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lunes, 28 de marzo de 2022

AVISTAMIENTO DE CETÁCEOS EN CANARIAS

Este artículo se publicó en la Revista AcuSub num 224:http://acusub.com/?p=3714

Texto: Mónica Alonso Ruiz

Como hemos explicado en los artículos anteriores, los científicos observan que se producen cambios de comportamiento en los cetáceos por causa de la presencia humana. Habitualmente las empresas de avistamiento legales mantienen las distancias y no se acercan a los animales, cumpliendo la ley, por lo que la perturbación suele ser mínima. 

En la zona del Suroeste de Tenerife, lugar excelente para avistar cetáceos, lo que se detecta es la presencia de motos de agua y embarcaciones de avistamiento ilegales (particulares o empresas) que no cumplen las distancias a los animales ni lo indicado en la ley, provocando graves perturbaciones en ellos.


En ocasiones se han producido aglomeraciones de embarcaciones de avistamiento, legales o ilegales. Fuente: Tenerife despierta emociones.

Todo esto posiblemente pudiera quitarles tiempo de descanso. Esta hipótesis se ha podido corroborar porque en el periodo de confinamiento de 2020 no había embarcaciones en el agua. En ese momento, una vez que permitieron la salida a los científicos, estos pudieron observar que los grupos de cetáceos, a falta de presencia humana, estaban casi todos descansando.

Por todo esto, creen, que además de la regulación que ya existe, es necesaria una vigilancia que no permita comportamientos inadecuados sobre los animales, como acercarse demasiado, que existan demasiadas embarcaciones en la zona, o que las embarcaciones les pasen literalmente por encima, como ocurre a veces.


La embarcación de vigilancia y seguimiento medioambiental propiedad del Gobierno de Canarias. Foto: Mónica Alonso

La regulación de los avistamientos

Aunque el avistamiento de cetáceos pueda parecer inofensivo, como hemos visto en artículos anteriores, si esta actividad está mal organizada o el número de embarcaciones es grande, puede provocar grandes dosis de estrés, y en muchos casos, lesiones a estos animales.

Actualmente, a nivel estatal, el Real Decreto 1727/2007 regula el comportamiento de las embarcaciones que se dedican a la observación de cetáceos. Impone una distancia mínima de 60 metros para la observación de estos animales.

Establece las siguientes limitaciones:

1.                  Se crea la figura de “espacio móvil de protección de cetáceos”, que está formada por un cilindro imaginario con una base de 500 metros de radio, con centro en el animal. Este espacio tiene una altura de 560 metros, de los que 60 se encuentran bajo la superficie marina. Como podemos ver, también se regula el tráfico de aeronaves en la parte delimitada sobre la superficie.

 

Este espacio se divide en:

 

a)                  Una zona de exclusión de 60 metros de radio alrededor del cetáceo, a la que no pueden acceder embarcaciones ni personas nadando o buceando.

b)                  Una zona de permanencia restringida, entre 60 y 300 metros, en la que no está permitido permanecer si se observan crías o individuos aislados con crías, pudiendo existir a la vez un máximo de dos embarcaciones en la zona.

c)                  Una zona de aproximación, entre los 300 y 500 metros, en la que pueden situarse, como máximo dos embarcaciones en espera para entrar en la zona de permanencia restringida.

Espacio móvil de protección de cetáceos. Anexo I del Real Decreto 1727/2007, de 21 de diciembre, por el que se establecen medidas de protección de los cetáceos.

 

2.                  En caso de que el cetáceo aparezca inesperadamente y, si la distancia fuera menor, se debe apagar el motor o bien no ponerlo en marcha.

3.                  La única excepción a esta distancia la marca la costumbre que tienen algunos delfines de nadar en la proa de los barcos, si bien el barco deberá mantener rumbo y velocidad.

4.                  Se debe apagar el sonar y la sonda en el radio de 500 metros y no se puede dar marcha atrás salvo en situación de emergencia.

El distintivo Barco Azul se les da a aquellas empresas de avistamiento que cumplen la norma.

También se establecen las siguientes recomendaciones:

-                      Los animales son lo primero, y hay que velar por su seguridad y bienestar.

-                      Sin la atención necesaria por parte de los pilotos de las embarcaciones, se pueden producir colisiones y lesiones graves con las hélices.

-                      No se deben producir acercamientos de frente al animal.

-                      Es aconsejable no realizar cambios bruscos de dirección y velocidad.

