes de la Riviera Maya, en la península de Yucatán (México). La experiencia ha sido espectacular. Los cenotes son maravillas naturales, sus aguas sagradas constituyen oasis en la jungla maya y realmente ventanas al mundo mágico subacuático de agua dulce. Cuando entras en ellos es como si hicieras un viaje a otro universo paralelo. Sobrecogida por la sensación vivida, entiendes que los antiguos mayas tuvieran veneración por estos lugares.


Qué es un cenote y cómo se formaron

La península de Yucatán es una planicie sin cursos fluviales. Sin embargo, en el entorno de la ciudad de Tulum, bajo la superficie discurren dos de los mayores sistemas de cuevas de agua subterránea del mundo: Sac Actun, de 347 km de longitud, y Ox Bel Ha, de 270 km de longitud, y en ambos sistemas se estima que existen unos 330 cenotes.

Un cenote es un pozo o sumidero natural, creado en la superficie de un macizo calcáreo, a partir de una cueva cuyo techo ha colapsado, y que se ha rellenado de agua, generalmente dulce.


Cenote tipo pozo. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra

La palabra cenote se deriva del maya “ts’ono’ot o d’zonot”, y significaba cámara subterránea que contiene agua de manera permanente, y que está abierto al exterior.

Algunos cenotes son pozos totalmente verticales, pero otros son cuevas que contienen lagos y galerías sumergidas en su interior. Atendiendo a su forma se suelen clasificar como a cielo abierto, semiabiertos y subterráneos, y ello está directamente relacionado con la edad del cenote. Los más maduros son los abiertos, a los que se les ha caído el techo de la cueva, y los más jóvenes son los que conservan su bóveda pétrea natural sin colapsar.


Fuente: Los cenotes de la Península de Yucatán. P. Beddows, P. Blanchon, E. Escobar y O. Torres-Talamante

Estas formaciones tan espectaculares se generaron por combinación de sucesivos eventos geológicos y de cambios climáticos durante el Pleistoceno.

Simplificadamente el proceso es el siguiente. Hace millones de años la península del Yucatán era un arrecife gigante sumergido. Durante la última glaciación el nivel de agua bajó unos 100 metros por debajo del nivel actual, por lo que el arrecife quedó expuesto al aire. El coral murió y se desarrolló una jungla por encima de la plataforma calcárea formada por el coral.

Posteriormente se formaron sistemas de cuevas (o kársticos), a causa de la progresiva disolución por el agua de lluvia de la piedra caliza porosa formada por el coral, lo que formó ríos subterráneos. La filtración de esta agua en las cavidades y la saturación de los compuestos disueltos, produjo la formación de estalactitas, que cuelgan de los “techos” de las cuevas y que se generaron a partir del gota a gota del agua saturada de bicarbonato de calcio deslizando sobre ellas. También se formaron estalagmitas cuando la gota que caía del techo, proveniente de una estalactita o no, se iba depositando en el suelo, produciendo una formación que crece de abajo hacia arriba. En ocasiones se formaron columnas, cuando, por el paso del tiempo, se llegaron a juntar en su crecimiento, estalactita y estalagmita. El crecimiento medio de estalactitas y estalagmitas es muy lento, del orden de un par de centímetros cada mil años, aunque con muchas variaciones según las condiciones locales. Los diámetros de las estalactitas y estalagmitas pueden variar entre el de un lápiz, o el de un árbol.

Cuando esta última glaciación finalizó hace 18.000 años, se calentó el clima del planeta y los glaciares se retiraron, y por ello algunas de estas cavernas, llenas de aire, llegaron a colapsar cuando su tamaño era ya muy grande, y su techo se derrumbó.

Hace unos 1.000 años parece que el nivel del mar se estabilizó en la posición actual, quedando el sistema kárstico inundado desde entonces. Los cenotes que se visitan habitualmente están llenos de agua dulce, formando parte de la red fluvial subterránea actual y ocupan la parte superior del macizo. A veces, por penetración de agua marina, pueden tener agua salada a partir de una determinada profundidad, incluso a muchos kilómetros de la costa. La superficie de contacto entre el agua dulce y marina se llama “haloclina” y produce efectos visuales muy curiosos, al ser una zona “turbia” o de mezcla de masas de agua de diferente densidad.

Esquema de un cenote con entrada de agua salina
Fuente: Mayanpeninsula.com

Hace unos 9.000 años, antes de la inundación, se cree que estas cuevas estuvieron habitadas cuando emergieron. Los hallazgos arqueológicos más singulares encontrados en los últimos tiempos consisten en restos fosilizados de camellos, jaguares gigantes, mamuts, perezosos y equinos ancestrales. También se han encontrado esqueletos humanos. El más significativo es el de una mujer de hace 10.000 años, la americana más antigua. Muchos de ellos han sido encontrados por exploradores subacuáticos.

