Este artículo se publicó en la Revista AcuSub num 224:http://acusub.com/?p=3714
Texto: Mónica Alonso Ruiz
Como hemos explicado en los
artículos anteriores, los científicos observan que se producen cambios de
comportamiento en los cetáceos por causa de la presencia humana. Habitualmente
las empresas de avistamiento legales mantienen las distancias y no se acercan a
los animales, cumpliendo la ley, por lo que la perturbación suele ser
mínima.
En la zona del Suroeste de
Tenerife, lugar excelente para avistar cetáceos, lo que se detecta es la
presencia de motos de agua y embarcaciones de avistamiento ilegales (particulares
o empresas) que no cumplen las distancias a los animales ni lo indicado en la
ley, provocando graves perturbaciones en ellos.
En ocasiones se han producido aglomeraciones de embarcaciones de avistamiento, legales o ilegales. Fuente: Tenerife despierta emociones.
Todo esto posiblemente pudiera
quitarles tiempo de descanso. Esta hipótesis se ha podido corroborar porque en
el periodo de confinamiento de 2020 no había embarcaciones en el agua. En ese
momento, una vez que permitieron la salida a los científicos, estos pudieron
observar que los grupos de cetáceos, a falta de presencia humana, estaban casi
todos descansando.
Por todo esto, creen, que además
de la regulación que ya existe, es necesaria una vigilancia que no permita
comportamientos inadecuados sobre los animales, como acercarse demasiado, que
existan demasiadas embarcaciones en la zona, o que las embarcaciones les pasen
literalmente por encima, como ocurre a veces.
La embarcación de vigilancia y seguimiento medioambiental propiedad del Gobierno de Canarias. Foto: Mónica Alonso
La regulación de los
avistamientos
Aunque el avistamiento de cetáceos pueda parecer inofensivo, como hemos
visto en artículos anteriores, si esta actividad está mal organizada o el
número de embarcaciones es grande, puede provocar grandes dosis de estrés, y en
muchos casos, lesiones a estos animales.
Actualmente, a nivel estatal, el Real Decreto 1727/2007 regula el
comportamiento de las embarcaciones que se dedican a la observación de
cetáceos. Impone una distancia mínima de 60 metros para la observación de estos
animales.
Establece las siguientes limitaciones:
1.
Se crea
la figura de “espacio móvil de protección de cetáceos”, que está formada
por un cilindro imaginario con una base de 500 metros de radio, con centro en
el animal. Este espacio tiene una altura de 560 metros, de los que 60 se
encuentran bajo la superficie marina. Como podemos ver, también se regula el
tráfico de aeronaves en la parte delimitada sobre la superficie.
Este espacio
se divide en:
a)
Una zona
de exclusión de 60 metros de radio alrededor del cetáceo, a la que no
pueden acceder embarcaciones ni personas nadando o buceando.
b)
Una zona
de permanencia restringida, entre 60 y 300 metros, en la que no está
permitido permanecer si se observan crías o individuos aislados con crías,
pudiendo existir a la vez un máximo de dos embarcaciones en la zona.
c)
Una zona
de aproximación, entre los 300 y 500 metros, en la que pueden situarse,
como máximo dos embarcaciones en espera para entrar en la zona de permanencia
restringida.
Espacio móvil de protección de
cetáceos. Anexo I del Real Decreto 1727/2007, de 21 de diciembre, por el que se
establecen medidas de protección de los cetáceos.
2.
En caso
de que el cetáceo aparezca inesperadamente y, si la distancia fuera menor, se
debe apagar el motor o bien no ponerlo en marcha.
3.
La única
excepción a esta distancia la marca la costumbre que tienen algunos delfines de
nadar en la proa de los barcos, si bien el barco deberá mantener rumbo y
velocidad.
4.
Se debe
apagar el sonar y la sonda en el radio de 500 metros y no se puede dar marcha
atrás salvo en situación de emergencia.
El distintivo Barco Azul se les da a aquellas empresas de avistamiento que cumplen la norma.
También se establecen las siguientes recomendaciones:
-
Los animales
son lo primero, y hay que velar por su seguridad y bienestar.
-
Sin la
atención necesaria por parte de los pilotos de las embarcaciones, se pueden
producir colisiones y lesiones graves con las hélices.
-
No se
deben producir acercamientos de frente al animal.
-
Es
aconsejable no realizar cambios bruscos de dirección y velocidad.
-
Si el
animal se acerca a la embarcación, se debe poner el motor en punto muerto.
No se debe olvidar que la identificación de cetáceos en mar abierto es
todo un reto, a veces muy complicado, puesto que muchas especies se parecen
entre sí, pasan largos períodos de tiempo bajo el agua y las condiciones
climáticas pueden complicarnos aún más la identificación.
Un día de avistamiento de
cetáceos en el Sureste de Tenerife
Con todas estas recomendaciones
en la cabeza, planificamos un viaje a Tenerife, en el que contratamos una
excursión de avistamiento de cetáceos en el Suroeste de la isla. No nos había
sido posible realizar esta actividad desde la Gomera en octubre de 2020, porque
la situación de pandemia y la falta de operadores no nos lo permitió.
En abril de 2021 realizamos la
actividad de avistamiento desde Puerto Colón. Elegimos a la empresa Bonadea II,
que tenía muy buenas referencias en cuanto a ser respetuosa con los animales y
participar en tareas de investigación de ciencia ciudadana. La actividad se
realizó desde una zodiac (Diomedea), en las que íbamos cuatro personas, más el
guía-piloto.
La actividad de avistamiento de cetáceos. Foto: Bonadea II
El mar estaba en calma, y favorecía
el avistamiento. Nos auguraban un buen día.