-                      Si el animal se acerca a la embarcación, se debe poner el motor en punto muerto.

No se debe olvidar que la identificación de cetáceos en mar abierto es todo un reto, a veces muy complicado, puesto que muchas especies se parecen entre sí, pasan largos períodos de tiempo bajo el agua y las condiciones climáticas pueden complicarnos aún más la identificación.

Un día de avistamiento de cetáceos en el Sureste de Tenerife

Con todas estas recomendaciones en la cabeza, planificamos un viaje a Tenerife, en el que contratamos una excursión de avistamiento de cetáceos en el Suroeste de la isla. No nos había sido posible realizar esta actividad desde la Gomera en octubre de 2020, porque la situación de pandemia y la falta de operadores no nos lo permitió.

En abril de 2021 realizamos la actividad de avistamiento desde Puerto Colón. Elegimos a la empresa Bonadea II, que tenía muy buenas referencias en cuanto a ser respetuosa con los animales y participar en tareas de investigación de ciencia ciudadana. La actividad se realizó desde una zodiac (Diomedea), en las que íbamos cuatro personas, más el guía-piloto.

La actividad de avistamiento de cetáceos. Foto: Bonadea II

El mar estaba en calma, y favorecía el avistamiento. Nos auguraban un buen día.  Los días anteriores habían podido avistar rorcuales tropicales en la zona.

Calderones avistados desde la zodiac. Foto: Bonadea II

Las casi tres horas que duró la actividad fueron inolvidables. La zodiac era muy cómoda para cuatro clientes. Vimos en primer lugar gaviotas, las llamadas pardelas cenicientas (Calonectris diomedea) alimentándose de bancos de peces, a los que atacaban también los atunes. Enseguida pudimos observar delfines moteados que se acercaban a los bancos.


Delfines moteados. Foto: Boandea II

Luego vimos un rorcual tropical, que se alimentaba de los peces pequeños. Lo pudimos disfrutar mucho pues el hecho de no estar de travesía, sino parándose a alimentarse, permitía al guía ir leyendo su lenguaje corporal. Adivinaba casi siempre donde salía a respirar: era emocionante.

El rorcual tropical. Foto: Luis Abad

Posteriormente fuimos a observar a los calderones, que se situaban, formando varios grupos, cerca de los Cristianos. Como se esperaba, estaban descansando, por lo que intentamos molestar lo menos posible. El guía puso el hidrófono (micrófono submarino) en el agua, con la idea de poder captar sus sonidos característicos.


Los calderones de los Cristianos. Foto: Bonadea II

No emitían mucho, así que les dejamos en paz y volvimos a la zona de más acción, donde estaban los delfines, los atunes y el rorcual. A lo lejos, vimos calderones machos desplazándose, lejos de los que descansaban.

Fue una experiencia impresionante. Había visto delfines y calderones en otros lugares, pero nunca un rorcual tropical alimentándose. Disfrutamos como niños. Esta es una actividad que recomendamos mucho y ver a los animales libres, disfrutando del océano es inolvidable.

 

El rorcual tropical de Tenerife (Balaenoptera edeni)



Dibujo de un rorcual tropical. Autor: Lycaon. Cl. Fuente: Wikipedia

Se trata de la especie de rorcual que se puede observar más habitualmente durante las actividades de avistamiento de cetáceos en Tenerife. Se les suele encontrar cazando bancos de peces, muchas veces junto a delfines y aves marinas, como la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) y la gaviota patiamarilla (Larus michahellis).


El rorcual tropical de Tenerife: Foto: Especies de Canarias

Pueden encontrarse en una gran zona del área protegida marina de Teno – Rasca (ZEC- Zona de Especial Conservación, según la Directiva de Hábitats). Existe una población de rorcuales que visita regularmente las Islas Canarias. De hecho, muchos individuos han sido identificados en el catálogo de fotoidentificación de las islas del que hablamos en el artículo anterior.


El rorcual tropical que vimos.  En la foto puede apreciarse el soplo. Foto: Luis Abad

El canal oceánico existente entre las islas volcánicas de Tenerife y La Gomera tiene más de dos kilómetros de profundidad. Esta configuración de grandes profundidades y laderas escarpadas genera afloramientos de plancton a lo largo del Suroeste de Tenerife, donde acuden los bancos de peces que consume el rorcual tropical. A lo largo del año llegan los bancos de diferentes especies de peces, y por ello, también acuden los rorcuales tropicales.