Toda la red de cenotes de Yucatán está protegida por el INAH, Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.

Uso de los cenotes y arqueología maya

La presencia de los cenotes ha condicionado la distribución humana en el territorio a lo largo de 10.000 años, debido a la ausencia de cursos de agua superficiales en la zona. Al no haber ríos los habitantes de la zona utilizaban los cenotes como fuente de agua dulce. Quizá por ello eran considerados sagrados. Además, para los mayas era la entrada al inframundo o “Xibalba”, donde residían sus dioses y espíritus tras la muerte. En los cenotes vivía Chaac, el dios de la lluvia, y por ello allí realizaban rituales de lluvia, muerte y de fertilidad. También vivía Sukan, la serpiente gigante que guarda los mantos acuíferos. Por todo ello se les consideran símbolos de dualidad, dado que representaban la vida (el suministro de agua), y la muerte (lugar de culto a los muertos). Las cavernas eran la ventana al inframundo, el mundo de los muertos…. Xibalbá era el último umbral por el que transitaban las almas de los muertos. Por ello algunos de los cenotes presentan una calzada o “shakbé”, una especie de camino de entrada al cenote, que dirigía directamente hacia el agua sagrada.

Debajo de la pirámide de Chichen Itza se descubrió recientemente un cenote

Se han encontrado en muchos de ellos gran cantidad de esqueletos humanos. Los arqueólogos tratan de saber cuál es la razón de estos depósitos de la época maya.  Se sabe que había rituales en los que se arrojaban víctimas a sus aguas. Durante mucho tiempo se creyó que los sacrificados eran niños y doncellas, pero el análisis de los huesos que se encontraron dio como resultado que la mayoría de las personas sacrificadas no eran mujeres.

Imagen de restos humanos en cenote. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra


Aún hay cenotes con restos humanos. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra

Los arqueólogos sienten un gran respeto por estos lugares sagrados. Recientemente, cuando comunicaron el hallazgo de una cueva desconocida hasta entonces, por investigadores del INAH, el jefe de la exploración explicó: “El sitio aún es considerado como un espacio sagrado, los encargados de la exploración y rescate de los entierros tuvimos que realizar dos ceremonias para ingresar; al mismo tiempo, los trabajadores realizaron durante todos los días un ritual antes de empezar a trabajar dentro de la cueva. Estas ceremonias fueron hechas para evitar que "el mal viento" afectara a los investigadores que ingresaron a la cueva y al cenote, porque en el lugar se cree que el sitio es un espacio sagrado”.

En algunos lugares aún es posible bucear con restos humanos. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra

Vida acuática

Podría parecer que no hay vida en los cenotes, debido a la falta de conectividad de los cursos de agua y sus condiciones de oscuridad en muchos casos. Sin embargo, aunque no es un ecosistema donde podamos observar gran cantidad de fauna, en realidad son fuente de una cierta variedad de especies, que en realidad es poco conocida.

Podemos encontrar cocodrilos (sí, has leído bien), iguanas, tortugas, culebras, ranas y sapos, y en las paredes suelen habitar golondrinas, otras aves y murciélagos. En cuanto a fauna ictiológica (de peces) la diversidad es diferente si se trata de un cenote alejado del mar a si es una cercano a la costa y comunicado con ella. En el primer caso suele haber tan solo dos especies, bagre y guppy. Existen teorías muy diferentes sobre cómo han podido alcanzar esos lugares, el bagre vía subterránea, desde el mar, y el guppy se cree que llegó allí mediante una hembra preñada transportada por un huracán.

En el cenote Angelita pudimos ver este cocodrilo. Foto: Álex Castillo

El bagre es un pez de bigotes característicos, también llamado pez gato que forma parte de los Siluriformes. El guppy es un pez más pequeño, y posiblemente lo conoceréis puesto que es el pez más popular de los acuarios domésticos de agua dulce. Es vivíparo y soporta condiciones extremas, como alta salinidad y cambios bruscos tanto de temperatura como de concentración de oxígeno.

En los cenotes más cercanos a la costa los peces son similares a los que se podrían encontrar en lagunas costeras, como mojarras, guppys y mollis, bagres, y juveniles de especies marinas, como pargos, gobios, agujas y sábalos o tarpones.

Destaca la presencia de dos peces típicamente cavernícolas, como la anguila ciega (Ophisternon infernalis) y la damablanca ciega o pez ciego del Yucatán (Typhliasina pearsei), ambas especies endémicas de los cenotes, y en peligro de extinción. Puede también observarse la anguila americana (Anguilla rostrata), de la cual se sabe que en los cenotes se ha adaptado radicalmente, pasando de su forma de vida original, en el que realizaba su vida adulta en agua dulce y migraba para desovar en el mar, a la vida permanente en un solo lugar.