Los días anteriores habían podido avistar rorcuales tropicales en la
zona.
Calderones avistados desde la zodiac. Foto: Bonadea II
Las casi tres horas que duró la
actividad fueron inolvidables. La zodiac era muy cómoda para cuatro clientes.
Vimos en primer lugar gaviotas, las llamadas pardelas cenicientas (Calonectris
diomedea) alimentándose de bancos de peces, a los que atacaban también los
atunes. Enseguida pudimos observar delfines moteados que se acercaban a los
bancos.
Delfines moteados. Foto: Boandea II
Luego vimos un rorcual tropical,
que se alimentaba de los peces pequeños. Lo pudimos disfrutar mucho pues el hecho
de no estar de travesía, sino parándose a alimentarse, permitía al guía ir
leyendo su lenguaje corporal. Adivinaba casi siempre donde salía a respirar:
era emocionante.
El rorcual tropical. Foto: Luis Abad
Posteriormente fuimos a observar
a los calderones, que se situaban, formando varios grupos, cerca de los
Cristianos. Como se esperaba, estaban descansando, por lo que intentamos
molestar lo menos posible. El guía puso el hidrófono (micrófono submarino) en
el agua, con la idea de poder captar sus sonidos característicos.
Los calderones de los Cristianos. Foto: Bonadea II
No emitían mucho, así que les
dejamos en paz y volvimos a la zona de más acción, donde estaban los delfines,
los atunes y el rorcual. A lo lejos, vimos calderones machos desplazándose,
lejos de los que descansaban.
Fue una experiencia
impresionante. Había visto delfines y calderones en otros lugares, pero nunca
un rorcual tropical alimentándose. Disfrutamos como niños. Esta es una
actividad que recomendamos mucho y ver a los animales libres, disfrutando del
océano es inolvidable.
El rorcual tropical de
Tenerife (Balaenoptera edeni)
Dibujo de un rorcual tropical. Autor: Lycaon. Cl. Fuente: Wikipedia
Se trata de la especie de rorcual
que se puede observar más habitualmente durante las actividades de avistamiento
de cetáceos en Tenerife. Se les suele encontrar cazando bancos de peces, muchas
veces junto a delfines y aves marinas, como la pardela cenicienta (Calonectris
diomedea) y la gaviota patiamarilla (Larus michahellis).
El rorcual tropical de Tenerife: Foto: Especies de Canarias
Pueden encontrarse en una gran
zona del área protegida marina de Teno – Rasca (ZEC- Zona de Especial
Conservación, según la Directiva de Hábitats). Existe una población de
rorcuales que visita regularmente las Islas Canarias. De hecho, muchos
individuos han sido identificados en el catálogo de fotoidentificación de las
islas del que hablamos en el artículo anterior.
El rorcual tropical que vimos. En la foto puede apreciarse el soplo. Foto: Luis Abad
El canal oceánico existente entre
las islas volcánicas de Tenerife y La Gomera tiene más de dos kilómetros de
profundidad. Esta configuración de grandes profundidades y laderas escarpadas
genera afloramientos de plancton a lo largo del Suroeste de Tenerife, donde
acuden los bancos de peces que consume el rorcual tropical. A lo largo del año
llegan los bancos de diferentes especies de peces, y por ello, también acuden
los rorcuales tropicales.
Los bancos de peces de los que se alimenta el rorcual. Foto: Bonadea II
Suelen alimentarse cerca de la
superficie y lo hacen de peces pequeños. La forma de hacerlo es nadando
rápidamente hacia el banco, abriendo la boca y expandiendo los pliegues gulares
que se encuentran en la parte ventral de su cuerpo.
Esto puede generar momentos
emocionantes por aglomeración de especies cazando, que algunos hemos visto en
los documentales, ya que suelen competir por la comida con aves marinas y
delfines.
El rorcual tropical se alimenta de manera similar al rorcual común de la imagen. Fuente: Asociació Cetàcea
El rorcual tropical no realiza
una migración grande, como lo hacen otras ballenas, y permanece la mayor parte
del tiempo en zonas tropicales y subtropicales. Puede alcanzar hasta 16 metros
de longitud y 20 toneladas. El cuerpo es delgado, de un color azul grisáceo. La
cabeza es grande y angular.
En su garganta existen entre 40 y
70 pliegues, que se abren para agrandar la boca y la garganta cuando se
alimentan de pequeños cardúmenes (se llaman pliegues gulares). Esta es una
característica de los rorcuales, como la ballena jorobada, que se alimentan de
peces, los cuales capturan en impresionantes engullidas de agua de mar. Ello es
posible mediante la apertura de los pliegues de su garganta. Posteriormente
retienen los peces en sus barbas, cuando expulsan el agua y luego se los
tragan.
El calor del sol, la brisa marina
y el vaivén de las olas son placeres que los que vivimos lejos del mar
apreciamos mucho, porque nos hacen sentir muy bien. Los cetáceos nadan tranquilos
en el océano, sin límites. Compartes con ellos una sensación: la de sentirse
libre en el océano.
La costa Suroeste de Tenerife es
el lugar idóneo en el que disfrutar del avistamiento de cetáceos. Tenerife
cuenta con muchas empresas dedicadas a la organización de excursiones para
contemplar estos animales en libertad. Casi siempre encuentras una opción que
se ajusta a lo que quieres, tanto en tiempo como en precio. Mucho mejor que ir
a ver los cetáceos cautivos en un oceanario.
Referencias
https://www.boe.es/boe/dias/2008/01/12/pdfs/A02292-02296.pdf
https://www.webtenerife.com/que-hacer/naturaleza/avistamiento-cetaceos/normativa.htm
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