Los bancos de peces de los que se alimenta el rorcual. Foto: Bonadea II

Suelen alimentarse cerca de la superficie y lo hacen de peces pequeños. La forma de hacerlo es nadando rápidamente hacia el banco, abriendo la boca y expandiendo los pliegues gulares que se encuentran en la parte ventral de su cuerpo.

Esto puede generar momentos emocionantes por aglomeración de especies cazando, que algunos hemos visto en los documentales, ya que suelen competir por la comida con aves marinas y delfines.


El rorcual tropical se alimenta de manera similar al rorcual común de la imagen. Fuente: Asociació Cetàcea

El rorcual tropical no realiza una migración grande, como lo hacen otras ballenas, y permanece la mayor parte del tiempo en zonas tropicales y subtropicales. Puede alcanzar hasta 16 metros de longitud y 20 toneladas. El cuerpo es delgado, de un color azul grisáceo. La cabeza es grande y angular.

En su garganta existen entre 40 y 70 pliegues, que se abren para agrandar la boca y la garganta cuando se alimentan de pequeños cardúmenes (se llaman pliegues gulares). Esta es una característica de los rorcuales, como la ballena jorobada, que se alimentan de peces, los cuales capturan en impresionantes engullidas de agua de mar. Ello es posible mediante la apertura de los pliegues de su garganta. Posteriormente retienen los peces en sus barbas, cuando expulsan el agua y luego se los tragan.

 

El calor del sol, la brisa marina y el vaivén de las olas son placeres que los que vivimos lejos del mar apreciamos mucho, porque nos hacen sentir muy bien. Los cetáceos nadan tranquilos en el océano, sin límites. Compartes con ellos una sensación: la de sentirse libre en el océano.

La costa Suroeste de Tenerife es el lugar idóneo en el que disfrutar del avistamiento de cetáceos. Tenerife cuenta con muchas empresas dedicadas a la organización de excursiones para contemplar estos animales en libertad. Casi siempre encuentras una opción que se ajusta a lo que quieres, tanto en tiempo como en precio. Mucho mejor que ir a ver los cetáceos cautivos en un oceanario.

Referencias

https://asociaciontonina.com/calderones-un-recurso-natural-de-interes-turistico-en-tenerife-en-peligro/

https://www.boe.es/boe/dias/2008/01/12/pdfs/A02292-02296.pdf

https://www.webtenerife.com/que-hacer/naturaleza/avistamiento-cetaceos/normativa.htm

https://gfvictoria.com/blog/cetaceos-tenerife/

viernes, 20 de marzo de 2020

SE DECLARA EL CORREDOR DE CETÁCEOS ENTRE LAS ISLAS BALEARES Y LA PENÍNSULA IBÉRICA COMO ZONA DE ESPECIAL PROTECCIÓN DE IMPORTANCIA PARA EL MEDITERRÁNEO (ZEPIM).


Texto: Mónica Alonso Ruiz
Este artículo se publicó en la Revista Acusub www.acusub.net

En 1975, dieciséis países mediterráneos y la CEE adoptaron el Plan de Acción para la protección y el desarrollo de la cuenca del Mediterráneo (PAM). En 1976 se adopta como marco jurídico de este plan el Convenio para la protección del mar Mediterráneo contra la contaminación (Convenio de Barcelona). Este convenio es la legislación internacional aplicable a nuestro Mare Nostrum y tiene como objetivo proteger y mejorar el medio ambiente marino de la zona.

Mapa de los países del convenio. Fuente: Wikipedia. Padraic Ryan

Como adendas al convenio se han aprobado diversos protocolos. Uno de los más importantes es el Protocolo ZEPIM o de áreas protegidas, ratificado por España en 1998. Las ZEPIM son áreas que, por albergar ecosistemas específicos de la zona mediterránea o hábitats de especies en peligro, son importantes para la conservación de los componentes de la diversidad biológica en el Mediterráneo y tienen un interés científico, estético, cultural o educativo especial.


El protocolo no se centra solo en espacios protegidos, sino que también tiene una serie de listados de especies protegidas, para las que se deben diseñar medidas de protección.

Para conseguir los objetivos de protección los países miembros tienen una serie de obligaciones que cumplir en las ZEPIM:

  • Tener un régimen jurídico para su protección eficaz; 
  • Disponer de un plan de gestión y un programa de recogida de datos relevantes; 
  • Definir una serie de objetivos y medidas de conservación y de gestión muy concretas; 
  • Establecer un órgano de gestión con la suficiente dotación de recursos humanos y económicos; 
  • Implantar un programa de vigilancia continua.