Guía de identificación de los peces de los cenotes. Fuente: Universidad Nacional Autónoma de México

Buceo en cavernas. Titulación. Medidas de seguridad

Cuando uno se sumerge en los cenotes ha de tener en cuenta que somos invitados a estos lugares y por ello debemos mostrar respeto y ser cuidadosos. Tienen una gran fragilidad biológica y geológica, así como una historia arqueológica impresionante, aún por interpretar en su mayor parte.

Bucear en un cenote es una experiencia inolvidable, y es accesible también a los buceadores recreativos. Para poder ofrecer este tipo de buceo sin tener que ser buceador certificado de cuevas se define lo que se llama buceo en cavernas. La caverna es un espacio amplio por el que entra la luz en algún punto, y el recorrido por la misma no permite exceder los 60 m de distancia a un punto de “open water ”, es decir, donde una pueda acceder a la superficie sin tocar el techo de la cueva. No debe haber pasos estrechos, y por lo menos deben caber dos buceadores en paralelo. Siempre se sigue un cabo guía que te permite realizar el recorrido con seguridad.



Todos los buceadores, con un máximo de cuatro, deben llevar un guía que esté certificado en “full cave” (buceo en cuevas) y que sea como mínimo dive master. El guía debe llevar configuración de su equipo para “full cave”, con tanque doble. Para que el buceo sea seguro, los buceadores deben seguir al guía en fila y muy cerca unos de otros.


Para la gestión del aire se sigue la regla de los tercios. Un tercio del aire de la botella se utiliza para el recorrido de ida, otro tercio para el de vuelta o de salida, y el tercio restante se reserva para emergencias. La verdad es que en muchos de los cenotes se bucea a muy poca profundidad, en el entorno de 5 metros y hasta 10 o 12, por lo que el consumo de aire es muy reducido, lo cual permite realizar la inmersión, que suele durar unos 40 minutos, con mucha reserva de aire.


Es muy importante el control de la flotabilidad, y hay que mantener una posición muy horizontal, evitando que las piernas y las aletas muevan el sedimento. Es por ello que se recomienda el uso de la patada de rana muy suave.


En muchos cenotes se establecen límites entre la zona de caverna, y la de las cuevas (para las que se requiere certificación full cave), mediante una señalización muy clara, usando señales de stop, o con un dibujo de peligro mediante una calavera y las dos tibias cruzadas. Es una señalización muy clara y fácilmente perceptible por lo que no hay peligro de entrar en una zona de cuevas sin darse cuenta.


Bucear en los cenotes es una experiencia inolvidable. Foto: Eduardo Dengra @ejdengra


Algunos de los cenotes a visitar

El cenote Tajma Ha debe su nombre actual al templo indio Taj Mahal, que fue el nombre que le dieron los primeros exploradores, porque les recordaba la enorme belleza del aquel templo. Posteriormente el nombre fue derivando hasta su forma actual, con la palabra maya “ha”, que significa agua, lago o lluvia.

Con una profundidad máxima de 13 m y un perfil en diente de sierra, es un cenote no demasiado complicado, con una cueva abierta por donde se permite la entrada bajando unas escaleras de madera. Tiene una haloclina, donde se puede apreciar la mezcla de aguas y el efecto visual que se produce. Si se visita en las horas centrales del día se pueden observar preciosos rayos de luz entrando en la cueva.

Representación 3D del cenote Tajma Ha

Perfil del recorrido del cenote Tajma Ha

Los rayos de sol entran en el cenote Tajma Ha. Foto: Luis Abad

Uno de los cenotes más populares es el Angelita, y todo el mundo te habla de él cuando vuelve a casa, quizá por lo diferente que es del resto. En realidad, es uno de los más sencillos en cuanto a su forma, dado que es del tipo pozo y cuenta con 60 metros de profundidad, por lo que se requiere un cierto nivel de buceo y realizar una inmersión bien planificada no apta para principiantes. Lo más llamativo es su nube de sulfuro de hidrógeno, de olor fétido, situada en el entorno de los 27 m de profundidad y que no permite el paso de la luz bajo ella. Se formó por la descomposición de los desechos vegetales que han caído al pozo durante años. Rodea una isla central rocosa en la que se acumulan troncos de árboles. Flotar por encima de la espesa capa es una sensación única, por lo espectral de la vista. Atravesar la capa, de varios metros de espesor, también es una experiencia llamativa. En este cenote, por su forma y profundidad también se practica la apnea.