En la actualidad existen nueve ZEPIM en España, siendo el país que tiene un mayor número:

  •  Andalucía: Isla de Alborán, Fondos marinos del Levante almeriense, Cabo de Gata – Níjar y Acantilados de Maro – Cerro Gordo; 
  • Cataluña: Islas Medes y Cap de Creus; 
  • Comunidad Valenciana: Columbretes; 
  • Región de Murcia: Mar Menor y zona mediterránea oriental de la costa murciana; 
  • Islas Baleares: Archipiélago de Cabrera.

Corresponde al Ministerio de Medio Ambiente (actualmente Ministerio para la Transición Ecológica) la declaración y la gestión de las ZEPIM españolas. 

Se celebró la 21ª Reunión de las Partes del Convenio de Barcelona en Nápoles y el 3 de diciembre de 2019 se declaró formalmente la nueva ZEPIM de la zona entre las Islas Baleares y la Península, el denominado Corredor de Cetáceos del Mediterráneo.

Folleto informativo de la nueva ZEPIM

La nueva ZEPIM tiene una superficie de 46.386 km2 y se sitúa entre las costas catalanas, valencianas y el archipiélago balear. La zona tiene un alto valor ecológico, no solo por ser un corredor de migración para los rorcuales comunes hacia sus zonas de alimentación en el Mar de Liguria, sino también por ser hábitat de una gran diversidad de especies de cetáceos, como calderones, cachalotes, zifios de Cuvier, delfines mulares y listados, entre otros, así como tortugas, tiburones y aves marinas.

Delimitación de la nueva ZEPIM. RD 699/2018

La protección de este corredor migratorio de cetáceos evitará impactos sobre las poblaciones de rorcual común, tanto las sedentarias como sobre las que migran y retornan del mar de Liguria, el cual fue declarado santuario para cetáceos (Santuario Pelagos). Este santuario es la mayor reserva marina del Mar Mediterráneo, con una extensión de aproximadamente 84.000 km². Fue establecida en 1999 y es la primera (y actualmente la única) reserva marina internacional en el mundo, compartiendo aguas internacionales de Francia, Italia, y el Principado de Mónaco.

El Santuario Pelagos en el Mar de Liguria, junto con los espacios marinos protegidos y la propuesta de la ZEPIM de corredor de cetáceos en Mediterráneo, que en realidad supone una ampliación del área protegida de Liguria.

Previamente a la reciente declaración como ZEPIM, el Gobierno, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica, aprobó el Real Decreto 699/2018, donde se declaraba Área Marina Protegida el Corredor de migración de cetáceos del Mediterráneo, se aprobaba un régimen de protección preventiva y se proponía su inclusión en la Lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo  (Lista ZEPIM) en el marco del Convenio de Barcelona.

La principal medida que se incluyó en esta norma fue la prohibición de los sistemas de prospección y de extracción de hidrocarburos, aunque no se dotó de fondos a esta disposición. Esta medida permanecerá  en vigor hasta que se redacte el Plan de Gestión del Área Marina Protegida, en un plazo de tres años desde su declaración como ZEPIM.

Los conservacionistas que llevaban muchos años luchando por la declaración de esta zona están contentos, pero ahora hay mucho que hacer. El Plan de Gestión es urgente, especialmente en lo que se refiere a la reducción del ruido marino, porque es una zona denominada como “Noise hot-spot” (punto caliente de ruido), y es precisa la toma de medidas para crear una zona tranquila. Además, la prohibición de la prospección y explotación de hidrocarburos en la zona supone un gran alivio, dado el gran interés que existe en la zona por realizar este tipo de actividades.


Otro reto importante será la gestión del tráfico marítimo, dado que es una zona complicada, por el intenso paso de ferris entre las islas y la Península, así como los buques de carga de los puertos de la zona. Posiblemente se deba reducir la velocidad de los buques, lo que indudablemente provocará trastornos al sector del transporte.

El rorcual común, principal beneficiado

Sin duda la especie que más se verá beneficiada por la nueva área protegida será el rorcual común (Balaenoptera physalus), al que también se llama ballena de aleta (fin whale). Este animal es el segundo más grande del planeta, tras la ballena azul, pudiendo alcanzar los 27 metros. Es el misticeto o ballena con barbas más común en el Mediterráneo.