Sección del pozo del cenote Angelita

Las instalaciones que rodean a los cenotes, suelen ser bastante buenas, y permiten equiparse muy bien, a pesar de estar en medio de la selva. Hay carteles indicativos, mesas para equiparse, baños, etc. Foto: Mónica Alonso

Bucear justo por encima de la capa de sulfuro de hidrógeno es una experiencia fantasmagórica. Foto: Berta Marcet

El cenote Manatí (también llamado Casa Cenote o Tankah), recibe su nombre de un manatí que vivió allí durante años. Es uno de los más llamativos en cuanto a la variación de ambientes que podemos encontrar para bucear. Se comienza la inmersión en un pequeño río salobre que desemboca en el mar, se asciende por el mismo viendo numerosos alevines de especies marinas que buscan refugio entre las raíces de los manglares y posteriormente se introduce uno en un cañón entre dos masas pétreas, para entrar en una caverna bajo las raíces de los manglares. Es impresionante el buceo en una cueva que no tiene paredes de piedra sino de tierra, y que parece que se va a derrumbar de un momento a otro. Si se tiene suerte, es posible ver a un cocodrilo que vive en la zona.

Las cristalinas aguas del cenote manatí, son ideales para poder fotografiar los rayos de sol entre las raíces del manglar. Foto: Luis Abad

El cenote manatí tiene muchas zonas para hacer esnorkel y sus aguas desembocan en la costa.

El cenote Dreamgate se encuentra en el sistema Nohoch, entre Tulum y Dos Ojos. La entrada se realiza por un hueco circular casi perfecto del que parten dos cavernas, la que va a favor de corriente (downstream) y la que va en contra de corriente (upstream). Es un buceo sencillo, poco profundo y no muy largo, pero quizá es el cenote más espectacular en cuanto a formaciones rocosas se refiere. Enormes grutas llenas de estalactitas y estalagmitas se abren a nuestro paso y por su fragilidad es preciso tener un cuidado exquisito con la flotabilidad, evitando tocar ninguna de sus formaciones.

La entrada a Dreamgate es realmente cómoda para los buceadores. Foto: Mónica Alonso

Esquema de la entrada a Dreamgate

El nombre del cenote Chac Mool significa Garra de Jaguar. Tiene dos entradas, una principal, que permite acceder a la parte de la caverna que va aguas abajo (downstream), y una entrada pequeña, llamada “Little Brother”. Es una caverna impresionante, por su tamaño y variedad de ambientes y entradas de luz.  
Esquema en planta del cenote Chac Mool

La inmersión en el cenote Pit es una de las mejores experiencias que he podido disfrutar en el buceo. Es uno de los cenotes más profundos, con más de 90 m en la cueva inferior. Se trata de un enorme pozo, parecido al Angelita, de gran diámetro, que se conecta con otro pozo sin salida, mediante una cueva. Por lo tanto, para el buceo en cavernas tan solo podemos estar en la primera parte, que tiene un máximo de 35 m de profundidad. También tiene una capa de sulfuro de hidrógeno, entre los 12 y 18 m, pero de menos concentración y espesor que el Angelita. Lo más impresionante de bucear en este enorme pozo es ver los rayos del sol entrando en el agua y las burbujas de los buceadores.

Esquema del cenote Pit, que pertenece al sistema de cuevas llamado Dos Ojos

Ver los rayos de sol y las burbujas de los buceadores es lo más impresionante de la inmersión en este cenote. Foto: Luis Abad

El cenote Dos Ojos da nombre al sistema de cuevas de la zona. Su nombre viene porque afloran a la superficie dos zonas circulares. Es un sistema formado por los “dos ojos” y una caverna con techo llamada “Bat Cave”, donde se emerge y se pueden observar murciélagos en su interior. Tiene dos rutas, con sus correspondientes líneas a seguir, que se pueden hacer de manera consecutiva si el consumo de aire lo permite, dada la poca profundidad. Es uno de los cenotes más famosos del mundo, por la escasa dificultad y el maravilloso recorrido que presenta.

Esquema en planta del cenote “Dos Ojos”

Bucear en cenotes es una de las experiencias que yo recomiendo a todo aquel que se lo pueda permitir. Viajar a la Riviera Maya no es muy costoso económicamente y por ello es más asequible de lo que pudiera parecer. Salvo los cenotes más profundos, reservados a buceadores avanzados, el resto es asequible a buceadores de todos los niveles. La experiencia de buceo es doblemente satisfactoria: por un lado, el disfrute de las maravillas del inframundo, y por otro vuelves a casa habiendo mejorado mucho la técnica de flotabilidad, esencial para poder moverse en estas maravillosas cuevas.