Esquema de rorcual común. Fuente: SINC. Imagen: CRAM

El rorcual común. Fuente: El Periódico

El tamaño máximo oscila entre los 22,5 metros de las hembras, y los 21 de los machos, aunque lo normal en los individuos adultos está entre 15 y 19 metros, alcanzando un peso de 90 toneladas.
Se estima que su población es de aproximadamente 5.000 individuos. Su distribución a lo largo de todo el Mediterráneo no es uniforme, dado que existen ciertas zonas donde hay más ejemplares que en otras. La región comprendida entre el Golfo de León, el noroeste de Córcega, el norte y el oeste de Cerdeña y la costa de Liguria, es la zona que tiene una mayor concentración. Esta área incluye el Santuario Marino de Pelagos.

Distribución del rorcual común en el Mediterráneo. Fuente: Associació Cetacéa

El mar de Liguria es su área principal de alimentación y por lo tanto los animales suelen concentrarse allí en los meses de verano. La migración de estos animales en invierno es compleja. Se ha comprobado que existen ejemplares residentes en el mar de Liguria, otros que van hasta el área que rodea Lampedusa y otros que viajan hasta las proximidades del mar de Alborán, situado entre la península ibérica y la costa norte de África.

Algunos ejemplares no provienen del Mediterráneo, sino que proceden de las poblaciones del NE del océano Atlántico. Cada año migran desde allí hasta aguas mediterráneas, llegando hasta el mar de Liguria y luego regresan de nuevo al Atlántico durante la época invernal.
Es en la primavera y el otoño cuando muchos rorcuales realizan su migración. Ello se ha comprobado por su presencia en el mar catalán y balear en esa época. De hecho, es frecuente verlos pasar cerca del Cap de Creus.

El rorcual común es una ballena filtradora que se alimenta de pequeños cardúmenes de peces, de calamares, y de crustáceos como los misidáceos y de kril. Sin embargo, en el Mediterráneo parece que se ha especializado en un tipo de presa concreto: los individuos que se alimentan en el mar de Liguria lo hacen casi exclusivamente del krill del norte (Meganyctiphanes norvegica) y recientemente se ha conocido que en el área de Lampedusa, se alimentan a base de otra especie de krill (Nictyphanes couchii).

Alimentación del rorcual común en el Mediterráneo. Fuente: Associació Cetacéa

La engullida del rorcual común es espectacular, abriendo su enorme boca y tragando un gran volumen de agua al abrir sus pliegues gulares. Esta agua engullida finalmente sale por los laterales de la boca, quedando el alimento prendido en sus enormes barbas.

La engullida del rorcual común. Fuente: Jeremy A Goldbogen y Nicholas D. Pyenson

El motivo por el cual la zona de Liguria es una zona de producción primaria, y por tanto con elevado contenido de plancton es la peculiar orografía de la costa con una intensa evaporación, elevada aportación de nutrientes desde el Ródano y el movimiento ascensional del agua (upwelling)

El agua engullida sale por el lateral de la boca de la ballena y deja el alimento en las barbas. Fuente: Center for Coastal Studies Provincetown

El rorcual común es una especie amenazada, catalogada como vulnerable por la UICN en el Mediterráneo. Ello se debe a la explotación ballenera intensiva durante las tres últimas generaciones (1929 – 2007). Se estima que ello hizo disminuir el número de rorcuales comunes en un 70 %. El rorcual común recibió la plena protección frente a la caza comercial de ballenas por parte de la Comisión Ballenera Internacional en el Pacífico Norte en 1976 y en el Atlántico Norte en 1987, a excepción de pequeñas capturas hechas por aborígenes o con fines de investigación.

En la actualidad las capturas de rorcuales comunes han disminuido mucho, y se cree que es posible que la población mundial esté aumentando. Sin embargo, en el Mediterráneo se considera que su población está disminuyendo. Las colisiones con los buques se considera que representan la mayor causa de muerte de esta población.

Además, el rorcual común también está sometido a las siguientes protecciones:
  • Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES); 
  • Apéndices I y II de la Convención de Especies Migratorias (CMS) y por el Acuerdo sobre la Conservación de los Cetáceos del Mar Negro, Mediterráneo y el área Atlántica adyacente (ACCOBAMS), que prohíbe su matanza deliberada; 
  • Reglas de protección de Santuario Marino de Pelagos para Mamíferos Marinos del Mediterráneo.
Referencias y enlaces: